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Subsidio de Pedagogía

Texto de las fuentes

1.
CÓMO LES DESCRIBiÓ AL BUEN HERMANO

El bienaventurado Padre, en cierto modo identificado con los


santos hermanos por el amor ardiente y el celo fervoroso con que
buscaba la perfección de los mismos, pensaba muchas veces para
sus adentros en las condiciones y virtudes que debía reunir un buen
hermano menor. Y decía que sería buen hermano menor aquel que
conjugara la vida y cualidades de estos santos hermanos, a saber, la
fe del hermano Bernardo, que con el amor a la pobreza la poseyó en
grado perfecto; la sencillez y pureza del hermano León, que fue varón
de altísima pureza; la cortesía del hermano Ángel, que fue el primer
caballero que vino a la Orden y estuvo adornado de toda cortesía y
benignidad; la presencia agradable y el porte natural, junto con la
conversación elegante y devota, del hermano Maseo; la elevación de
alma por la contemplación, que el hermano Gil tuvo en sumo grado; la
virtuosa y continua oración del hermano Rufino, que oraba siempre
sin interrupción, pues, aún durmiendo o haciendo algo, estaba
siempre con su mente fina en el Señor; la paciencia del hermano
Junípero, que llegó al grado perfecto de paciencia por el perfecto
conocimiento de su propia vileza, que tenía siempre ante sus ojos, y
por el supremo deseo de imitar a Cristo en el camino de la cruz; la
fortaleza espiritual y corporal del hermano Juan de Lodi, que en su
tiempo fue el más fuerte de todos los hombres; la caridad del
hermano Rogerio, cuya vida toda y comportamiento estaban
saturados en fervor de caridad; la solicitud del hermano Lúcido, que
fue en ella incansable; no quería estar ni por un mes en el mismo
lugar, pues, cuando le iba gustando estar en él, luego salía, diciendo:
'no tenernos aquí la morada, sino en el cielo (EP 85).

Subsidio de Pedagogía Franciscana


INTRODUCCiÓN
2.
Curso de Carisma Misionero Franciscano

Alguien podría pensar, incluso cuestionar, que el adjetivo 'franciscano" o


'franciscana" se llega a aplicar con "demasiada felicidad" a muchas realidades.
Por lo que a nosotros nos interesa, hemos de decir que, desde el momento en
que el franciscano/ a vive una espiritualidad la cual supone una antropología,
una filosofía, una sociología, una ética, una teología una tradición patrimonio
de la Iglesia y de la humanidad, todo ello configura nuestra manera de ver,
sentir, pensar, sufrir la realidad; de situarnos y posicionarnos en y ante la
misma. Y, puesto que el franciscano tiene una cosmovisión determinada por
los elementos antes mencionados, para sumergirse en esa realidad, para darle
profundidad y buscarle su sentido, dispone de un estilo propio que le ayuda a
iniciar y a desarrollar esa búsqueda, una 'pedagogía particular'.

Tratamos de fijar nuestra atención, por tanto, en aquellos elementos que


consideramos irrenunciables para crecer cada día más en nuestra realidad
franciscana, cristiana y personal, y proponemos un itinerario pedagógico,
instrumento que puede ayudarnos a orientar y acompañar a nuestros
formandos, sea en el ámbito que fuere, en el seguimiento de Jesucristo, sentido
primero y último de esta pedagogía.

Nos dice el Concilio Vaticano II: "Quién sigue a Cristo hombre perfecto
se hace a sí mismo cada vez más hombre" (LG 31. GS 93). La inmediata
referencia a Cristo, a su 'ser y hacer', es una constante de toda formación
integral cristiana. Cristo, y este 'pobre y crucificado', es la referencia singular
de los hijos e hijas de los Pobres de Asís. La cristología, franciscana deviene,
finalmente, en una antropología franciscana; y la visión del hombre, desde este
particular punto
..
de vista, determina la pedagogía a aplicar en nuestro empeño formativo. Es
el objeto de esta lección.

2
SUMARIO
3

Esta lección contiene tres partes. La primera parte expone los aspectos
esenciales de una antropología integral cristiana, la cual condiciona,
necesariamente, las opciones pedagógicas que se haga a la hora de educar. La
metodología formativa franciscana se centra en la persona del formando que
representa a Cristo encarnado, pero tiene también en cuenta que Cristo
mismo como Dios trasciende a toda persona y constituye su objetivo esencial
y ejemplar:

"todo lo dispuso para el recto ordenamiento de los santos (los fieles) hasta alcanzar
todos la unidad en la fe y en el conocimiento pleno del Hijo de Dios, la madurez plena
propia del hombre perfecto, el completo desarrollo de la plenitud de Cristo" (Ef 4,12s).

Esto quiere decir que si bien nuestra metodología se dirige con


veracidad a la subjetividad y particularidad del formando, se orienta también
por la verdad objetiva del destino de todo hombre: el varón perfecto Cristo, el
Hijo del Hombre.

La segunda parte expone de manera sintética los principales elementos


de "una pedagogía franciscana". Se resaltan algunos principios de dicha
pedagogía, el itinerario pedagógico y, finalmente, algunos valores de nuestra
espiritualidad. El conjunto de esta segunda parte nos posibilita descubrir la
"identidad y singularidad" de esta opción pedagógica. Al respecto, nos dice el
reciente documento de la Congregación para la Educación Católica: "es
necesario que privilegien la atención a las riquezas de su carisma y se comprometan en
desarrollarlas como respuestas a las nueva situaciones socioculturales" (Cfr. n 57).

La tercera y última parte si dirige explícitamente -preferentemente,


aunque no exclusivamente- a las Instituciones escolares franciscanas, brinda
algunos elementos característicos de una "comunidad/fraternidad escolar
franciscana". El ámbito escolar "institucional" se ofrece como el espacio
material privilegiado para vivir aquellos valores franciscanos que
proponemos a nuestros alumnos y alumnas. En este sentido, es oportuno
recordar el axioma de san Francisco:"tanto sabe el hombre cuanto pone en práctica"
(LP 105). El testimonio es el mejor modo de educar.

