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ABC DOMINGO 11/9/2005 49

Los domingos de

Montilla, factótum. El ministro El «museo» de la ONU. Su colección Burgos, rescatador. El escritor


«catalán de Córdoba» hace y deshace de arte brinda un perfil «utópico» de la sevillano reivindica los poemas
en las cocinas de la Moncloa sede de las Naciones Unidas populares en un libro

Los líderes de los dos grandes partidos (Angela Merkel, del CDU, a la izquierda, y Gerard Schröder, del SPD, a la derecha) deberán encauzar un país más dividido que nunca

Alemania
En el muro de la contradicción
TEXTO: RAMIRO VILLAPADIERNA

aisajes florecien- el derribo». Reconstrucción es autocrática, celebra en estos días


Arrogantes ciudadanos del Oeste de
Alemania («wessis») frente a «ossis»,
los súbditos de la antigua RDA. El
«P tes». Viendo cómo
las excavadoras de-
rriban el complejo
de viviendas VII de Eisenhüttens-
tadt, en el extremo Este de de la
una palabra de antes, de hace 15
años, cuando Isabel y los que con
ella se preparan para la selectivi-
dad en Eisenhüttenstadt apren-
dían las letras en la guardería. La
los 55 años de «la primera ciudad
socialista de la RDA». Es difícil
sustraerse al chiste, pero la vida
de cientos de miles no es de bro-
ma. «Las esperanzas eran enor-
Muro cayó, pero dejó paso a un tercera potencia económica del palabra actual es derribo. Entre mes», dice melancólico el director
mundo, se entiende que aquella medias ha pasado su vida, la que del instituto de Isabel, Norman y
abismo social y económico que, expresión de Helmut Kohl lo persi- ha dado medida a sus sueños. Nicole, Horst Kramer, «tal vez
ga hasta el último día como una «Bueno, así nos vamos pronto, eran excesivas». «Levantamos
lejos de superarse, lastra al gigante de pesdilla. «Mi edificio está medio mi madre está en paro y busca tra- con nuestras manos este institu-
la UE cuando se dispone a celebrar vacío. En dos años lo tiran», dice bajo en Stuttgart», la ciudad del to». Cerrará en 2008.
Isabel Müller (18), que prepara Mercedes y la severa industriali- No hay chicos, no hay gente en
unos reñidos comicios generales con su instituto la obra de teatro zación protestante. Eisenhüttens-
«Gente, entre la reconstrucción y tadt, una creación de la chistera (Pasa a la página siguiente)
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EN EL MURO DE LA CONTRADICCIÓN
(Viene de la página anterior)

Eisenhütten. En 1989 había 51.750


habitantes, hoy 35.000. En toda la
República Democrática había 15
millones, ahora 13,4. «Esto será
pronto una ciudad de jubilados»,
dice Norman Hanske (18), que
quiere ir a Rostock a estudiar me-
dicina «y luego a Escandinavia,
allí hacen falta médicos». Ni si-
quiera: la floreciente ciudad de ju-
bilados será la vieja y aseada Gör-
litz, a una hora hacia el sur, sobre
el río Oder, cuya renovada prospe-
ridad parece subrayar que lo crea-
do por el tiempo permanece, lo
nuevo, creado por el caprichoso
designio de un hombre, desapare-
ce. Pronto parecerá que quien se
queda en Eisenhütten es porque
no tenía otra posibilidad. Del Este
ha emigrado ya un 10 por ciento
de la población y otros hacen las
maletas. Esto sucede en la prime-
ra economía de la UE, en el mayor
pueblo, con la mayor lengua de
Europa. Un país que sostiene un
25 por ciento del presupesto comu-
nitario.

