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EN EL ESPÍRITU POPULAR COLOMBIANO

Propuesta interpretativa de la música colombiana escrita para guitarra

Julián Amador Cardona Toro

Universidad de Antioquia
Facultad de Artes
Oficina de posgrados
Medellín
2005
EN EL ESPÍRITU POPULAR COLOMBIANO

Propuesta interpretativa de la música colombiana escrita para guitarra

Julián Amador Cardona Toro

Monografía

Asesora
Cecilia Espinosa A.
Magíster en Dirección Orquestal Hatford University (USA)
Docente Universidad EAFIT

Universidad de Antioquia
Facultad de Artes
Oficina de posgrados
Medellín
2005
“Escucha con atención los cantos
populares; ellos constituyen un rico
manantial de hermosísimas melodías que
te facilitarán el estudio sobre el carácter de
la música de las diferentes naciones”.
(Robert Schumann Consejos para jóvenes
músicos)

INTRODUCCIÓN

La siguiente propuesta surgió a raíz de la inquietud que me planteé cuando estaba


estudiando mi carrera musical en la Universidad de Antioquia, en el año de 1996.
Cierto día por esas cosas del destino escuché una pieza musical en el corredor del
segundo piso de la Facultad de Artes de este mismo centro docente. La obra era
interpretada por uno de los estudiantes de uno de los niveles más avanzados. Mis
estudios por esa época eran aún incipientes pues no llevaba sino un año en la
carrera musical y al igual que otros estudiantes nuevos sólo concentraba mi interés y
energía en las tareas musicales que mis maestros me asignaban. La obra musical
que ese estudiante interpretaba era según mi oído musical un Bambuco. Cuando me
acerqué a él, le pregunté tímidamente, un tanto para disimular mi ignorancia acerca
del asunto ¿ese Bambuco de quién es?, acto seguido, él me respondió“ este
Bambuco es de Adolfo Mejía”.
De ahí en adelante me dediqué a preguntar a muchos profesores y docentes de la
Facultad de Artes, si conocían música Colombiana para guitarra solista y encontré
que no muchos me daban razón sobre el asunto. Más bien encontraba que algunos
minimizaban la importancia de este tema.

Pasaron varios meses durante los cuales conseguí algunas partituras, luego
empecé a comprender qué era lo que pasaba: muy pocas personas en este entorno,
comprendían que este repertorio había que valorarlo, estudiarlo y entenderlo de la
misma manera como se amaba e interpretaba música de Bach, Rachmaninoff,
Beethoven, Schubert y otros tantos compositores tan apreciados por todos.

De la misma forma, nosotros como colombianos e intérpretes de repertorios de


importancia académica deberíamos estudiar a Morales Pino, Adolfo Mejía, Gentil
Montaña, Gonzalo Vidal, Daniel Salazar, Lucho Bermúdez y otros.

En pocas palabras, puedo afirmar que lo que sucedía en ese entonces, era que en
general sólo unos pocos conocían las obras que estos personajes habían creado
basándose en los ritmos de nuestra nación y que está por hacerse un gran trabajo de
difusión y estudio serio de este gran legado de tan connotados artistas colombianos.
Esta situación generó en mí incertidumbre alrededor de mi quehacer musical.

Mi interés e inquietud por este asunto había crecido y estaba ávido de esos
conocimientos. No encontraba mucha ayuda o apoyo acerca del tema que me
pudiera guiar correctamente. Por fortuna conté con la ayuda de mi maestro de
guitarra, Hernán Darío Betancur, una persona que sabe mucho de nuestra música
pero que poco proyectaba sobre este tema, un tanto por no haber sido inquirido
acerca del mismo. Aclaro que por ese entonces todavía existía un veto para la
música colombiana en las academias musicales de nuestro país. Se creía que esta
música debía hacerse a una lado por considerase música “popular”.

Me pregunto yo? ¿Acaso la mayoría de manifestaciones musicales no provienen de


la tradición popular?

De otro lado se difundía equívocamente que estas músicas dañaban la técnica


instrumental.

Todos estos hechos me afianzaron y me convencieron de que lo que faltaba era


prestarle atención a este repertorio guitarrístico y que teníamos la obligación de dar a
conocer ésta música que está en manos de algunos pocos. Me propuse entonces
programar en cada uno de mis conciertos y recitales que tenía como estudiante,
obras del repertorio colombiano y latinoamericano escrito para guitarra. Al incluir este
tipo de obras, me di cuenta de que en lugar de frenar mi proceso musical, por el
contrario, potenciaba mi impulso artístico y me formaba estructuralmente mejor en la
medida en que me apropiaba de los elementos que esta música contiene.
Con la llegada de oportunidades de intercambios musicales tales como partituras,
conceptos, talleres, visitas de músicos de otros entornos, festivales de música
colombiana, concursos nacionales de guitarra y otras opciones que han sido
determinantes en este proceso de apropiación, se generaron infinidad de
inquietudes, algunas ya mencionadas. Además se vislumbró un mejor panorama del
asunto en cuestión. Es así como hoy por hoy se pueden conocer las obras
directamente desde la fuente creadora y su forma de interpretarlas. Esta situación ha
generado algunas iniciativas en el ámbito nacional pero no bastan para subsanar la
permanente ausencia de documentación, publicación de textos teóricos de
interpretación, partituras, grabaciones y otros referentes esenciales para la creación
de una verdadera conciencia colectiva acerca del tema.

Mi propuesta es aportar otro peldaño en la larga escalera que debemos construir,


ofreciendo un documento escrito y sonoro que servirá como punto de referencia y
apoyo para cualquier estudiante de música, investigador del tema o melómano. Es mi
propósito además, ayudar a abrir caminos y motivar a nuevos creadores de nuestra
época para que concreten una nueva escuela, mejor fundamentada y con un
horizonte musical más amplio que siga manteniendo en su savia lo que significa y
representa nuestra música.

Uno de los objetivos de esta iniciativa es poder compartir con la comunidad musical
los aciertos que este proyecto arroje, pero de igual manera pretendo que me ayuden
a complementarlo con propuestas y alternativas constructivas.

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