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LOS PRIMEROS POBLADORES

O DESCUBRIDORES DEL
CONTINENTE AMERICANO
Jorge Kam Ríos

Sobre el poblamiento de América se han tejido una serie de


conjeturas, al igual que un número respetable de tesis,
algunas de las cuales son, hoy por hoy, teorías para
muchos cientistas y estudiosos y leyes para otros.

Tal es así que, de la procedencia de estos primeros


pobladores, se llegó a decir que provenían de
algunas de las tribus perdidas de Israel,
específicamente de la flota de
Ophir de Salomón y de Jobal,
ambos descendientes de Noé; el
primero, Ophir, llegaría al Noroeste
de América y por allí al Perú y,
Salomón
Jobal, colonizaría Brasil. Otra
versión dice que (Henry Home, Lord Kames),
Torre de Babel los huidizos hombres que se regaron por el
mundo después de la caída de la torre de Babel, llegaron a
nuestro continente.

Esta tesis del origen judío fue sostenida por


hombres como: Gregorio García De La
Cuesta, Bartolomé de las Casas, Marcio
Lescarboto, Manasseh Ben Israel (rabino
portugués), el Padre Durán, el historiador B.
Manasseh Ben Israel
de Roo y Lord Kingsborough.

Grotius, por su parte, en un intento que puede calificarse


de ficción poética, dice tener pruebas que
aseguran que el poblamiento del norte del Istmo
de Panamá tenía su origen en el norte de Europa;
los de Yucatán tendrían su origen en Etiopía; los
peruanos, en China y los demás habitantes del
Grotius
cono sur, en el Pacífico Occidental.
Algo parecido a Grotius es la proposición de John
Ranking, para quien el poblamiento americano fue
el producto de migraciones tártaras y mongólicas,
estos últimos, descendientes de Kublai Khan,
fundarían el Imperio de los Incas.

Pero el afán científico de identificar a los originarios


pobladores del continente, incluido el eslabón perdido de la
evolución humana, llevó a hombres de buena fe, como al
argentino Florentino Ameghino, a postular la
tesis del autoctonismo. Su posición tiene que
ver con las osamentas encontradas en el sitio
de Mercedes, en la proximidades del arroyo
Frías, las cuales, según Ameghino,
correspondían a un individuo que debió vivir
en el terciario, en las zonas de la pampa
argentina (Homo pampeanus). En su
imaginario árbol genealógico del hombre incluyó a:

• pithecukites,
• antrhropos,
• homínidos primitivos,
• tetraprothomo,
• diprothomo,
• homo pampeus y
• homo sapiens.

Con sus muestras óseas se dirigió a Europa, donde las


autoridades en el tema demostraron que los especimenes
exhibidos no eran otra cosa que monos.

Sobre la pretensión de Ameghino, el


científico norteamericano, Alex
Hrdlicka, postulante de la teoría del
poblamiento a través del estrecho de
Bering, de la que hablaremos más
adelante, nos dice que el hombre no es
Estrecho de Bering
originario de América, por lo que ni
siquiera debiera plantearse la posibilidad; que el
hombre procedió de otra latitud y su llegada
debió ser durante el paleolítico superior; que la
evolución del hombre que pobló América no se
Hrdlicka detuvo, como se pone de manifiesto cuando
llegaron los españoles, los cuales encontraron una
diversidad humana muy especial en este continente.

También se ha vertido tinta sobre los viajes fenicios y


vikingos al continente americano, los que, en modo alguno,
constituyen antepasados remotos del hombre americano.
Sin embargo, sobre estos últimos se sabe hoy que, para
986, un joven islandés de nombre Bjarni Herjolfsson, de
manera accidental, fue arrastrado a la costa atlántica de
América del Norte y, pese a que
algunos sostienen que con él se
inician las colonias vikingas en
América, lo cierto es que no llegó a
desembarcar. Es Leif Ericsson quien
fundó la primera colonia de este
grupo humano en costas americanas,
en un paraje al que denominó
Vinlandia o Tierra del Vino, luego de
visitar áreas denominadas por él:
Helluland o Tierra de las Rocas Planas Monumento a Leif Ericsson
(posiblemente Baffin), Markland o
Tierra de los Bosques (posiblemente Labrador). La duración
de las colonias vikingas se enmarcan entre los años 1001 al
1020. Lo que no parece ponerse en duda, sobre estos
navegantes, es que Helluland y Markland debieron estar
entre las latitudes 64° 58° N., con una extensión hacia el
sur a 52°de latitud.