Para la elaboración del presente módulo se ha seleccionado, entre otras


cosas, material de cursos formativos propios de Instituciones franciscanas de
diversos países, las cuales han socializado y se han "desapropiado" de sus
experiencias a través de la red informática.
Subsidio de Pedagogía Franciscana
1. UNA EXPLÍCITA VISiÓN ANTROPOLÓGICA

Toda pedagogía supone una antropología. Es por ello que antes de


adentrarnos al aspecto específicamente pedagógico de la presente lección, es
necesario que explicitemos los elementos de una antropología cristiana
integral. La particular "comprensión franciscana" del hombre se funda en una
explícita visión antropológica, la cual debe ponerse de manifiesto en nuestro
"ser y hacer" .
"Cristo manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le
descubre la sublimidad de su vocación" (GS n. 22).

Cristología y antropología franciscana1

Es en la Cristología que tenemos que buscar las raíces originales de las


posibles antropologías franciscanas. La antropología franciscana nace en el
corazón del misterio de Cristo y rompe con los límites estrechos del
antropocentrismo y del hamartiocentrismo2• El hombre para el franciscano
nace del misterio de la gratuita y libre vocación de la humanidad en Cristo a la
vida eterna, querida por Dios en su bondad predestinante. Entre los principios
básicos de esta antropología franciscana a partir de la cristología está el de la
libertad cómo autodeterminación y como decisión por el bien, de modo que la
antropología se presenta fundamentalmente como Historia y no como
metafísica naturalística. La libertad es la raíz y fuente propia de la antropología
histórica. La persona se expresa en su valor más alto y exacto en la libertad-
amor. El hombre es ininteligible si no descubrimos en su historia la actuación
concreta del amor-libertad.

La suprema obra libre y amorosa de Días que es Cristo, es el primero, el


arquetipo y el paradigma de toda otra comunicación creadora, tanto en el orden de
la gracia como en el de la naturaleza. Cristo, Hombre-Dios, es la primera creatura
de Dios, y en esta imagen Dios se hace a todas las demás creaturas. Sólo
desde este amor-libertad divinos podemos entender exactamente la relación
entre Dios y el hombre, que aparece solidario con todas las creaturas. La
existencia de Cristo y de todos los beneficios que tal existencia comporta
para el hombre y para el universo, derivan primeramente del amor libre de
Dios y de Cristo, y en Cristo "primer querido" se difunden hacia las demás
creaturas.

El primado de Cristo se sitúa al interior de la misma densidad ontológica


de todas la realidades creadas, por lo cual no pueden admitirse dentro de una
concepción franciscana del hombre dos órdenes de la creación, dos tipos de
realidad contrapuestas, gracia y pecado, naturaleza y sobrenaturales, cuerpo y
alma. Cristo es cabeza de todas las creaturas desde el inicio del designio
Divino. No sobreviene, no se inserta tardíamente sino que preside

IFray Jerónimo Bórmida, ofmcap. Apuntes de "Antropología Franciscana". 1995.-


2Hamartía en griego quiere decir pecado. Hamartiocéntrica es la antropología que centra la
historia y la experiencia humana, tanto religiosa como profana, en la realidad del pecado.
4 Curso de Carisma Misionero Franciscano
el origen de cada cosa. La antropología franciscana se basa en la
3. divinización, desde el inicio, de las obras de Dios: ninguna creatura, o
5
acción de la creatura puede hacer ineficaz, mutable, reversible, el plan
divino ... Por eso es que la creación no es una premisa cristiana. Todo
es, ya desde el inicio, cristológico y cristocéntrico.

El efecto fundamental de la encarnación en relación a la humanidad


no es la reparación o restitución de una alineación histórica, de un acto
pecaminoso, sino la orientación total originaria de la humanidad entera.
No es la superación de una deficiencia de orden moral, sino la elevación
sobrenatural y la superación divina de la deficiencia metafísica del
hombre, por el cual de pura creatura ha sido hecho hijo adoptivo de Dios
en Cristo, partícipe de la misma vida divina. La antropología franciscana
no admite límite alguno en la antropología, radicalmente abierta al
infinito.
La divinización-adopción en Cristo, que significan esencialmente la
superación de la deficiencia metafísica del hombre, no postulan como
punto de partida el pecado, sino la finitud falible del hombre. La
liberación del pecado es por eso un momento posterior, un caso en el
cual se aplica la función divinizante de la encarnación. Dado que, por el
pecado, el hombre ya no es finitud falible, sino falibilidad actuada en el
obrar. Sin embargo, este hecho, no cambia el sentido y la dimensión
fundamental de la encarnación. Para el mismo Cristo la muerte tiene el
valor de pasaje a la resurrección. Es la encarnación en su devenir, en su
desarrollo histórico en vistas a alcanzar su esjaton, la plenitud. Es el
actuarse de la encarnación como historia.
Todo hamartiocentrismo y todo antropocentrismo queda así
descartado de raíz. El centro y el alma de la actividad y de la vida de
Cristo es el amor hacia el Padre. Este es el valor determinante, de modo
que nociones como expiación y satisfacción, deben ser comprendidos
como aspectos muy reales pero secundarios y derivados del
dominante y frontal

Subsidio de Pedagogía Franciscana


II. PEDAGOGíA FRANCISCANA

La pedagogía es la ciencia y el arte de la educación. Como ciencia, es el


conjunto ordenado de los principios prácticos de la educación. Como arte, es la acción
educativa misma en cuanto aplica dichos principios. Cuando se habla de la pedagogía
de san Francisco o, simplemente, de pedagogía franciscana, debemos tener muy en
cuenta este doble aspecto de la educación.

