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elmargen

#3 - verano 07/08
El Margen #3 - Diciembre de 2007
©2007 Daniel Battiston
Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial de ésta publicación, aún
mencionando la fuente.

Editor responsable: Daniel Battiston

Los textos, artículos e imágenes publicados en El Margen, son propiedad exclusiva de sus respectivos
autores; y se publican con el consentimiento expreso de los mismos.

El Margen - Revista literaria trimestral de publicación electrónica.


Se distribuye gratuitamente en formato PDF a través de internet.
Publicada en Mar del Plata, Argentina.

Quilitl Atl © 2007 Roberto Canto García


Todos somos artistas © 2007 Marta Binetti
De trenes y cigarrillos © 2007 Enrique Andrade
Crepúsculo © 2007 Romina Bobadilla
Cicatriz © 2007 Romina Bobadilla
Costumbre de pecado © 2007 Romina Bobadilla
Última estación © 2007 Ezequiel Senini
Informe de ausencia © 2007 Javier Catanzaro
Poema de la noche © 2007 Javier Catanzaro
Las hermanas © 2005 Editorial Gradifco SRL; Buenos Aires; Argentina. Traducción: César Rodríguez Mondino
El ojo blindado (selección de fotografías) © 2007 Manuel Alcaide Mengual
El alfil y la dama ©2007 Javier Chiabrando
Puntos de sutura © 2007 Israel Pulido
Un pozo de ojos © 2002 Sacha Barrera Oro
Selección de poemas de La escuela de Matucana © 2007 Aldo Jara Reyes
Color de púrpura © 2007 Juan Carlos Galván Vela

Web: http://revistaelmargen.wordpress.com
Mail: revistaelmargen@gmail.com

Foto de tapa: Cap de Creus, de Pepsch - Modelo: Marta Binetti


Diseño de portada: Daniel Battiston
editorial

I
nternet se convirtió en la puerta de entrada a sección Cultura Web en la revista: no todo lo
la producción cultural de una enorme que aparece en la red es basura; nada más
cantidad de artistas, a los que, de otro modo, tenemos que tomarnos el trabajo de buscarlo.
les hubiera sido imposible llegar a darse a Al fin de cuentas, con los libros pasa lo mismo.
conocer. El problema con internet, es que cualquiera
Desde hace tiempo se escucha que internet, tiene acceso a ella; cualquiera con un
y en especial los blogs, no son literatura; que conocimiento muy básico puede abrir y
nadie puede comparar, desde la calidad, los administrar un blog; cualquiera puede decir lo
textos que encontrará en un blog y aquellos que quiere. Es lógico que nos encontremos
que podrá leer en un libro. avasallados por una marea incontenible de
En cierto modo tienen razón. Pero no porqué mediocridad, de la cual emergen cada tanto
en los blogs no pueda existir la buena literatura, una roca solitaria de auténtico valor artístico.
sino porque internet y un libro son soportes Esto es lo que me entusiasma de internet: su
bien diferentes, y por lo tanto requieren de aparente estado de anarquía; su coqueteo
técnicas diferentes. constante con el caos; casi un universo aparte,
A nadie le molestará leer en un libro un que sigue sus propias reglas.
cuento de treinta mil palabras; en un blog,
sobre la pantalla de la PC, intentar leerlo se Al fin de cuentas, El Margen es parte de todo
transformará en una especie de pesadilla. El lo que acabo de escribir. Tengo la idea que ya
libro impreso, por si mismo, no perderá su es una pequeña islita de calidad. Espero que
vigencia, pero esto no significa que las nuevas continúe alzándose.
tecnologías no puedan ofrecernos otras
alternativas para movilizar al arte.
Leemos, cada vez más seguido, que los Daniel Battiston
blogs atentan contra la literatura. Algunos
festejan este hecho; otros, lo observan
horrorizados. Sospecho que ninguna de las dos
posturas es por completo cierta.
Pretender decir que los libros son el último y
único refugio de la buena literatura, significa
olvidarse -o no querer ver- la marea de libros
mediocres; de escritores mediáticos, al estilo
Paulo Cohelo; los miles y miles de palabras
publicadas sólo por el hecho de ser rentables
para la editorial -Dan Brown es un buen
ejemplo- Porque que una novela, o un
poemario se publiquen en papel y sean un éxito
de ventas, no tiene nada que ver con su calidad
artística y literaria.

Por otro lado se defenestra -muchas veces


con causa- a la comunidad bloggera. Al igual
que con los medios tradicionales, en internet
nos encontraremos con obras excelentes y
también mediocres. Quizás por esto existe la
en éste número

James Joyce - Las hermanas Javier Chiabrando - El alfil y la dama


Intentar agregar algo a todas las palabras Nació en Argentina y vivió en España, Francia,
escritas sobre Joyce y su obra, es una tarea Suiza e Italia. Es músico y escritor. Ha sido
ingenua. docente de música, crítico cinematográfico,
El cuento que presentamos, pertenece al libro guionista de historietas y creador y coordinador
Dublineses, colección de cuentos breves, de la Film Commission de la ciudad de Mar del
donde Joyce retrata a la ciudad de Dublin y a Plata. Fue finalista de “La Sonrisa Vertical” en
sus habitantes a través de historias simples, 1999 y 2002, y editado en Argentina, México,
por momentos banales; y que por eso mismo España y Cuba. Dicta talleres literarios en
nos acerca a la verdadera alma de la ciudad. ciudades de la Argentina y en Ferias del Libro
(Mar del Plata 2006, La Habana 2006 y 2007).
“Querer Escribir, Poder Escribir”, su libro sobre
Marta Binetti - Todos somos artistas estrategias y técnicas de escritura, fue editado
(el legado de Joseph Beuys) en Cuba, Argentina, y España.
Nació en La Plata, Argentina. Es bailarina,
coreógrafa y compositora. Fue directora del
Awar-Tanztheater de Munich. Es docente en Sacha Barrera Oro - Un pozo de ojos
escuelas, universidades y seminarios Forma parte de Un fuerte dolor de cabeza, obra
internacionales (www.martabinetti.com). En El compuesta por 4 textos breves e
Margen #2 publicamos una serie de poemas independientes entre sí: (Como se toma el té,
breves. Ellos, Quién y Un pozo de ojos, escritos entre
Todos somos artistas, es un ensayo breve los años 2001/2002)
sobre las ideas que movilizaron la obra del El texto dramático original Un pozo de ojos
controvertido artista alemán Joseph Beuys. surge como tal, en el año 2002 con motivo de
un examen para la Cátedra de Actuación IV en
la Universidad Nacional de Cuyo. Fue escrito
Roberto Canto García - Quilitl Atl para la actriz Verónica Señorans. Un pozo de
Narrador y poeta mexicano, de quien en el ojos surge como tal de la lectura del cuento del
número anterior publicamos una recopilación lirón en el capítulo VII de Alicia en el país de
de sus poemas. Ahora traemos un cuento tan las maravilla de Lewis Carroll; entendiéndose
oscuro como sus poemas. esto como texto disparador de la dramaturgia y
no como versión libre de la obra original.

Ezequiel Senini - Última estación


Romina Bobadilla - Tres poemas
Nació en Valparaiso, Chile, en 1984. Desde
Juan Carlos Galván Vela - Color de púrpura pequeña empezó a escribir sus primeros
Periodista, narrador y poeta mexicano (Pueblo relatos y poemas participando en diversas
Nuevo, 1960). actividades literarias que se realizaban su
Publicó los poemarios Puerto de Águilas; entorno como concursos y talleres literarios.
Horizontes; y El Desierto del Mar; y prepara Actualmente está escribiendo su primera
Donde Florece la Soledad; una novela, novela y un poemario.
Silencio; y los volúmenes de cuentos, La luna En cuentos-y-fragmentos.blogspot.com, puede
creció en el tecolote e Itinerario de la encontrarse parte de su obra poética, además
desolación. de textos en prosa, borradores y fotografias de
la ciudad de Valparaiso.
en éste número

Javier Catanzaro - Dos poemas Aldo Jara Reyes - Tres poemas (de “La
Nació en Flores en 1979. Actualmente vive en Escuela de Matucana”)
Hudson y estudia la carrera de abogacía en la Publica en la antología poética Travesía por el
ciudad de La Plata.Su primer libro de poemas, río de las niebla de Talca (2000).
Agosto, fue publicado en 2006 En el año 2004, realiza el prólogo y
presentación del libro Tengo una pena contigo
del escritor Carlos Ernesto Sánchez, bajo el
Enrique Andrade - De trenes y cigarrillos sello editorial, Cuarto Propio. En el 2007, son
Nació en Chile, en 1952. publicados un conjunto de sus poemas, en la
Realizó estudios técnicos en el área del revista virtual Letralia número 158; en la revista
transporte, y actualmente trabaja como Remolinos número 22, del mismo año. Sus
Operador de Bus en la empresa Express de textos son aceptados en la revista internacional
Santiago de Chile. Voces en su versión digital e impresa, número
Es asesor cultural del colegio de conductores 67, del mes de julio del presente año y en la
profesionales de chile y encargado de cultura revista española Almiar margen cero, número
de la revista El conductor del mismo colegio. 4, de septiembre y octubre del año 2007.

Israel Pulido - Puntos de sutura Manuel Alcaide Mengual - El ojo blindado


Escritor español -Gran Canaria, 1979- Nació en 1962, en Córdoba, España. Es
En sus palabras, para mí escribir es disparar licenciado en Geografía e Historia.
contra el olvido, la soledad y mediar entre las Desde 1983 tiene en la fotografía, si bien en
luchas interiores. Una necesidad forma amateur, el modo de expresarse.
Desde 1987 participó en muestras individuales
y colectivas.
culturaweb

0100101110101101.org/

Algunas obras:
- Duplicar el sitio del Vaticano y Art. Teleportacia
- El proyecto FTPermutations que consistía en hackear el sitio
web del Korea Web Art Festival intercambiando los nombres
de los artistas
- Crear un virus informático para presentar en la Bienal de
Venecia.

Creadores dixit:
- “Lo que nos interesa no es la creación de arte, sino la
discusión y subversión del arte”
- “No somos unos anarquistas que quieren echar abajo el web
art. Simplemente, trabajamos con lo que encontramos e
intentamos propagar nuestras ideas”

Quienes son:
Eva y Franco, probablemente italianos; pero nada de esto es
seguro.