Las tesis más aceptadas sobre el poblamiento o


descubrimiento de América las podemos comenzar a
precisar en los planteamientos de Alex Hrdlicka y el
mexicano Pablo Martínez del Río quienes sostienen que el
paso se dio por el estrecho de Bering y las Islas Aleutianas.
Hrdlicka, según Comas, sostiene que en su "área
septentrional se refiere a América , se conocen cuatro
períodos más o menos sincronizados con los del pleistoceno
europeo, fenómeno de interés para nosotros, ya que es
unánime la creencia de que el estrecho de Bering fue el
paso obligado de los más numerosos y más antiguos
contingentes humanos procedentes del noreste asiático", y
agrega: "Parece demostrado que existió, a fines del
pleistoceno, la posibilidad material del paso terrestre a
través de Bering gracias al descenso del nivel del océano,
con motivo de la última glaciación (en el Viejo Mundo esta
se denomina Würm y equivale a la de Wisconsi, en el
Nuevo Mundo)".

Sobre el estrecho de Bering, Beals y Hoijer sostienen que,


en definitiva, el nivel del mar debió haber bajado más de
36,5 metros, dejando un puente de tierra entre los dos
continentes, resultando imposible que el paso fuera antes
del período glaciar Wisconsin, y asociado a este
acontecimiento existió una cultura de punta prearrojadiza
que debió llevar a cabo la migración, "durante un período
cálido intermedio en la glaciación Wisconsin, de una
antigüedad entre 30,000 y 40,000 años".

Cierto es que la Beringia está formada por las aguas que


están entre la península siberiana de Chukotsky y la
península de Seward en Alaska y que la distancia entre el
continente euroasiático y América es de unos 80 a 90
kilómetros, encontrándose en el medio las islas Diomedes y
un poco más al sur el archipiélago las islas Aleutianas, lo
cual, perfectamente, pudo hacer más fácil el paso de una a
otra masa continental durante el pleistoceno tardío y el
paleolítico superior.

De acuerdo a la opinión de Marvin Harris, el paso fue


posible porque el puente de "Beringia existió antes del
35,000 B.P., estuvo sumergido entre el 32,000 y el 28,000
B.P., volvió a emerger entre el 28,000 y el 13 B.P., y está
sumergido desde entonces". Sugiere que en diferentes
intervalos hubo un corredor libre de hielos que comunicaba
la costa norte de Alaska "con las grandes
llanuras al este de las montañas Rocosas. Este
corredor permaneció abierto entre el 36,000 y
el 32,000 B.P., entre el 28,000 y el 20,000
B.P., y desde el 13,000 B.P. en adelante. Las Marvin Harris
migraciones hacia el sur de gentes y animales debieron
ocurrir al menos durante uno de estos intervalos, y es
probable que se aprovecharan las tres oportunidades".

Otra de las tesis clásicas es la de Paul Rivet, para quien la


población indígena americana es el resultado
de cierto número de migraciones, unas por el
estrecho de Bering y otras a través del Océano
Pacífico. En tal sentido habla de cuatro grupos,
Paul Rivet de los cuales el elemento mongol y esquimal
penetraron por Bering y los elementos australoides y
malayopolinesio lo hicieron por el Pacífico. Sobre el
elemento mongol parece que todos están de acuerdo; sobre
el australoide hay disparidad de opiniones, ya que estos no
figuran como diestros navegantes; y sobre el elemento
malayo polinesio, aceptado como antecesor de los
paleoamerindios, se le ubicó desde Baja California hasta
Colombia, Ecuador, Perú y Brasil.

El portugués Mendes Correia señala una interesante tesis


que propone una emigración australotasmanoide, vía mar
de Drake- Antártida, en vez de transpacífica. Esta tesis se
sostiene, según Mario Sanoja O. e Iraida Vargas A., con el
argumento siguiente: "un movimiento migratorio que se
habría originado en Australia, pasando por Tasmania y de
allí haber seguido dos rutas: una a través de las islas
Macquarie, Esmeralda, Auckland, Campbell y Balleny hasta
alcanzar el continente antártico en el cabo Adare, desde
donde habrían llegado finalmente a las islas Shetland y al
Cabo de Hornos. La otra ruta supondría circunvalar el Polo
Sur por el lado opuesto y llegar al mismo punto de entrada
a Suramérica...". Estas migraciones se constituirían en los
antepasados de los Onas, Alacalufes y Yaganes. La fecha
probable de este movimiento se ubica en 6,000 a.C. y
pareciera estar refrendada por el hecho de que estudios
recientes han demostrado que el casquete polar se formó
entre 6000 y 15000 años; asimismo, es sabido que tanto la
zona ártica como la antártica han pasado por períodos de
máxima y mínima glaciación. Sin embargo, el poblamiento
humano de Tasmania es relativamente tardío, además no
hay suficiente pruebas arqueológicas, por lo que esta tesis
pierde algo de validez.

