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v.1 - que Dios le dio, para manifestar a sus siervos - Este libro tiene la
afirmación más plena y explícita de autoría divina que cualquier libro de la
Biblia. Por lo tanto si fue Juan el apóstol que lo escribió o no es irrelevante.
El autor es Dios; Dios se lo dio a Jesús, de la misma forma en que le da a
Jesús el libro más adelante (5:7). Está escrito a sus siervos, es decir a los
cristianos. La palabra griega para siervos significa esclavos. Siervo es una
expresión común para los cristianos en Apocalipsis (ver 1:6, 2:20, 6:11, 7:3
y 7:15). Siervo, o servir, es usado 19 veces en total. El libro está escrito
para los siervos de Dios, es decir para sus santos, para mostrarnos lo que
sucedería pronto y para que no seamos sorprendidos por los eventos
mundiales y la persecución en la que el enemigo parece triunfar. 22:16
dice, "Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en
las iglesias...". Daros es plural. Finalmente el último versículo dice, "La
gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén." Otras
expresiones usadas para el pueblo de Dios son hermanos y santos. Aquellos
que sirven a Dios en la tierra también lo servirán en el cielo (1:6, 5:10,
7:15, 22:3).
v.1 - las cosas que deben suceder pronto - es decir "una crisis inminente"
(Caird) o "las cosas que están a punto de suceder" (Mounce y Walvoord).
Lenski, al comentar sobre la palabra griega para "pronto", al igual que en
22:7, 12, 20, destaca que esto no significa "rápidamente" sino "en poco
tiempo", "pronto" - "el tiempo está cerca" (v.3). "Pronto" en el sentido
bíblico puede significar un tiempo largo. Por ejemplo, "Vengo pronto",
pero note que el v.3 dice que hay una bendición para aquellos que guardan
el mensaje de Apocalipsis "porque el tiempo está cerca". Los eventos que
describe están a punto de suceder. La frase "vengo pronto" abarca toda la
era del evangelio, y el libro de Apocalipsis hace lo mismo. La frase "las
cosas que deben suceder pronto" es repetida en 22:6, y hay una versión
parecida en 1:19 (ver también 4:1). Ap. 4:1 indica que lo pronto sucederá
es observado desde el cielo. Los eventos terrenales son observados con una
perspectiva celestial; esto da una visión importante de lo que trata el libro.
En 22:10 a Juan se le dice que no selle las palabras de la profecía porque el
tiempo está cerca. A Daniel se le dice que selle las palabras en el libro
hasta el tiempo del fin (Dn. 12:4). Yo interpretaría por lo tanto al
Apocalipsis como relevante para todas las generaciones, desde el tiempo de
las siete iglesias hasta que venga Jesús de nuevo.
Los profetas y profetizar son también un rasgo del libro de Juan. En 10:11,
después de comer el librito, a Juan se le dice "Es necesario que profetices
otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes." Los dos testigos
son profetas y profetizan por 1260 días. Tienen el poder de cerrar el cielo
para que no llueva durante el tiempo que están profetizando. Los habitantes
de la tierra se regocijarán y celebrarán porque estos dos profetas los habían
atormentado (11:3, 6, 11). Juan se considera claramente un profeta (22:9).
Los profetas se distinguen de los santos en 11:18, 16:6, 18:20, 18:24. Es
probablemente el oficio de profetas (Ef. 4:11) al que se refiere, porque los
apóstoles son incluidos en 18:20. La iglesia está edificada sobre los
cimientos de los apóstoles y los profetas, con Jesucristo mismo como la
piedra principal (Ef. 2:20).
