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“El Servicio de Trabajo del Imperio (RAD) y la Universidad

Alemana”
(20 de Junio de 1933)*

Por Martín Heidegger

Introducción y traducción:
Nicolás González Varela
(fliegecojonera@gmail.com)

La nazificación del trabajo según Heidegger

Los discursos, conferencias y


proclamaciones políticas del filósofo más
influyente e importante del siglo XX, Martin
Heidegger, pronunciados entre los años 1933
y 1934 han sido editadas por primera vez en
alemán en el tomo 16 de las obras completas,
las Gesammtausgabe, llamadas “integrales”.
Constituyen un brulote de prosa ultranazi.
Las lecturas de estos textos nos revelan no
sólo el compromiso radical del filósofo con
Hitler, sino que ni la brutalidad policial, ni
los campos de concentración, ni la quema
pública de libros, ni la persecución a judíos y
comunistas, ni la instauración de una
dictadura de partido único, ni siquiera la
matanza ilegal y atroz de los militantes de las
SA en junio de 1934, hicieron mella en sus
creencias políticas. Hace falta evocar estos textos (inéditos en español) para
penetrar en este período negro y distinguir hasta qué punto está comprometida
la filosofía heideggeriana con el nacionalsocialismo. Es más: Heidegger no duda
en ir más allá del centro de oscilación ideológico del nacionalsocialismo: es un
entusiasta radical de los nuevos campos de trabajo forzados, exalta a la raza
endurecida, alaba a la guerra como única salvación posible, está convencido de
la sanidad racial del pueblo alemán a través de la eugenesia, es un antimarxista
rabioso. El semestre del invierno europeo 1933-1934 es el período más activo
del filósofo y ahora Rektor-Führer Martín Heidegger: de mayo de 1933 a
noviembre de 1934, a lo largo de cuatro cursos universitarios, realiza más de
veinte discursos y conferencias donde pone su filosofía al servicio de la
consolidación del NS-Staat. El discurso que presentamos por primera vez
traducido al español es un ejemplo de la fascinación de Heidegger por una de las
instituciones más típicas del estado nazi: los campos de trabajo (Arbeitslager).
No confundir con los KZ y los futuros campos de la muerte. Los campos no sólo
servían como re-educación, sino como una manifestación sin mediaciones
“liberales” o “marxistas” de la comunidad racial-popular, la Volksgemeinschaft.
Pero Heidegger no solo es un teórico völkisch, su pasión la llevó a la práctica:
organizará un campo en Todtnauberg, cerca de su mítica cabaña de montaña, su
Hütte, del 4 al 10 de octubre de 1933. Sus participantes serán estudiantes que
pertenezcan obligatoriamente a las SA, SS y eventualmente la organización
hermana de los Stahlhelm. Sus integrantes marcharán con sus uniformes
pardos desde Freiburg, en orden militar cerrado con el brazalete con la
swástica. Günthers Anders, el malogrado pensador marido de Hanna Arendt,
poseía una carta postal de propaganda del NSDAP de Freiburg, donde podía
verse al Rektor Heidegger desfilar con el uniforme pardo a la cabeza de las SA
de la ciudad. También recordaba que durante todo ese año Heidegger daba sus
cursos con la camisa parda y que los estudiantes debían saludar con un ¡Heil
Hitler!. No nos sorprende entonces el entusiasmo y el amor militante de
Heidegger en este discurso por no sólo militarizar la vida universitaria, sino
transformar el concepto de trabajo en la versión nacionalsocialista. Si el trabajo
era para Marx esa mercancía especial que permitía, a través de su doble
carácter, explicar el secreto de la explotación bajo el capitalismo, para el
fascismo en general el plusvalor no es histórico sino eterno, y lo que debe
modificarse es el principio de organización social basado en lazos formales y
reorganizarlo bajo la identidad de la Tierra y la Sangre. Ahora sí tiene sentido
ese lema que se presentaba como una broma siniestra, El trabajo a la
comunidad nacional nos hace libres, Arbeit macht frei. Y justificar el universo
de los campos, en sus diferentes versiones, como instituciones no sólo legítimas
sino necesarias para la existencia del pueblo alemán como tal.