La tesis de Montando, en otro orden de ideas, sugiere una


migración malayopolinesia con esclavos australoides, los
cuales se instalaron en la isla de Pascua. Según Beltrán
Peña y González Alvarez, este "autor parte de la
observación de las isla de Pascua situada en pleno Océano
Pacífico, equidistante de la polinesia y de las costas
chilenas. Esta isla posee monumentos ciclópeos elaborados
sin duda por los antepasados de los polinesios. Para este
trabajo...los polinesios recurrieron a los australianos,
quiénes por ser más débiles y primitivos fueron sometidos a
esclavitud. Los polinesios como buenos navegantes trajeron
a los australianos a la isla de Pascua, y luego hasta las
costas americanas en busca de materiales para sus
construcciones. En los viajes a tierra firme los esclavos
australianos escaparon a sus amos. De esta manera
tenemos a los australianos en América. Esta tesis es
ratificada en parte por la craneología hallada en la isla de
Pascua".

Menos conocida que la anterior, pero sin dejar de tener


argumentos, es la que Cottevieille-Giraudet, quien trata de
explicar el poblamiento de Norte América, señalando que la
raza cromagnon debió llegar a través del mar con escalas
en Escocia, Hébridas, Orcadas, Shethland, Feróe, Islandia,
Gro enlandia, Baffin y Labrador.

Para el antropólogo y etnólogo argentino José Imbelloni, el


poblamiento de América es el producto de diversas oleadas
migratorias, cuyo origen y orden podríamos resumir de la
siguiente manera:

• Fuéguidos: dolicocéfalos, baja estatura, cultura


elemental (balsas, industria de la piedra
rudimentaria). Procedían de Tasmania. Entraron por el
Estrecho de Bering. Su ubicación final fueron los
bordes más extremos de América del Sur.
• Plánidos y pámpidos: dolicocéfalos, de gran
estatura y origen probable premongólico. De igual
forma, poseen vínculos con poblaciones parecidas a
los autralianos. Su cultura es de cazadores nómades.
Llegan vía terrestre. Se ubicaron en las grandes
praderas norteamericanas y en las pampas de América
del Sur. Se suponen que son sus descendientes los
llamados pieles rojas o plánidos de Norte América y
los llamados pampas de Argentina.
• Láguidos: baja estatura, cultura rudimentaria
(recolectores y cazadores menores). Negroides
similares a los melanesios. Entraron por vía terrestre.
Se ubicaron finalmente en el escudo oriental de Brasil,
concretamente en Lagoa Santa.
• Amazónicos: débilmente dolicocéfalos, estatura
mediana. Acentuación del elemento mongoloide.
Emparentados a grupos protoindonesios. Llegaron vía
marítima. Se concentran en las cuencas del Amazonas
y el Orinoco. Cultura vinculada a los cortadores de
cabeza de Borneo. Uso de flechas y cervatanas.
Conocían la agricultura. Sabían tejer y teñir, así como
también, confeccionaban hamacas y redes.
Descendientes de ellos son los jíbaros y guaraníes.
• Andidos: eran braquicéfalos, de baja estatura.
Procedían del Pacífico. Fueron introductores de una
agricultura superior con utilización de sistemas de
riego (cultivos intensivos, maíz). Instituciones políticas
de tipo patriarcal con influencia en núcleos urbanos.
Se ubicaron en México y en toda la franja de la
cordillera de los Andes. De estos grupos provienen los
mayas, aztecas e incas.
• Otros: los ístmicos, los cuales se ubicaron en el istmo
centroamericano; los colúmbidos, asentados en el
noreste de América del Norte; los esquimales, el
hábitat de éstos se circunscribió a la zona circumpolar.

James Bailley, en otro intento de explicar el poblamiento


americano, sostiene que se dieron tres períodos de
colonización intensiva, todos los cuales cruzaron el Atlántico
y transformaron la prehistoria cultural de América:

a. los indios asiáticos, se ubicaron en las inmediaciones


del Lago Titicaca, Bolivia, y su influencia se sintió no
muy fuertemente en Chile y en la cuenca del
Amazonas; también se instalaron en los estados
sureños de Norteamérica;
b. los fenicios; se les encontró no sólo en México sino en
el Amazonas;
c. los pueblos del mar occidentales, perfeccionaron la
civilización del regadío iniciada en América más de mil
años antes por el pueblo indio, por los sumerios y
acadios.

Otra de las teorías sobre el origen alóctono es la que


planteó, en su momento, Salvador Canals Frau (citadas por
Sanoja Obediente y Vargas Arenas), quien sistematizó las
regiones, según la procedencia, de la siguiente forma:

1. La civilización traída del antiguo oriente: es la del


origen fenicio, cananeo, cartaginés, hebreo. Sostiene,
también, un probable origen en el valle del Nilo.

