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UNA
MIRADA TRANSDISCIPLINARIA.
EL CASO DE LAS MURGAS(1) CIUDAD DE LA PLATA (ARGENTINA)1
1
Artículo tomado de la Revista “TEXTURAS URBANAS: Comunicación y Cultura”. Coordina Inés Cornejo
Portugal. Editado por Fundación Manuel Buendía, la Universidad Iberoamericana y CONACYT. México,
2003. Pág 45-60. http://
www.mexicanadecomunicacion.com.mx/Tables/fmb/LIBRO%TEXTURAS%20URBANAS.pdf#page=45
procesos de transformación de las relaciones entre Estado y sociedad, de la
fragmentación del poder social, los cambios en la sociabilidad urbana, la
transformación de lo político y del espacio público, entre otros.
La idea de la trascendencia abstracta del Estado, inaugurada por la modernidad,
es recongurada en el marco de un proceso de globalización multidimensional.
Desde sus orígenes, este diseño central hace que se presente una crisis en una
América Latina premoderna o de modernización asimétrica.
La globalización radicaliza el desanclaje que produce la modernidad al liberar la
actividad social de los contextos presentes, esto es, de las constricciones que el
territorio impone sobre los hábitos y los mapas mentales, no sólo de las certezas
modernas sino también de las maneras como se conguraron sus procesos de
institucionalización y ordenamiento.
Hoy día, están quebradas tanto las formas modernas de instituir como los sentidos
que desde la modernidad establecieron una construcción a priori respecto de las
situaciones, instituciones y sujetos.
Como mencionamos anteriormente, nuestra mirada parte de reconocernos como
sujetos actuantes del proceso de reconocimiento del objeto (sujeto) de estudio.
Desde esta perspectiva, no creemos válido anticiparnos con categorías modernas
en la espera de que los nuevos movimientos las cumplan, y compararlos.
Como plantea Foucault, siempre donde hay poder hay instancias de resistencia y
contrapoderes, aunque no necesariamente haya contrahegemonía. Hoy día, los
movimientos sociales no se denen o constituyen sólo y centralmente por la
denición de su relación con el Estado, sino que emergen como múltiples
grupalidades, desde la conformación de lazos sociales, que se concentran en
función de la legitimidad de ciertos intereses y que plantean una diversidad y tipos
de demandas en relación con los múltiples centros de control y poder de recursos
materiales y simbólicos.
Este año, cuando nos invitaron a la marcha del 24 de marzo hubo gente que
dijo: ¿pero qué pasó el 24 de marzo? Y la murga tiene muchas canciones que
hablan sobre la dictadura, sobre desaparecidos. Pero había gente que no sabía
y consideramos que ya que íbamos a participar, debíamos tener esa discusión.
Y así como surgió esa, surgieron otras.(14)
Y por esa palabra “pueblo”, una palabra perdida en la canción hubo toda una
discusión y se terminó poniendo, no sé, otra cosa [...] pero “pueblo” era como
una cosa muy peronista [...] ser peronista ya tenía toda una connotación de
partido político como que era mejor no tenerlo.(15)
Es apropiado utilizar el concepto de hegemonía en los términos que lo hace
Raymond Williams (1980), ya que los sujetos, en su participación protagónica en
los grupos, superan el alcance del concepto de cultura, por su insistencia en
relacionar el proceso social total con las distribuciones especícas del poder.
La acción crítica formulada como una singularidad vinculada al lugar, al espacio y
al tiempo es necesaria para el desarrollo de una praxis contrahegemónica capaz
de desaar las formas globalizadas del capitalismo.
En estos movimientos aparecen componentes o acciones que aluden tanto a
procesos de resistencia en los cuales se inmoviliza la dominación o se intenta
subvertir el proceso de socialización, como de contrahegemonía en tanto aparecen
comprensiones más políticas de la dominación y un tipo de oposición activa en la
que la lucha por el sentido que, además de denunciar, anuncia procesos y dene
formas de acción.
En tal sentido, también se producen movimientos de regulación y redenición de lo
público y lo privado a partir de procesos de construcción de certidumbres sociales
que habilitan y autorizan a los sujetos y al grupo a mostrarse. Es un lugar de lo
privado para hacerlo público. La forma de ser social la construyen por consenso y
deciden la manera y las causas de hacerse públicos.
A veces hacemos plaza, que es nuestra forma de, al pasar la gorra, recaudar
fondos. Hacer plaza signica organización, ir a los medios, hacer aches y
pegar.(16)
Historicidad y territorialidad
Las murgas son espacios abiertos, inconclusos, donde se reconstruyen historias
personales, en los que los sujetos participan desde una circulación, en los que se
autorizan y se permiten un entrar y salir de ellos, en función de necesidades
individuales y grupales y a la medida de cada uno. Desde estos lugares construyen
sus maneras de pertenecer y participan desde lo instituyente.