77millionpaintings.com

A lo largo de la historia el azar ha sido un arma


habitual para los artistas que procuran alejarse de las
pulsiones más clásicas del arte. Brian Eno lo aplicó a
la música y en las estrategias oblicuas -mazo de
cartas con aforismos para usar a modo de oráculo.
Ahora le toca a las artes visuales.
En 77millionpaintings.com las imágenes se entrelazan
lenta y constantemente, formando en su combinación
hasta 77 millones de pinturas diferentes.
Esta proliferación que puede leerse con la dicha de la
multiplicación de los panes, tiene su reverso en la
angustiosa imposibilidad de volver sobre aquella
imagen que tanto nos gustó
quilitl atl
roberto canto garcía

Y o nunca vi la cuna del gato, ni leí los


molinos del viento, ni el molino rojo,
pero en Quilá pasando el río San
Lorenzo las almas se atormentaban en su sutil
dolor. Las hojas se secaban y las aves en su
resonaban sin cansancio, su sonido se
esparcía por todo el lugar, asustando a las
arañas que tejían siniestramente su nido y
desgastando mis sentidos, nadie caminaba y
sin embargo las pisadas se escuchaban; como
canto se ahogaban, el génesis con placer se puede ser posible que salieran de la nada y de
acercaba, y a mis espaldas su aroma me repente las personas se abultaban formando
arrullaba, ya no sentía el dolor, ya no sentía el una multitud, sus voces herían mis oídos
hambre, solo gritaba en mis ecos y al viento hasta hacerlos sangrar, en el aire los pájaros
le susurraba, tráeme a Vicky es la única alma revoloteaban disfrutando de la hermosa
que yo amaba. mañana y yo en medio de todo, aturdido por
Únicamente escuchaba la melodía del vacío el ruido, me levanté de mi condena y trataba
eterno, donde la felicidad se anidaba en el de alejarme de esta gran mercado, donde
hueco de la muerte y la lluvia arrastraba la todos parecían reunirse a esta misma hora con
suciedad impregnada en la piel de mi cuerpo el único objetivo de atormentar mis sufridos
inerte; bueno un cuerpo que ya no me pensamientos, el viento encadenaba al
pertenece ahora, ya no es mío, ¡Que ironía! recipiente de mi alma torturada, mientras el
¡El mundo completo era mío! Y ahora solo fuego consumía lentamente una materia
mis lamentos me acompañan por esta vereda, desgastada; el bullicio eufórico gritaba
desolada y agria, un desierto árido y excitado con enorme fuerza, cuando mi
melancólico; pero nada me duele, nada me existencia, de este mundo ya se alejaba, tal
hiere y sin embargo llega a mi una oleada de parece que en ocasiones singulares el tiempo
sufrimiento, un sufrimiento que proviene de se detenía y en esos precisos momentos; el
lo mas profundo de mi esencia, desde las me abrazaba en su manto eterno, mientras mi
entrañas de mi alma; como extraño ese olor piel se desgarraba y vertiginosamente un
que yo respiraba cuando despertaba en medio caballo oscuro arrastraba las penas del
de la nada, en aquel cuarto oscuro y a mi lado infierno atrayéndolas hacia este hijo
tu rostro extraño pero que amaba con enorme miserable que soñaba con otras vidas y que
pasión y podía pasar mi vida entera los Ángeles eran cosa del pasado.
contemplando aquella luz que brotaba de tu Pero hoy en este momento mis dudas
rostro, esa luz me brindaba una felicidad disipadas desvanecían para siempre mis
eterna y aquellos niños que jugaban inocentes verdades, cuando el jinete se desmontaba del
y radiantes, en armonía con la tierra y la caballo, apenas si lo pude reconocer, con su
naturaleza los acogía con gran alegría, eran semblante pálido y descarnado, un aire frío y
para mi la vida completa, ese aroma que se extraño recorría cada centímetro de mi
clavaba en mis sentidos era el llamado de un columna vertebral colapsando cada estimulo
hogar verdadero, sin embargo todo tiene un de mis alucinadas neuronas; sin duda alguna
final, no podemos evitar las causas naturales era el caballero de la muerte, que venía por
de nuestra existencia y mucho menos los esta pobre alma envenenada por la lujuria y la
efectos de ella. avaricia, mi fé desgastada y abatida se hundía
Hoy despierto después de mucho caminar en el fondo de la historia; nadie es culpable de
por aquellas calles solitarias donde los pasos mi desgracia, aun cuando las religiones nunca
han tenido nada que ofrecerme, mas que solo hecha a base de madera, me subí en ella y
mascaras de falsedad e hipocresía, yo debí de navegué al instante, hacia el lugar, sobre este
haber creado un destino paralelo a la voluntad río sagrado; al llegar, nadie me vio
de dios, y aun así es posible caminar en las desembarcar, en la desamparada oscuridad de
escaleras divinas llenas de eternidad que han la noche, aislado de mi patria y de mi suelo,
sido formadas en nuestra ingenua e ingeniosa aun así decidí explorar esta tierra nueva,
mente con un solo y único destino: el paraíso. caminé por la orilla, con la sangre dilucidada,
Encuentro claro el vacío ¡Oh terrible brotando de mi nariz, y me arrastré hasta el
soledad! ¡Alejado estoy de mi cualidad! ¡Las recinto triangular, donde se adoraba a una
ponzoñas venenosas de la diosa miseria mujer en figura de oro, y que quizás en un
fueron mi especialidad! Sin embargo esto es pasado lejano, tuvo el color de la vida y ahora
tan atroz como la vida misma, nada me ha el de los restos inmortales.
preparado para conquistar este sueño En el centro del recinto, estaba la fogata
nauseabundo y podrido del que jamás volveré ardiente y a su alrededor, estaba sólo un
a despertar, a menos que los dioses se hombre de rasgos aindiados, que tocaba con
sacrifiquen y me devuelvan la existencia, pero sus manos un pequeño tambor de cuero, y su
tendría que pasar mil montañas, durante mil sonido se esparcía por cualquier rincón de la
noches solo para llegar a su ciudad. selva y del río; este magnifico templo
¡Oh infortunio! ¡Maldito infortunio! pareciese que hubiera sido devorado por el
¿Dónde están aquellos que me amaban? fuego de los hombres invisibles, que
¿Dónde están aquellos que yo he amado? profanaron sin saber su destino y hoy
Solo encuentro cenizas en este abismo ¿es enterrados en el olvido; se marcharon para no
que acaso en el mundo, el tiempo se ha volver jamás, porque su dios los exilió para
desvanecido? ¿Dónde quedaron todos mis toda la eternidad.
sentimientos? Será acaso que los dragones se Lo acarició la neblina. Al extraño que
los comieron y es por eso que no pudieron tocaba el tambor, y que danzaba a manera de
acompañarme; una voz resonaba en los ecos ritual, alrededor de la fogata; por toda la orilla
del silencio que decía -¡ay de mi, necesito del recinto, pero fuera de el había muchos
algo de placer; no hay nada mas ardiente que mas extraños, tocando el tambor en
una joven en las brazas del infierno armoniosa melodía. Me tendí en el suelo y
seduciéndote a cometer todos los pecados sobre mí, me observaba el manto estelar.
habidos y por haber, pero ya he olvidado el Me percaté con gran asombro, que mi
sabor de lo dulce y de lo amargo, a decir sufrimiento había sanado; los ojos cansados,
verdad, lo he olvidado todo! -¿Será un no podían sostener ya, los pesados parpados y
espíritu encerrado en esta cárcel sin cadenas, además me había propuesto soñar a la vigilia
lo que estoy escuchando? Me preguntaba a mi de un guardián. Podía percibir de este templo,
mismo. una divinidad imposible de corromper, y en la
De repente, cientos de tambores, magia de los peregrinos que venían a orar en
empezaron a escucharse, no muy lejos de este altar; se sentía la luz invencible ante las
donde me encontraba, como yendo río arriba, pisadas de aquella virgen inmaculada a la que
apenas y se podía vislumbrar una tenue luz, todos llamaban virgen de candelaria, y en mi
como la de una fogata; la voz, ya no se desvelado sueño, cansado de la voluntad de
volvió a escuchar, preferí hacer caso omiso a mis pensamientos, se ahondaron en la
ese acontecimiento, y mejor me sumergí, en profundidad de mis mas lejanos sentimientos,
la espesa selva, río arriba, dirigiéndome hacia que allanan tímidamente más de alguno de
donde se escuchaban los tambores, y donde la mis miedos; ocultos en la vereda del olvido,
fogata iluminaba quizás a alguna aldea o en el cofre de los misterios, en la guarida de
probablemente a algún grupo viajero, con el las ilusiones.
cual pudiese conversar. Cantó el pájaro. Con el canto de la vida,
Más adelante me encuentro una canoa con el canto de la muerte. Con sus labios
celestiales; aquella virgen, adorada y amada; amor, sus ladrillos son la fé y sus cimientos la
por la tierra, por el mar, por el sol y por el felicidad. Me estremecí ante sus palabras, tan
universo entero; suspiró eternamente, llenas de fuerza y tan llenas de paz. Me
pronunciando estas palabras convenció de seguirlo a una llanura espesa,
-¡Quilitl Atl! ¡Quilitl Atl! ¡Quilitl Atl! fría y seca. Diciéndome que aquellos que
¡Estaré siempre contigo! odiaban y destruían al Quilitl Atl; purgaban la
Alcancé a despertar de ese sueño arrullador condena del destierro de su espíritu, vagando
para escuchar tan hermosa voz; que me por el desierto de los tormentos. Él estaba
transportó tan solo por algunos segundos a la decidido a mostrármelo y yo no podía
tierra consagrada al amor y a la felicidad; el negarme a su propósito.
verdadero paraíso celestial. Caminamos por largo rato, el frío
Aún no acababa de terminar el susurro de congelaba mis huesos y la espesa neblina
su voz, cuando pareciese que por mandato nublaba mi vista. Jamás en mi vida imaginé
divino; los tambores empezaron a sonar cada que existiera tal lugar, cientos de escalofríos
vez con mayor fuerza; al unísono y con una recorrían mi espalda y sentía un enorme nudo
sola voz, se escuchó el repetir de sus palabras en la garganta. –Ay de mí, necesito algo de
– ¡Quilitl Atl! ¡Quilitl Atl! Parecía que había placer- Escuchaste eso, me dijo el guardián –
fuego en sus voces, fuego que crepitaba, Si lo escuché. Le aclaré que ya lo había
crecía y se expandía, en cada rincón del escuchado anteriormente. Son almas que
universo. están recogiendo sus errores y sus pecados,
Las voces se apagaron y se marcharon; cada grano de arena de este infinito desierto
pero el fuego seguía vivo en sus enormes constituye cada uno de sus pecados y hasta
corazones. En el altar, solo quedamos, el que recojan toda la arena, serán liberados de
guardián y yo. Un propósito superior existía, su condena.
se podía sentir y casi se podía tocar, aunque – ¿Quién eres, que buscas aquí; porqué
no se pudiera ver; sus sueños parecían hablas de nosotros y aspiras nuestra neblina?
imposible de realizarse; pero ahora yo estaba Con el señuelo del destino, nuestra suerte
firmemente convencido, de que ya nada era iniciaba a rodar al escuchar semejante voz, y
imposible; aún cuando soñaba a este pequeño por esto el guardián me replicó: tienes que
gran hombre, integro y perfecto. Al imponerlo hablar con él y le preguntas cual es el motivo
a la realidad, me persuadía de lo contrario y de su tortura y si hay otros como él aquí.
lograba hacer que mi opinión cambiara con Resignado a hablar con este espíritu le dije -
respecto a el, de un momento a otro. ¡Oh alma desconsolada y amortajada por las
Ningún proyecto se vuelve mágico de la heridas del tiempo, que estás cumpliendo con
noche a la mañana, y en el proceso de la tu larga condena, para volver de nuevo a otro
conversión puede agotar en gran medida al nuevo universo, maravillosa y transformada,
espíritu y al alma, hasta destruirla ante tu creador divino! Te daré la oportunidad
completamente. Le pregunté su nombre al de escuchar lo que tengo que decirte, si tú
guardián, y sin embargo, no acertó a deseas aún seguirme. – Pues caminaré contigo
responderme; se le olvidó por completo solamente hasta donde me está permitido por
cualquier recuerdo de su vida anterior. Solo mi verdugo- Me contestó. Y si la neblina y la
acertó a decirme que el estaba entregado por humedad, nubla nuestra vista y nuestra razón;
completo al Quilitl Atl. Me dijo que el Quilitl los demás sentidos serán de mucha utilidad
Atl, es el lugar que pisamos en este momento, para nuestro eterno viaje. Iniciamos la
y que este lugar es la tierra prometida; el caminata y empecé rápidamente con la
espacio divino, considerado por muchos el conversación – Yo voy de regreso a mi lugar
paraíso; el recinto sagrado era el centro de la de origen, donde la vida es presa de la muerte,
fé, el amor y la felicidad y que aquí era la he llegado hasta aquí gracias al Quilitl Alt y a
fuente de todo poder. la virgen candelaria, tal vez el eterno creador
Este recinto fue creado, con la sangre del desea que yo viva en espíritu propio, lo
amargo de la condena por un medio distinto de lo normal, quisiera saber quién fuiste en vida y dime
también si hay mas almas como tú aquí, y que pecado han cometido para recibir semejante tormento, tu
voz será el regocijo que necesita mi corazón para seguir adelante. – Heraclio Bernal fue mi nombre en
vida, desterrado del fruto divino, por amar los defectos imperfectos del mundo, aborrecí la virtud y
esclavicé al santo, y sí, hay otros como yo, entre ellos está Pilar Quintero, Lourdes Ayón, Rosalva
Lizárraga, Kurt Cobain, Glen Benton, Bonifacio II, André De Montbard, José Martí, Brian Warner,
Arthur Rimbaud, Francisco Rojo, Pío II y Juan Carrasco, que cometieron en vida, pecados más
siniestros que yo.
Así me contestó, diciéndome al instante con voz de súplica
–Cuando estés allá, entre los vivos y con el uso del poder de tu palabra, te pido que ruegues por mí,
aún tengo la esperanza de que alguien eleve una plegaria por mí, para lograr alcanzar el descanso
eterno.
–Yo lo haré, no te preocupes. Le dije. Seguimos nuestro camino por lugares inimaginables, conocí
tormentos espantosos y espíritus descarriados pagando su culpa, hasta llegar de vuelta al recinto
sagrado y sentí gran alivio al pisar de nuevo esta tierra sagrada, cuando llegamos al centro, a un lado de
la imagen, el fuego lo invadió todo. Asustado, pronto me di cuenta que estos no arrancaban ni atacaban
mi carne, sino todo lo contrario, este fuego me abrazó, sin ningún calor, solo atacaba mi fuego interno
con su combustión, y sentí mucha paz.
El guardián se despidió de mí, de una manera fugaz, acercándose el final, de nuestra travesía, ya no
guardo imágenes de recuerdo en mi memoria, únicamente queda el eco de las palabras que escuché,
pero aún en este instante siento latente su voz en mi corazón, En vida he sido Daniel Castillo; en unos
instantes más, el murmullo del viento y a la vez el universo entero; porque ya no caminaré entre
ustedes. El ataúd me espera, con su soledad eterna.