v. 3 - porque el tiempo está cerca - Esto nos ofrece otra pista para la
interpretación de Apocalipsis. En las Escrituras la venida del Señor siempre
está cerca. Por ejemplo, en Santiago 5:8 "Tened también vosotros
paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se
acerca." Para cada generación la venida del Señor siempre está cerca, así
que está hablándole a todas las generaciones. Los últimos días son desde
los días de Pentecostés hasta la Segunda Venida. No está hablando sólo
acerca de aquellas cosas que le ocurren a la última generación en el futuro
distante. Habla de las últimas cosas, pero éstas ocurren desde el tiempo de
la ascensión de Cristo hasta su segunda venida. Ver también 1:1 (para
manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder), 1:19 (Escribe las
cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas),
22:6 (ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben
suceder pronto). Esta es la última carta de Dios a la iglesia y será de ayuda
a la iglesia perseguida a través de las generaciones venideras, en el tiempo
de Juan, cuando Él venga de nuevo y las generaciones intermedias. Juan
está puntualizando que debemos guardar el mensaje del libro ahora y no
esperar el futuro. De la misma forma que nosotros debemos estar
preparados para la segunda venida del Señor ahora porque Él podría venir
cualquier día, las Escrituras son bastantes claras en que Él vendrá a la hora
que no lo esperamos (Mt. 24:44)
(Ap 1:4) Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a
vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que
están delante de su trono. {5} y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito
de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y
nos lavó de nuestros pecados con su sangre, {6} y nos hizo reyes y
sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea la gloria e imperio por los siglos
de los siglos. Amen.
{7} He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le
traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí,
amén.
{8} Yo soy el Alfa y el Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que
era y que ha de venir, el Todopoderoso.
v. 4 - del que es y que era y que ha de venir - Sigue ahora una fórmula de
tres partes para la Trinidad. Del Dios eterno quien es ahora, que ha sido
desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura (ver también 1:8, 4:8,
11:17). Este saludo es de Dios el Padre, el Espíritu Santo y el Hijo (ver v.
4, 5 más abajo). Esto es similar al nombre de Dios declarado a Moisés, "Yo
Soy El Que Soy" y "Yo Soy" (Ex. 3:14). Él habita la eternidad (Is. 57:15).
Esta designación sólo se aplica a Dios.
v. 4 - y de los siete espíritus que están delante del trono - Siete se refiere a
estar completo; otra lectura es espíritu de siete partes. Isaías da siete modos
(en realidad, seis modos) de operación del Espíritu para la vida de Cristo
(Is. 11:2-4). Ver también Juan 14:16-27: el Espíritu consuela (16), es el
Espíritu de Verdad (17), vive en nosotros (17), manifiesta a Jesús (21),
manifiesta a Jesús y al Padre (23), nos enseña (26), nos da paz (27)
{POSB}. Los siete espíritus son mencionados de nuevo en la carta a Sardis
(3:1), y como siete lámparas de fuego delante del trono de Dios (4:5) y
como los siete ojos del Cordero, que son los siete espíritus de Dios
enviados por toda la tierra (5:6). Juan no está yendo en contra de la doctrina
tradicional de que hay un Espíritu. Para una explicación detallada, ver
comentarios sobre 4:5.
v. 5 - Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre - Sigue
una descripción de tres partes de su obra salvadora. Adoración a nuestro
redentor, al que nos ama y lo probó por Su muerte en la cruz que canceló
nuestros pecados. Esta es una definición de un cristiano, uno que es amado
por Cristo y liberado de sus pecados. Este libro está escrito para aquellos
que son salvados de la ira de Dios por medio de la sangre de Cristo, que es
su muerte en la cruz. Sólo esto es suficiente para limpiarnos y liberarnos de
nuestros pecados y hacernos aceptos a Dios. En todas las circunstancias los
santos son más que vencedores mediante Jesús quien nos ama. Sólo
aquellos que reconocen la palabra de Dios y el testimonio de Jesús se
beneficiarán realmente o entenderán el libro. Jesús es el único que nos
puede salvar de la ira de Dios como se indica en las copas en este libro, y
finalmente del lago de fuego (1 Tes. 1:10). Aquí, en un libro que contiene
mucho juicio, se nos recuerda al principio del evangelio de que por medio
de la cruz y la resurrección de Cristo "Dios estaba en Cristo reconciliando
consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados... (2
Cor. 5:19). La sangre de Jesús que nos purifica del pecado es el tema de la
carta de Juan (1 Juan 1:7); también lo es el amor de Dios (1 Juan 4:7-11).
