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Ministerio juvenil “Guerreros de luz”

Reflexiones juveniles

LA PREPARACIÓN DE UN OBRERO

Queridos jóvenes, otra vez estamos listos para estudiar sobre conflictos de la
juventud en una serie de estudios preparados para vos, joven cristiano, y para las
decisiones que en tu vida muchas veces se te presentan como grandes montes
infranqueables pero con la ayuda del manual de vida: La Palabra de Dios, podrás
atravesar victorioso como un digno hijo del Rey.

Hemos mencionado en varias oportunidades que la etapa de la juventud está


caracterizada por los sueños y metas. Ansias de conquista, planes arriesgados, y
pasos muchas veces a lo desconocido que en años más maduros tal vez
pensaríamos dos veces antes de darlos. Esto es bueno y cuántos avances y logros
para la humanidad fueron conquistados por jóvenes decididos que apostaron a sus
convicciones y triunfaron.

Aún en los anales del relato bíblico nos sorprende el protagonismo de varios
jóvenes que aferrados a su fe en Dios lograron proezas. Basta mencionar al joven
José en Egipto o al casi niño Samuel en el templo, o al mismo David y su honda
frente a Goliat el filisteo y ni que hablar de los jóvenes discípulos de Jesús o aún el
mismo Timoteo precursor de la obra misionera. Las biografías contemporáneas o
del Siglo pasado contienen vibrantes historias de jóvenes que murieron por la
Causa del Rey y su sangre fue semilla usada por Dios para la extensión del
evangelio. Pero lo cierto es que Dios es un Dios de orden y requiere preparación
para la tarea que nos encomienda. No es su característica la improvisación sino la
planificación. Por esas ansias típicas del joven de lograr cambios y de hacer cosas,
es que muchas veces nos equivocamos o nos apuramos adelantándonos al plan de
Dios. Y lo ideal sería que logres, querido/a joven oyente el equilibrio y la
capacitación para canalizar tus fuerzas a la manera y en los tiempos de Dios.

Y para eso se necesita preparación y para prepararse se necesita: TIEMPO. ¿Te


gusta esperar?. Que casualidad, a mi tampoco. Vivimos en el siglo de lo
instantáneo. Café instantáneo, leche instantánea, reducción de arrugas en la piel en
cuestión de días, adelgace en horas, fotos en el acto, etc, etc, pero permíteme
decirte que la santificación no es instantánea, es un proceso que lleva tiempo y que
transcurre durante toda tu vida.

El gran líder Moisés tuvo que aprender esta lección de la escuela de Dios con gran
dolor. "Cierto día, Moisés vio a sus hermanos en sus duras tareas y observó a un
Egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos. Entonces miró a todas
partes, y viendo que no había nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. Al
día siguiente, salió y vio a dos hebreos que reñían; entonces dijo al que maltrataba
al otro: ¿porqué golpeas a tu prójimo? Y él respondió: ¿Quién te ha puesto por
príncipe y juez sobre nosotros, piensas matarme como mataste al egipcio?.

Entonces Moisés tuvo miedo y dijo: ciertamente esto ha sido descubierto. Oyendo
faraón acerca de este hecho, procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante
de faraón, y habitó en tierra de Madián". Acabo de leer el relato del libro de Éxodo
2:11-15. Si te acuerdas algo de la vida de este personaje sabrás que en sus venas
corría sangre hebrea y que durante los primeros años de su vida cuando fue criado
de una manera prodigiosa por sus propios padres, recibió la enseñanza sobre el
Dios soberano que le había preservado la vida de una manera soberana y que tenía
un plan para él que a su tiempo le revelaría.
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Fue tal la instrucción impartida por sus padres durante los primeros 5-7 años de su
vida hasta que se le entregó a la hija del faraón, que ni aún toda la corte egipcia y
su educación pudieron borrar de su mente que él era parte de un pueblo escogido y
que el Dios de ese pueblo tenía un plan especial para él. La oportunidad
aparentemente había llegado y ahora era tiempo de actuar, con buenas intenciones
pero de una manera errada, y fracasó. No era el tiempo de Dios, faltaban nada
menos que 40 años y no era el trato de Dios, no sería con el puño de Moisés, sino
con la vara de Dios.

Había cosas que Moisés debía aprender antes de actuar, y esas cosas las comenzó
a aprender en la escuela preparatoria de Dios.¿Dónde?, en un seminario muy lejano
en la provincia de Madián. ¿El escenario?, el campo ¿El auditorio?, un pequeño
grupo de ovejas ¿El púlpito?, una zarza ardiendo y el profesor, el Gran Yo Soy. Y
allí en la soledad de un ambiente pastoril, Moisés escuchó la respuesta a dos
preguntas que le serían indispensables para la magna tarea que se le encomendaría
de liberar de Egipto a su pueblo.