Éxodo en los dos bandos


Pero muchos, decenas de miles
empaquetan cada año. No sólo del
Este, sino de toda Alemania. Ste-
fan y Mercedes Fuhrer, en Berlín
Oeste sólo esperan que su hija Dia-
na acabe el colegio, «por la educa- Sibylle y Steffen Höhne, entre Friederike y Heinrich. Ella es del Este y él del Oeste. La libertad de Sybille fue comprada por Alemania
ción, que es buena», dice su ma- Federal por 12.000 euros
dre. «Yo no esperaría ni eso», dice
Stefan. Se irán a empezar una nue-
va vida en la República Dominica- Muchos cayó el muro, Sibylle lo vio a esa ra vende flores de papel chinas pa- baúl de sus pesadillas.
na. Cien mil personas dejan cada alemanes del hora en la tele y lloró «toda la no- ra regalo. No podría recordar a Si- Wilfried y Doris Höhne (48 y 46)
año su trabajo y antigua vida en che», intentando llamar a su fami- bylle, pero «sí que deteníamos a los primos orientales del acomo-
Alemania y empaquetan para
Este añoran lia en el Este. Sibylle había inten- gente intentando pasar por los dado Steffen, el marido de Sibylle,
huir y empezar en otro lugar. En la «vida de tado escapar con diecinueve años bosques». Allí se podía tirar a ma- se enteraron de la reunificación
Bremen (noroeste), Sanja Görnitz comunidad» de la RDA, la detuvo un guarda- tar. El mismo Kozelek, hijo de un por la radio al día siguiente, en su
(31) tiene ya todo guardado para perdida. frontera checo, fue encarcelada y, ministro comunista checo, había pequeño pueblo de Libätz (Bran-
marcharse a Nueva Zelanda. Ha tras un tiempo, logró comprarla sido feliz marino mercante y fue denburgo). Un mundo se venía
tenido «cinco becas, he realizado Ahora hay el gobierno de la RFA: 12.000 represaliado y destinado a la lí- abajo y otro nacía: «Esperábamos
12 prácticas, me gradué con sobre- recelo entre euros de hoy era el cálculo que exi- nea de demarcación cuando la her- la libertad, tener permiso para
saliente en documentación de me- vecinos gía por cabeza el régimen socialis- mana de su mujer se marchó a Sui- viajar, poder comprar cosas que
dios, lo he intentado todo». Cree ta de la RDA. za. La vida golpea también al gol- no había, no tener que esperar 10
que la mentalidad local empieza a Vladislav Kozelek era entonces peador. Sibylle acabó en el Oeste o 20 años por un coche». Ahora tie-
ser depresiva, mientras «allá aba- guardafrontera checo en la zona pero aquello desencajó su juven- ne coche. Y tiene que hacer 120
jo en cambio todo el mundo quie- donde arrestaron a Sibylle, y aho- tud y vivirá por siempre en el kms diarios, ida y vuelta, para ir a
re hacer algo».
En Templin (a 60 kms de Ber-
lín), de donde es la candidata An-
gela Merkel, ha cerrado el combi-
nado de construcción, la lechera,
la panificadora. Merkel no ha si-
do la única en ir a buscar trabajo
fuera. Con los puestos de trabajo
se ha marchado también la gente,
los jóvenes, los mejor preparados
los primeros. «Creo que aquí pron-
to sólo harán carrera los enterra-
dores», dice Max Jäschke (18), «lo
peor es que cuantos más se van,
más se vacía esto y menos posibili-
dades quedan, salvo para las exca-
vadoras». Él querría quedarse,
«si otros también se quedan».

Epopeya en muchas biografías


Sibylle Gertler y Steffen Höh-
ne, profesora y catedrático (47 y Eva Padberg, una modelo de éxito.
46) están en medio de una epope- Tenía 8 años cuando cayó el Muro.
ya muy alemana y la división y la Hoy es top-model internacional y ha
reunificación atraviesa sus vi- sido elegida esta semana «el más
das. Steffen es de la feliz y acomo- bello producto de la RDA». Asegura Los Schleuss han abandonado una droguería y una imprenta en Potsdam
dada Düsseldorf y estaba en la fe- que «las chicas del Este tenemos (Brandenbrugo) por una granja en Canadá: «La vida aquí es tan apacible que
ria mundial Expolingua cuando otra frescura» parece la RDA»
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cuerda Bols del pequeño coche de


la RDA.
Dorothee nunca esperó que lle-
gase «la xenofobia, o que la econo-
mía del Este fuera realmente tan
debil». El arquitecto nunca creyó
en «los paisaje florecientes» que
prometió Kohl, pero «tampoco en
una fase tan larga de reconstruc-
ción». Aunque todo ha ido tan rá-
pido y ha habido que asumir tan-
tas cosas que a veces «parece que
aquello no hubiera sucedido nun-
ca». En pocos lugares se ha hecho
tan asumible la reunificación co-
mo Berlín, una ciudad 28 años di-
vidida, al menos en el ambiente
de un arquitecto o una periodista:
«No solemos encontrar ninguna
diferencia, depende de la persona
como en todas partes». Wilfried,
el primo en paro de Steffen, en Li-
bätz, no tiene problemas por tra-
bajar para un "wessi". Su mujer
Doris tampoco. Incluso lo prefie-
ren: «Tienen más sentido social
que los ossis», o sea del Este.