Estamos todos de acuerdo en que san Francisco no es un pedagogo, si


consideramos la pedagogía desde el punto de vista científico, que supone una
sistematización teórico práctica de los principios de la educación. Ha sido un
educador, es decir, que ha conocido la pedagogía como arte, o sea, la manera
práctica de conducir al educando a la adquisición de las virtudes propias de un
determinado ideal de perfección cristiana. Aclarado este punto, estamos en
condiciones de proponer algunos principios de una 'pedagogía franciscana'.

a) Principios de la pedagogía franciscana

* El primado de la persona: todo franciscano I a considera a toda persona


como alguien digna del mayor de los respetos y como lo más sagrado del conjunto
de la creación. No se parte de la persona en genérico, ni de una teoría que defienda
un concepto de hombre en particular, sino de la persona concreta. De lo que se trata
es de trabajar y de apoyar todas las iniciativas que se encaminan hacia el
crecimiento en humanidad de todas y cada una de las personas, y el rechazo y
protesta hacia todo comportamiento deshumanizante.

En la pedagogía franciscana predomina el método intuitivo, el cual, siendo


menos exacto que el especulativo y dialéctico, aparece como el más eficaz en
las relaciones con los hombres. De igual modo, la afectividad y el respeto a la
espontaneidad de la persona son principios para la interacción humana y para
los fines prácticos de la educación, de manera que además del razonamiento,
hay que tener presente las imágenes, las parábolas, el canto. Francisco
representaba para conmover; conmovía para convencer; ganaba el corazón para
tener a todo el hombre; esas eran las etapas de su estrategia.

De lo anterior se concluye que la antropología franciscana considera a la


persona como un todo, en la que se armoniza el pensamiento y la acción, y se
sirve en alegría a Dios, gracias a la serenidad resultado de un equilibrio de la
persona en la que habita una calma y un orden profundo, los cuales encaman el
ideal de la mansedumbre y simplicidad evangélicas. De ahí la importancia de
trabajar aspectos como el autoconocimiento y autoaceptación; el empeño por
crecer física, psicológica, moral, espiritual y socialmente; el equilibrio
emocional y afectivo; el desarrollo sexual, la honradez y sinceridad.

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Curso de Carisma Misionero Franciscano
* El desarrollo de la iniciativa individual: al considerar a cada persona y criatura
un don de Dios, de lo que se trata es de buscar en ella Su presencia auténtica. Esto
significa que, cualquier persona con quien entramos en relación, sea porque viene a
nosotros, sea porque vamos nosotros a ella, ha de ser acogida de inmediato
precisamente por ese gran respeto a la espontaneidad individual. Francisco mismo ama
a sus hermanos tal como son, y su pedagogía consiste en ayudar la obra de Dios en
ellos, sin encerrarlos en ningún esquema, tratando a cada uno como debe ser tratado,
teniendo en cuenta su estado de ánimo, y actuando siempre desde la libertad.

Esta libertad individual es considerada como el tesoro que todos llevamos con
nosotros, el cual hay que defender y acrecentar y del que cada uno debe sacar el
máximo de frutos. Tan sagrada es esta libertad individual que se convierte en
patrimonio que nadie tiene derecho a deformar; por ninguna razón, aun cuando
ésta sea altísima. Por eso, el franciscano/ a es una persona sincera consigo
misma, que se cree objetiva y simplemente aquello que es.

Esta libertad tiene otra manifestación clara en los mismos documentos


jurídicos de la orden. Éstos, antes que basarse en vínculos externos y
disciplinares, se centran en la obligación moral y responsabilidad personal de
sus miembros, los cuales se constituyen en hermanos no en súbditos. Actitudes
básicas a cultivar en este aspecto son la toma de conciencia cada vez más
profunda del sentido de libertad personal, iniciativa y responsabilidad de la
propia vida; la capacidad de discernir, decidir y adoptar un compromiso; la
búsqueda y realización de la voluntad de Dios en la propia vida; llevar una vida
en continua conversión a Cristo y a la vida evangélica según el espíritu de
Francisco de Asís.

* La relación dialógica-fraterna: en la pedagogía franciscana la relación dialógica


fraterna tiene una connotación muy significativa para propiciar el respeto, la
participación, el reconocimiento y la aceptación. Esta actitud pedagógica se concreta en
la pedagogía de la fraternidad donde se concilian lo divino y lo humano
fundamentados en el amor. Es precisamente en este amor donde podemos
afirmar que se halla el secreto del estilo pedagógico de Francisco: en ser padre y
madre para cada uno de sus hermanos, en penetrar los sentimientos del otro y
llorar con el que llora, alegrarse con el que se alegra, haciéndose todo para
todos.

Esta manera de entender las relaciones entre los seres humanos hace que se
tengan entre sí una filial confianza y familiaridad, a fin de que unos puedan
recurrir a otros en sus necesidades. Estas relaciones también están presididas por
una atmósfera de respeto recíproco y de amor mutuo, donde el cariño y la
ternura tienen el protagonismo sobre la severidad y la justicia rígida.

Al respecto, nuestra hermana Clara de Asís, "maestra de vida", educa desde


la fuerza del amor, desde la convicción de su fe, desde el gozo de su esperanza,
Clara reboza de entusiasmo contagioso. Enseña presentando la fascinación de la
hermosura de Cristo para inducir a quererla. Enseña desde
la propia experiencia que hace maestros, enseña como quien besa. "Somos lo
que amamos y somos desde quien nos ama; hay vida donde hay amor y donde
cesa toda forma de amor, cesa toda forma de vida". Clara, por su
transparencia evangélica, enseña a desear esos valores originales y necesarios:
el respeto a la vida y a la persona; la flexibilidad, la libertad que sabe dejar
alegremente la superfluidad, que no la necesita para ser feliz; la delicadeza, la
ternura hacia toda criatura. En Clara sobresale la pedagogía del amor.
Ese diálogo también se ha de plasmar en la creación de lazos fraternos
con otras religiones y culturas, de manera que los hermanos, siendo fieles a su
credo y carisma, y sabiéndose hijos de su tiempo, estando en el mundo sin ser
del mundo, son auténticos constructores de humanidad con carácter universal,
respetando, criticando con misericordia, y desarrollando los valores más
auténticos de cada una de las culturas y religiones.