©2007 Roberto Canto García


Publicado por acuerdo con el autor
todos somos artistas
el legado de joseph beuys
marta binetti

A quel lema de Joseph Beuys , “Todo


ser humano, un artista” (Jeder
Mensch ein Künstler) fue
enfáticamente despreciado en los ochenta.
Ese énfasis era consecuencia del renegar de
No es la primera vez en la historia que
ocurre que las ideas de un creador son
utilizadas para el protagonismo banal y las
ansias de trascendencia personal y material, o
bien para la destrucción (Einstein, Marx).
una vez por todas del aluvión de Quizás todo era necesario. Quizás era
exhibicionismos; del banal protagonismo de necesario alejarse de sí mismo; jugar; destruir
quienes se empeñaban en hacer públicas sus y negarlo todo; para que luego, tras la fase
opiniones y puntos de vista fuera de contexto; casi dictatorial del postmodernismo de los
y de todo ser pretencioso de sacar ochenta, se llegara a retomar la verdadera
irresponsablemente su polución interior (una función del arte, en nosotros mismos, como
intención válida, pero que no necesariamente creadores, aprendices y espectadores.
requiere un público) a través de cualquier Además, aquel aluvión, como todas las
ritual ideado insensiblemente y intitulado catástrofes, dejó una grieta por la que
“arte”, “evento”. Todo ello no habría agotado afortunadamente, pudieron pasar muchos de
la paciencia, si no hubiera ocupado tanto los que jamás se habían interesado por el arte.
espacio físico y virtual, llevado a la bienales y Los exhibicionistas, los ansiosos de
ferias internacionales para explotar a una protagonismo, también fueron útiles, ya que
audiencia consumidora y desorientada. hicieron publicidad al arte, hicieron bulla,
Mientras se pasaba, dentro de la escena despertaron emociones.
artística, de la visión beuysiana de estimular Porque, al fin y al cabo, ¿qué acaeció en los
al individuo a expresarse en todos los planos ochenta después de Beuys, en la etapa
de su existencia- lo cual exige lógicamente postmoderna? El arte sufrió una escisión, se
una postura ético-político- a una suerte de volvió al siglo pasado en cuanto a las
burda religión como bandera justificativa de jerarquías; solo que, si antaño eran entre lo
cualquier sandez enmarcada como expresión clásico y el pop, ahora las jerarquías son las
artística. ¿Por qué sandez? Porque se trataba del consumo y el evento mediático. Todo es
en general de ideas surgidas de un cerebro arte, no se discute. Hoy en día ya no interesan
irrigado por los medios de comunicación, el ni la definición ni los límites del arte; se ha
ansia de fama y dinero. Ideas carentes de prescindido de los teóricos que le enseñaban a
emoción y de profundidad. Ideas salidas de la la burguesía qué es y qué no es arte. Entonces
falta de observación, de sentimiento, de ,¿qué es lo que no se sabe? No se reconoce el
búsqueda; del desconocimiento de la límite entre el cinismo de los especuladores y
naturaleza humana y la circundante. O sea: la expresión artística. Pero, ese espécimen
exactamente lo contrario de lo que Beuys que es el artista apasionado sobrevive entre el
hubiera deseado. arte político y el comercial; y, como siempre a
través de la historia, sigue inspirando a las
estrellas del mercado mundial. Esto reafirma la
frase de Beuys de “todo ser humano, un artista”,
y yo la sigo considerando una frase bella y sabia,
ya que denota que en la naturaleza del hombre
hay algo sustancial, que es su necesidad y su
capacidad de expresarse, que suele ser
catapultada por la mala educación que recibe.
Beuys nos dejó un legado para la toma de
conciencia de que en toda y cada una de las
actividades que realizamos podemos ser artistas,
sin que eso implique nuestra presencia en el
“mercado del arte”.
Beuys planteó, porque así lo deseaba, una
revolución en el pensamiento que conllevaría a
un cambio del sistema educativo y la noción de
trabajo en una sociedad mecanizada y
retrógrada, en la que prima el materialismo,
como una enfermedad autoinmune. Y su
“ritualidad” estaba al servicio de una profunda
creatividad.
Mientras tanto, nosotros, sea cual sea el
contexto y el momento histórico, seguiremos
creando, a través de la literatura, la danza o sea
cual sea el medio expresivo, porque sabemos – y
ese es el legado de Beuys- que esa es la única
chance del hombre, de ser libre. Cada uno de
nosotros crea, en su propio ritual.

Munich, agosto de 2007

Tres obras de Joseph Beuys.


De arriba a abajo:
- Acción Coyote
- Silencio
- Sin título

© 2007 Marta Binetti


Publicado por acuerdo con el autor
de trenes y cigarrillos
enrique andrade

El último cigarrillo, en el último tren


El último beso
La última caricia
Del primer adiós

Abandonada la estación
Sombríos los andenes
Transeúntes incógnitos
actores de reparto
Del acto de partir

Ya no queda nada
Lo dejaste todo
Enredado en el lecho
Donde fuimos
Un solo argumento
De ésta comedia insana
De amantes furtivos

La próxima cita
Seguiremos el guión
Que nos marcó la vida.
En el primer tren con el primer cigarrillo

© 2007 Enrique Andrade


Publicado por acuerdo con el autor
tres poemas
romina bobadilla

Crepúsculo

El crepúsculo llega en busca de venganza


Todo sigue igual
Daga envenenada justo en el abdomen
Herida punzante
Cicatriz abierta
Lacra de la sociedad
La sangre se vuelve vino y el vino se vuelve sangre
Perpetua ignorancia
Perpetua compañía
Ángel de la guarda no me desampares
Ni de noche ni de día
El diablo escucha atento
El tercero se hace el sordo
El segundo sale arrancando
Su espíritu yace conmigo
Silencioso y expectante
Causa y efecto
Palabras echadas al viento
El testigo se esconde
Bebo de su sangre
Como de su cuerpo
El hombre profetiza
Azufre se respira
Las flamas abrasan los cuerpos
El crepúsculo llega en busca de venganza
La sangre es reemplazada por las lágrimas de los
inocentes
Azufre se respira
Cicatriz

Cada marca de mi cuerpo


Se convierte en una señal
Señal de tiempos de cambio
Tiempos que me arrastran al anonimato
Entre un mar de gente
Agachando la mirada
Marcando mi cuerpo con otra marca
Las que guardo celosamente entre mi abrigo y el vacío
Las que solo salen a la luz a veces
Batallas cursadas, que se interponen entre lo que mas temo
Lo que mas amo
Sonidos incomprensibles
Mitad humano
Mitad animal
Parte del instinto
Nueva raza forjada a partir de la sangre derramada
[de los cuerpos de los minutos
suicidas
Justicia innecesaria
Caída precipitada
Dulce agonía
Mitad animal
Mitad humano
Aprendizaje forzoso
Solo las marcas permanecen y la mente no responde
Solo el cuerpo responde
Los recuerdos se olvidan
Las cicatrices permanecen
Costumbre de pecado

El resguardo aparece de improviso


Soy hijo de la nada
Uñas sucias
Lengua cortada a la mitad
Imaginación afilada
Costumbre de pecado
La pereza me invade
Suaves murmullos armónicos
Casi como los de un traidor
La arena se cuela en mis dedos
El traidor se prepara
El espejo se rompe
Busco sus palabras y nadie contesta
Suspiros en el aire se observan
Punzadas directo al corazón
Amargura entre los pliegues
El traidor se esfuma
Una y mil cintas me envuelven
Múltiples colores
Belleza de pensamiento
Lagrimas en los ojos
Parte del todo
Costumbre de pecado