Consideramos importante ubicar al componente utópico; situar la utopía desde la
posibilidad de crítica y denuncia de la realidad y el anuncio de una nueva,
desarrollada desde autores críticos, y diferenciándola de los utopismos (19) o
desde los sentidos atribuidos a partir de universales abstractos, transparentes y a
priori. Aunque también ha sido negada su posibilidad (desde posturas
posmodernas que plantean el n de la historia, de las utopías, de las ideologías), la
utopía es recuperada por autores críticos posmodernos como componente no sólo
posible sino también necesario. Desde esta mirada, la utopía emerge de la tensión
entre la necesidad y lo contingente, en un marco en el que no hay una relación
prejada a completar, inicial ni predeterminada.
Mi vida es mejor desde que yo entré a la murga. Me ayudó a manejar un eje
que yo no manejaba. Me rejuveneció en la medida que uno es activo de sus
propios pensamientos. Gracias a la murga yo aprendía a escribir canciones
para la murga, me compré una cámara, lmé, fui a encuentros de murga y viví
con otros murgueros.(20)
Tanto el sujeto como toda producción cultural y social tiene una historia que no
sólo involucra una dimensión simbólica sino también material. La historia individual
y la social posibilitan la constitución del yo, la posibilidad de tener un proyecto
identicatorio, que requiere del relato fundante, un tiempo historizado, un pasado
que posibilite la proyección hacia un futuro.
El proyecto era hacer una cosa nueva, se sentían bien haciendo una percusión,
el proyecto no, no tenía mucho un sentido...(26)
La puesta del cuerpo en escena tiene otras dimensiones y liberan su relación con
el mundo. El registro de la memoria inscripta en el cuerpo, en una sociedad como
la platense,(31) fuertemente depredadora (en el sentido de Mc Laren, 1998).
Memoria y cuerpo, en tanto el cuerpo es el lugar donde se inscribe el signicado:
en él y por él, en estos grupos se pone en escena pública algo de aquellos que se
piensa que no excediera lo privado, quedando en el silencio. El decir irrumpe y
quiebra, en distintos grados, la fuerza de lo dicho.
Recuperar estas categorías nos permiten abordar la reexión acerca de aquellos
espacios sociales desde donde los sujetos construyen conocimiento, denen
formas de ser y de intervenir en el mundo, producen formas culturales y se
constituyen como sujetos políticos y sociales. Reconocer el carácter formativo de
estos espacios involucra entender a la formación como un proceso situado,
sobredeterminado por un contexto sociohistórico y político, aunque es preciso
reconocer una subjetividad que considere la naturaleza constituyente (en el sentido
planteado por Zemelman, 1989). Este proceso permitiría cuestionar los límites de
lo cognitivo desde una pluralidad de lenguajes necesarios para distanciarse de las
construcciones de sentido de lo dicho, para situar en el centro del proceso aquello
por decir.
La gente se quiere sumar porque tiene hecho pelota el cuerpo. La cabeza, los
hombros y la cadera es donde quedan enquistadas todas las tensiones de la
vida. Es notable como la murga le empieza a desestructurar las tensiones y al
reconocerlo empieza a tener un vínculo muy fuerte con la gente.(32)
Estamos viviendo un proceso muy fuerte y nuevo. Un proceso interno que parte
de la necesidad de hacer la nueva actuación entre todos. Aunque parezca que
no tiene nada que ver con lo que está pasando en el país, para nosotros es un
paso más para acceder a la profundidad del estado grupal. Es lo que le hace
falta al grupo, crear entre todos produciendo un abanico de construcción. Y
para nosotros es un laburo social y un aprendizaje potente, muy signicativo y
satisfactorio. En este momento que todo ha explosionado, nos reencontramos
cada vez más entre nosotros, es una cuestión de actitud y de producción.
Ahora se actúa muy poco; sólo lo hicimos en asambleas barriales, en el barrio
El Mondongo y en el barrio Plaza Rocha. Ahora vamos a ir al barrio Meridiano
V. A tal punto estamos inmersos que nos invitaron de Mar del Plata, una murga
de allá, La venganza de los pobres y dijimos que no.(37)
Notas
1 En La Plata y alrededores hay nueve murgas: Parando en todas, Quemando
mandingas --que se extinguió--, Al toque, Farabutes del adoquín, Tocando Fondo,
Los sospechosos del barrio, Sudestada, Los viajeros del humo y Flor de
campamento (Ensenada). La primera, Farabutes del adoquín, se fundó en 1992 y
hasta 1996 fue la única; año en que se formó Tocando Fondo a partir de un
desprendimiento de la primera. Desde 1998 a la fecha se produce la eclosión.