Por tanto, lo que se trata de potenciar es la vida como hermanos menores


caracterizada por un corazón pacífico y humilde y por un espíritu alegre; la
vida fraterna expresada en la capacidad de vivir con los demás como
hermanos y hermanas, de abrazar la gran familia franciscana y de estar en
hermandad con todos los pueblos; tener capacidad de desarrollar relaciones
interpersonales positivas con hombres y mujeres; tener una apertura y
receptividad hacia nuevos valores, actitudes, perspectivas y experiencias;
tener capacidad para aceptar, vivir, dialogar y trabajar con otros, incluso de
culturas diferentes; cultivar un espíritu profético, misionero y ecuménico.

* La creatividad en lo cotidiano: hablar de lo cotidiano es hacer un esfuerzo


para caer en la cuenta de la importancia que tiene en nuestros días rescatar una
dimensión de nuestra existencia, la cual aparentemente discurre entre lo anodino y
lo rutinario, pero cuya incidencia en nuestra historia resulta decisiva. Es decir,
nuestra vida tiene más de ordinario que de extraordinario, aunque lo ordinario de
por sí esté preñado de la maravilla de la contemplación del acontecimiento de la
vida.

Recuperar lo cotidiano de nuestra historia es valorar la sencillez de la vida y


su simplicidad, saber leer los acontecimientos que nos van sucediendo día tras
día como auténtica revelación y manifestación de la presencia amorosa de
Dios entre nosotros, confesar y dar razón de cómo el Espíritu del Padre llena
de sentido y de esperanza nuestra vida, toda vez que nos tensiona en una vida
de conversión cada vez más profunda y exigente.

Vivir con este talante lleva al franciscano a explorar múltiples facetas de la


persona como ser capaz de captar, dar y expresar sentido a la realidad
mediante el diálogo consigo mismo, con el otro, con el entorno y con el
trascendente. A su vez, esa vivencia con sentido desde la propia historia
llevará a vivir para algo más que para producir un resultado, para mantenerse
en un continuo movimiento de búsqueda que genera ambientes propicios para
la exploración y las posibilidades de imaginar, de crear y de encontrar formas
diferentes para crecer en sabiduría.
Aquí es importante tener en cuenta la actitud contemplativa en la vida
personal, comunitaria y profesional del día a día; cultivar una fe viva
traducida en palabra y acción; tener la conciencia de la presencia de Dios y
de su acción salvífica en la propia vida, en la Iglesia y en el mundo; y tener
la capacidad de trascender y superar el egocentrismo.

* Educar haciendo: "Tanto sabe el hombre cuanto pone en práctica" (LP


105).
Este axioma de Francisco viene a confirmar la necesidad de transmitir
valores no sólo como lindas teoría, sino llevándolos a la práctica. Al
respecto, dice Juan Pablo II en la Carta Apostólica Novo Millennio Ineunte:
"Es la hora de una nueva imaginación de la caridad que promueva, no tanto
y no sólo la eficacia de las ayudas prestadas, sino la capacidad de hacernos
cercanos y solidarios con los que sufren, para que el gesto de ayuda sea
sentido no como una ayuda humillante sino como un compartir fraterno ...
La caridad de las obras corrobora la caridad delas palabras" (NMI 50). La
"comprensión experiencial" es una constante en la formación
francisclariana, posibilita una verdadera 'in-formación' (formar desde dentro)
convirtiéndose en una verdadera fuerza axiológica.

Clara, estando ya próximo su tránsito, decía a una de sus hermanas:


"comprenderán lo que ahora les digo, en la medida que se los haga vivir
Aquel que me lo hace decir".

b) Itinerario pedagógico

Este itinerario pedagógico trata de explicitar una serie de etapas que


quieren jalonar el proceso de toda persona, principalmente joven, que quiere
abrirse a la vida y a Dios. Por eso, su interés no únicamente se centra en el
crecimiento antropológico de la persona, sino en el espiritual, teniendo en
todo momento el "seguimiento de Jesucristo" como telón de fondo. Las
etapas irían estructuradas de la siguiente manera:

* Educar: etimológicamente quiere decir "tirar fuera desde dentro".


Dándole un cariz más existencial, podemos decir que educar consiste en
ayudar a crecer en humanidad al otro, para lo cual se necesita ir suscitando y
equipando a la persona con un horizonte de sentido que ella misma ha de ir
elaborando. Aquí viene muy al hilo la imagen bíblica del éxodo: el pueblo
está oprimido, es consciente de ello, descubre el valor de la libertad, y pone
todos los medios para, desde ellos mismos, caminar hacia esa meta. Criterios
a tener en cuenta para la educación:

*detenerse en uno mismo para decirse la verdad


de sí. *iniciar el conocimiento de sí para
confrontarse. *discernir los propios conflictos.
*aceptarse a sí mismo.

* Formar: además de "tirar fuera", importa proponer un modelo ideal para dar
vida a una nueva identidad. Se trata de dar forma, de configurar,
forjar ... , teniendo un modelo "humanamente digno" que nos permita
caminar hacia un proceso integrativo del desarrollo personal.
Curso de Carisma Misionero
Franciscano
No basta conocerse a sí mismo, sino que es necesario un horizonte
claro, capaz de provocar la existencia del joven. Los criterios del proceso
formativo son:
*explicitar objetivamente el objetivo.
*vivir con una lucha interior la propia formación.
*estar tocado del Señor, lo cual se manifiesta en la acción y el
testimonio.
* Acompañar: se trata, no tanto, de la forma de ayuda a través de la cual el
joven es orientado en su crecimiento, cuanto la proximidad inteligente y
significativa del guía que le lleva a ayudarle a abrirse. Así, el camino formativo no
se convierte en rutina, sino que cada acontecimiento es un evento en el que Dios
habla a la persona y le hace crecer en su verdadera identidad de hijo en el Hijo.
Criterios para el discernimiento:

*estar junto al otro, compartiendo la vida.