2. Influencias del Asia meridional: señala puntos de


contacto entre el arte budista de la India y del
Sudoeste Asiático y algunos elementos escultóricos de
origen maya.

3. Influencias del Asia oriental: sostiene que por el


año 500 cinco misioneros budistas chinos, "habrían
descubierto el gran país de Fusang, 40.000 lys al Este
del Celeste Imperio, distancia que corresponde a la
existente entre la costa de China y la Península de
California".

Las expediciones del noruego Tor Heyerdahl (que ratificaron


la navegación marítima, impulsada por
corrientes marinas), quien, a bordo de
una embarcación que denominó KonTiki,
logró atravesar el Pacífico, gracias a la
Corriente de Humboldt partiendo el 28 de
abril de 1947 del puerto del Callao
Kon Tiki
(Perú), para arribar el 7 de agosto del
mismo año (101 días y más o menos 7.000
kilómetros) a un atolón de Roraia, del
Archipiélago Tuamotu, en Polinesia,
ratificando, de esta manera, la posibilidad
de este tipo de travesía, en la época
precolombina, entre América meridional y la
Tuoamotu Polinesia.

No conforme con su expedición, trata de demostrar viajes


similares por otras culturas marítimas: en 1969, con la Ra
I, fabricada con juncos de papiro, intenta demostrar los
viajes marítimos de los egipcios, pero fracasa; un año
después, en 1970, realiza la expedición Ra II, para validar
su intento anterior y, saliendo de Safi (Marruecos), en 57
días llega al Mar Caribe, específicamente, a Barbados; en la
expedición que salió del Tigris (Irak), en 1977-1978,
navega con la intención de corroborar, para si, el
desplazamiento de culturas mesopotámicas, del valle del
Indo y de Egipto, tristemente, la aventura que debió arribar
a las costas Suramericanas no culmina y se ve detenida en
Djiouti

En 1957, Eric de Bischop, en la balsa que bautizó Tahiti-


Nui, navegó de Papeete, polinesia hasta Valparaíso, Chile,
demostrando la navegación en el sentido contrario del
realizado por Heyerdahl. Esto ocurrió el 27 de mayo de
1957
Todo parece indicar y demostrar que el hombre descubrió el
continente americano en períodos que bien pueden
sobrepasar los 30,000 años y que estos primeros
pobladores fueron cazadores de megafauna y lograron
extinguir 31 géneros de animales, entre los cuales podemos
citar: mastodontes, mamuts, bisontes de grandes cuernos,
camellos, tapires, caballos, cerdos, variedades de ovejas y
cabras, bueyes almizcleros, variedades de antílopes,
bueyes, yaks, castores gigantes, tigres, especies de osos,
lobos y coyotes.

Grosso modo, podemos elaborar el recorrido del hombre


por el continente americano gracias a la arqueología y a la
paleoantropología, de la siguiente manera:

1. Según Marvin Harris, los huesos más antiguos pueden


ser fragmentos de un cráneo y costillas encontrados
en el sur de California, los cuales, según nuevas
técnicas de fechaje (aminoácidos), revelan una
antigüedad de 48000 B.P. "Si se confirma este
hallazgo, esto convertiría a las gentes del Nuevo
Mundo en contemporáneos de los últimos
neandertales europeos"
2. Un útil de hueso fue localizado en Canadá, específica
mente en la región del Yukon, datado por carbono
radioactivo 14 en unos 27000 años B.P.

3. Yacimientos de la meseta mexicana presentan una


antigüedad superior a los 20000.

4. En el noreste de Alaska aparecieron materiales líticos


de una antigüedad de 16000 B.P

5. En Venezuela, cerca de Taimataima, o sea en El Jobo,


se recuperó una punta de proyectil del hueso pélvico
de un mastodonte joven, muerto entre 13000 y 14000
años.
6. Puntas de flechas y lanzas, sin antecedentes europeos,
conocidas como Clovis, Folsom y Sandía, con fechas
hacia 11500 B.P., se localizaron en Oklahoma,
Colorado, Nuevo México y sur de Arizona.

7. Por lo menos hace 10000 años, gracias a evidencia de


puntas de proyectible del tipo clovis y folsom (puntas
de piedras canaladas por ambos lados), se sabe que
en Arizona los hombres consiguieron cazar
mastodontes.

8. En Panamá, en la región del lago Madden, se localizó


una punta de flecha del tipo Clovis, con una datación
de 9000 a.C.

9. Restos de huesos quemados de animales, asociados a


restos humanos, con una antigüedad de 8650 años,
fueron localizados en Chile, en la gruta de Pallinaike.

Descendientes de estos primeros pobladores serían las


naciones indígenas que encontraron los europeos a su
llegada a este continente y las que lograron sobrevivir
hasta nuestros días.

BIBLIOGRAFIA
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