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14Pero persiste t en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quin has aprendido; 15y que desde la niez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvacin por la fe que es en Cristo Jess. 16Toda la Escritura es inspirada por Dios, y til para ensear, para redargir, para corregir, para instruir en justicia, 17a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. 2 Ti 3.14-17. La Biblia es de suma importancia en la vida y en el ministerio del pastor y del lder cristiano, pues ella es, y ser siempre, el fundamento de la vida cristiana. No es posible un buen ministerio si no est impregnado por completo del mensaje de la Palabra de Dios. La importancia de la Biblia en la vida del lder resalta de inmediato cuando hacemos un anlisis de los diferentes aspectos de la vida y del ministerio del siervo del Seor.
para hablarle y para escucharlo; y tanto en el hablar como en el escuchar, la Palabra de Dios es el medio eficaz. Cuando vamos al Antiguo Testamento y al Nuevo, descubrimos que la vida devocional fue un elemento vital en la vida de los hroes de la fe. All, en la quietud y a solas con Dios, vemos a Moiss, a Abraham, a Elas, a David, a Pablo, a Timoteo, y sobre todo a Jesucristo, meditando y alimentndose de la Palabra de Dios. La vida de oracin y la bsqueda de la voluntad de su Padre son elementos sobresalientes en el ministerio de Jess.
Conclusin
El Dios que se revela en la Biblia ha intervenido en la historia humana para hacer de ella una historia santa. Los acontecimientos del Antiguo Testamento anunciaban, prefiguraban y realizaban parcialmente lo que en el Nuevo Testamento llegara a su pleno cumplimiento. Si la Pascua de Cristo trae al mundo la plenitud de la salvacin, la pascua de Moiss fue la aurora de nuestra salvacin. La liberacin del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto preanunciaba asimismo la liberacin de toda la humanidad de la esclavitud del pecado y de la muerte. Este mismo movimiento de la historia contina, se prolonga y se expande en la vida de la Iglesia, que escucha, vive y anuncia la Palabra hasta los confines de la tierra (cf. Hch 1.8).
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