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Las dermatitis atópicas humana y canina presentan numerosas similitudes19. Su diagnóstico se fundamenta
en la presencia en el paciente de al menos una parte de los criterios clínicos fuertemente asociados a
la enfermedad, conjuntamente con la eliminación de otras dermatitis clínicamente similares 8.
Recientemente se ha redefinido el concepto de la dermatitis atópica canina, como una dermatopatía pruriginosa,
inflamatoria y de naturaleza alérgica, predispuesta genéticamente, y que presenta signos clínicos característicos
asociados con la presencia de IgE principalmente dirigidas contra alérgenos ambientales, hablándose de
dermatitis similares a la atópica en los casos de dermatopatías pruriginosas e inflamatorias con signos idénticos
a los de la dermatitis atópica, pero en los que la respuesta de IgE contra alérgenos no queda demostrada9.
De acuerdo con las definiciones anteriores, en este artículo vamos a abordar el diagnóstico clínico de las
dermatitis atópicas y de las similares, teniendo en cuenta que para este diagnóstico, el diagnóstico clínico, no
se precisa de la demostración de la existencia de IgE.
Hemos de recordar que la positividad a una prueba intradérmica o a un test serológico de IgE
específica de alérgeno no sirve para diagnosticar la enfermedad. El diagnóstico de la dermatitis
atópica es clínico, y se fundamenta en la presencia de signos clínicos característicos de la misma, y en el
12 descarte de otras dermatopatías clínicamente similares. Las pruebas intradérmicas y serológicas solo sirven
para seleccionar los alérgenos a usar en el caso de instituir un tratamiento de inmunoterapia específica de
alérgeno, y para poder instaurar medidas que eviten en la medida de lo posible el contacto con los mismos.
DIAGNÓSTICO CLÍNICO DEL PERRO ATÓPICO- Rejas J. y Goicoa A.
Pododermatitis bilateral
TABLA 1
Criterios diagnósticos de dermatitis
atópica Caracteres primarios
• Prurito
Aunque nunca se llegó a demostrar su validez con ensayos • Morfología y distribución típica:
científicos, durante muchos años se usó la propuesta (1) facial o digital
que realizó Willemse32 en 1986 (tabla 1), basándose en (2) liquenificación de la superficie flexora de la articula-
los criterios que Hanifin y Rajka10 propusieron pocos ción tarsal o la superficie extensora de la articulación carpal
años antes para el diagnóstico de la dermatitis atópica • Dermatitis crónica o crónica recidivante
en medicina humana. Según estos criterios, para que • Historia familiar o individual de atopia
un perro se considerara atópico necesitaba presentar al • Predisposición de raza
menos 3 caracteres principales y 3 secundarios.
Eritema auricular
Preláud y col.28 también incluyeron unos criterios menores (tabla 3), cuya presencia debía hacer sospechar
de una posible dermatitis atópica, aunque no eran diagnósticos, ya que eran muy específicos pero poco
discriminantes (lesiones en el pliegue del corvejón) o bien eran de presentación infrecuente (urticaria).
Desafortunadamente, los criterios propuestos por Prélaud y col. no han sido verificados por otros estudios
científicos rigurosos.
14
Recientemente Počta y Svoboda27 valoran la sensibilidad de los criterios de Willemse y de Prélaud y col.,
estableciéndola en un 72,3% y 68,1%, respectivamente, no habiendo diferencias estadísticas entre ellas. No
artículo científico
Urticaria
obstante, la metodología del trabajo cuestiona la validad de sus resultados ya que solo se realizaron dietas de
eliminación en un 25,5% de los pacientes, además de incluir pacientes atendidos antes de que Prélaud y col.
publicaran sus criterios diagnósticos.
En cualquier caso, debido a la variabilidad de signos presentados por cada paciente, ninguna propuesta de
criterios clínicos es infalible como método diagnóstico19.
En pacientes humanos con dermatitis atópica se incluyen como factores inductores de la misma a aeroalérgenos
(ácaros del polvo, pólenes, epiteliales, etc.), alérgenos alimentarios, superantígenos estafilocócicos e, incluso,
autoalérgenos16. En perros atópicos parece que esto
TABLA 3 también ocurre, de tal manera que recientemente la
“Internacional Task Force on Canine Atopic Dermatitis”
• Raza predispuesta o antecedentes familiares sostiene el concepto de que componentes alimentarios
• Dermatitis crónica o recidivante de más de dos años podrían ser inductores de dermatitis atópica en algunos
• Capa apagada perros, lo que no debe ser malinterpretado como que
• Afectación del pliegue del corvejón ambas son una misma enfermedad23.
• Dermatitis de lamido
• Hiperhidrosis No obstante, desde el punto de vista del
• Antecedentes de urticaria o angioedema diagnóstico clínico, en un perro atópico hay que
16
• Agravación estacional valorar la presencia de otras hipersensibilidades
• Agravación tras estar sobre hierba concurrentes así como de las complicaciones
• Variación de los síntomas según el lugar de estancia infecciosas que pueda presentar.
artículo
Trabajo científico
científico
Para diferenciarlas hay que someter al paciente a una prueba de restricción dietética 5,31. Sin embargo, esto con
frecuencia no se realiza, como lo demuestra un estudio transversal reciente realizado en Suecia sobre perros
diagnosticados como atópicos22; en casi dos tercios de los mismos no se realizó ninguna dieta de restricción.
