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Los sopistas en Ajalvir

Sopista. Estudiante que seguía su carrera literaria sin otros recursos que los de la
caridad.

En 1.348, Alfonso X "El Sabio", en "Las Siete


Partidas", se refiere a los sopistas diciendo:
"Esos escholares que troban y tañen
instrumentos para haber mantenencia".

Pero fué en el siglo XVI cuando se formaron las


tunas tal y como hoy las conocemos. Los
sopistas se acogieron a la "Instrucción para
bachilleres de pupilos" dictada el año 1538,
norma que ofrecía vivienda a los estudiantes que no podían costearla. En ellas no
podían mezclarse estudios diferentes y eran dirigidas por los estudiantes más
antiguos, a los que se llamaba "bachilleres de pupilos", pues además debían
apoyar en sus estudios a los estudiantes nuevos o bobos.

Estas casas eran habitadas mayoritariamente por sopistas, y nunca fueron ejemplo
para el estudio serio, y así en el libro "De la vida del Pícaro Guzmán de Alfarache",
Mateo Alemán nos cuenta a principios del siglo XVII:

"Los otros dos amos que me quedaron demás,


que no querían ver libro, ni atender como yo
mismo a lo que habían venido a la Universidad,
jamás se les caían las guitarras de las manos, y
es verdad que lo hacian bien y daban mucho
entretenimiento, cantaban muy buenos
sonecillos y siempre tenían de nuevos, y aun el
uno los sabía hacer muy bien y poner en el
instrumento".

Ya el Rey Carlos IV autorizaba en 1805 en la


“Novísima Recopilación de las Leyes de España”
que "Los estudiantes puedan pedir limosna con
licencia del Rector del Estudio donde
estudiaren,…, en la diócesis y obispado donde
estuviere el tal Estudio y Universidad, y en los
lugares de su naturaleza, como es dicho en los
otros pobres".
ABC – 30 de noviembre de 1924.

Se refiere a “El Ingenioso


Hidalgo Miguel de Cervantes
Saavedra”, de Francisco
Navarro y Ledesma, en el que
recrea la vida de Cervantes.

“Desde la viña al lagar siguen,


requebrando a las morenas
vendimiadoras, nubes de
estudiantes pardales del colegio mayor de San Ildefonso que fundó Cisneros. Van
vestidos de buriel terroso aragonés, cuáles con espada, cuáles sin ella. Es domingo
y la turba escolar se ha desparramado por la campiña riente; quién ha subido la
cuesta de los Santos de la Humosa, quién ha corrido hasta Anchuelo o Ajalvir,
donde se hospedan muchos pobres alumnos de Minerva a los que la pensión o
congrua paternal no alcanza para vivir en la angostura y carestía de la villa
universitaria.”
El ingenioso hidalgo Miguel de Cervantes Saavedra - Francisco Navarro y Ledesma – 1.905

Diego San José, escritor, dramaturgo y poeta madrileño, estrena su primera


comedia, “Un último amor”, en 1908 en el teatro de la Princesa. Numerosos éxitos
con obras dramáticas, como “La Ilustre fregona”, y libros de costumbres como “el
sombrero del rey”.

Colaborador de publicaciones de entonces, como El Globo, EL Imparcial, Blanco y


Negro o La Ilustración Española y Americana.

En 1926 publica en El Imparcial, “Patraña estuadiantil del tiempo viejo. El mesón de


la Paz”, que sitúa la acción en el mesón de la señora Paz, en Ajalvir.

“…
Llegó a un lugar que le dicen Ajalvir y es uno de los mas ricos pueblos que
circundan la perla del Henares.

Ya era punta de noche cuando embocó en el zaguán de la única posada que tiene
el pueblo. Desde el primer momento pareciole bien el punto de parada.
En la puerta se holgaban con un poco de cante y baile unas cuantas mozas y otros
tantos arrieros. Como hubieronle ante ellos y vieronle prevenido de su inseparable
vihuelilla, que traia cruzada a la espalda, recibieronlo con muy buena cara.
Dio las buenas tardes el sopista y a uno de los mozos que estaba sin tomar parte
en el barco y que no tenia muy buena traza, preguntole si habia posada.

