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U. Academia de Humanismo Cristiano


Apuntes de Clases
Juan Christian Jiménez

Notas sobre algunas definiciones en cultura

1. A modo de resumen histórico


A mediados de la década del 60 existían al menos 250 definiciones del término
cultura, un aspecto que demuestra por un lado, la extensa preocupación histórica
por llegar a un tipo de entendimiento o conclusión de la palabra y, por otro, a una
gran polisemia de posturas frente a su desarrollo que podemos llamar
identificatorio de este proceso humano.
Tomando en consideración diferentes investigaciones, se puede apreciar
que la aparición de la palabra cultura estaría situada durante el siglo XV, a partir
del verbo latino collere que designa el acto de cultivar la tierra. No obstante,
también serviría para identificar una manera de honrar o rendir culto a los dioses.
De la primera acepción se derivan términos como el de agricultura y
posteriormente, horticultura, floricultura, etc.
Hasta el Renacimiento la palabra estará vinculada a lo sagrado, sin
embargo, y a partir de entonces, se comenzará a dar uso independiente para
hacer referencia a la literatura y las artes. Por tanto, la cultura en sí misma, es
considerada como un acto creado por el hombre, por medio de la literatura, el arte
o la filosofía.
Para el siglo XVI se introduce en el habla inglesa para identificar el esfuerzo
por desarrollar cualidades propias de algún objeto o de alguna actividad. Durante
el mismo siglo se introduce al vocablo francés como equivalencia de la cultura con
el pensamiento.
A partir de la Ilustración alemana, en el siglo XVIII el concepto tiende a
explicar el recorrido de la humanidad y así, fundamentar la idea propia de
progreso, es decir, referido al patrimonio del saber colectivo que permite a su vez,
una misma cohesión.
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En 1871 Tylor publica su obra La Ciencia de la Cultura, considerada la


primera concepción antropológica de la cultura, es decir, la cultura o civilización en
un sentido amplio, en el que incluye al conocimiento, las ciencias, el arte, la moral,
el derecho, las costumbres y cualquier otro hábito adquirido que le de un sentido al
hombre en sociedad.
Según Kröeber y Kluckhon, existen seis grupos de definiciones en las
cuales el término cultura puede clasificarse para las ciencias sociales.

1. Definiciones descriptivas, que ponen el acento en la idea de cultura como


totalidad comprensiva o totalidad compleja, cuyos aspectos de contenido se
describen.

2. Definiciones históricas, que enfatizan uno de los componentes de cultura, la


herencia social o tradición social, como contrapuesta a la herencia biológica.

3. Definiciones normativas, que pueden clasificarse en dos subgrupos: las que


enfatizan la regla o pauta de conducta (procedimientos sociales estandarizados
que han sido creados a lo largo de la historia, como guías potenciales de
conducta) y las definiciones que explican la cultura como ideal o valor orientador
de la conducta.

4. Definiciones psicológicas, así denominadas porque tienden a psicologizar la


cultura. Podrían distinguirse cuatro matices dentro de este tipo de definiciones: las
que acentúan la función psicológica del ajuste social, la cultura como aprendizaje
(pautas, ideas, hábitos, actitudes, valores, etc. transmitidos a los niños). Otras
definiciones ponen el acento en la cultura como hábito adquirido por el individuo y,
por último, dentro de esta categoría están las definiciones estrictamente
psicológicas que entienden la cultura como suma de sublimaciones y todo lo que
inhibe los impulsos.
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5. Definiciones estructurales, que consideran a la cultura como un diseño o


sistema de diseños para vivir, pero sin el modo de vivir.

6. Definiciones genéticas que acentúan los factores que originan y dan lugar a la
cultura. Están aquellos que ponen el énfasis en la cultura como producto o
artefactos (destacan el aspecto tecnológico por el cual el hombre ha transformado
el entorno). Otras ponen el énfasis en las ideas como raíz de cultura: basados en
la distinción entre cultura “material” y cultura “formal”, consideran básica a esta
última. Y por último, están las definiciones que ponen el énfasis sobre los
símbolos, habida cuenta de la tesis del hombre como “animal simbólico”. (1963)

Si hay algo en común en el uso de la palabra en diferentes lenguas, es que


significa el elemento diferencial del hecho humano respecto del orden natural. En
sus variadas acepciones subyace siempre la misma idea de que se trata de algo
diferente a la naturaleza, de algo que es hecho por el mismo hombre.
Sin embargo, este “algo” diferente de la naturaleza, para algunos se trata de
lo realizado sólo por algunos hombres (los cultivados). Para otros es lo que
adquieren todos los hombres como respuesta a los problemas que les plantea el
solo hecho de existir, y más, todavía de convivir.

A pesar de las variadas concepciones o utilización de la palabra, existe un


referente mínimo que permite enfocar el término. Esto es prueba de diversos
encuentros internacionales convocados por la Unesco, en los que se tratan
asuntos de política cultural, problemáticas de cultura e identidad cultural, a través
del intercambio de visiones y posturas a nivel mundial.

