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Sopista. Estudiante que seguía su carrera literaria sin otros recursos que los de la
caridad.
Estas casas eran habitadas mayoritariamente por sopistas, y nunca fueron ejemplo
para el estudio serio, y así en el libro "De la vida del Pícaro Guzmán de Alfarache",
Mateo Alemán nos cuenta a principios del siglo XVII:
“…
Llegó a un lugar que le dicen Ajalvir y es uno de los mas ricos pueblos que
circundan la perla del Henares.
…
Ya era punta de noche cuando embocó en el zaguán de la única posada que tiene
el pueblo. Desde el primer momento pareciole bien el punto de parada.
En la puerta se holgaban con un poco de cante y baile unas cuantas mozas y otros
tantos arrieros. Como hubieronle ante ellos y vieronle prevenido de su inseparable
vihuelilla, que traia cruzada a la espalda, recibieronlo con muy buena cara.
Dio las buenas tardes el sopista y a uno de los mozos que estaba sin tomar parte
en el barco y que no tenia muy buena traza, preguntole si habia posada.
…
Epílogo. Llegó septiembre, y cuando en la ciudad doctora comenzaban a sentirse
de nuevo laos latidos de la vida estudiantil, a inquietarse el corregidor y los
aguaciles, a temblar las patronas y alegrarse las mozas, comenzó para el bachiller
“Fulano” una nueva vida.
Trocó los lobros del estudio por las obligaciones de ventero, embocando con
mucho amor y toda legalidad en la vasta república del matrimonio con la señora
Paz, alma y vida de aquel mesón, único y bien provisto que había en la plaza
“Mayor” de la villa de Ajalvir…”
Posiblemente, este artículo sobre el sopista alcalaíno, diera origen a la zarzuela
escrita mas tarde.
En “La tuna pasa”, de “La ventera de Alcalá” la primera estrofa, muy conocida:
¡Alcalá de Henares!
¡Ay, que bien pareces
con tus torres y muros
y chapiteles!
Tienes por sangre
la bulla que te envuelven
los estudiantes.
…
Alcalá de Henares,
¡que bien pareces,
con tus torres y muros
y chapiteles!
¡Dale, muchacho,
a la rucia, la parda,
la del penacho!
Este pasacalle cantado por la Tuna en esta zarzuela en verso. La acción trascurre
a finales del siglo XVIII en el “Mesón de la Paz” a la entrada de Ajalvir. En este
coinciden el alguacil, estudiantes, arrieros, el corregidor… y Fray Gabriel, clérigo
limosnero al que gusta el buen vino.
TORRALBA
¡Ninfas de la Alcarria!
¡Mozas de Alcalá!
De la estudiantina
la vida escuchad,
que un pobre sopista
os viene a decir
en el más famoso
mesón de Ajalvir.
TODOS
Silencio, callad;
que vamos a oír
lo que el estudiante
nos viene a decir.
…
“Los señores San José y José María Granada han escrito, bajo el título La ventera
de Alcalá, un entretenido asunto de zarzuela, situado en el siglo XVIII y ambientado
muy propiamente con un arcaismo entonado y sabroso, que le da el buen aroma de
lo añejo.
Los tipos, discretamente dibujados, están asimismo conseguidos con mucho tino; el
barberillo parlanchín y pusilánime, la garrida, ventera, el fraile zumbón y arriscado,
los enamorados sopistas, y, en fin, todo el nutrido acompañamiento, de rancio
sabor popular, han sido extraidos del denso poso de la solera mas castiza y dan
intenso atractivo a la obra, en la cual coloca algo de la pátina que ilustra las cosas
viejas hasta el candor de la triquiñuela, que resuelve la situacion culminante.”
ABC Sevilla – 3 de enero de 1930.
El 9 de noviembre de 1929 apareció en el ABC de
Sevilla, en AUTOCRITICAS, una reseña escrita por los
autores. El mismo artículo sería publicado de nuevo 50
años mas tarde.