©2007 Romina Bobadilla


Publicado por acuerdo con la autora
última estación
ezequiel senini

E se caminar de la señorita Virginia era


lo que suscitaba a pensar que ella era
nueva. Su andar, su disimulada prisa e
incluso sus constantes tropiezos generaban
insinuantes sospechas. De todas maneras, no
con un pañuelito de seda que llevaba en uno
de los bolsillos de su saco color gris. Era una
mujer tan hermosa y joven, tan llena de
vitalidad que daba lastima saber que no seria
mas un placer a los sentidos ajenos. Pero
era para apenarse el hecho de que sea la quien sabe, ¿Quizás alguien se apiade de
primera vez que caminara por este erial, hasta ella?, ¿Quizás ese imponente y regulador
seria algo siniestro que ya lo haya hecho Leviatán observe su rostro o por lo menos esa
antes. Me atrevería a decir por mera imagen efímera de lo que alguna vez fue y le
observación que había almas que ya habían diga: que hace una chica como tú, en un lugar
subido antes al tren de la medianoche, eso es como este?
lo que por ahí generó el nerviosismo de Virginia esperó, entre esas sombras de
Virginia. Ella se encargó de estudiar de seres olvidados, trató de no mirar pero su
manera exhaustiva las leyes que regían en ese curiosidad era inquieta y poco sedentaria.
mundo, sabiendo casi de memoria todo el Miró de reojos, un segundo, una décima de
protocolo a seguir en la estación A-Z y hasta este quizás, pero solo vio sombras, espectros
incluso sabiendo que no podía mirar a los ocultos y sañosos; repugnantes. Eran como
ojos a los otros pasajeros. Pero se encandiló nubes de color azabache, bien densas que se
con el resplandor de atrás de la edificación de abrigaba con ropa humana. Tenían ansias de
las vías, miró contemplativamente esa luz destruir algo bello y Virginia entraba en esa
celeste con destellos rozas que se corrompían categoría por un amplio margen. No tenían
en el azul oscuro del cielo de medianoche, ojos, detalle que la engaño, sino que eran
generando un estado intermedio entre el día y pequeños huecos en el medio de la bruma.
la noche. Miro sin ningún permiso, Esos huecos se abrían y se encerraban, como
olvidándose si había una ley que lo los pestañeos que dan los seres humanos, solo
prohibiese. que sin formalidad; sin ninguna utilidad ya
Las maletas que le pesaban tanto estaban que no podían ver. Había una suerte de
llenas de cachivaches innecesarios. Las ideas charada en el comportamiento de esos seres,
y visiones de objetos que alguna vez le fueron como si intentasen adivinar cual era la esencia
útiles era lo que ocupaban imaginariamente el de ser humano o de por lo menos simular que
interior de esos bolsos. Ahora eran solo parte alguna vez lo fueron.
del dogma del mundo de los muertos. Era casi Virginia presentía un mal augurio,
tan trivial como lo psicodélico del paisaje de empezaba a entrever indicios sobre lo idóneo
la estación, el destino del tren y el color y de su investigación. Quizás el tren no la
textura de la soga que uso para no tener que llevaría a encontrarse con esas personas que
sufrir mas de la incertidumbre que le tanto entrañaba, a contemplar esos jardines
generaba esa ilusión de albedrío. verdes de azaleas y pinos, con estorninos y
Una intersección parecida a la de la picaflores que iluminasen el paisaje. Empezó
estación de tren de Flores, se encontraba para a no querer imaginar donde terminaría pero el
unir el erial con la plataforma de abordaje. clima del interior de la estación no ayudaba a
Ella la cruzó, junto con el miedo a lo reprimir una imaginación errante. El sonido
desconocido, secándose el sudor de su rostro hueco que produjo el engranaje del reloj sobre
la inmensa puerta de madera la hizo titubear. Ya faltaba poco para las 12. Era en ese momento cuando
sonaba la alarma del tren y la chimenea de este empezaría a dibujar híbridas figura de vapor; los entes
abordarían los vagones esperanzados, tratando de buscar esa reliquia que tanto anhelaban.
El tren se posicionó frente a la edificación de la estación. Se detuvo lentamente y con la misma
templanza abrió sus puertas. Los pasajeros empezaron a abordarlo en silencio. Solo se escuchaba el
sonido de las gabardinas al rozar junto con el motor del tren. Virginia dudó unos segundos, tuvo
miedo. ¿Por qué habría de tenerlo?...Si enfrento al miedo más ancestral que aqueja a los seres humanos
para llegar hasta aquí pero fue la idea de eternidad lo que la asusto. Esa idea de ser participe de algo
interminable, sin salida y descanso alguno aun tratándose de un paraíso probablemente; llevándola a
desistir, a cuestionarse si en realidad eso quería. Sus pensamientos no le habían permitido nunca
encontrar la paz. Era su don y perdición pero tendría que asumirlo alguna vez. Fue justo en ese
momento, cuando estaba a pasos de subir al vagón, cuando escucho a alguien que la tomaba del brazo
y con una cálida voz le decía. -¿Vale la pena?

©2007 Ezequiel Senini


Publicado por acuerdo con el autor
dos poemas
javier catanzaro

Informe de ausencia

He culminado casi en su totalidad,


He guardado tu imagen
(En el profano recuerdo del tiempo)
He sepultado ya tus palabras
(En el ávido rincón de la memoria)
Fotos… cartas…
Solo faltan
Los poemas.

Poema de la noche

Los incandescentes temores de la ausencia


Resplandecen bajo esta insipiente y tácita
Noche, mostrándose serena y calma.
(Así ha sido durante siglos)
El tiempo pertrecha el olvido y las sombras
Sofistas esperan agazapadas en rito
El comienzo de la lucha.
Tímida y aterradora la noche muestra
De a poco su ínfimo secreto
Avanza.