A lo largo del año 1933, el “año de la decisión” como lo presentaba la ideología


nazi, Baden y en especial su capital, Freiburg, fueron la avanzada del fanatismo
y la nivelación (“Gleischaltung”) racial de toda Alemania. Hay que señalar que
ya en las elecciones de 1932 el NSDAP era el partido mayoritario de la región y
tras el éxito en las elecciones (las últimas semi-libres) en marzo de 1933, se
rompió todo formalismo constitucional. El ministro del Interior de Hitler, Frick,
nombró Reichskommissar al temible Wagner, quien disolvió el gobierno
provincial y creó un cuerpo paramilitar de apoyo formado por 500 miembros de
las SS, SA y los Stahlhelm, persiguiendo todo forma de oposición o protesta. La
“Casa del Pueblo” de Freiburg, sede de los sindicatos, fue violentamente atacada
hasta su cierre definitivo. Al poco tiempo fue asesinado por dos policías el muy
conocido diputado socialdemócrata Nussbaum. En la plaza de la catedral de
Freiburg, el NSDAP organizo un mitin multitudinario bajo el lema
“Manifestación contra el marxismo”. Todos los parlamentarios y concejales
comunistas y socialdemócratas fueron encarcelados sin más, prohibidos los
partidos políticos, disueltas las organizaciones que no respondieran al NSDAP y
los órganos de la prensa independiente cerrados o censurados. En esa época ya
existían dos campos de concentración muy conocidos en Baden, ambos
ubicados en el pueblito de Heuberg, una aldea cercana al pueblo natal de
Heidegger, Messkirch. Los campos quedaron chicos y fueron cerrados en 1935,
trasladándose a los presos (en su mayoría comunistas, anarquistas,
socialdemócratas y “pacifistas”) al temible KZ Dachau. En 1933 el alcalde nazi
de Freiburg, el Doctor Krebs, dirigió un boicot público contra los comercios
judíos y se publicó una lista desde el Ayuntamiento con los nombres de
abogados, médicos y otros profesionales judíos para que también se los
boicoteara. En abril de 1933 se promulgó para toda la provincia una ley de “re-
estructuración de la función pública”, pionera en la limpieza racial, que
notificaba la expulsión de todos los judíos de la administración pública y, por
supuesto, de las universidades. La depuración étnica en Baden se completaría
recién en 1940, cuando los últimos 5.617 judíos fueron enviados al KZ Gurs
(Pirineos franceses) para luego desaparecer en los infiernos de los campos de
exterminio del Este. Es en este contexto que hay que interpretar y sopesar las
palabras de Heidegger.