*la preparación y competencia del educador / a. Ha de ser una persona
de Dios, serena, que se da.
*por último, la celebración de la vida, con una relación abierta a la
novedad y a lo inédito, porque es celebración de la experiencia de Dios.

* Ser paciente: tras trabajar la tierra, es preciso prestar atención a la semilla, la


cual necesita su tiempo hasta que de ella comienza a surgir la planta. En todo este
proceso el educador / a no está a la buena de Dios, sino que sigue regando,
haciendo propia la ley de la gradualidad y el desarrollo. Los criterios para el
discernimiento en forma de pregunta son:
* ¿la paciente espera es vivida como aparcamiento o como gozo de lo
nuevo que germina?
* ¿ vivo con expectativas excesivas en relación conmigo mismo / a,
con el otro y con la comunidad?
* ¿nos dejamos llevar por la ira? ¿sabemos decir las cosas en
el momento justo y en el tiempo oportuno?

* Estar atento: significa estar junto al otro con la mirada firme del padre y
premurosa de la madre: "suaviter sed fortiter" (ternura y vigor). Esa mirada ha de
ser capaz de crear una confrontación auténtica, atenta al joven, la cual toca sus tres
momentos más importantes: mirada a la llamada, mirada a la crisis, mirada atenta a
la superación con el consiguiente desarrollo. Sólo a través de esa mirada
impregnada de amor es posible sostener la relación del crecimiento y de la
fidelidad.

Podemos decir que el Padre re-crea, el Hijo modela, el Espíritu


acompaña, mientras que el formador sabe ser paciente y estar atento. El
ministerio educativo en la lógica trinitaria conlleva la ley de la armonía, del
donarse, del comunicar recíprocamente la propia experiencia de fe.
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0
Como conclusión a todo lo visto en este apartado, destacamos que la
pedagogía franciscana tiene muy en cuenta a la persona, protagonista
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principal de su propio crecimiento, cuyo proceso se caracteriza por ser
dinámico, orgánico, gradual, coherente, práctico, experiencial, incultura do y
abierto a nuevas formas de vida y de servicio.

c) Educar en valores franciscanos

Educar_formar desde una cosmovisión franciscana, supone hacer


hincapié en algunos valores que consideramos centrales de la espiritualidad.
Destacamos algunos de ellos:

1) La gratuidad y la donación: vivimos en una sociedad en la que priman los


valores del tener por encima del ser, en la que todo se compra y se vende; en la que
vales en tanto que produces con eficacia y eficiencia.

El educador / a franciscano/a, fiel a Francisco y Clara -que fueron


personas totalmente para los demás, que lograron vivir la constante relación
humana en términos de respeto, de acogida, de donación y de ternura-
proporcionarán el valor de la gratuidad como aquél que nos ayuda a tener
relaciones humanas y el valor de la donación como signo de la entrega
amorosa que Jesús tuvo por todos nosotros, para que de esta manera
podamos construir una sociedad y un mundo en el que se respete al otro
reconociendo la dignidad que tiene como persona.

2) Opción preferencial por los pobres y marginados: también en esto hemos


de aprender de Francisco y Clara de Asís. Ellos, a través del beso al leproso, nos
ofrecen un modelo de cercanía a la gente, sobre todo, a aquellos que más sufren. La
escuela franciscana ha de ser testimonio ante la Iglesia y la sociedad de una Escuela
integradora de aquellas realidades y personas que sufren algún tipo de discapacidad
-física o mental-, de las minorías étnicas que viven cercanas a nuestros Colegios y
de no discriminación hacia aquellos alumnos que padecen alguna enfermedad
infecto-contagiosa, como puede ser el SIDA.

De esta manera, el educador / a franciscano/ a será fiel al mensaje


evangélico que nos pone como criterio salvífica y escatológico dar de comer
al hambriento, de beber al sediento, de visitar al enfermo ... A la vez, vivirá
su vocación de seguidor de Francisco y Clara de Asís en su sensibilidad y
compromiso por los que sufren, por los débiles y los marginados o
excluidos, ellos son, también, verdaderamente "Sacramento de Cristo".

3) Opción por la paz: vivimos en una sociedad de clara y abierta


competitividad en el poder, en el saber y en el tener; y en la que se manifiesta la
rivalidad, la agresividad y la violencia. Ésta se reviste de mil formas: culturales,
políticas, ideológicas, religiosas, económicas, ...
Subsidio de Pedagogía
Franciscana
Se hiere no sólo con las armas, sino con las palabras mortificantes, con
los gestos desacralizados, con formas inciviles, con pretensiones
arrogantes. Se atacan los derechos más elementales: vida, trabajo, casa,
alimento, familia.
Cuando uno se pone en contacto con Francisco de Asís
inmediatamente se percata de que ha entrado en un universo incomparable
de paz. Paz como experiencia, paz como misión, paz como estilo, paz como
destino. Francisco más que un romántico pacifista fue un comprometido
pacífico. No solamente él está en armonía consigo mismo, con el mundo y
con toda la creación, sino que ordena a sus hermanos evitar controversias,
calumnias y violencias verbales y reales, que sean mesurados y no juzguen
ni condenen.
4) Salvaguarda de la Creación: también en este campo, que está
Íntimamente relacionado con los anteriores, tiene el educador / a franciscano/
a una labor a realizar. Los medios de comunicación nos ofrecen
constantemente noticias sobre la situación de nuestro planeta. Y si en otros
tiempos hemos asistido a diversos tipos de plagas, hoy bien se puede afirmar
que estamos viviendo con otras que están poniendo en peligro la calidad de
vida de las generaciones futuras debido a la degradación de la tierra.