2. Diferentes concepciones de cultura


Sólo por abstracción hablaremos de cultura como un concepto general. Pero si
queremos introducir mayor rigor y precisión en el uso del término, tenemos que
hacer una serie de diferenciaciones y clasificaciones, cada una de las cuales se
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deriva, en buena medida, del enfoque ideológico y científico que la inspira. Nos
parece oportuno comenzar en presentar tres concepciones de tipo más global y
totalizantes.

a) La cultura como adquisición de un conjunto de saberes, como resultado


de dicha adquisición y como producción de “cosas superiores”.

Se entiende esta clasificación como aquella que interpreta a la cultura


desde la perspectiva del refinamiento intelectual o artístico, entendiendo éste
como conjunto de saberes y conocimientos eruditos acerca de ciertas “cosas
superiores”, (literatura, música clásica, arte, pintura, teatro, historia, geografía,
mitología o por el dominio particular de una ciencia o un arte).
Así se derivan de estas concepciones, términos como “mundo de la
cultura”, para designar a las artes o también aquellas que expresan una
cuantificación, en tanto posesión de saberes, es “muy culto”, “sin cultura” etc.
También identifica cualidades objetivas de la persona cultivada, es decir,
como aquel que ha desarrollado sus capacidades intelectuales por medio del
conocimiento. Por esto tener cultura o ser culto es equivalente a disponer de
muchos datos, mucha información relevante, es decir, a mayor grado de
instrucción, mayor cultura. Lo que implica que es culto aquel que produce obras
culturales. En suma, cualquiera de estas posibilidades se encuentran siempre en
un número reducido de personas al interior de determinada sociedad.
Así pues, según esta concepción la cultura se entiende como:
-contenidos a adquirir
-resultados de adquisición
-producción de cosas superiores
De este modo la cultura aparece como una función y capacidad reservada a
una minoría de creadores de cultura y como una mercancía u objeto de posesión,
adquisición personal, al que sólo tiene acceso un círculo reducido de receptores, a
su vez, cultivados capaces de disfrutar de esa creación.
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Se trata de un concepto selectivo, ya que excluye a grandes sectores de la


población a los que se les considera incultos por su escaso acceso a esos bienes
o productos, en que por lo tanto no han adquirido un “stock” significativo.
Es importante entender entonces, que esta concepción elitista, al momento
de ser aceptada, implica a su vez, entenderla como un instrumento de dominación.

b). La cultura como modo de ser, de hacer y de pensar, y como conjunto de


obras e instituciones.

Esta sería una noción de tipo antropológica, de carácter funcionalista que


por mucho tiempo recaló también en la perspectiva sociológica de comprender el
término con el estudio social.
La cultura comprende de esta perspectiva, el conjunto de rasgos que
caracteriza las distintas formas de vida, a través de una serie de objetos y modos
de actuar y de pensar que son creados y transmitidos por los hombres como
resultado de sus propias interrelaciones y de sus relaciones con la naturaleza por
medio del trabajo.
Esto se revela en manifestaciones que se dan en el plano intelectual
(saberes, creencias y valores), como en el material (las cosas que los hombres
crean y utilizan).
Desde el punto de vista antropológico, el término engloba a la totalidad del
modo de vivir de un pueblo y la totalidad del entorno creado por los miembros de
esa comunidad, para adaptarse y transformar la naturaleza y, por ende
transformándose a sí mismos.
De modo que para el hombre se trata de su herencia social y el modo de
vida de un pueblo. Sin duda que esto define un concepto sistémico muy
abarcador, que transforma a todo lo que no es naturaleza en cultura, pero por otro
lado, el aspecto positivo, es que tiende a integrar a todos los tipos de actividad
humana, los modelos de comportamiento, los valores, los conocimientos y
habilidades en un sistema histórico concreto.
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En este sentido todo pueblo o sociedad para resolver sus problemas


esenciales de la vida tiene que generar una serie de respuestas y, éstas
constituyen en sí mismas la cultura. Por este motivo toda persona es mas o menos
culta y toda persona es productora de cultura a partir de sus posibilidades de
simbolización compartida, aunque sea dispar o diversa.
En esta diversidad radica la esencia del pluralismo cultural:

“…así como no existe un pueblo sin cultura, cada pueblo tiene un modo o
forma particular de ser y expresarse, una cultura que difiere de la de otros
pueblos. Es cultura lo que por una parte unifica, y a la vez, diferencia a
todos los seres humanos” (Magrassi 1984)

En suma, todo esto lleva a que los miembros de una sociedad tengan un
estilo determinado, ya que su forma de actuar se transmite de generación en
generación. En ese aspecto todas las culturas están coherentemente
estructuradas y tienen un sentido dentro de sí.