©2007 Javier Catanzaro


Publicado por acuerdo con el autor
las hermanas
james joyce

E sta vez no había esperanza: era la


tercera embolia. Noche tras noche
pasaba yo por la casa (eran las
vacaciones) y estudiaba el iluminado cuadro
de la ventana: y noche tras noche lo veía del
clavaba la vista y me dijo:
-Bueno, creo que te apenará saber que se te
fue el amigo.
-¿Quién? -dije.
-El padre Flynn.
mismo modo endeble y parejo. Si hubiera -¿Se murió?
muerto, pensaba yo, vería el reflejo de las -Acá el Señor Cotter nos lo acaba de decir.
velas en las oscuras persianas, ya que sabía Pasaba por allí.
que se debían colocar dos cirios a la cabecera Estaba seguro que me observaban, así que
del muerto. A menudo, él me decía: No me continué comiendo como si nada. Mi tío le
queda mucho en éste mundo, y yo pensaba daba explicaciones al viejo Cotter.
que hablaba por hablar. Ahora supe que decía -Acá el jovencito y él eran grandes amigos.
la verdad. Cada noche al levantar la vista y El viejo le enseñó cantidad de cosas, para que
contemplar la ventana me repetía a mismo en vea; y dicen que tenía puestas muchas
voz bajala palabra parálisis. Siempre me esperanzas en éste.
sonaba extraña en los oídos, como la palabra -Que Dios se apiade de su alma -dijo mi
gnomón en Euclides y la simonía del tía, piadosa.
catecismo. Pero ahora me sonó a cosa mala y El viejo Cotter me miró durante un rato.
llena de pecado. Me dio miedo y, sin Sentí que sus ojos de azabache me
embargo, anhelaba observar de cerca su inspeccionaban, pero no le di el gusto de
trabajo maligno. levantar la vista del plato. Volvió a su pipa y,
El viejo Cotter estaba sentado junto al finalmente, como el peor de los educados,
fuego, fumando, cuando bajé a cenar. escupió dentro de la parrilla.
Mientras mi tía me servía mi guiso, dijo él, -No me gustaría nada que un hijo mío -
como volviendo de una frase dicha antes: dijo- tuviera mucho que ver con un hombre
-No, yo no diría exactamente... pero había así.
en él algo raro... misterioso. Le voy a dar mi -¿Qué es lo que usted quiere decir con eso,
opinión. señor Cotter? -preguntó mi tía.
Empezó a tirar de su pipa, sin duda -Lo que quiero decir -dijo el viejo Cotter-
ordenando sus opiniones en la cabeza. ¡Viejo es que todo eso es muy malo para los
estúpido y molesto! Cuando lo conocimos era muchachos. Esto es lo que pienso: dejen que
más interesante, hablaba de desmayos y los muchachos se reúnan con otros
gusano; pero pronto me harté de sus muchachos de su edad y no que resulten...
interminables cuentos sobre la destilería. ¿No es cierto, Jack?
-Yo tengo mi propia teoría -dijo- Creo que -Ése es mi lema también -dijo mi tío- hay
era uno de esos... casos... raros... Pero es que aprender a manejárselas solo. Siempre le
difícil decir... estoy repitiendo: haz ejercicio. ¡Como que
Sin exponer su teoría comenzó a chupar su cuando yo era un joven, cada mañana de mi
pipa nuevamente. Mi tío vio cómo yo le vida, fuera invierno o verano, me daba un
baño de agua helada! Y eso es lo que me
conserva como me conservo. La gimnasia 1 de Julio de 1895
siempre está muy bien... El Rev. JAMES FLYNN
-A lo mejor el Señor Cotter quiere un trozo que perteneció a la parroquia de la Iglesia
de esa pierna de cordero -agregó mi tía. de Santa Catalina, en la calle Meath,
-No, no, para mi, nada -respondió. de sesenta y cinco años de edad,
Mi tía sacó el plato de la despensa y lo ha fallecido
puso en la mesa. R.I.P.
-Pero, ¿por qué cree usted Señor Cotter,
que eso no es bueno para los niños? -preguntó
ella. Leer el letrero me convenció de que había
-Es malo para estas criaturas -dijo- porque muerto y me perturbó darme cuenta de que
sus mentes son muy impresionables. Cuando tenía que contenerme. De no haber estado
ven estas cosas, sabe usted, les hace un muerto, habría entrado directamente al cuarto
efecto... oscuro de la trastienda, para encontrarlo
Me llené la boca con guiso por miedo a sentado en su sillón junto al fuego, casi
dejar de escapar mi furia. ¡Viejo tonto, nariz asfixiado dentro de su chaquetón. A lo mejor
de pimentón! mi tía me había entregado un paquete de High
Era ya tarde cuando me quedé dormido. Toast para dárselo y este regalo lo sacaría de
Aunque estaba furioso con Cotter por su letargo. era yo quien tenía que vaciar el
haberme tildado de criatura, me rompí la tabaco en su tabaquera negra, ya que sus
cabeza tratando de adivinar que quería él manos temblaban demasiado para permitirle
decir con sus frases inconclusas. Me imaginé hacerlo sin que él derramara por lo menos la
que veía la pesada cara grisácea del paralítico mitad. Incluso cuando se llevaba las largas
en la oscuridad del cuarto. Me tapé la cabeza manos temblorosas a la nariz, nubes de polvo
con la sábana y traté de pensar en las de rapé se escurrían entre sus dedos para
Navidades. Pero la cara grisácea me perseguía caerle en la pechera del abrigo. Debían ser
a todas partes. Murmuraba algo; y comprendí estas constantes lluvias de tabaco lo que le
que quería confesarme cosas. Sentí que mi daba a sus viejas vestiduras religiosas su color
alma reculaba hacia regiones gratas y verde desvaído. ya que el pañuelo rojo,
perversas; y de nuevo lo encontré allí, renegrido como estaba siempre por las
esperándome. Empezó a confesarse en manchas de tabaco de la semana, con el que
murmullos y me pregunté por qué sonreía trataba de barrer la picadura que caía,
siempre y por qué sus labios estaban húmedos resultaba bien ineficaz.
de saliva. Fue entonces que recordé que había Quise entrar a verlo, pero me faltó valor
muerto de parálisis y sentí que también yo para tocar. Me fui caminando lentamente a lo
sonreía suavemente, como si lo absolviera de largo de la calle soleada, leyendo las
un grave pecado. carteleras en las vitrinas de las tiendas
A la mañana siguiente, después del mientras me alejaba. Me pareció extraño que
desayuno, me acerqué hasta la casita de Great ni el día ni yo estuviéramos de luto y hasta
Britain Street. Era una tienda sencilla cuyo me molestó descubrir dentro de mí una
nombre era Tapicería. Mayoritariamente sensación de libertad, como si me hubiera
vendían calzados para niños y paraguas; y en librado de algo con su muerte. Me asombró
días corrientes había un cartel en la vidriera que fuera así porqué, como bien dijera mi tío
que decía Se forran paraguas. Ningún letrero la noche anterior, él me enseñó muchas cosas.
era visible ahora porque habían bajado la Había estudiado en el colegio irlandés de
persiana. Había una gasa atada al llamador Roma y me enseñó a pronunciar el latín
con una cinta. Dos señoras pobres y un correctamente. Me contaba cuentos de las
mensajero del telégrafo leían la tarjeta cosida catacumbas y sobre Napoleón Bonaparte, y
a la gasa. yo también me acerqué para leerla. hasta me explicó el sentido de las diferentes
ceremonias de la misa y de las diversas darle la mano. La vieja señaló hacia lo alto
vestiduras que debe llevar el sacerdote. a interrogante y, al asentir mi tía, procedió a
veces se divertía haciéndome preguntas subir trabajosamente las estrechas escaleras
difíciles, indagándome sobre lo que había que delante de nosotros, su cabeza baja sobresalía
hacer en ciertas circunstancias o si tales o apenas po encima del pasamanos. Se detuvo
cuales pecados eran mortales o veniales o tan en el primer descanso y con un ademán nos
sólo imperfecciones. Con sus preguntas alentó a que entráramos por la puerta que se
descubrí lo complejas y misteriosas que son abría hacia el velorio. Mi tía entro y la vieja,
ciertas instituciones de la Iglesia que yo al ver que yo vacilaba, comenzó a intimarme
siempre había visto como la cosa más simple. repetidas veces con la mano.
Los deberes del sacerdote con la eucaristía y Entré en puntillas. A través de los encajes
con el secreto de confesión me parecieron tan bajos de las cortinas entraba una luz
graves que me preguntaba cómo podía crepuscular dorada que bañaba el cuarto y en
alguien encontrarse con valor para oficiar; y la que las velas parecían una débil llamita. Lo
no me sorprendió cuando me dijo que los habían metido en el cajón. Nannie se
Padres de la Iglesia habían escritos libros tan adelantó, y los tres nos arrodillamos al pie de
gruesos como la Guía de Teléfonos y con letra la cama. Hice como si rezara, pero no podía
tan menuda como la de los edictos publicados concentrarme porque los murmullos de la
en los periódicos, esclareciendo éstas y otras vieja me distraían. Noté que su falda estaba
cuestiones intrincadas. A menudo, cuando recogida detrás torpemente y cómo los
pensaba en todo ello, no podía explicármelo o talones de sus botas de trapo estaban todos
le daba una explicación tonta o vacilante, ante virados para un lado. Se me ocurrió imaginar
la cual solía sonreír y asentir con la cabeza que el viejo cura debía estar riéndose tendido
dos o tres veces seguidas. A veces me hacía en su ataúd.
repetir responsorios de la misa, que me obligó Pero no. Cuando nos levantamos y fuimos
a aprenderme de memoria; y mientras yo hasta la cabecera, vi que no sonreía. Ahí
parloteaba, él sonreía meditativo y asentía. De estaba solemne y excesivo con sus vestiduras
vez en cuando se echaba alternativamente de oficiar, con sus largas manos fláccidas
polvo de rapé por cada hoyo de la nariz. sosteniendo el cáliz. Su cara se veía muy
Cuando sonreía solía dejar al descubierto sus tremebunda, gris y grande, rodeada de
grandes dientes descoloridos y dejaba caer la dispersas canas y con negras y cavernosas
lengua sobre el labio inferior -costumbre que fosas nasales.
me tuvo molesto siempre, al principio de Nos persignamos y salimos. En la
nuestra relación, antes de conocerlo bien. habitación de abajo encontramos a Eliza
Al caminar solo al sol, vinieron a mi mente sentada tiesa en el sillón que era de él. Me
las palabras de viejo Cotter y traté de recordar dirigí hacia mi silla de siempre en el rincón,
que ocurría después en mi sueño. Recordé mientras Nannie fue al aparador y sacó una
que había visto cortinas de terciopelo y una botella de jerez y copas. Lo puso todo en la
antigua lámpara colgante. tenía la impresión mesa y nos invitó a beber. A pedido de su
de haber estado muy lejos, en tierras de hermana, echó el jerez en las copas y luego
costumbres extrañas. “Persia, pensé por nos las pasó. Insistió en que tomara galletas
momentos...” Pero no pude recordar el final de soda, pero me rehusé porque pensé que iba
de mi sueño. a hacer ruido al comerlas. Pareció
Por la tarde, mi tía me llevó con ella al decepcionarse un poco ante mi negativa y se
velatorio. Ya el sol se había puesto; pero en fue hasta el sofá, donde se sentó, detrás de su
las casas de cara al poniente, los cristales de hermana. Nadie hablaba: todos mirábamos la
las ventanas reflejaban el oro viejo de un gran chimenea vacía.
banco de nubes. Nannie nos esperó en el Mi tía esperó a que Eliza suspirar para
recibidor; y como habría sido de buen tono decir:
saludarla a gritos, todo lo que hizo mi tía fue -Ah, porque ha pasado a mejor vida.
Eliza suspiró otra vez y bajó la cabeza confirmado no hay en qué confiar.
asintiendo. Mi tía le pasó los dedos al borde -Porque es verdad -dijo mi tía- Y segura
de su copa antes de tomar un sorbito. estoy que ahora que recibió su recompensa
- Y él... ¿tranquilo? -preguntó. eterna no las olvidará a ustedes ni lo buenas
-Oh, sí, señora, muy apaciblemente -dijo que fueron con él.
Eliza- No se supo cuando exhaló el último -¡Ay, pobre James! -se lamentó Eliza- Si no
suspiro. Tuvo una muerte preciosa, alabado nos daba ningún trabajo el pobrecito. No se le
sea el Santísimo. oía por la casa más de lo que se le oye en este
-¿Y en cuanto a lo demás...? instante. Ahora que yo sé que se nos fue, es
-El padre O´Rourke lo visitó el Martes y le que...
dio la extremaunción y lo preparó y todo lo -Lo echarán de menos cuando pase todo -
demás. dijo mi tía.
-¿Sabía entonces? -Ya lo sé -dijo Eliza- No le traeré más su
-Estaba muy conforme. taza de caldo de vaca al cuarto, ni usted,
-Se lo ve muy conforme -dijo mi tía. señora, le mandará más rapé. ¡Ay, James, el
-Exactamente eso dijo la mujer que vino a pobre!
lavarlo. Dijo que parecía que estuviera Por un momento hizo silencio como si
durmiendo, de los conforme y tranquilo que estuviera en comunión con el pasado y luego
se veía. Quien se iba a imaginar que de dijo vivazmente:
muerto se vería tan agraciado. -Para que vea, ya me parecía que algo
-Porque es verdad -dijo mi tía. extraño se le venía encima en los últimos
Bebió un poco más de su copa y dijo: tiempos. cada vez que le traía su sopa me lo
-Bueno, Señora Flynn, debe ser para usted encontraba ahí, con su libro por el suelo y
un gran consuelo saber que hicieron por él tumbado en la silla con la boca abierta.
todo lo que pudieron. Debemos reconocer que Se llevó un dedo a la nariz y frunció la
ustedes dos hicieron todo lo posible. frente; después, siguió:
Eliza se alisó en vestido en las rodillas. -Pero con todo, todavía seguía diciendo que
-¡Pobre James! -dijo- Sólo Dios sabe que antes de terminar el verano, un día que hiciera
hicimos todo lo posible con lo pobres que buen tiempo, se daría una vuelta para ver otra
somos... pero no podíamos ver que tuviera vez la vieja casa en Irishtown donde nacimos
necesidad de nada, mientras pasaba lo suyo. todos y que nos llevaría a Nannie y a mi
Nannie había apoyado la cabeza contra el también. Si sólo pudiéremos hacernos de uno
almohadón y parecía a punto de dormirse. de esos carruajes modernos que no hacen
-Así está la pobre Nannie -dijo Eliza, ruido, con neumáticos en las ruedas, de los
mirándola-, que no se puede tener en pie. Con que habló el padre O´Rourke, barato y por un
todo el trabajo que tuvimos las dos, trayendo día... decía él, de los del establecimiento de
a la mujer que lo lavó y tendiéndolo, lo del Johnny Rush, iríamos los tres juntos un
ataúd y luego arreglar lo de la misa en la domingo por la tarde. Se le metió esto entre
capilla. Si no fuera por el padre O´Rourke no ceja y ceja... ¡Pobre James!
sé cómo nos hubiéramos arreglado. Fue él -¡Que el Señor lo proteja en su seno! -dijo
quien trajo todas esas flores y los dos cirios mi tía.
de la capilla y escribió la nota para insertarla Eliza se limpió con su pañuelo los ojos.
en el Freeman´s General y se encargó de los Luego, lo volvió a meter en su bolso y
papeles del cementerio y lo del seguro del contempló por un rato la parrilla vacía, sin
pobre James y todo. hablar.
-¿No es verdad que se portó bien? -dijo mi -Fue siempre demasiado escrupuloso -dijo-
tía. Los deberes del sacerdocio eran demasiado
Eliza cerró los ojos y negó con la cabeza. para él. Y, luego, que su vida tuvo, como
-Ah, no hay amigos como los viejos aquel que dice, su contrariedad.
amigos -dijo-, que cuando está firmado y -Sí -dijo mi tía- Era un hombre
desilusionado. Eso se veía. hallarlo en ningún lado. Entonces el sacristán
El silencio se posesionó del cuarto, fue sugirió que probaran en la capilla. Así que
entonces que me acerqué a la mesa para buscaron las llaves y abrieron la capilla. El
probar mi jerez, luego volví, calladito, a mi sacristán, el padre O´Rourke y otro padre, que
silla del rincón. Eliza pareció caer en un estaban ahí, trajeron una vela y entraron a
profundo éxtasis. Esperamos respetuosos a buscarlo... ¿Y que le parece? Estaba allí,
que ella rompiera el silencio; después de una sentado, en la oscuridad del confesionario,
larga pausa dijo lentamente: bien despierto y así como riéndose bajito él
-Fue ese cáliz que se rompió... Ahí empezó solo.
la cosa. Naturalmente que dijeron que no era Se detuvo de repente como si oyera algo.
nada, que estaba vacío, quiero decir. pero aún Yo también me puse a oír, pero no se oyó un
así... Dicen que fue culpa del monaguillo. solo ruido en la casa; y yo sabía que el viejo
¡Pero el pobre James, que Dios lo tenga en la cura estaba tendido en su cajón tal como lo
Gloria, se puso tan nervioso! vimos, un muerto solemne y truculento, con
-¿Y qué fue eso? -dijo mi tía- Yo oí algo un cáliz inútil sobre el pecho.
de... Eliza resumió.
Eliza asintió. -Bien despierto que lo encontraron y como
-Eso lo afectó, mentalmente -añadió- riéndose solo estaba... Fue así, claro, que
Después de aquel episodio empezó a cuando vieron aquello, eso les hizo pensar
descontrolarse, hablando solo y vagando por que, entonces, no andaba del todo bien...
ahí como un alma en pena. Así fue que una
noche lo vinieron a buscar para una visita y
no lo encontraban por ninguna parte. Lo
buscaron arriba y abajo, y no pudieron

Del libro “Dublineses”


© 2005 Editorial Gradifco SRL; Buenos Aires; Argentina
Traducción: César Rodríguez Mondino
manuel alcaide mengual
el ojo blindado

“El único viaje verdadero,


el único baño de juventud,
no sería ir hacia nuevos paisajes,
sino tener otros ojos,
ver el universo con los ojos de otro,
de otros cien, ver los cien universos
que cada uno de ellos ve…”
Marcel Proust

©2007 Manuel Alcaide Mengual


Todas las fotografías reproducidas por acuerdo con el autor
el alfil y la dama
javier chiabrando

E l vestido verde que la cubre se desliza


sin ruido por su piel, toca el suelo y
adopta una posición extravagante,
entre pintura moderna y charco de agua. Yo la
miro con la cara de turista con la que miré
aquella vez la Venus de Milo, pero somos
simplemente un hombre que mira y una mujer
desnuda. Su cuerpo blanco está a dos metros
de mí. Metro y medio, tal vez. Metro, si uno
de los dos se balancea. La miro hasta que
comienza a brillar. Bajo la vista buscando
reparo pero el rayo –el brillo fue luz y la luz
ya es un rayo, mi cerebro lo entiende todo
muy rápido– me alcanza igual y me hiere. La
miro por última vez y lo que veo me recuerda
a las mujeres de mi pueblo cuando las
espiábamos por una claraboya rota del baño
del club. Vencido, cierro los ojos. Me sumerjo
en luz, me hundo, caigo. Me parece, aunque
no estoy del todo seguro –tengo los ojos
cerrados– que ella no deja de brillar y brillar.
Pero no es un espectáculo fuera de cartel. No
es la Venus de Milo ni la Torre Eiffel
curvándose o el Coliseo rodando por la Vía
dei Fori Imperiali. No. Eso estaría bien y
valdría su precio en dólares. Es sólo una
mujer de cuerpo perfecto que luego de
desnudarse frente a mí se puso a brillar como
plata pulida. (Qué gusto me daría poder
contárselo a mi mujer. Lástima que me
abandonara. Ella se lo pierde. Seguro que no
me lo creía. Ni debe saber quién es la Venus
de Milo).

