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La historia de Colombia, hasta nuestros días, ha estado marcada por procesos de violencia, si
es que realmente se pueden considerar como procesos, pues según lo claramente evidente
actualmente han traído como consecuencias el desorden social, la ineficiencia estatal y graves
problemas a nivel político. De esta manera, el desarrollo y la influencia que durante años han
tenido los partidos políticos a partir del contexto de la consolidación de Colombia como
república; y los efectos más importantes sobre la sociedad que ha tenido su configuración
como estado autónomo de finales del siglo XIX, se encuentran vinculados a circunstancias
como las guerras civiles y los distintos periodos de violencia presentes en nuestro país.
La violencia en Colombia inicia durante la presidencia de Mariano Ospina Pérez en las zonas
rurales principalmente, pues allí les era mas fácil llevar a cabo los enfrentamientos entre
liberales y conservadores, que no contentos con la brecha de desplazamiento tras sumergir a
los campesinos en la miseria absoluta empezaron a trasladarse a las ciudades en donde
también juegan un papel importante el surgimiento de movimientos sindicales. A partir de este
periodo el político Jorge Eliécer Gaitán inicia su proyecto social ya que como caudillo trabaja
por el pueblo y para el pueblo que por esta época no era escuchado por los estamentos
gubernamentales y que se encontraba sumido en un gran inconformismo, de esta manera la
contraposición radical a la oligarquía y el apoyo a las clases obreras y campesinas lo llevo a
construir grandes avances en el territorio nacional, pero que para el 9 de Abril de 1948 fue
disuelto con su asesinato; la reacción del pueblo ante tal venganza fue muy difícil de superar,
tanto así que rápidamente se vivenciaron saqueos e incendios como símbolo de descontento y
tristeza masificada.
Colombia entra en crisis y en la primera oleada de violencia surgen entre 1948 y 1943 las
primeras guerrillas comunistas que nacen en beneficio a la clase campesina pues el desarrollo
industrial del país había generado el fortalecimiento de terratenientes y la poca participación
liberal reflejada en su resistencia en contra del gobierno centralista. Fue tanta la intromisión
del partido conservador en el gobierno que algunos sectores se vieron reprimidos como por
ejemplo los “chulavitas” y los “pájaros” quienes sembraron terror en muchas zonas del país
conformando lo que actualmente se conoce como vandalismo, que provoco así mismo una
fuerte resistencia del partido liberal direccionando a insurgentes en diferentes regiones
conformando las guerrillas liberales.
Ya durante la segunda oleada de violencia que data entre 1954 y 1958 Rojas Pinilla toma el
poder y decide darle un rumbo total fijándose primordialmente en pacificar el país, lo que le
permitió negociar directamente con las guerrillas liberales perdonándoles sus delitos,
destacando que para este momento las guerrillas comunistas eran consideradas como ilegales
lo cual les impidió tener posibilidades para adquirir la amnistía. Esta oleada se origina en las
ciudades y se extiende por las zonas rurales lo que provoca la persecución a los liberales y así
su obligación a unirse a organizaciones como las autodefensas, además de esto se recalca el
surgimiento del “bandolerismo” conformado por liberales que ya habían sido excusados ante
el gobierno por sus faltas; todas estas estructuras se encontraban completamente alejadas de
ideologías argumentadas en pro del pueblo, se concentraban simplemente en desquitarse y en
lo lucrativo que les brindaban sus delitos.
BIBLIOGRAFÍA