Cada una guarda una especicidad, un modo particular de organización y una
estética singular. El número de participantes de las murgas y su capacidad de
convocatoria pública multiplica con creces a la que tienen las estructuras políticas
tradicionales.
2 En 1999 nos propusimos indagar las nuevas formas de politicidad y polos de
identicación de los sujetos urbanos y los movimientos sociales en los que
ganaban visibilidad social y mediática dichos procesos. Dicha investigación aborda
centralmente dos casos: las murgas y el grupo HIJOS en la ciudad de La Plata.
3 La ciudad de La Plata reúne la mayor concentración de población universitaria
del país en relación con la cantidad total de sus habitantes. Esta ciudad fue el
centro de las operaciones represivas de la Provincia de Buenos Aires en donde se
torturó, desapareció y/o asesinó a miles de jóvenes durante la última dictadura
militar en Argentina.
4 Mujer, murga Tocando Fondo.
5 Hombre, murga Tocando Fondo.
6 Hombre, murga Tocando Fondo.
7 Hombre, murga Tocando Fondo.
8 Multiplicidad que abarca tanto aspectos económicos, sociales, culturales, entre
otros.
9 Si bien el grupo de Madres de Plaza de Mayo surge en 1977, reconocemos se
formó a consecuencia de las políticas de represión y tortura del periodo de
gobierno militar.
10 El grupo HIJOS está integrado en su mayoría por hijos de víctimas de la
represión de la última dictadura militar en Argentina y surge muy cercano a Madres
de Plaza de Mayo. Ambas murgas se vinculan no sólo en la búsqueda de una
identidad propia, sino también en la necesidad de reconstruir la memoria colectiva
nacional.
11 Hombre, murga Los farabutes del adoquín.
12 Hombre, murga Tocando Fondo.
13 Peter Mc Laren, Pedagogía, identidad y poder, Rosario, Homo Sapiens, 1998,
p. 60.
14 Hombre, murga Tocando Fondo.
15 Hombre, murga Tocando Fondo.
16 Hombre, murga Tocando Fondo.
17 Marc Augé, Hacia una antropología de los mundos contemporáneos, Barcelona,
España, Gedisa, 1994, p. 88.
18 Hombre, murga Tocando Fondo.
19 Ricardo Nassif, Teoría de la educación, Madrid, Cincel, 1980, pp. 262-269.
20 Hombre, murga Tocando Fondo.
21 En el sentido que lo dene Renato Ortiz en el libro Otro territorio (op.cit.).58
22 Hombre, murga Los farabutes del adoquín.
23 Hombre, murga Los farabutes del adoquín.
24 Rosa Buenl Burgos, “El debate sobre el sujeto en el discurso marxista: notas
críticas sobre el reduccionismo de clase y educación”, tesis DIE-Cinvestav, México,
1992, p. 10.
25 Hombre, murga Tocando Fondo
26 Hombre, murga Tocando Fondo
27 Henry Giroux, Hacia una pedagogía en la política de la diferencia, en Henry
Giroux y Ramón Flecha (ed.), Igualdad educativa y diferencia cultural, Barcelona,
España, El Roure Editorial, 2ª ed., 1994, p.62.
28 Mc Laren, Peter, “La postmodernidad y la muerte de la política”, en Alicia de
Alba (coord.), Posmodernidad y Educación, México, CESU-UNAM-Porrúa, 106 pp.
29 Hombre, murga Tocando Fondo.
30 Hombre, murga Tocando Fondo.
31 La presencia de la represión dictatorial aún persiste en el cuerpo social en todo
el país, aún más en las ciudades que fueron epicentro de la acción del Estado
terrorista. Las consecuencias de la “desaparición” forzosa de personas, para luego
exterminarlas, es un hecho que aún a 25 años sigue siendo determinante en el
momento de “comprometerse”, de poner el cuerpo.
32 Hombre, murga Los farabutes del adoquín.
33 Hombre, murga Tocando Fondo.
34 Peter Mc Laren, op.cit.:1998:60.
35 Ibidem:63.
36 Ernesto Laclau, “Politics and the limits of modernity”, en Rosa Buenl Burgos
(coord.), Debates políticos contemporáneos. En los márgenes de la modernidad,
México, Plaza y Valdés, 1988, pp. 67-68.
37 Hombre, murga Tocando Fondo.59
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