Después de tan notable introducción, no sé


cómo decir que hace apenas dos horas estaba
sentado frente a mi tablero de ajedrez
comiendo los restos de una pizza infinita para no caer en la tentación de actuar
cuando una mujer con una pistola en la mano acusando problemas de reloj que no tenía.
me golpeó la puerta. Yo acababa de llegar de Otro golpe resonó en la sala. Fui hasta la
la oficina y aún no me había librado del cocina, apagué la luz y volví al tablero. Otros
recuerdo de las palabras de mi jefe. Dije tres golpes. ¿Era caballo seis alfil Rey o tres
palabras pero eran gritos. Porque mi jefe grita torre? Más golpes. Abrí la puerta con
todo el tiempo y todo el tiempo me grita a mí. violencia. Quería que quien me molestaba
Es un hombre vulgar y pequeño, un poco más huyera como huiría el rey contrincante luego
gordo que yo y bastante miserable. Lo de mi jugada mortal. Ahí estaba la mujer más
bastante como para negarse a poner dinero linda del mundo. Rubia, alta, una faraona
para el regalo de mi cumpleaños número dispuesta a traicionar siempre, en cualquier
cuarenta: el libro de los “Mil Problemas del ocasión, obedeciendo a su humanidad. Me
Ajedrez”. Me lo regalaron hace tres años, miraba como los jugadores de básquet miran
exactamente seis meses antes de que mi mujer al árbitro. Vestía una bata a punto de explotar.
comenzara a maltratarme y un año antes de Su cara merecía ser exhibida en la pared
que se fuera. mayor del Louvre. Sus ojos eran de metáfora
Problema número ochocientos seis - imposible. Sudaría Chanel añejado. Era mi
ochocientos tres resueltos y dos defecciones-: vecina. Y llevaba una pistola en su mano
las blancas deben dar mate en cuatro jugadas. derecha.
Pensé todo el fin de semana y el domingo a la - Maté a mi marido - me dijo.
medianoche decidí que el lunes a la tarde Estiró su mano izquierda, me agarró de la
jugaría caballo seis alfil rey, jaque. El rey camisa y comenzó a arrastrarme. Yo apenas
enemigo podía huir a la casilla negra que está percibía lo que pasaba de tan obsesionado que
a sus espaldas o a la blanca que está en me tenía la otra mano con pistola. Por la
diagonal hacia la derecha, donde siempre fuerza con que me sacaba de mi casa, se diría
estaría a tiro de mis alfiles. El lunes madrugué que la mano izquierda había heredado la
más temprano que de costumbre. Casi no fuerza de la derecha, agotada en el hercúleo
pude dormir en toda la noche. Desayuné acto de apretar el gatillo. La parte superior de
sentado en la silla frente al tablero, orgulloso mi cuerpo atravesó el umbral y mis pies,
de mi caballo. Era un buen caballo, único torpes y desinformados, se mantenían aún
sobreviviente de una gran estirpe (al otro se lo dentro de la casa obedeciendo a la sana
había devorado una torre). En la oficina costumbre de moverse poco. En tanto ella y
estuve todo el día en las nubes. Mi jefe me yo trazamos una curiosa coreografía no
gritó varias veces. Nunca supe de qué exenta de encanto que comprendía mi cuerpo
hablaba. (Otro que tampoco sabe lo qué es la oblicuo y su mano armada en busca de un
Venus de Milo). Salí del trabajo a las siete en lenguaje común que les permitiera entenderse
punto. Como el colectivo demoraba caminé para luego partir todos felices hacia un
hasta mi casa. Llegué transpirado. Mientras destino próspero. (Su bata crujió). Uno de mis
ponía la pizza del sábado en el horno me pies al fin se movió. Mi mano voló hacia el
sequé con un repasador. Once minutos picaporte mientras mi cabeza giraba buscando
después estaba frente al tablero con un pedazo el tablero de ajedrez. Un cineasta lo
de pizza a la derecha y un vaso de vino a la presentaría así: 1) plano general: el pasillo, la
izquierda. Llevaba aún corbata pero no saco. puerta, ella, yo, luz mortecina, sordidez,
Mordí pizza, mastiqué, me limpié los dedos música; 2) plano general: ella me arrastra; 3)
con el mismo repasador con que me había primer plano: mi cabeza que gira; 4) plano
secado la frente y levanté el caballo en el aire. objetivo: la cámara, o sea mis ojos, se alejan
Golpearon la puerta. ¿Una señal? (Un buen del tablero; 5) plano detalle: el caballo de la
jugador debe interpretar las explosiones del discordia sigue en su lugar.
cosmos). Dejé el caballo sobre la casilla - Me golpeaba todos los días, me tenía harta
original y me alejé unos pasos del tablero –dijo-. Una vez casi me manda al hospital.
Me tiró por las escaleras. Yo le dije que no se me acercara. Se
me rió en la cara. Y lo maté.
Yo apenas la escuchaba. Toda mi atención estaba puesta en no
perder el equilibrio. Ella tironeó de mi ropa con tanta violencia
que mi cuerpo catapultado voló por el pasillo. En el aire me
aferré a lo primero que encontré: el brazo que sostenía la
pistola, que subió como un péndulo hasta mi cara. Nuestros
cuerpos casi se tocaron pero se interponía la pistola. Una
bocanada de perfume, mezcla indefinida de colonia, miedo y
pólvora me excitó como si no fuera yo. No siendo yo tuve el
valor de arrancarle el arma de su mano agarrotada y obligarla a
escucharme. Le iba a decir que su mano izquierda estaba
caliente y húmeda y la derecha fría y seca. Pero dije:
- Irene, tenemos que avisar a la policía.
Se llama Irene y había estado en mi casa cuatro años atrás
pidiendo azúcar. Mi mujer le había preguntado el nombre y yo
lo memoricé. Luego sólo encuentros corteses en el ascensor y
una vez en el supermercado.
-Irene –le dije feliz de poder llamarla por su nombre.
Ella tembló. Sí señores, la hubiera arrojado al suelo ahí
mismo, en pleno pasillo, para hacerle el amor (aunque el sexo
en lugares extraños nunca fue de mi agrado y estos
pensamientos me visiten poco y nada, tan escasamente como
mis vecinas asesinas). Era un pensamiento nuevo pero no un
deseo nuevo. Me gustaba desearla en el ascensor, mirando su
cuerpo en el espejo mientras en mi cabeza retumbaban las
palabras que no me animaba a decirle: “mi faraona, mi
faraona”.
-No, por favor -dijo Irene- a la policía no. No soportaría estar
en la cárcel ni un segundo.
Acortó la distancia que nos separaba y apoyó su cabeza en
mi hombro. (La bata se le descosió a la altura de los
omóplatos). “Irene mía”, le dije aunque sólo se escuchara Irene.
El azúcar que te di, quise agregar pero ella me tapó la boca con
la suya. Guardé la pistola en un bolsillo del pantalón y me dejé
besar mientras ponía su cara entre mis manos.
-Sé que me amás - me dijo retirando su boca a centímetros de
la mía- Siempre lo supe. Yo veía tus ojos en el espejo del
ascensor.
-Mi faraona –dije yo.
-Qué extraño -me dijo- tenés una mano fría y la otra caliente.
-Mi faraona.
La apreté con tantas fuerzas que la pistola en mi bolsillo
debió dejar huellas en su carne. Mandé el caballo y la policía a
la mierda y me dije que si no todas, alguna mujer habría en la
tierra capaz de hacer feliz a un hombre. Dos besos después
estábamos en la puerta de su departamento. Irene se alejó de mi
boca a pesar de que yo la hubiera seguido besando mientras
peregrinábamos a Luján.
-Está ahí adentro –dijo.
Abrí la puerta con la valentía que nunca
tuve excepto para jugar la Ruy López con los
muchachos del club. Ningún cadáver. Ella, en
el pasillo aún, movió su boca sin emitir
sonido esperando que yo leyera sus labios:
“está sobre la cama”. Siguiendo el itinerario
marcado por su muda boca perfecta, entré al
dormitorio. La oscuridad era total. Fijé mi
vista en donde supuse estaría la cama y
accioné el interruptor. Supuse bien. La cama
estaba pero no el cadáver. Giré para decírselo.
Le iba a decir con todas las letras que ya
estaba bien, que pusiera la cafetera en el
fuego, que el azúcar, y nosotros, Irene, pero
ella, que ya estaba a mi lado mirando por
sobre mi hombro, me apartó de un manotazo
mientras repetía como una autómata:
-No es posible, no es posible.
“Mirá, es sangre”, fueron sus palabras
siguientes en el mismo momento en que dos
manos débiles como las de un comerciante -
yo sabía que el marido era viajante, sabía todo
sobre ella: donde compraba la ropa, qué talle
usaba, quiénes eran sus amigas, qué hacía por
las tardes, qué cocinaba cada noche, qué
desechaba cada mañana, a qué hora se
levantaba, qué marca de comida prefería el
perro (al que nunca había visto pero que hacía
tanto ruido como Godzilla)- pero de dedos
crispados como los de un moribundo se
atenazaron a mi cuello. Hora de dejar de
hablar de azúcar y de aperturas. Recordé una
vieja película de detectives y retrocedí
arrastrando su cuerpo a mi paso. Lo arrastré
con tanta facilidad que en lugar de pensar en
mi vida, en la muerte, en el hombre ante la
inmensidad del universo, en hacer un balance
rápido e imperfecto de mi paso por el mundo,
en imaginar a mi mujer infeliz en brazos de
otro infeliz, en lamentar no haber tenidos
hijos aunque no habría sido capaz de criarlos,
en prometerme cosas que jamás me habían
interesado, en lugar de llorar de miedo, pensé
que debía estar más gordo de lo que había
creído hasta entonces. Gordo o no, lo arrastré
como a un títere. Cruzamos el comedor con
grandes pasos febriles y acompasados. Era la
segunda coreografía del día y no lo estaba
haciendo nada mal. Bien por vos, Julio, me
felicité (o Tito, me dicen Tito). Chocamos
contra una pared. Él contra la pared, yo contra vieja y problemas de ajedrez que no le
su cuerpo. El aire lo abandonó y se desplomó. interesan a nadie (como si yo no supiera que
Una ventana de esas que parecen guillotinas los muchachos me hicieron una broma).
se cerró ruidosamente. Allí estábamos los Ahora estás tratando de salvar la vida de la
tres: Irene, tan bella como el día que necesitó mujer que amás. Esta vida nueva mía está
azúcar (el tiempo no pasa para mujeres así), para la MGM.
Julio o Tito, que sólo había sido vencido dos Embriagado de nueva vida me decidí a
en casi mil ocasiones (no veía el día de actuar. Supuse que era lo que ella esperaba de
llevarle el libro a los muchachos y a mi jefe mí. Así que agarré virilmente al perro por la
para que se murieran de admiración), y el cola y lo arrojé tan lejos como pude. ¿Qué
marido de Irene, una persona sin ningún creen que hizo ella? Salió llorando detrás de
encanto, con una cara común, un cuerpo esa miniatura con veleidades de cocodrilo.
común, vestido con ropa común (quizá la Todo mientras alguien moría y yo, Tito,
ropa que él mismo vendía en cientos de mataba. (¿Será mortal el matrimonio?).
pueblos miserables, desde Jujuy a la Seguir golpeando a ese pobre imbécil no
Patagonia, obligado a dormir en pensiones tenía sentido. Lo solté y al verse libre de la
sucias mientras que yo lo hago en mi cama de fuerza que lo sostenía fue cayendo
dos plazas –tengo que cambiar las sábanas-). lentamente. Yo, en cambio, desaparecido el
Intenté imaginármelo pegándole a su mujer y objeto en que me apoyaba, caí
no lo logré. Estar tirado en el suelo, estrepitosamente sobre un sillón. Ella volvió
muriéndose, no lo favorecía en absoluto. con el perro en sus brazos feliz de no haber
-Mucho gusto -murmuré jadeante- Sos muy quedado también viuda del animal. Un
feo y no te merecés a Irene. muerto por día era suficiente. A rey muerto,
Le pegué una patada en el pecho, rey puesto. Al fin se había sabido que el
exactamente donde lo había herido la bala que muerto era un usurpador, un invasor, un
casi me mata de asfixia. Después traté de desalmado ácrata que se había apoderado
estrangularlo. Volví a golpearlo. No ilegalmente del trono engañando y
satisfecho con la manera poco elegante que seduciendo a la cándida soberana. Yo, Tito o
había elegido para zanjar el asunto, arrastré el Titus -que significa el que fue rescatado de las
cuerpo hasta la ventana. El ya no se resistía. aguas y amamantado por una mona-, había
Creo que hubiera preferido morir ahí mismo, puesto las cosas en su lugar matando al
cómodamente. Abrí la ventana, puse su impostor. El pobre animal parecía dispuesto a
cabeza en el borde y la cerré con fuerza. Algo pedir disculpas, llorar, gemir hasta que yo
crujió. La lengua le asomó entre los dientes. comprendiera que él también había sido
Me disponía a rematarlo cuando un agudo engañado en su buena fe por ese infame que
dolor en la pierna derecha me paralizó. Un ahora yacía merecidamente muerto. Por la
pequeño perro, poco más grande que mi puño, forma en que lamía mi mano daban ganas de
intentaba comérsela. (Godzilla). Sacudí la nombrarlo ministro. El perro dejó de lamer mi
pierna y el perro quedó suspendido en el aire. mano para imitar a su ama, congelada
Irene irrumpió en escena y se puso a gritar mirando a su feo marido. Se habría llevado
olvidándose de los vivos y de los muertos. De dos patas al hocico si hubiera sabido
ballet pasamos a ópera. Igual, Tito, creo que mantenerse en pie con las restantes.
pensé, todo esto vale la pena para quedarte -¿ Acaso está ... muerto ? -preguntó ella.
con Irene y dejar de mirarla en el ascensor y Esperé un instante. El perro no dijo nada.
de revolver su basura. Mirá que mujer, mirá -Muy muerto -contesté.
qué bata, mirá que perro. Podrías mudarte a Me levanté del improvisado trono y el
su departamento, Tito, que es más grande que perro se colocó detrás mío como dicta el
el tuyo y más luminoso y tiene esas ventanas protocolo. A ella le ordené -¡grande Titus!-
de película. Fijate qué vida interesante tenés que abriera la puerta. El perro controló el
desde que entraste acá. Antes: pura pizza pasillo mientras yo cargaba el cadáver y lo
bajaba a la cochera. ¿Quién dijo que un mientras sacaba la lengua. Parecía haber
cuerpo muerto parece más pesado que uno practicado duramente en mi ausencia. Ella
vivo? Lo levanté como si él mismo estuviera tampoco había perdido el tiempo. Vestida con
colaborando. Nadie diría que llevaba plomo el ligero vestido de fiesta color verde que se
adentro. deslizó sin ruido por su piel y que contrastaba
Conduje su coche con su cadáver en su baúl un poco con el modesto departamento, se
hacia las afueras de su ciudad. (Yo nací en había ascendido de faraona a emperatriz. Qué
Colonia Venezia y llegué a Rosario castigado impresionante hubiera sido verla venir hacia
por la empresa de seguros para la que trabajo. mí bajando por la escalera de donde la había
No me quejo, desde la ventana de mi oficina empujado el marido. Lástima que era un
veo la peatonal, la entrada de una panadería y departamento de un solo piso.
un edificio que están construyendo. Mejor eso
que tragar tierra que entra por la ventanilla El presente, como si rescatara dos momias
mientras ves kilómetros y kilómetros de calcinadas por los siglos de un sol de enero,
aburrida llanura preocupado por el aumento nos descubre así: ella desnuda y exhibiendo
del precio de la gabardina). Es lo que sucede, su cuerpo de neón que me encandila hasta la
Tito (ahora me refiero al muerto) cuando no ceguera. ¿Por qué insistís, Tito (yo) si con la
enrocás y la Dama te sorprende. Y luego el prostituta que contrataste el año pasado te
Alfil, yo, veloz y certero. Para colmo el Peón, pasó lo mismo? ¿No te acordás que te
el perro, que interpusiste, se entregó sin ahogabas y creíste que te ibas a morir? Irene
luchar, casi a traición. camina un paso hacia mí. Intento seguir
Estacioné cerca de Rosario Norte y borré cumpliendo mi rol de partenaire y trato de
mis huellas dactilares. Antes arranqué el retroceder uno de mis pies. Estoy atado al
banderín colgado del espejo retrovisor que piso. A ella no parece importarle y sigue
decía “Visite Colonia Venezia” y al que algún avanzando. Oigo música. Me sofoco. Ella,
gracioso le había agregado la palabra “no”. ajena a mis preocupaciones, viene y viene.
(¿Otra explosión en la inmensidad del Me esfuerzo y retrocedo uno de mis pies. Está
universo? ¿Se habían alineado todos los frente a mí, desnuda, ¡y estira sus brazos para
planetas luego de vagar cien mil millones de tocarme! Sus brazos se multiplican y son
años? ¿Qué hacía un banderín de mi pueblo cuatro, veo seis. Todos avanzan hacia mí.
en el auto del marido de Irene? Contra toda Antes Venus, ahora una vulgar y peligrosa
precaución me quedé sentado en el coche diez medusa. Uno de sus tentáculos me toca. ¿Qué
minutos. No tuve más remedio que será de mi rey? Con la precisión con que debe
atribuírselo a una simple casualidad. Éramos golpear la sabiduría me doy cuenta de que la
dos hombres unidos por hilos impalpables: el jugada del caballo es buena.
amor a la misma mujer, alguna relación -¿una Aparto sus dos brazos con sendos
amante, un cliente?- con un perdido pueblo de manotazos y sigo lanzando golpes al vacío
la pampa húmeda, el mismo edificio como para apartar su nueva y repugnante anatomía.
lugar de residencia.). Abro los ojos hasta sentir dolor. Veo una
Caminé sin rumbo, tiré el banderín y me mujer desnuda mucho más vieja que Julia, la
subí a un ómnibus que pasaba por ahí. Miré compañera de oficina que me toca las manos
un poco el paisaje y bajé cuando se detuvo a cuando intercambiamos expedientes. Debo
pedido de un grupo de adolescentes. Crucé la admitirlo: Irene es demasiado alta para mí.
calle, tomé un taxi y le pedí que me llevara al Ministro se aleja hacia un rincón con las
shopping más cercano al que entré por una orejas colgando. Salgo corriendo y caigo
puerta y salí por otra. Nuevo taxi. Debí volver enredado en su vestido. Es su último recurso:
a mi juego pero no lo hice. Fui a casa de un abrazo artificial. Rompo la tela con la
Irene, donde me estaban esperando. Ministro ferocidad de un peón devorándose una torre
hacía guardia junto a la puerta; parado en dos para transformarse en dama. Huyo. Entro a mi
patas movía la cola y las orejas rítmicamente casa. Cierro la puerta con dos vueltas de
llaves y el cerrojo de seguridad extrema Yale. aguafuerte, aguamanil, aguamiel, aguatero,
Apoyo una silla contra el picaporte. No acueducto, aguazal, aguazar); en fin: otra
satisfecho la bloqueo con un sillón que mujer que llora. Yo me limito a mover mi
arrastro de la otra punta de la sala. Ella me caballo. La casilla lo espera. (Zapatero a tus
llama y ministro me ladra. Con tres largos zapatos. La mujer a la cocina. Mujer al
pasos estoy frente al tablero de ajedrez. volante, peligro andante). Caballo seis alfil
Apago la luz y cierro las cortinas hasta dejar Rey. (Te voy a dar más libertad, le dijo el
que un rayo proveniente de la calle ilumine el marido antes de agrandarle la cocina). Me
juego. Un ojo del caballo brilla en guiño quedan otras cinco jugadas. (Mujer, mujeres,
cómplice. Es un gran caballo. Golpean y mustia, muda, muerte, muerdes, mujeres,
arañan la puerta. Los golpes, desordenados y mujer eres, mujerzuela, mujer serás, mujer
sin armonía, se van distanciando y eras, mujercitas, mujerazas).
debilitando. Los arañazos se terminan. Me Y siguen los golpes.
figuro al perro alejándose por el pasillo,
hastiado de tantos cambios en su miserable
vida. Al creer aquel estúpido cuento de
invasores y causas leales y nobles, solo ha
logrado sumarse al tropel de desengañados
que pueblan el mundo. Ella sigue golpeando.
Parece que llora. (Lágrimas de mujer, lluvia
reparadora, orina de los dioses, mar de fondo,
río revuelto, humedad, goteras, olas, espuma,
charcos, peceras, lagos, inundación, infusión,
agua al cuello, tormenta seca, filtraciones,
nadadores, crol, espalda, pecho, mariposa,
Mark Spitz, Paraná, Nilo, barco, Colón,
Atlántico, Támesis, té, café, cascada, Iguazú,
agua milagrosa, agua envenenada, maremoto,
remo, regata, Acuamán, Neptuno, Sena,
aguacero, aguada, aguachento, acuoso,