Una vez más, el estilo de vida del Hermano de Asís, sale a nuestro
encuentro para orientar nuestra tarea de Educadores en este campo. En
Francisco de Asís tenemos el modelo de hombre que contempla la
Creación "participando de ella"; y lo hace constituyéndose en su portavoz
ante Dios con el "Cántico de las creaturas" o "Cántico del Hermano Sol".

Si queremos un mundo mejor para las generaciones futuras hemos de


empeñarnos en educar desde la Escuela a los jóvenes en los valores de la
austeridad, del respeto por lo que es de todos, de la sencillez, del ahorro
ante los bienes escasos, empezando nosotros como modelos de personas
que queremos un planeta más habitable en el que podamos vivir
distribuyendo lo que es de todos en condición de igualdad.

5) La esperanza como actitud de vida: uno de los rasgos con el que


podemos caracterizar a la persona actual es una actitud de indiferencia ante lo
que sucede a su alrededor. Esta indiferencia está muy relacionada con el
desencanto ante la vida, por la impotencia ante el destino, por el deterioro ante
el Medio Ambiente, ante la experiencia amenazante de la nada y ante el
miedo de un futuro imposible.

Como educadores / as franciscanos / as, transmisores de la experiencia


de Francisco de Asís, proponemos una manera diferente de situarnos ante
la vida, de relacionarnos con las personas que nos rodean, no de una
manera desencantada e indiferente ante lo que sucede sino viviendo la
esperanza como una actitud fundamental de nuestra vida. Es desde la
esperanza desde donde la sociedad, la naturaleza y la cultura deben ser
interpretadas, renovadas y transformadas.
1 Curso de Carisma Misionero
2 Franciscano
La esperanza en el franciscanismo es una actitud fundamental y un
talante que hace del franciscano/a una "persona en camino" hacia Dios, lo
cual supone vivir en audacia, en espíritu de creatividad, en voluntad de
riesgo, en talante optimista y en una fidelidad a lo concreto ... Francisco de
Asís fue un gran bienhechor de la humanidad porque fue un gran creyente,
un hombre que llevó la esperanza hasta los límites. Esperó absolutamente
todo en Dios yen la persona.

6) Fraternidad: el valor de la fraternidad franciscana es un regalo que


los seguidores de Francisco de Así recibimos directamente de él cuando en el
Testamento nos dice: " ... y después queel Señor me dio hermanos ... ". La
fraternidad constituye para Francisco la intuición profética esencial que marcará
toda su vida de seguidor e imitador de Jesucristo.

De esta manera el educador / a franciscano / a vivirá el valor de la


Fraternidad con la Comunidad Educativa y los educandos manteniendo
una actitud en la que valora a la otra persona como un don que Dios ha
puesto en su camino, respetando su individualidad, promoviendo todas sus
potencialidades y favoreciendo espacios de encuentro en los que cada uno
pueda manifestar, desde su libertad personal, lo que realmente es, lo que
necesita y lo que pretende.

III. LA COMUNIDAD EDUCATIVA ESCOLAR FRANCISCANA

Eligiendo la opción de una educación alternativa que emana del


humanismo cristiano-franciscano, hay que reflexionar sobre los "modelos
conceptuales" que han de estar presentes al mostrar cualesquiera de las
realidades que queremos que los educandos aprendan. De manera que,

Subsidio de Pedagogía Franciscana 13


comprometerse con una opción educativa supone una comunidad básica en
la cosmovisión.

Otro tanto ocurre con los referentes axiológicos: ante cualquier


realidad, no hacemos sólo un juicio intelectual, sino de valor. Si el conjunto
de educadores que confluyen en la educación del niño se muestran ante él
con sistemas de valores dispersos, encontrados, es probable que la vida y
realidad se vaya presentando ante el educando carente de referentes de valor
y termine por atenerse a pautas de valor más instintivas.

Una educación que preconiza el humanismo cristiano-franciscano (que


evangeliza) no pasará de ser una bella expresión si no cuenta con un equipo
docente que en alguna medida cultiva, comparte y vive los valores del
humanismo cristiano-franciscano con todas sus consecuencias.

Algunas características de la fraternidad francisclariana

Algunas de las características más significativas de toda fraternidad


"francisc1ariana", inc1uídas las escolares, son:

- Cristo, centro vivo de la fraternidad.


- Fraternidad vitalizada por la Palabra de Dios.
- Fraternidad alimentada por la oración.
- Fraternidad fundada en la caridad evangélica.
- Aceptación recíproca.

Esta última característica es de fundamental importancia, ningún grupo


humano, como nos enseña la psicología, puede tener éxito si cada
componente del mismo no se siente acogido plenamente y sin reservas, y si
él no acepta de igual modo a los demás miembros y al grupo mismo con sus
ideas y sus tareas. Esto vale con mayor razón tratándose de un grupo
cristiano; san Pablo nos da la fórmula exacta: "Acéptense unos a otros como
Cristo los ha aceptado a ustedes para gloria de Dios Padre" (Rm 15, 7).

Francisco y Clara de Asís nos han dado el secreto, acogen a cada


hermano, a cada hermana, tal como son, como don de Dios. "Ámalos tal
como son, y no pretendas que sean mejores cristianos para ti", nos dirá el mismo
Francisco.
A medida de la persona humana
La dimensión comunitaria de la escuela es inseparable de la atención
prioritaria a la persona, centro del proyecto educativo escolar. "La cultura
debe ser a medida de la persona humana, superando la tentación de un
saber doblegado al pragmatismo o disperso en los infinitos arroyuelos de la
erudición, y por lo tanto incapaz de dar sentido a la vida. […] El saber
iluminado por la fe, lejos de desertar de los ámbitos de las vivencias
cotidianas, los habita con toda la fuerza de la esperanza y la profecía. El
humanismo que auguramos propugna una visión de la sociedad centrada en
la persona humana y sus derechos inalienables, en los valores de la justicia
y la paz, en una correcta relación entre individuos, sociedad y Estado, en la
Curso de Carisma Misionero
lógica
)4 de la Franciscano
solidaridad y la subsidiariedad. Es un humanismo capaz de infundir un
15
alma al propio progreso económico, para que esté encaminado a la
promoción de todo hombre y de todo el hombre".