Un nuevo estatalismo
Rolf Henrich era defensor de de-
rechos civiles en la RDA y creó la
frase despectiva de «el ciudadano
reducido a pupilo de un estado tu-
tor». Cree que las energías ciuda-
danas no se han liberado aún de
esa tutela: «La reconstrucción en
Brandenburgo y sus tres mega
proyectos de servicios fueron pen-
Merkel y Schröder no se enfrentan sólo a los problemas económicos, también a la radical escisión social sados de nuevo por el Estado igno-
rando a las personas». Pero Hein-
rich diferencia entre dos RDA, «al-
trabajar a Berlín. «Es cerrajero, Rín sin saber apenas del Este: «No go que no ven los wessis», apelati-
pero está en paro, no hay contra- tengo nada contra ellos, pero no vo para los occidentales: «Una co-
tos », dice Doris, que niega que ha- tenemos contacto, aunque aquí sa es Brandenburgo y el norte,
yan «ido a menos, Usted no sabe la llegan muchos a trabajar». Los con mentalidad prusiana muy es-
escasez que hubo siempre en la «nuevos länder» orientales, la pro- tatalista ya antes del socialismo,
RDA». Sabe que Wilfried «encon- pia cátedra de su primo Steffen en y otra Sajonia y Turingia», éstas
trará algo y saldrá adelante», por- Weimar, está sólo a 200 kms, pero con una gran tradición burguesa.
que así tiene que ser. parecen en otra galaxia. Su vida Ahora el difícil nacimiento de
es muy otra». una clase media viene obstaculi-
Adiós a la vida «colectiva» Edwin Lüer (44), padre de dos ni- zado por esta situación, pero tam-
Pese a todo cree que «se han ños, es comunicólogo y estaba en bién «porque coincide con una
cumplido las expectativas que te- un bar de jazz en Seúl el día de la época económica en que la tarta
níamos, aunque con ello han cam- caída del Muro: «Me lo dijo un ya está repartida» entre los gran-
biado inevitablemente cosas que americano y no le quise creer». des y al ciudadano que intenta si-
no preveíamos». Como la vida de Calculó que Alemania crecería y tuarse sólo le quedan pequeños ni-
comunidad: las asociaciones del se haría más potente, que «habría chos donde recoger las migas. Es-
trabajo, los clubs, eran toda la vi- que ayudar al Este, pero no pensé to también es un problema en el
da social de la RDA. «La vida en- que durara tanto tiempo». Ahora La familia Rahm de Hamburgo acaba de desembarcar Oeste.
tre los vecinos se ha disgregado y cree que «hay que contar con 30 en Perth (Australia). Dejan atrás una buena casa y dos A lo largo del tiempo se han ca-
ha empeorado». Antes todos te- años». buenos trabajos, «pero ninguna perspectiva de mejorar. peado los problemas y los cam-
nían lo mismo, «ahora todos sos- Nos damos un plazo de dos años para probar esta bios pero el arquitecto de Berlín,
pechan que el otro tiene un traba- El lastre de la globalización nueva vida» H.O.Bols, admite que «no hay
jo mejor». A su primo Steffen, el Han pasado ya 15, pero el fla- otra vía para dirigirnos a una nue-
del Oeste, se le abrieron en cam- mante comunicólogo de la rica va orientación, hace falta que al-
bio «nuevas posibilidades» y se hi- Düsseldorf «no contaba con la glo- la reunificación con la RDA: «No gún día lo entiendan todos». Asu-
zo catedrático de sociología en Je- balización, eso lo cambió todo». son ellos, son los trabajadores del me que hay demasiada queja y ca-
na (Turingia, Este), en uno más de La apertura de la econonomía Este, que vienen por 3 euros la ho- tastrofismo, para un país que, co-
tantos casos que reprochan en el mundial coincidió en los 90 con la ra y nos quitan el trabajo», dice mo recuerda el canciller, registra
Este: «Vinieron a quitarnos nues- reunificación, durante la que el Steffan que es transportista y pin- cada año más patentes que nadie
tros puestos». Puestos dados en- Oeste transfirió al Este cien billo- tor: «Aquí ya no hay lugar para en el mundo y cuyos productos
tonces con carnet del partido, nes de euros. «No es sólo la ayuda mí». Llega el trabajo barato y se son respetados y admirados, lo
unos injustos, pero también otros al Este», asienten también Sibylle va el caro. Faltan médicos en to- que lo hecho primera potencia ex-
justos: «No se podía investigar en y Steffen, el cambio les abrió a dos los länder orientales, los que portadora. «Los alemanes son
la universidad de otra manera». ellos la posibilidad de irse al Este había se han ido a Gran Bretaña o campeones en exportación y en
Pero todos fueron purgados con el con otro nivel, pero no contaban a Suecia. aseguradoras», dice Edwin, el pri-
cambio. Ahora en la universidad «con que la reunificación de las Pero Bols, que es arquitecto, y mo comunicólogo de Steffen, «en
de Weimar, Steffen puede contar mentalidades fuera tan difícil» y su mujer Dorothee Nolte (42), pe- ningún país hay una cuota tan al-
ejemplos de la frustración y suel- eso que una se había criado en el riodista del Tagesspiegel, viven ta de asegurados de todo». Pero
dos inferiores, por el mismo traba- Este y el otro en el Oeste. en la casa de enfrente de Merce- «para lo que se les viene encima a
jo, de sus mismos colegas del Este. Mercedes y Steffan Fuhrer, de des y Stefan, en pleno centro de los alemanes, estamos reaccio-
Los Lüer (Düsseldorf) también Berlín Oeste no ven futuro en la Berlín Oeste, y les va muy bien. nando con cierta tranquilidad».
son primos de Steffen y Sibylle, pe- nueva Alemania y piensan en «Supe de la caída del muro cuan-
ro viven allí en el Oeste junto al marcharse, pero restan hierro a do ví un Trabbi por la calle», re- (Pasa a la página siguiente)
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EN EL MURO DE LA CONTRADICCIÓN