©2007 Javier Chiabrando


Publicado por acuerdo con el autor
puntos de sutura
(para corazones desangrados)
israel pulido

Ella paseaba como si el Sena estuviera en su ciudad. Se paró como cada día a mirar las flores, agarró la
más hermosa, pero no se fijo en las espinas que escondía.
El nunca paseaba, caminaba, comiéndose la vida a mordiscos de una hora.
A ella le sangraba a borbotones el ayer y el mañana.
Para ella por una vez la cruz no significó perder.
El solo tenía una cara de la moneda.
Ella nunca plasmó sus sueños en un papel, pues es imposible soñar lo nunca se quiso tener.
Ella era las miradas, los papeles que nunca mostró, la canción que el nunca quiso escribir.
El era al que abrazaba cada noche en el lado vacío de la cama.
Tenían el corazón tan roto, que solo les quedaba un pedazo. No sabían donde estaban el resto, lo habían
regalado poco a poco, y no se molestaron en buscarlo.
Y entonces ella le puso la vida a sus pies, para que el aprendiera a pasear.
El le dio su cuerpo y ella lo quiso guardar dentro de su piel.
Y se pararon las manijas, se rompieron los espejos, la resaca era hacer el amor. No tardaron en
aprenderse las distancias entre los puntos cardinales de su cuerpo.
Solo existieron en el mundo dos perfumes, dos miradas, disfrutaron de cada edificio, cada calle, cada
jardín.
Pero este amor era como una papelina a las 7:30; o te da la vida, o te mata, y de la luz de neón a la luz
del sol hay la misma distancia que de la risa al llanto.
Y de repente, cuatro llamadas perdidas y un mensaje en el contestador.
Y volvieron los relojes a girar, las explosiones al norte de Kabul, volvieron los bolígrafos, los papeles,
por cada palabra: dos pasos atrás.
Las miradas volvieron a clavar, volvieron los perfumes, chillaron los espejos, y cada cama volvió a ser
buena mientras hubiera alguien, con su “esta tarde te llamo”.
Y el dormitorio volvió a ser ese lugar al fondo del pasillo de la cárcel, y la losa acumulada, y la prensa
sin leer, y las 2:50, las 4:40, las 5:56
Y los cubatas a las 18:00, la farlopa en el bolsillo, y el hachís con cerveza para desayunar...
Y ya era tarde cuando por una vez El se atrevió a gritar: me estaba olvidando de olvidar.
Y ella, escribió algo por primera vez: “Te quiero, adiós”

Isra, madrugada del sábado al Domingo.