La comunidad escolar es un acto profético

La vida comunitaria escolar, cuando está entretejida de relaciones


profundas, es "un acto profético", en una sociedad en la que se esconde, a
veces sin darse cuenta, un profundo anhelo de fraternidad sin fronteras.
Esta convicción se patentiza en el compromiso de dar calidad a la vida de
la comunidad como lugar de crecimiento de las personas y de mutua ayuda
en la búsqueda y cumplimiento de la misión común. En esta línea es
importante que el signo de la fraternidad se pueda percibir con
transparencia en cada momento de la vida de la comunidad escolar. En este
sentido, la escuela considerada como "microcosmos" pone las bases
fundamentales para vivir responsablemente en el "macrocosmos" de la
sociedad.
Las comunidades educativas franciscanas proponen -o deberían
hacerlo-un modelo de convivencia alternativo al de una sociedad
masificada o individualista. Concretamente, todos los integrantes de la
comunidad escolar contribuyen a que la escuela se estructure como lugar
de encuentro, de escucha, de comunicación, donde los alumnos y alumnas
perciban los valores de forma vital. Con circunspección ayudan a orientar
las opciones pedagógicas, de tal modo que se favorezca la superación del
protagonismo individualista, la solidaridad frente a la competición, la
ayuda al débil frente a la marginación, la participación responsable frente
al desinterés.

Subsidio de Pedagogía Franciscana


EJERCICIOS
4.
Curso de Carisma Misionero Franciscano

1. Carta a un Ministro

La Carta que transcribimos, dirigida por Francisco a un Ministro de su


Orden, sintetiza las ideas esenciales de la metodología formativa
franciscana a tal punto, que esta sola Carta tiene el valor de todo un
sistema pedagógico.

"Y ama a los que te hacen esto (se refiere a conflicto entre hermanos). y
no pretendas de ellos otra cosa, sino cuanto el Señor te dé. Y ámalos
precisamente en esto, y tú no exijas que sean cristianos mejores. Y que te
valga esto más que vivir en un eremitorio.

Y en esto quiero conocer que amas al Señor y me amas a mí, siervo suyo
y tuyo, si procedes así: que no haya en el mundo hermano que, por mucho
que hubiere pecado, se aleje jamás de ti después de haber contemplado tus
ojos sin haber obtenido tu misericordia, si es que la busca. y, si no busca
misericordia, pregúntale tú si la quiere. y, si mil veces volviere a pecar ante tus
propios ojos, ámale más que a mí, para atraerlo al Señor; y compadécete
siempre de los tales. y cuando puedas, comunica a los guardianes que por tu
parte estás resuelto a comportarte así" (CtaM 5-12).

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~
.
.

1
6
2. Decálogo de Asís por la Paz

Este compromiso por la paz fue asumido conjuntamente por el Papa


Juan Pablo II y los líderes de las grandes religiones del mundo en la
Jornada de Oración por la Paz realizada en Asís el 24 de enero de
2002:
1. Nos comprometemos a proclamar nuestra firme
convicción de que la violencia y el terrorismo son
incompatibles con el auténtico espíritu de la religión
y, condenando todo recurso a la violencia y a la
guerra en nombre de Dios o de la religión, nos
comprometemos a hacer todo lo que nos sea posible
para desarraigar las causas del terrorismo.
2. Nos comprometemos a educar a la gente en el respeto y la estima
mutuos para favorecer una convivencia fraterna y pacífica entre
personas de diferentes grupos étnicos, culturas y religiones.

3. Nos comprometemos a promover la cultura del diálogo para que


crezcan la comprensión y la confianza recíproca entre individuos y
pueblos, siendo éstas las premisas de la paz auténtica.

4. Nos comprometemos a defender el derecho de toda persona


humana a vivir una existencia digna, según al propia identidad cultural
y a formar libremente una familia.

5. Nos comprometemos a dialogar con sinceridad y paciencia, sin


considerar lo que nos diferencia como un muro imposible a superar,
sino por el contrario reconociendo que el encuentro con la diversidad
de los demás puede convertirse en una oportunidad para mejorar la
comprensión recíproca.
6. Nos comprometemos a perdonarnos mutuamente los errores y
prejuicios del pasado y del presente, ya apoyarnos en el común
esfuerzo por derrotar el egoísmo y la prepotencia, el odio y la
violencia, así como a aprender del pasado que la paz sin la justicia no
es una auténtica paz.
7. Nos comprometemos a estar de la parte de los que sufren a causa
de la miseria y el abandono, haciéndonos portavoces de quien no tiene
voz y trabajando concretamente para superar tales situaciones, con la
convicción de que nadie puede ser feliz solo.

8. Nos comprometemos a hacer nuestro el grito de quien no se


resigna a la violencia y al mal y queremos contribuir con todas
nuestras fuerzas para dar a la humanidad de nuestro tiempo una
esperanza real de justicia y de paz.

9. Nos comprometemos a alentar toda iniciativa que promueva la


amistad entre los pueblos, convencidos de que el progreso tecnológico,
cuando falta un entendimiento solidario entre los pueblos, expone al
mundo a crecientes riesgos de destrucción y muerte.

10. Nos comprometemos a pedir a los líderes de las


naciones que hagan todos los esfuerzos posibles para
crear y consolidar, a nivel nacional e internacional, un
mundo de solidaridad y paz, basado en la justicia.