Otras referencias a "servir a Dios" son Ap. 7:15 y 22:3. Los santos son un
reino cuyo rey es Cristo. Anteriormente éramos parte del reino de Satanás
(Col. 1:13). Servir a su Dios y Padre nos recuerda las palabras de Jesús a
sus discípulos después de la resurrección, de que Su Padre era ahora su
Padre y Su Dios era ahora su Dios (Juan 20:17). Estos dos versículos (5, 6)
se refieren a aquellos que conocen a Jesús. El versículo siguiente se refiere
a aquellos que no lo conocen a Jesús. Para aquellos que lo conocen a Jesús
su retorno a la tierra traerá un nuevo cuerpo y vida eterna en el paraíso de
Dios.
v. 7 - He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le
traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí,
amén - Contrastando con los dos versículos anteriores que se refieren a
nuestras riquezas en Cristo, este versículo trae la lamentación de la gente de
la tierra que no conocen el amor de Dios y que no han sido limpiados de
sus pecados. La Segunda Venida será pública; todo ojo lo verá (2 Tes.1:7-
9, Ap. 6:15-17, 11:18, 14:17-20, 19:15) pero será admirada por los santos
(2 Tes. 1:10, Ap. 19:6-9). Esta visión de la Segunda Venida de Cristo es
una combinación de Dn. 7:13 y Zac. 12:10. El anuncio de la Segunda
Venida de Cristo es un tema principal en el libro y está basado en Zac.
12:10 (ver también Mt. 24:30). Para la iglesia, esto traerá solaz, pero para
el mundo traerá juicio. Juan 19:37, "Mirarán al que traspasaron" también
está basado en Zac. 12:10 y usa la misma palabra griega ekkenteo que en
Apocalipsis, las únicas dos veces que es usada en el NT.
Éfeso (2:1)
Esmirna (2:8)
Pérgamo (2:12)
Tiatira (2:18)
Sardis (3:1)
Filadelfia (3:7)
Laodicea (3:14)
v. 11 - que decía: ... Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete
iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis,
Filadelfia y Laodicea - A Juan se le ordenó que escribiera lo que vio. Era
una visión lo que vio Juan y él estaba en el espíritu. El mensaje debía ser
enviado a las siete iglesias de Asia inicialmente. Siete es el número de la
plenitud divina, porque Dios descansó el séptimo día de la creación (Gn.
2:2). Las siete iglesias representan a la iglesia toda de Cristo, así que es
para nosotros también, así como las cartas de Pablo a los Efesios,
Romanos, Corintios, etc. son también para toda iglesia. El orden de las
siete iglesias es geográfico, según una ruta circular.
v. 14 - sus ojos como llama de fuego - Es decir que ve todo con una
claridad penetrante y juzga lo que ve de acuerdo con su santidad. Alaba lo
bueno y corrige lo que está mal. Aparece nuevamente con ojos como llama
de fuego en la carta a Tiatira, en la que está identificado claramente como
el Hijo de Dios (2:18). Esta descripción se repite en 19:12 cuando aparece
como el jinete sobre el caballo blanco, y en Daniel 10:6 encontramos que
tiene ojos como antorchas de fuego. En 5:6 tiene siete ojos que son los siete
espíritus de Dios enviados a toda la tierra (ver 2 Crónicas 16:9, "Porque los
ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de
los que tienen corazón perfecto para con él" y Zac. 4:10, "Estos siete son
los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra"). Nuestro Señor ve todo lo
referente a las siete iglesia. Él es plenamente consciente de su condición
como se indica en la frase "Yo conozco tus obras" que se usa en la mayoría
de las siete cartas.
v. 16 - de su boca salía una espada aguda de dos filos - Isaías dice "puso
mi boca como espada aguda". Una espada de dos filos (rhomphia) es una
referencia a la palabra de Dios (ver Heb. 4:12). Compare la descripción
dada aquí con la del jinete sobre el caballo blanco en Ap. 19:15, 21: de su
boca salía una espada aguda (rhomphia) para juzgar al mundo. En 2:12 es
descrito como aquél que tiene la espada aguda de dos filos (rhomphia) y en
2:16 luchará contra aquellos en la iglesia de Pérgamo que no se arrepienten
con la espada de dos filos (rhomphia). Compare con Is. 11:4 "Herirá la
tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al
impío". Esta espada tiene que ver con el juicio, de la iglesia y del mundo.