©2007 Israel Pulido


Publicado por acuerdo con el autor
un pozo de ojos
sacha barrera oro

-¡Al diablo con todos...!


¿A mí? Justamente a mí me vienen con esto...
Yo que fui la primera en oponerme...
¿Y así me pagan?
También... ¿A quién se le ocurre perder los ojos en el camino?
-Yo les decía... Está bien... Está bien... Por mi no se preocupen... Igual qué importa no tener ojos. Si
con tener manos es suficiente para empezar a dibujar...
-¡Qué tonta! Nunca falta alguno que pone sus ojos en una y... ¡Zas! En el momento menos pensado otra
vez tenés un par de ojos encima tuyo...
-Y ahí sí que estás en problemas. Porque todos esperan una obra de arte... Y yo con ojos prestados...
Era inútil pretender que vieran lo que yo dibujaba...
Cuando les mostré el dibujo ellos dijeron: ¡A esto le faltan los caballos!
-Entonces no tuve mas remedio que hacerme “La gran Edipo” y volver a ver de nuevo lo que había
dibujado...
-Y esta vez mis cuencas dijeron: Es un pozo...
¡Y sí, era un pozo...!
Entonces uno de ellos dijo: ¡Pero niña...! ¿A
quién se le ocurre dibujar algo sin caballos..?
Sólo a una tonta se le podría ocurrir...Un
dibujo sin caballos, no es dibujo, más bien es
nada.
-Y yo ahí... Parada... Con los puntos de vista
ya bastante irritados...
-¡Qué incapacidad! Pensaba... Qué
incapacidad de ver lo que una les muestra...

(Orgasmo vegetal)

¿Será posible que siempre quieran ver lo que


se imaginaron que iban a mostrarles...?
Como quiera que sea, allí no volveré nunca...
-¿Además cómo podría volver a un lugar de
donde no he visto el camino?
-¡Mmm... Repollitos de Bruselas..!
-Lástima que no se dejen...
Primero se te escapan por entre las pupilas,
mientras los brotes te ladran para comerte las
uñas... Después el color verde se enamora de
tus pestañas... Y los repollitos ahí...
Diciendo... ¡Te das cuenta que es difícil
atrapar una fantasía nutritiva...!
(PAUSA)

¡Echarme a mí!... ¡Qué descaro!


-Yo que les dibujé un pozo, que más que un pozo era una
obra de arte... Que más que una obra de arte era un pozo
artesiano...
-No entendieron nada... Todas las cosas de una forma u
otra tienen sentido...
-¡Ah...! Dijo uno de ellos... Ahí es donde queríamos
llegar...
-Los tres me miraron indignados y dijeron: ...Imagínese si
a cada una que nos viene
con un pozo le prestáramos atención... ¿Dónde iríamos a
parar?
¿Qué comeríamos? ¿Eh?... ¿Cuál sería nuestra comidilla?
-No tendríamos qué comer...
O peor... Nos tendríamos que comer los ojos...
-¡Entonces no podrían ver...! Les respondí.
-¡Claro mijita! En todo caso para lo que hay que ver... No
sería problema... Pero uno quiera o no, come por los
ojos... ¡Así qué se me va sin chistar! Vamos.... ¡Vamos!
-Y me fueron...
Sólo a mí se me pudo ocurrir dibujarle un pozo a los que
viven en el fondo de uno...
Por eso a la hora de ver... Soy la primera en decir “veo lo
que dibujo” y no, “dibujo lo que veo”.

©2002 Sacha Berrera Oro


Publicado por acuerdo con el autor
tres poemas
(de, “la escuela de matucana”)
aldo jara reyes

Queríamos llegar a Frankfurt


y no teníamos otra cosa
que un pasaje a Matucana
Meamos cada paradero
Manoseamos paredes y esquinas
escribiendo como un par-pa-de-o
un guiño II
una exaltaciónnnnnnn
Conocimos las cunetas cual ciego Busqué las huellas de tú cuerpo
recién ingresado al club mendicante . si por buscar entiendes:
La hoja en blanco para nosotros husmear los rincones de un puterío
fue una mancha de baba y sangre . zanjar las dudas que tuve
Hicimos recorridos necesarios cuando nos topamos
de lecturas innecesarias. y re-topamos en el privado
Terminamos como tantos de Mc-Iver.
en un mostrador Busqué si entiendes por ello
una vitrina indagar por la ruta de tu nombre
Estrujando las tripas en un pub y de tus hombres.
condenados a la relectura. No lo hice, ni lo haría
si supones por ello
repasar los camastros
III con el olor de tu sexo
tropezar con tu ausencia
Pudo haber sido la escuela de Friburgo a costa de rasgarme
pero el silencio no nos sentaba bien las rodillas
preferíamos el grito y la histeria
la daga mortal de quien juega sus cartas
en un circo imaginario
más cerca de Benjamín que de Adorno.
Besándonos descaradamente
con las gotas de modernidad
que golpean la acera,
en la pulsación de la vida y la muerte.
Fuimos desde el inicio
el curso perfecto
para asegurarnos un lugar
en el mausoleo de los innombrables

©2007 Aldo Jara Reyes


Publicado por acuerdo con el autor
color de púrpura
juan carlos galván vela

... formando olas pausadas en el caso que Y yo, nieto de aquella primera noche
hierve, adentra cartón, madera, cañas secas de amor en el petate, contemplo ahora su
del maíz, olotes expuestos al sol para que no satisfacción. ¿Porqué ocultaste las monedas
hagan humo, la sonrisa siempre alerta, una para la compra de un ataúd en donde meterte,
vocecilla que se expande cuando regaña. Va, o una lápida para no olvidar tu nombre:
regresa y acaricia la servilleta extendida sobre JUANA. Muerta hace tantos años... desde que
las piernas en donde adormece una tortilla agitas el cazo con oleaje de humo y
nacida entre sus manos toscas. llamaradas que te protegen del infierno, del
Fuego en la sangre y humo en los fuego de los ojos odiopúrpura de mi abuelo...
pulmones, atrofiados más en cada surcar de Mírate ahora, recluida para
olas, espirales encaminadas hacia las ranuras salvaguardar tu honor y dignidad. Y callas el
del tejado como ojos al cielo, a la lluvia, al secreto del tesoro oculto para no hacer aporte
sol. Recta figura de humo que desciende hasta de una moneda ganada con el humo en los
el pedazo de leña que enciende el cigarrillo de pulmones o en los ojos, como huyendo a otro
hoja, papel arroz, papel dulce. Aspirar: infierno, hacia el hueco de las tejas
destrozadas por el correr nocturno, romántico
Cáncer en los huesos. nocturno de los gatos... Vas y regresas del
pasillo a la calle llevando cubetas de agua
Entre el fajo y refajo de fondos sucia: monedas escondidas a los ojos del
montados uno sobre otro, se oculta la herida viejo, entre la vestimenta que te inventaste
que te dejó mi abuelo al odiarte por respetarlo para remedio de la eternidad.
y callar, sumisa, explicándome: “... el abuelo Deambulas siempre por la casa. En las
tiene los ojos púrpura, peor no se los puedes manos los mejorales y la coca-cola que te
ver sin el odio hacia nosotros...” hacia ti, por calman el efluvio de un orgasmo distinto al
enseñarme silenciosa tu amor al viejo. que te enseñó mi abuelo:
Ignoraste que conocí tu trajinar, manos
de diosa de barro que lo iba creando todo a un Cáncer en los huesos...
mismo tiempo por la casa, encorvada ante
todo por los años que no te bastaron para Pestilencia en la caja y el repudio de tu
alcanzar el corazón de mi abuelo, el amor que hijo, porque no dejaste dicho en donde están
dejó en la casa de donde fuiste extraída una las monedas, oro para comprarle al viejo,
noche a hurtadillas para surcar entre olas de también, una caja, por si un día se muere,
incienso y velas y luces de templo, la promesa para que no te siga el paso hasta la tumba y se
de fidelidad inconclusa y la mutua compañía arrastre a ganarte el humo filtrado en los
tanto en la pobreza como en el dolor. Infierno pulmones, por las ranuras del tejado en
distinto al que habitó mi abuelo al marcharse ruinas, de tu amor nocturno, la primera noche
huyendo de la preñez que te engendró su hoz de tu entrega y descansara mi abuelo a
de campesino, cetro de pequeño juez del beneplácito de su alcurnia: Juez Primero del
pueblo, hace todos esos años. Condado en el Año del Señor...
De todos esos años que permaneces arrullándote, acariciando la tortilla en la servilleta, a la
espera de las otras que se cocen lentas... al ritmo de las olas y vapor de atole que deberá desecharse
porque ya no se vende y los cerdos no quieren tragarlo... Vas y regresas matando el hambre que no
cabe más en tus intestinos destrozados.
Aspirinas que te calman el odio hacia tu viejo amor, con sus ojos púrpura y no azules del odio
que heredé como nieto. Vestido que esconde tu preñez de monedas de oro, el legado al viejo para
cuando se muera, que dios no te ha escuchado, y tenga una caja para meterse a pudrir.
Pero te fuiste olvidando dejar el recado, no: “...sobre las brazas está la comida, voy al templo...”,
sino: “...para que te mueras y tengas de mí, el abrigo del humo de la primera noche de mi entrega, con
tu odio entre mis piernas, color de púrpura...”

©2007 Juan Carlos García Varela


Publicado por acuerdo con el autor
@elmargen

Queremos saber que efecto te ha producido El Margen Un abrazo desde Quilmes (capital nacional de
en tu cabeza. la cerveza)
Escribinos a revistaelmargen@gmail.com
Horacio Fioriello

Sobre El Margen #2
...Y siguen los halagos
Se puede decir que no esta mal para ser el
segundo numero de vuestra revista lit. Es Estimado amigo:
entretenida y amena. También se podría decir
que inexperta, aunque con solera por lo Nobel Felicitaciones por la revista. Es una excelente
de sus paginas. A sido un grato rato de opción y la presentación
lectura, y otro tanto para la vista y la (aunque prefiero el papel de carne y hueso) es
curiosidad; espero que continuéis así. inobjetablemente buena. Un
Un saludo. abrazo. Carlos E. Freyre
Atentamente.
Raúl García Gonzalezl. PD: ¿Podrían incluir un cuento mío para su
próximo número?

Más sobre El Margen #2

Hola, llegue a esta dirección por pura


casualidad, por el camino inverso. El vínculo
fue hasta España para llegarme a vuelta de Gracias a todos los que nos escribieron, todos los
correo, tan cerca, tan lejos, como todo camino mails recibidos nos halagaban... Buscamos que
en viceversa, como en toda forma de nos critiquen, que nos marquen nuestros defectos.
comunicación, el círculo se cierra cuando la Al fin de cuentas esa es la única forma de
voz encuentra destinatario, cuando después de mejorar.
recorrer una larga idea se llega al destino en
encuentro de coincidencias. Digo, con esto,
(disculpen los rodeos) que en este estado mío
de alpedismo, tal vez, escribir para vuestra Comunicate a revistaelmargen@gmail.com
revista me haga sentirla nuestra, que escribir
contra reloj, me active las neuronas, que al fin
de tanto escribir: aprenda.
Bueno, era eso, decirles que aquí estoy si es
que me necesitan y que me agradan, tengo el
te quiero fácil así que, ya saben: Los quiero a
todos!

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