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RELACIÓN MATERNO-INFANTIL
Estimadas damas:
mismo tiempo que nos sumerge en emociones contradictorias que nos piden
que las neguemos o las controlemos. Yo mantengo que las emociones son
disposiciones corporales dinámicas que especifican en cada instante el
dominio de acciones en que nos movemos en ese instante. Si prestan
atención a cómo reconocen las emociones en otros o en ustedes mismas,
observarán que están siempre atentas a sus acciones En la medida que
cada emoción configura un dominio particular de acciones, hacemos cosas
diferentes bajo distintas emociones.
Así mismo, hay emociones contradictorias entre sí porque
configuran dominios de acciones contradictorias, y los conflictos
emocionales nos paralizan precisamente por eso, al llevarnos a acciones que
se niegan mutuamente, o a oscilaciones conductuales.
Al mismo tiempo hay emociones que constituyen dominios de acciones
complementarias que se acompañan o se potencian mutuamente, cambiando
su intensidad en la dimensión que connotamos con la palabra pasión.
Veamos algunos ejemplos de emociones contradictorias como el caso de
una madre profesional que tiene una hija pequeña,. Cuando la madre está con
su hijita, piensa que debería estar en su trabajo, y cuando está en su
trabajo piensa que debería estar con su hija. Esa madre vive una
contradicción emocional continua, cuando ella está con su niña echa de menos
su realización profesional, y cuando ella se está realizando con el desempeño
de sus tareas profesionales, echa de menos a su niña. El problema que esto
suscita es que si la madre está con su niña, echando de menos su
realización profesional, ella y la niña no están juntas pues se ha roto la
aceptación mutua. Si la atención de la madre cambia de continuo a
alguna otra parte, lejos de su niña, la niña desaparece. Puede que la
madre la tenga en sus brazos, pero ella no la ve. Puede que la madre
esté “jugando” con la niña, pero ella no está jugando con la niña. Ella
lleva a cabo una actividad formal, pero no está jugando con la niña.
Cuando esto le pasa a usted, usted está consciente de que algo falla en la
relación y se culpa a sí misma o culpa al niño o niña. Si usted está junto a un
adulto, su esposo, su amante o su amigo, y esta persona tiene la atención fija
en alguna otra parte, en alguna otra cosa, usted sabe que esa compañía es
algo ficticio, y expresa una queja: “no estás conmigo”. Pues bien, el niño
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madre al jugar con su niño o niña está precisamente con él o ella, que su
atención no se aparta del niño aun cuando en su mirada sistémica tenga
presente todo su entorno hogareño. El juego no constituye de ninguna
manera una preparación para una acción futura. Cuando los niños juegan
imitando actividades llevadas a cabo por adultos, no se están
preparando para dichas actividades futuras. En el momento de jugar
los niños (y también los adultos), son lo que el juego indica. Pero
vivimos en una cultura que niega el juego. No se espera que juguemos,
porque debemos estar haciendo cosas importantes para el futuro. No
sabemos jugar. No entendemos la actividad del jugar. Les compramos
juguetes a nuestros niños para prepararlos para el futuro. No estoy
diciendo que no sea bueno que un niño tenga un juguete que le va a
acarrear como resultado el tener ciertas habilidades en el futuro. Lo
que estoy diciendo es que la dificultad se origina cuando interactuamos
con nuestros hijos o entre nosotros en términos del futuro, no en
término de lo que estamos haciendo en el momento.
Lo que descubrió la doctora Verden-Zóller es,:
1.- En primer lugar, que la relación materno-¡nfantil en el juego, como
relación de total aceptación y confianza en el encuentro corporal con la
atención puesta en la relación y el encuentro, no en el futuro o salud
del niño, no en lo que vendrá, sino que en el simple fluir de la relación,
es fundamental para el desarrollo de la conciencia corporal y manejo del
espacio del niño.
2.- En segundo lugar, ella descubrió que esa relación de total aceptación y
confianza en el encuentro corporal de la madre y el niño es esencial
para el crecimiento del niño como un ser que puede vivir en la dignidad
del respeto por sí mismo en conciencia individual y social.
3.- Y, en tercer lugar, la Dra.Verden-Zóller descubrió que toda actividad
realizada con la atención puesta en ella se realiza en el juego, en el
presente que no confunde proceso con resultado, y, por lo tanto, en
inocencia, sin tensión ni angustia, como un acto que se vive en el placer
y es el fundamento de la salud psíquica porque se vive sin esfuerzo aun
cuando haya al final cansancio corporal.
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