Esta prueba consiste en alimentar al perro durante un largo periodo de tiempo, hasta 8-10 semanas 14,30, con
una dieta estricta que no aporte ninguna proteína que haya consumido previamente. Se recomienda usar
una dieta a base de una sola fuente proteica (caballo, conejo, avestruz, etc.) y una única fuente de hidratos
de carbono (arroz o patata)29, conocida como dieta casera.
Si durante el ensayo dietético mejora el cuadro clínico del paciente, posteriormente hay que reexponerle
a la dieta previa (test de provocación)31. Si empeora nuevamente, se confirma que hay un componente
alimentario en la dermatitis.
Si el propietario no acepta este tipo de dieta, se pueden usar dietas comerciales a base de proteínas
hidrolizadas, si bien hay pacientes que no responden a estas dietas y sí a una dieta casera 1,29.
Un punto importante es que muchos pacientes pueden ser simultáneamente atópicos y mostrar una reacción
adversa a los alimentos, en cuyo caso durante la prueba de restricción dietética solo se observa una mejoría del
cuadro clínico, sin curación completa. Diversos estudios recientes los han cuantificado entre el 21 y el 33% de los
perros con atopia o reacciones adversas a los alimentos1,17,18, aunque otros lo reducen al 4%26. Similarmente, un
40% de niños con dermatitis atópica moderada o intensa muestran reacciones cutáneas inducidas por alimentos31.
En cualquier caso, ante un paciente con posible diagnóstico de dermatitis atópica y signos perennes, es
obligatorio someterle a una dieta de restricción al objeto de determinar si el cuadro clínico o parte de él se
debe a un componente de la alimentación.
Similarmente a lo que ocurre con las reacciones adversas a los alimentos, numerosos perros atópicos de
zonas húmedas y templadas o cálidas padecen simultáneamente una dermatitis alérgica a la picadura de
pulgas, cifrándose hasta en un tercio de los perros con estas dermatitis3,27.
Si bien la dermatitis alérgica a la picadura de las pulgas suele ser clínicamente diferenciable de la dermatitis
atópica, ante un paciente atópico es importante establecer un control estricto de las pulgas 12, tanto en él
como en el ambiente y en los animales con los que convive, a fin de detectar cualquier componente alérgico
a la saliva de pulgas, salvo que las condiciones ambientales descarten la presencia de pulgas.
Dos de las complicaciones más frecuentes de la dermatitis atópica son las piodermas por estafilococos y la
18 dermatitis por Malassezia. Una parte importante del prurito del paciente atópico se relaciona con la presencia
de infecciones o crecimientos excesivos de estos microorganismos, por lo que es fundamental valorar su
presencia sobre las lesiones del paciente.
REHABILITACIÓN DEL PACIENTEDIAGNÓSTICO
GERIÁTRICO: CLÍNICO
OSTEOARTROSIS
DEL PERRO- DATÓPICO-
el Pueyo, RG.ejas
y GJ.uillorme
y Goicoa,A.S
Desde hace pocos años en perros se describe el sobrecrecimiento microbiano, caracterizado por la presencia
de poblaciones elevadas de bacterias, principalmente S. intermedius, y levaduras (M. pachydermatis), sobre las
lesiones cutáneas, el cual se observa con frecuencia en pacientes alérgicos7.
Igualmente desde siempre se ha observado que los perros atópicos sufren piodermas estafilocócicas
frecuentes y recurrentes6 y se ha comprobado que la adherencia de los estafilococos a los queratinocitos de
estos pacientes es mayor que en perros sanos20, de forma similar a lo observado en pacientes humanos, en
los que hasta el 90% de las lesiones atópicas muestran un aumento del número de S. aureus15 y en los que se
ha comprobado la relación entre enterotoxinas estafilocócicas y la intensidad de las lesiones cutáneas.
En personas se ha descrito que estas exotoxinas pueden ejercer su función como alérgenos2 y como
superantígenos15, los cuales inducen una potente activación inespecífica de los linfocitos, que resulta en una
producción de citoquinas y en la amplificación de la respuesta inflamatoria cutánea6. En el caso de los perros, se
estima que aproximadamente el 25% de los S. intermedius secretan exotoxinas con capacidad superantigénica24.
Cabe recordar igualmente que hasta un 39% de perros atópicos, sin pioderma visible, parecen responder a
un tratamiento antibiótico21.
Respecto de M. pachydermatis, diversos hallazgos indican que es probable que pueda ser capaz de liberar antígenos
que penetren la piel de los perros, particularmente de los atópicos4. Éstos y otros resultados publicados en varios
estudios muestran la probable existencia de reacciones mediadas por IgE contra Malassezia en perros6.
Para la valoración de poblaciones bacterianas y de levaduras en las zonas lesionadas se utiliza la citología
al ser un método simple y rápido25, siendo la cinta adhesiva el método que más poblaciones microbianas
19
Sobrecrecimiento de Malassezia
artículo científico
Sobrecrecimiento bacteriano
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