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Aclaración: la almendra, si queremos una superficie perfectamente lisa, debe ser harina
de almendra, no almendra molida. Yo he empleado almendra molida pues no tenía otra
en casa, no resulta tan fina como la harina y quedan unos pequeños granitos en la
superficie. Tampoco he intentado molerla, ya que recuerdo haberlo hecho alguna vez y,
por la cantidad de humedad que tenía, se formaban grumos.
(1) Mezclamos la almendra, el cacao y el azúcar glasé, tamizamos. Debe quedar fino,
sin grumos.
(2) Punto clave 1: levantamos las claras hasta quedar blancas y espumosas con ayuda de
un chorrito de limón, no se deben levantar del todo. Subimos la velocidad y las
levantamos justo hasta el punto en que están blancas y flexibles, pero si formamos un
pico se baja un poco. Si las levantamos demasiado, pasará lo que a mí en las primeras
galletas, se romperán como si de un merengue se tratase.
(3) Transferimos las claras a un bol más grande, o una tartera plana, y añadimos los
ingredientes secos de forma envolvente, en tres tandas. Parecerán pocas claras, pero a
medida que vayamos añadiendo veremos que va admitiendo la mezcla y se queda en
nada. No debemos preocuparnos de si las claras se bajan, obviamente lo harán, debe
quedar una masa pastosa, casi como la de un bizcocho. Eso sí, siempre de forma
envolvente.
En realidad yo he hecho al revés, he echado las claras sobre la mezcla seca, pero
siguiendo el mismo proceso.
(4) Con ayuda de una cuchara echamos la mezcla en una manga de boca gruesa, de uno
o dos centímetros. He empleado la “pistola” que tengo pero sin utilizar ninguna
boquilla. Constituimos la forma de la galleta desde el centro, por gravedad y presión ya
se expanden hacia los bordes. Si quedan picos es el momento de retirarlos. Le damos
unos golpes a la bandeja para ayudar a bajar la masa. Para forma un buen “pie” lo mejor
es emplear algún tipo de papel que no se recaliente demasiado por debajo. La próxima
vez probaré con uno de silicona.
(6) Horneado. La receta indica que deben hacerse a unos 180º durante unos 10-12
minutos. La temperatura, como sabéis, depende mucho del horno. Como las galletas de
frambuesa y chocolate se me habían roto (más que nada por haberme pasado del
tiempo) opté por emplear la temperatura de 160º, que también había leído en otra receta.
El resultado. Creo que las he retirado un poco antes de tiempo (era mi única hornada y
no quería estropearla), unos 9 min. por lo que se me bajaron algo. La temperatura
adecuada para mi horno podría ser en torno a unos 175º, unos 10-11 min. Lo mejor sería
probar con unas pocas antes y ver el resultado.
(7) Retiramos rápidamente y dejamos enfriar. En algún otro sitio (¿más?) he leído que
incluso podemos levantar el papel con las galletas y poner agua hirviendo y
burbujeando debajo (sin mojarlas, por supuesto) para que adquieran humedad y faciliten
la creación del “pie”. Me parece demasiada obsesión por la estética.
Relleno
• 100 gr. de chocolate negro, derretido
• 75 gr. de nata
• 1 cucharada de mermelada de frambuesa
• 1/8 cucharilla de esencia de frambuesa (opcional)