c) La cultura como creación de un destino personal y colectivo


Se trataría –más bien- de una propuesta conducente a darle un sentido ontológico
a la noción de cultura. Es decir, que si bien la anterior concepción (antropológica),
expresa el estilo o modo de vida en la que se van configurando los individuos y los
grupos dentro de una sociedad determinada, prefigura –necesariamente- un modo
de vida adquirido, conservado y transmitido que finalmente genera la impronta del
estilo que asume cada colectivo e individuo.
En este sentido más que ser objetable la noción anterior, es más bien
insuficiente por las siguientes consideraciones:
Por un lado, en una suerte de metáfora, la cultura terminaría siendo una
especie de “ave que vuela mirando hacia atrás”, debido a que no le importa el
saber hacia donde va, sino de donde viene.
Por otro y, al pasar del dinamismo existente en toda cultura, ésta expresaría
una tendencia a la adaptación y al equilibrio estético del acervo cultural heredado.
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Es decir, de una manera en que se correría el riesgo de “encubrir” el carácter de


proceso histórico cambiante y conflictivo que tiene la <realidad>, haciéndonos
“reposar” en una suerte de lugar integrado, armonioso e inamovible.
Es importante, sin embargo, reconocer que en la postura antropológica si se
tiene en cuenta la dinámica del cambio cultural y no solo se reduce a
consideraciones sobre el pasado. Además de acuerdo a esta perspectiva, el
hombre no solo es configurado por la cultura, sino que también la hace a medida
que incorpora nuevos elementos de la experiencia.
El énfasis que se discute, es el que se basa en la idea de “herencia social”,
según Linton, no existiendo cuestionamiento alguno de las circunstancias
históricas particulares que dieron lugar a la configuración de esa cultura, ni
tampoco a los modos de producción que le dan sustento.
De este modo, la tercera perspectiva, pone el acento en lo que la cultura
tiene como proyecto a construir, como futuro por inventar. Aunque por cierto
apoyándose en el pasado. Pero entendiendo que la herencia cultural conserva y
sintetiza la forma en que hemos sido configurados, pero más importante aún,
asumiendo que su herencia socio-cultural es la materia prima que construye el
futuro.

La propuesta
-La cultura es una actividad humana no reservada a un grupo de especialistas,
sino un asunto que concierne a todos, por lo mismo ha de concebirse como
creación de un destino personal y colectivo, más allá de un conjunto de valores
heredados, asumidos y asimilados
-La cultura debe de ser reintegrada a la vida y a la preocupación de la gente, en
tanto sistema que expresa valores materiales y espirituales. En este sentido cada
uno puede ser sujeto creador y constructor de futuro, asimilando y transformando
el mundo a partir de ciertas condiciones de existencia.
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Las dificultades
-En la actualidad y en especial las industrias culturales en base a su tecnología de
apoyo controladas por los grupos dominantes produce que la inmensa mayoría no
seamos protagonistas de esos cambios y, aún menos incidir en posibles cambios
socio-culturales profundos
-Con frecuencia se esta determinado desde afuera dejando a los individuos
reducidos a meros receptores, portadores y consumidores de cultura. Por el
contrario de ser productor, creador y transformador de sus destinos.

En suma, una cultura subsiste, cuando sin perder el sentido del pasado, y sin
desdeñar un solo punto de lo que ha creado el pensamiento humano, es capaz de
hacer una revisión crítica de los valores heredados y de actualizarlo en tradiciones
vivas y en pleno desarrollo. De modo que la cultura sea capaz de cambiar y de
mantenerse en un movimiento hacia delante, pero no como un sistema autónomo,
sino ligado y en relación permanente con el sistema económico, social y político.
Es decir, que no es a través de solo “lo cultural que se construye el futuro,
sino de esa totalidad social en la que la cultura expresa el proyecto de lo que se
quiere ser, de un auténtico desarrollo humano, del hombre como sujeto creador.
Significa crear a partir de las iniciativas de la base (social) y en todos los niveles
de la economía, de la política, de lo cultural por medio de comunidades
responsables que tomen sus vidas a cargo para redefinir los fines humanos de
cada actividad social y sus métodos de organización y gestión.

Si se tuviese que distinguir en pocas palabras a las tres concepciones, se


podrían denominar:
-la primera, como “cultura cultivada”
-la segunda, como “cultura cultural” y,
-la tercera, como “cultura constructiva”
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Esquema de las principales características:

CULTURA CULTURA CULTURA


Refinamiento Estilo de Vida Destino Personal
Intelectual Adquirido y Colectivo
Patrimonio de Patrimonio que todos han Patrimonio que todos
privilegiados heredado van creando
Datos y conocimientos Formas de ser, hábitos y Formas de ser, hábitos
sobre saberes librescos maneras de pensar y maneras de pensar
heredadas proyectados hacia el
futuro
Resultados o productos Obras e instituciones que Invención del futuro
de los saberes se han ido realizando
Cultura como ornato Cultura como respuesta Cultura abierta a la
proveniente del pasado creación del futuro

CULTURA CULTURA CULTURA


CULTIVADA CULTURAL CONSTRUCTIVA
Se apoyan en: Se apoyan en: Se apoyan en:
-Los conocimientos -El pasado -El proyecto de futuro
-La creación artística -La herencia social por hacer
-Creación de nuevos
modos de ser en el
mundo
Resultado: Resultado: Resultado:

Aprendizaje Adaptación Anticipación


Ilustrado Inconsciente Consciente

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