Epílogo. Llegó septiembre, y cuando en la ciudad doctora comenzaban a sentirse
de nuevo laos latidos de la vida estudiantil, a inquietarse el corregidor y los
aguaciles, a temblar las patronas y alegrarse las mozas, comenzó para el bachiller
“Fulano” una nueva vida.
Trocó los lobros del estudio por las obligaciones de ventero, embocando con
mucho amor y toda legalidad en la vasta república del matrimonio con la señora
Paz, alma y vida de aquel mesón, único y bien provisto que había en la plaza
“Mayor” de la villa de Ajalvir…”
Posiblemente, este artículo sobre el sopista alcalaíno, diera origen a la zarzuela
escrita mas tarde.

“La ventera de Alcalá”, zarzuela en verso estrenada el 7 de noviembre de 1929 en


el madrileño Teatro de la Zarzuela, con música de Pablo Luna y Rafael Calleja
sobre un libreto de Diego San José y José María Granada.

ABC Madrid – 14 de noviembre de 1929.

Acción en un mesón de Alcalá de Henares,


postrimerías del siglo XVIII. Intérprete principal la
ventera, garrida hembra de arisca honestidad,
que no cede al porfiado malquerer de un
hombre, y es toda dulzura para el arrebatado
amor que siente por un estudiante sopista, que
por su hombría se hace el amo de la situación.
En torno a la ventera, estudiantes, usías, majos
de plante, majas de rumbo, el lego trapalón y
contumaz en su glotonería, el barberillo
parlanchín y enamorado, pero miedoso, como
cumple en los tenores cómicos de zarzuela...

En “La tuna pasa”, de “La ventera de Alcalá” la primera estrofa, muy conocida:

¡Alcalá de Henares!
¡Ay, que bien pareces
con tus torres y muros
y chapiteles!
Tienes por sangre
la bulla que te envuelven
los estudiantes.

Esta primera estrofa formaba parte de unas


seguidillas muy populares en el siglo XVII en
Alcalá, y que apareció en el “Baile del escolar”
de Alonso de Molina, en el siglo XVII, y refleja la
tradición de los cantos de arrieros:

Alcalá de Henares,
¡que bien pareces,
con tus torres y muros
y chapiteles!
¡Dale, muchacho,
a la rucia, la parda,
la del penacho!

Este pasacalle cantado por la Tuna en esta zarzuela en verso. La acción trascurre
a finales del siglo XVIII en el “Mesón de la Paz” a la entrada de Ajalvir. En este
coinciden el alguacil, estudiantes, arrieros, el corregidor… y Fray Gabriel, clérigo
limosnero al que gusta el buen vino.

A veces los Tunos Alcalaínos, en sus cantos, anunciaban su llegada al lugar. En la


“jácara del tunante Torralba”, se cita el mesón de Ajalvir:

TORRALBA

Ya estamos aquí nosotros,


pueblo heroico soberano,
nosotros y tú lo mismo,
lo mismo que hace dos años,
ya estamos aquí nosotros.

¡Ninfas de la Alcarria!
¡Mozas de Alcalá!
De la estudiantina
la vida escuchad,
que un pobre sopista
os viene a decir
en el más famoso
mesón de Ajalvir.

TODOS

Silencio, callad;
que vamos a oír
lo que el estudiante
nos viene a decir.

Informaciones teatrales. En Sevilla. La ventera de Alcalá.

“Los señores San José y José María Granada han escrito, bajo el título La ventera
de Alcalá, un entretenido asunto de zarzuela, situado en el siglo XVIII y ambientado
muy propiamente con un arcaismo entonado y sabroso, que le da el buen aroma de
lo añejo.
Los tipos, discretamente dibujados, están asimismo conseguidos con mucho tino; el
barberillo parlanchín y pusilánime, la garrida, ventera, el fraile zumbón y arriscado,
los enamorados sopistas, y, en fin, todo el nutrido acompañamiento, de rancio
sabor popular, han sido extraidos del denso poso de la solera mas castiza y dan
intenso atractivo a la obra, en la cual coloca algo de la pátina que ilustra las cosas
viejas hasta el candor de la triquiñuela, que resuelve la situacion culminante.”
ABC Sevilla – 3 de enero de 1930.
El 9 de noviembre de 1929 apareció en el ABC de
Sevilla, en AUTOCRITICAS, una reseña escrita por los
autores. El mismo artículo sería publicado de nuevo 50
años mas tarde.

ABC Madrid – 1 de diciembre de 1979.


Hace medio siglo ABC decía …

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