La gran escapada
«Necesitas un par de días ción, falta de emoción y queda muy lejos». Wolff y
para hacerte cargo de tu paro empujan a muchos a su mujer han dejado Tu-
libertad». Canarias o «intentar recuperar el ringia por la tundra de
Samoa, Brasil o Nueva control de sus vidas». Groenlandia: «Esto es tan
Zelanda... Cien mil alema- Algunos gustan de «lo tranquilo como la RDA».
nes cierran la puerta de alemán», pero un día no Otra sangría es la de quie-
su casa en Alemania, ca- pueden más «con tanta nes se fugan a bordo de
da año, para no volver. cara de candado», se atan sus capitales: Boris Bec-
Emigran de la primera la manta a la cabeza y ker, Michael Schuma-
economía de la UE, la que dicen adiós a Alemania: cher, Jan Ullrich, Günter
da trabajo y perspectivas «Tschüss». Netzer, Waldemar Hart-
a siete millones de extran- Pese a su alto sentido mann, se han ido con lo
jeros, la sociedad que de la cultura y orgullo por suyo a Suiza; Chantal
creó la economía social de la propia —no por ser Grundig, Nadja Auer-
mercado, el sistema más alemanes sino por Schi- mann, Joop o Lagerfeld, a
copiado y admirado del ller— los alemanes abri- Mónaco; Beckenbauer y
mundo. gan una inmensa curio- Ralf Schumacher a Aus-
No es nuevo. Parecería sas por el otro, un enco- tria; Claudia Schiffer y
que algo alejase de esta miable afán de mejora y Herbert Grönemeyer a
tierra a sus hijos, o que una inagotable inquietud Londres. Mick Flick se
algo tienen éstos en su interior, un gusto por el fue a Suiza cuando su
contra o entre sí. Hitler riesgo contradictorio con padre tuvo que pagar
hizo su parte pero ya an- ese temor castrante al 1.000 millones de marcos
tes, uno de cada cuatro de porvenir no pautado, por por vender su empresa al
los que llegaron a EEUU el que sólo el pasado está Deutsche Bank.
inscritos en la isla de ya claro, ordenado y clasi- La organización Ra-
Ellis era alemán, y aun ficado. Secretamente ad- phael, de Cáritas, anota
miles antes, desde el siglo miran a los suizos como que cada año emigran
XIII, emigraron de Bavie- culminación de sí mis- 6.000 berlineses: Andreas
ra hacia el Báltico, a Tran- mos, pero en realidad Drajewski ha empaqueta-
silvania, a la Rusia pro- querrían ser brasileños y do ya para Grecia, es un
funda, el llamado «Drang van a clases de baile. La don nadie tras 26 años
nach Osten», la poderosa crisis actual, la resaca de trabajando para el ferroca-
atracción del Este. Inclu- la reunificación, el parón rril. Según la Agencia de
so a Sierra Morena. Y de ideas estaría siendo lo Emigración, uno de cada
luego a África, y en el que fue «la enfermedad de tres alemanes emigra
siglo XX a Brasil, Chile, la patata» en la Irlanda dentro de Europa, España
Canadá. del XIX, el detonante para es el quinto país del mun-
Muchos reproducen un otra gran escapada según do elegido, el primero es
estilo de vida, en Mallor- el director de Stern, An- Canadá y el segundo Aus-
ca o en Tailandia: «Lo dreas Petzold. tralia. Un 20% elige Sura-
alemán", dice Carlos Pods- Stefan y Mercedes Fu- mérica, un 16% Norteamé-
tatski, que conoce bien a hrer esperan el momento rica, un 11% Oceanía y
la vieja colonia de Alican- de despedirse de Berlín y otro tanto Asia.
te. Un pastor sajón, de los marchar a la República Los Rahm ya están en
llegados a Transilvania Dominicana, porque Perth (Australia), se dan
hace siete siglos, decía a «aquí no hay futuro para dos años para probar; los
este diario: «Hay un cier- nosotros». Ya tienen la Koproch dejaron el Ruhr
to modo de hacer las co- casa pero esperan «por la por un pueblo de Nueva
sas». Otros huyen de eso: educación de la niña». Zelanda. Werner Kappus
«Nos estamos Los Schleuss, de la anti- dejó 100 empleados y el
“desalemanizando"», con- gua RDA, dejaron una riesgo de infarto en Ham-
taba al semanario Stern imprenta en Potsdam y burgo por guiar a turistas
la familia Rahm, recién han empezado de nuevo en Samoa: «Si siguiera en
emigrada a Australia. en Canadá: «Andar por la Alemania ya habría muer-
Los Fuhrer ya tienen casa esperándoles en la República Dominicana Burocracia, desmotiva- vida a codazos ya nos to".