Este decálogo de Asís para la Paz, bien puede servirnos como “ideario”
para nuestra formación y educación en aquellos valores esenciales del
carisma franciscano. La adopción del mismo exigirá plantear nuestras
prácticas pedagógicas J7
3. Clara lava los pies

Cuando Clara lava los pies, es siempre un acto de devoción. Se ve


en la Vida de Clara, que cuando llegaban los huéspedes se apresuraba
a ofrecerles agua en una palangana y una toalla limpia para que se
levasen y refrescasen. En el gesto está el anhelo del alma: asimilarse a
los sentimientos de su Señor. Se entiende más o menos así: perdonar
inmediatamente, orar, amar, servir a los que nos aman y a los que nos
ofenden, como el Señor lavó los pies del que le iba a entregar con
traición.
Y el que es injuriado, lave con perdón al hermano que le injurió y
preséntelo con devoción al Padre que está en los cielos:

"La que ha sido causa de turbación, de inmediato, antes de que


presente la ofrenda (Mt 5,23) de su oración al Señor, no sólo se
prosterne con humildad a los pies de la otra pidiéndole perdón, sino
que también ha de rogarle con la misma humildad que pida por ella
al Señor. Y la ofendida perdone con generosidad a su hermana toda
injuria" (RCIIX, 8).
Y el que es envidiado que lave con su silencio paciente los pies del
que le pisa para alzarse. 6.
5.

Preguntas:
Y el que sea difamado que lave con su humildad los pies del que
le ensució y robó la túnica de su lealtad. Decía Pablo VI que el
mundo de hoy "tiene más
necesidad de testigos que
Y el que sea golpeado y echado fuera a la nieve fría, que lave los maestros, y si escucha a
pies del enemigo y salte de júbilo. los
.
Maestros, es sporque
antes
Clara ponía a los pies de sus hermanas la disponibilidad a dar la son testigos” ¿qué relación
vida por ellas, por el bien de sus almas, y hasta por sus necesidades y tiene esta afirmación con la
práctica de Clara que
sus miedos. Cuando llegó la ocasión lo demostró. acabamos de leer?
¿Qué consecuencias
-Obras son amores y no meras razones- extraes para tu
actividad "formadora”
(sea en al ámbito que
("La Vía de la Belleza: temas espirituales de Clara de Asís", pp.
269-270) . fuere)?
•.

18 Curso de Carisma Misionero Franciscano


APLICACIONES

1 1. Autocrítica

La Escuela Católica, en cuanto sujeto eclesial, comparte la misión


evangelizadora de toda la Iglesia. Es desde la Escuela Católica,
principalmente, donde la Iglesia educa en aquellos valores evangélicos
capaces de modificar las actitudes de las personas y de la sociedad.
Preguntas: Teniendo presente esta realidad, los Obispos argentinos expresaban así
su preocupación.
¿ Cuál sería el aporte
específico que los
franciscanos y las "En un país constituidos mayoritariamente por bautizados, resulta
franciscanas podríamos
ofrecer en orden a "forjar escandaloso el desconocimiento y, por lo mismo, la falta de vigencia de la
una sociedad más justa y Doctrina Social de la Iglesia. Esta ignorancia e indiferencia permite que no
fraterna"? pocos hayan disociado la fe del modo de conducirse cristianamente frente a
los bienes materiales y a los contratos sociales de justicia y solidaridad. La
¿Cuáles serían los ámbitos labor educativa de la Iglesia no pudo hacer surgir una patria más justa,
de nuestro compromiso
concreto? ¿Por qué? porque no ha logrado que los valores evangélicos se traduzcan en
compromisos cotidianos" (NMA 38).

Subsidio de Pedagogía Franciscana


2. El encuentro

En el Poverello, lo humano, lo mundano y lo divino consumaron


el gran encuentro. Toda su biografía es la gran expresión de una
inquietud permanente de búsqueda. Buscaba para encontrar, y
encontrando seguía nuevamente para actuar siempre acertando.

Su profunda experiencia humana se va ensanchando y


profundizando de un modo gradual y progresivo gracias a infinidad de
encuentros que le abren a nuevos horizontes y le invitan siempre a ir
más allá, a la búsqueda de un infinito anhelado y sentido, pero aún no
alcanzado. Esta tensión ininterrumpida de avanzar más allá da a la
biografía de Francisco un dinamismo y una sorpresa desconcertantes
que hacen que su vida se presente llena de belleza, de poesía, de
cortesía, de humanidad y de ilimitadas posibilidades.

La vida del hombre está jalonada de encuentros: encuentro con


Preguntas
uno mismo, encuentro con una persona amada, encuentro con un
¿Cuál es
amigo, con un libro, con el otro sexo, con nuevas circunstancias, etc. Y nuestra
todo encuentro, cuando es profundo, siempre es afectante, como experienci
subraya Laín Entralgo. Toda la vida de Francisco está llena de a de
“encuentr
encuentros, que él lo consideró como gracia. En su Testamento repite o”?
como en un estribillo: El Señor me ha dado. Y por eso se convirtió en ¿Cuáles son los riesgos
un gran dador de gracias, que es la forma suprema de reconocimiento y de “encontrarnos", qué
gratitud. En nuestra ciudad secular se dan pocas gracias porque todo se nos exige?
encuentra tan natural y porque hay una voluntad de sospecha y de
aprovechamiento incluso en los encuentros más profundamente
humanos. ("Manifiesto Franciscano para un Futuro Mejor", José ¿Formamos para
el encuentro o para
Antonio Merino - Ed. Paulinas - Madrid 1985- pp. 19-20).
del desencuentro?

2
0 Curso de Carisma Misionero Franciscano
BIBLIOGRAFíA SUGERIDA
21

"Humanismo Franciscano", Antonio Merino - Ed. Cristiandad - Madrid 1982.

"La Vía de la Belleza", Temas espirituales de Clara de Asís, María Victoria Triviño
- B.A.C. - Madrid 2003.

"Manifiesto Franciscano para un Futuro Mejor", Antonio Merino - Ed. Paulina s -


Madrid 1985.

Congregación para la Educación Católica, "Las Personas Consagradas y su Misión en la


Escuela" - 2004.

ANTROPOLOGÍA FRANCISCANA (Apuntes del Curso de Verano del Centro


Franciscano). Hno. Jerónimo Bórmida, ofmcap. 1995

Subsidio de Pedagogía Franciscana

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