El “Servicio de Trabajo del Imperio” o simplemente conocido como “RAD” por


sus siglas alemanas ReichsArbeitsDienst, era un programa de trabajo forzoso en
obras públicas que requería seis meses de servicio de cada hombre comprendido
entre los dieciocho y veinticinco años, para las mujeres el “RAD” era voluntario
pero las presiones para el reclutamiento eran muy intensas. Los jóvenes vivían
en campos de trabajo (“Arbeitslager”) y por sueldos de subsistencia, de los
cuales se deducían descuentos obligatorios a diversas agencias del NSDAP, y
trabajaban en labores como cultivos de tierras pobres, construcción de canales
de riego, saneamiento de campos, etc. Graduados universitarios y de las
Escuelas Superiores, bachilleres, artesanos, campesinos, obreros y
desempleados se dedicaban todos juntos a las mismas tareas serviles, parte de la
ideología de la Volksgemeinschaft, la superación conservadora de la sociedad de
clases, además se inculcaba respeto por la mitológica figura del “Trabajador”. El
regimentado entrenamiento y la experiencia en las duras condiciones laborales,
prepararían a los jóvenes para la futura “Mobilmachung” de la guerra. Aunque
con características similares al “Civilian Conservative Corps” del New Deal de
Roosevelt, el RAD era una organización paramilitar que se integraba al nuevo
aparato de poder del estado nacionalsocialista, con sus propios uniformes y
rangos, propia jerarquía (compañía, batallón, regimiento), burocracia, líderes y
su propio órgano de prensa y propaganda, “Der Arbeitsmann”. Su origen fue la
reforma y unificación de los servicios de trabajo heredados de la República de
Weimar, los Freiwilligen Arbeitdienste creados por Konstantin Hierl en 1931.
Su objetivo era triple: bajar el paro, poner en práctica la ideología comunitaria
racial del nacionalsocialismo, preparar el rearme general de Alemania. El motto
nazi del servicio se resumía en una tríada: “Schulpflicht-Arbeitdienstpflicht-
Wehrpflicht” (escuela obligatoria, servicio de trabajo obligatorio, servicio militar
obligatorio). El primer Führer del RAD fue Franz Seldte, antiguo dirigente de
los conservadores Stahlhem, los “Cascos de Acero”, quien en 1934 integró los
diversos sistemas dentro del ministerio de trabajo, el Reichsarbeitministerium.
En la fundamentación jurídica del RAD en el NS-Staat, conformado como ley el
1º de junio de 1935, en su primer parágrafo señalaba que “Der
Reichsarbeitsdienst (RAD) ist Ehrendienst am deutsche Volk”, o sea: el Servicio
del Trabajo Imperial es un servicio de honor en el Pueblo Alemán… El RAD se
dividía en dos secciones: la femenina (Reichsarbeitsdienst der weiblichen
Jugend, RAD/wJ) y la masculina (Reichsarbeitsdienst Männer, RAD/M).
Regionalmente se dividían en distritos divisionales de trabajo, Arbeitsgau; cada
uno de esos distritos era comandado por un oficial con su cuartel general y su
propio staff administrativo. En cada distrito se conformaban entre seis y ocho
grupos de trabajo (Arbeitsgruppen), batallones de trabajo de entre 1200 y 1800
trabajadores. Cada miembro raso del RAD era equipado por el estado con una
bicicleta y una pala.
El RAD, asimismo, formaba parte de la idea fuerza de Hitler “¡Alles für
Wehrmacht!” (¡Todo para el Ejército!), que planteaba que toda medida pública
de creación de trabajo sería examinada en función de su utilidad para la
preparación militar de Alemania, calculada en cinco años. El RAD era una
Wehrmachtsgefolge, literalmente una fuerza auxiliar de las fuerzas armadas,
que podían ser incluidas bajo la protección de la Convención de Ginebra y
rápidamente militarizadas a nivel profesional. Las primeras medidas del
llamado ‘Plan Reinhardt’ se implementaron entre el 1 y el 27 de junio de 1933:
ley para la reducción del paro y ley para la construcción de las Autobahn del
Reich. Toda la movilización estatal contra el desempleo encubría, bajo el manto
ideológico de la Volksgemeinschaft, la comunidad racial sin clases, una vigorosa
política de rearme. A esta verdadera economía de guerra en tiempo de paz se le
sumó una serie de medidas, el llamado ‘socialismo práctico del NSDAP’, para
terminar de conquistar a la reacia clase obrera alemana: protección al trabajo
femenino y contra los despidos sin indemnización, vacaciones pagas, prestamos
blandos para nuevos matrimonios, el ‘Auxilio de Invierno’ para llevar ayuda a
cuatro millones de indigentes, etc. La consigna de Hitler en cuanto a estas
medidas siempre fue concisa y clara: “Keines Arbeitsbeschaffung ohne
Wehrhaftmachung” (No hay creación de trabajo sin movilización de rearme).
Durante el inicio de la Segunda Guerra Mundial, unidades del RAD trabajaron
en la segunda línea tanto en la invasión de Noruega como en el frente de
Francia. Su tarea era de apoyo logístico (alimentos y municiones),
reconstrucción de carreteras, puentes y aeródromos, además de construcción de
fortificaciones fronterizas y costeras (la Ostwall, la Westwall y la más famosa la
Atlantikwall), búnkeres, campos de minas y como unidades de vigilancia de
puntos estratégicos y prisioneros. Cuando se desató la invasión a la URSS en
1941, unidades del RAD fueron usadas en operaciones contra partisanos. En
1943 fueron instruidos miles de trabajadores del RAD como auxiliares para la
artillería antiaérea por la Lutwaffe. A partir de 1944 la militarización del
Arbeitsdienst se hizo vital para Alemania: seis divisiones, las RAD-
Infanteriedivisionen, fueron formadas para integrar, junto con el Volkssturms,
la última jugada de Hitler para ganar la guerra.
Historia de una foto: el “Führer” de la Universidad de Freiburg aparece en esta
interesante (y poco difundida) foto oficial. Apareció en el número 31 de la
revista “Minerva. Jahrbuch der gelehrten Welt” en el año 1934, editada en
Berlin y Leipzig, más o menos por la misma época de este discurso. Heidegger
aparece teatralmente en su despacho, el Eigenschaft, de Rector con un traje
regional bávaro color pardo. Su mirada irradia visión de futuro y decisión, sobre
un escritorio inmaculado y en orden, mientras le respaldan siglos de sabiduría
germánica desde la biblioteca en segundo plano. En su solapa luce ostentosa,
casi como vórtice del retrato, el águila dorada con la swástica del NSDAP. La
foto incluye la firma manuscrita del filósofo.