(Viene de la página anterior) sen-Anhalt disponga de ingresos ser desconocido para el político de después de 15 años, por más que
por cabeza mucho mayores que el del Oeste». lo intentamos aún no sabemos ves-
Bols entiende que «el estado del estado hanseático de Bremen La RDA era un mundo en que tirnos como en el Oeste». Steffen y
bienestar ya no es financiable y (que tiene que seguir ayudando «el Estado era algo lejano, siem- Sibylle, cuya trayectoria mixta y
la despedida se hace dura», mien- pese a su crisis) e incluso un 12% pre que uno no se saliera de la fila, sus primos de Libätz y de Düssel-
tras su mujer Dorothee admite más altos que la rica Baviera. Y te daba trabajo y te atendía. El dorf, de un lado y el otro, han he-
«el lamento de los que se han que- encima siguen endeudándose. mundo de verdad era ese “wir cho pivotar esta historia, saben
dado sin perspectivas económi- Con la situación de paro que tie- hier unten” (entre nosotros) la que lo que les ha hecho hoy enten-
cas». ne Bremen, similar a la del Este, asociación de compañeros del tra- derse «a veces mejor con la gente
Un ciudadano del Oeste lleva 15 muchos están más que hartos y al- bajo, la familia, los vecinos. Con del Este que con la del Oeste» es, a
años pagando un impuesto espe- gunos emigran también del Oes- el cierre de empresas, ese mundo diferencia de la mayoría de los
cial para ayudar al Este. Además te. Para ellos el Este está hecho de organizado que lo canalizaba to- «wessis» del Oeste, haber vivido
el economista Helmut Steitz reve- «gente frustrada», como ha recu- do, se ha roto para siempre». años entre «ossis». Tienen neuras,
la que las ayudas especiales del sado el líder bávaro Edmund Stoi- se desorientan, se apalancan, pe-
pacto de Solidaridad, para inver- ber, y de «ciudades sucias y aban- Sin asimilar los «nuevos länder» ro «no son gente saturada como
sión y para apoyar los prepuestos, donadas». Pero el psicoanalista La precoz escritora Jana Hensel en el Oeste». Su primo en paro,
se despilfarran irresponsable- de Halle, Hans Joachim Maaz, re- ha reivindicado ese mundo propio Wilfried, espera que sus hijos sí
mente casi en un 50 por ciento: cusa que «el Oeste no entiende al en «Los chicos de la Zona», donde cosechen una reunificación real,
5.500 millones de euros en 2004. La Este, es un concepto y por tanto llama Zona a «ese país, antes RDA, en que Alemania ya no esté com-
distorsión hace que una región no ve a las personas que lo for- luego “nuevos Länder” y hoy sim- puesta por «Ossis torpones» y «es-
sin futuro ninguno como Sach- man, y el votante del Este es un plemente “eso” innombrable don- túpidos Wessis» presuntuosos.

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