v. 17 - Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre
mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último - Cuando Juan lo
vio, vio la gloria de Cristo y cayó a sus pies por la indignidad de su
humanidad. Esto le ocurrió tres veces a Daniel cuando vio un ángel
poderoso; tuvo que ser fortalecido porque estaba tan sobrecogido por lo que
había visto (Dn. 8:18, 10:9, 10:18). Jesús coloca su mano derecha sobre
Juan para consolarlo y fortalecerlo. Jesús usa la frase "no temas" después
de su resurrección (Mt. 28:10). La frase "yo soy el primero y le último" es
un título divino citado de Is. 44:6, 48:12. El Cristo es el primero y el
último. Esta descripción es usada en la introducción a la carta a la iglesia en
Esmirna. En 21:6 es descrito como el Alfa y la Omega, el Principio y el
Fin. Esto se repite en 22:13; de nuevo, enfatiza su divinidad.
v. 18 - y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos
de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades - Esta es
una clara referencia a su vida, muerte y resurrección y enfatiza que Cristo
está vivo por siempre y siempre. Habiendo muerto y resucitado de la
muerte, y habiendo visitado el Hades, la morada de los muertos (1 Pedro
3:18), tiene autoridad sobre ambos (xxxx). Tiene autoridad sobre el libro de
la vida que determina el destino de cada hombre (3:5). La designación de
"el primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió" es usado por Cristo
para introducir su carta a la iglesia de Esmirna. Su relevancia particular
para ellos era que estaban a punto de pasar por un período de persecución y
aun martirio (2:8). Enfatiza que así como Cristo vivió, murió y resucitó de
nuevo, así nosotros si morimos resucitaremos de nuevo cuando Él venga;
porque Él vive, nosotros viviremos (Juan 14:19) y Él nos levantará en el
día final (Juan 6:40).
v. 19 - Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser
después de estas - Jesús es el Principio y el Fin y por lo tanto está
calificado en forma suprema para decirle a Juan lo que ocurrirá más
adelante ya que sabe cómo será el final (xxxx). Juan fue ordenado por lo
tanto por Cristo para que escriba. El autor de este libro es Cristo; Juan es el
escriba. Se le dice que escriba lo que ha visto, lo que es ahora y lo que
tendrá lugar más adelante. Esto nos ofrece otra pista para la interpretación
de Apocalipsis: el Apocalipsis le muestra la visión anterior de Cristo (lo
que has visto), el presente, es decir las cartas a las siete iglesias (las que
son) y el futuro (las que han de ser después de estas). No es
específicamente el futuro distante aunque incluye los eventos de los
últimos tiempos. Ap. 4:1 presenta el futuro y marca una división importante
en el libro. Las cartas individuales a las siete iglesias son "lo que es".
Cristo interpreta las siete estrella en su mano derecha como los ángeles de
las siete iglesias, lo cual es tan enigmático como las siete estrellas. La
quinta trompeta nos muestra una estrella que ha caído del cielo a la tierra y
es casi con seguridad Satanás (9:1). En 12:4 la cola del dragón barrió un
tercio de las estrellas del cielo y los arrojó a la tierra. Esta es probablemente
una referencia a los ángeles que cayeron con Satanás. Las cartas a las siete
iglesias están dirigidas, cada una de ellas, al ángel de esa iglesia. Note que
ángel (gr. angelos) significa mensajero. Ex. 23:20-23 se refiere a un ángel
que iba a guardar a los israelitas cuando atravesaban el desierto, para
guiarlos a la tierra a la que Dios los estaba llevando. Daniel se refiere al
príncipe del reino de Persia, sin duda un ángel malo, que resistió al ángel
que vino a traerle a Daniel un mensaje. Fue ayudado por Miguel quien es el
gran príncipe que protege al pueblo de Daniel (Dn. 10:13, 21, 12:1).
Miguel probablemente sea el arcángel Miguel al que se refiere Judas 1:9 y
Ap. 1:7. Se nos dice que los niños creyentes tienen ángeles en el cielo que
siempre contemplan el rostro de Dios (Mt. 18:10). En Apocalipsis
encontramos el ángel del abismo (9:11), el ángel encargado del fuego
(14:18) y el ángel encargado de las aguas (16:5). Por lo tanto, es bastante
posible que cada iglesia tiene su propio ángel.