El relato continúa en el libro de Éxodo y dice que mientras el pastoreaba las ovejas
de su suegro en Madián la presencia de Dios se manifestó en una zarza ardiendo
pero sin consumirse y desde allí el Dios de Israel se presentó ante Moisés y le dijo
en el versiculo10 del capitulo 3 "Ven, por tanto ahora, y te enviaré a Faraón para
que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel". Antes de continuar la lectura
del pasaje nota lo siguiente: "Ven... y te enviaré", no dijo: anda, que te envío. Es
que Dios siempre llama primero a Él y luego a la obra que nos comisiona, y nos
llama hacia Él básicamente para que aprendamos dos cosas.

La primera la encontramos en el versículo 11: "Entonces Moisés respondió a Dios:


¿Quién soy yo para que vaya a Faraón y saque de Egipto a los hijos de Israel?".
¿Quién soy yo?, ¿Te has hecho alguna vez esta pregunta?. No podemos tener una
dimensión correcta de la obra de Dios si ésta pregunta no está clara. Muchos
jóvenes cristianos fracasaron en su intento de "hacer" la voluntad de Dios por
ignorar quién eran en verdad: seres dependientes, pecadores restaurados, siervos
subordinados, pámpanos alimentados por savia del cielo. Casi todos los procesos
educativos involucrados para tu capacitación y que forman parte de la disciplina
divina en tu vida tienen como única meta que tú aprendas que eres débil y
necesitas ser fortalecido diariamente por la comunión, que eres dependiente y no
suficiente, que separados de mí, dijo Jesús, nada podéis hacer, y que todo lo que
seas capas de hacer, dijo Pablo, lo harás en Cristo que te fortalece.

La segunda pregunta a la que Moisés tuvo que escuchar respuesta la tenemos en el


versículo 13: "Dijo Moisés a Dios: he aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les
digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros, si ellos me preguntaren
¿cuál es su nombre?,¿ Qué les responderé?.

Segunda pregunta: ¿Quién eres tú, oh Dios?, ¿Quién eres tú?. ¿Conoces a Dios?, tu
dirás: pero claro Pablo que conozco a Dios, hace años que asisto a la iglesia y que
soy cristiano, pero ...¿Conoces verdaderamente a Dios?, ¿Le puedes encontrar en
las páginas de las Escrituras?, ¿le has oído alguna vez?, pero si oro todos los días,
no te pregunto si oras, ¿escuchaste su voz hoy?, ¿puedes reconocerla entre otras
como la oveja conoce la voz de su pastor y le sigue?, ¿Conoces quién es Dios?. La
misma materia del seminario de Dios tuvo que aprobar el gran apóstol Pablo antes
de comenzar a actuar cuando iba camino a Damasco.

Dice Hechos 9:4-5 "y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo,
¿Por qué me persigues?. El dijo: ¿Quién eres Señor?, Quién eres Señor. Dios quiere
que primero conozcas Su Persona y luego que conozcas Su Plan: ¿Qué quieres que
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yo haga?. El gran libertador se estaba preparando en una escuela que era muy
distinta a las que había asistido de joven en Egipto pero que era necesaria para
hacer la obra de Dios a la manera y en el tiempo de Dios y tal vez también tú
querido/a joven que estás escuchando este estudio estés en la misma escuela y
quizás no te has dado cuenta. Tantas situaciones que no comprendes, tantas
oraciones sin respuesta aún, tantos fracasos personales, esperar, esperar, esperar.
Proyectos inconclusos, carreras sin terminar, Dios está trabajando en ti amigo/a no
te desanimes, no bajes los brazos. La escuela de Dios no es apta para siervos que
nunca caigan sino para valientes que siempre se levanten y una de las materias
que más recordarás en toda tu vida es la materia: fracaso. ¿Cuánto dura el curso?.

Toda la vida, ¿Dónde se te entregará el diploma?, en el cielo, ¿De qué te habrás


graduado?, de pámpano, de obrero, de siervo, para que toda la gloria sea para EL
SEÑOR. Paciencia, Dios te está preparando para algo grande porque él hace
siempre cosas grandes. Estás tal vez en medio del proceso, o al comienzo, o quizás
al final. No importa el ritmo siempre y cuando avances y aprendas cada día algo
nuevo de ti y algo nuevo de Él.

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