“El Servicio de Trabajo del Imperio (RAD) y la Universidad


Alemana”
(20 de Junio de 1933)*

En el futuro la escuela no disfrutará de su antigua posición exclusiva en la


educación. Con el RAD (“ReichsArbeitsDienst”) se ha levantado una nueva y
decisiva fuerza educativa (“Erziehungsmacht”). El Campo de Trabajo
(“Arbeitslager”) ahora toma su lugar al lado del hogar, de las ligas juveniles, del
servicio militar y de la escuela.
En el Campo de Trabajo (“Arbeitslager”) vemos realizarse, concretamente, el
lugar de una manifestación nueva y sin mediaciones de la Comunidad del
Pueblo (“Volksgemeinschaft”). Los jóvenes alemanes, en el futuro, podrán ser
gobernados por el conocimiento del trabajo (“vom Wissen um die Arbeit”),
saber en el cual el Pueblo concentra su fuerza, en el orden para experimentar la
dureza de su existencia (“Dasein”), preservar el impulso de la propia Voluntad, y
aprender nuevamente el valor de sus múltiples habilidades. El Campo de
Trabajo (“Arbeitslager”) es, al mismo tiempo, un campo de entrenamiento de
Líderes de todos los grupos sociales y profesiones (“Schulungslager für das
Führertum in allen Ständen”). Lo que cuenta en el campo es la actividad
ejemplar y el trabajo en conjunto, pero no establecido por quien supervisa. En
cuanto a aquellos que tienen la ocasión de hacer una ‘pequeña visita”, ellos no se
aproximan ni cercanamente a la realidad de los campos de trabajo y a su
novedad.
El Campo de Trabajo (“Arbeitslager”) no sólo despierta y educa en el
conocimiento de la comunidad trabajadora a todos los grupos sociales (“die
arbeitende Gemeinschaft aller Stände”), sino que en el futuro este conocimiento
del trabajo, arraigado en las almas de los jóvenes alemanes, podrá tener
también un efecto purificador sobre la escuela y podrá entonces legislar qué es
lo que se puede y qué es lo que no se puede, lo que se debe y lo que no se debe.
El Campo de Trabajo (“Arbeitslager”), como institución educativa, institución
autónoma, con su peculiares características y en propio derecho, se vuelve una
fuente nueva de todas esas energías por las que todas las otras instituciones
educativas, sobre todo y especialmente la escuela, están forzadas a decidir (“zur
Entscheidung”), y en consecuencia, a transformarse.
Nuestra Universidad esta rodeada en su vecindad inmediata por los Campos de
Trabajo del “RAD”, que están co-dirigidos y supervisados por maestros de esta
institución.
El Campo de Trabajo (“Arbeitslager”) una nueva realidad (“neue Wirklichkeit”)
está presente. Esta realidad sirve como un símbolo del hecho de que nuestra
Universidad esta abriéndose a sí misma a la nueva fuerza educativa encarnada
en el servicio al trabajo, al RAD. Campo de Trabajo y Universidad están
resueltos a traer juntos, en un recíproco tomar y dar, las fuerzas educacionales
(“erzieherischen Mächte”) de nuestro pueblo dentro de una Totalidad
(“Einheit”) nueva enraizada y arraigada, y a partir de la cual el pueblo se
empeña, en su estado, de actuar por su destino colectivo (“Schiksal”). Triple
¡Sieg Heil!

M. Heidegger, Rector

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