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Cualquier cosa que suceda, exterior para este mundo, será por la fuerza
transitoria, absurda, malvada. Digo: "cualquier cosa que suceda", y aplico la
frase a todas las cosas que puedan sobrevenir: Neomilitarismo, Bolchevismo,
Industrialismo à la americana, cualquier cosa. La carencia de claridad mental y
de capacidad para una acción superior, vale decir, para la acción organizadora,
es la característica suprema de nuestra época.
Lo que debe ser investigado es sólo esto: ¿sobre cual punto debe incidir la
organización preliminar? ¿Qué cosa es lo que no debemos organizar, antes de
organizar cualquier cosa? Para esto, debemos, es evidente, comenzar con
establecer, para nosotros, cuales son las reglas fundamentales de toda
organización. Estas reglas, ni siquiera intuitivas, ya se han estudiado; muchas
personas que, en verdad no conocen ni de esto ni de cosa alguna. La
característica fundamental del incompetente es saber ya lo que los otros habrían
hecho después de haberlo visto realizado.
La tesis viene formulada en nuestra época, como una verdad suprema, por el
biólogo Haeckel: entre el mono y el hombre normal, afirma, hay menos
diferencia que entre el hombre normal y el hombre genial. Entre el trabajador
del cerebro, como se lo denomina, y el trabajador del brazo no existe identidad
ni semejanza, existe una profunda, una radical oposición. Por eso es cierto que
entre un obrero y un mono hay menos diferencia que entre un obrero y un
hombre realmente culto. El Pueblo no es educable, porque es Pueblo. Si fuese
posible transformarlo en individuo sería educable, sería educado, pero ya no
sería Pueblo.
Acepto un hombre del Pueblo como hermano de Dios, como hermano en Cristo,
pero no como hermano in Natura. De frente a la religión somos iguales; de
frente a la Naturaleza y a la Ciencia no existe entre nosotros (hombres de
cerebro y hombres de brazo) ninguna especie de igualdad. Donde se puede ver
que se establece una igualdad entre cosas diferentes por naturaleza diferentes
existe mística, existe religión: pero lo que no existe es Ciencia.
Hoy en día observamos, en casi todo el mundo, y por supuesto aquí entre
nosotros, la presencia de dos religiones en conflicto: el Cristianismo,
progresivamente regresivo al tipo católico, y el Bolchevismo. El Bolchevismo
(entendiendo con el término el Sindicalismo Revolucionario y el Comunismo, y
no sólo este último) es un fenómeno reaccionario y religioso. Nada tiene de
propiamente social, ni puede tenerlo, porque, si lo tuviese, no lo podría adoptar
la Plebe, incapaz de otra cosa que no sea religión. Es fácil probar la naturaleza
reaccionaria del Bolchevismo, como es fácil probar —todavía más— la
naturaleza religiosa.
Los débiles y los incultos espontáneamente son los que se rebelan. Se rebelan
propiamente porque son débiles, porque si fueran fuertes se adaptarían [al
régimen concurrencial=capitalismo liberal] y lucharían. Se rebelan
verdaderamente porque son ignorantes. Se rebelan porque tienen el rencor del
débil en el enfrentamiento con el fuerte, del indolente en el enfrentamiento con
el activo. Pero: ¿cómo se rebelan? Retornando espontáneamente a tipos
anteriores de sociedad —al tipo corporativo del Medioevo, rebautizado
“sindicalismo”. Y es justo señalar como esta reversión, este odio contra el
individualismo económico, se revela en las dos corrientes extremas: en el
Integralismo y en el Bolchevismo. Es un fenómeno patentemente reaccionario.