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INDICE
PREFACIO
I. LA LECTURA
I.1. ORÍGENES
I.b. VIRTUDES
I.b.1. Permite espacios de reflexión
I.b.2. Reafirma conocimientos
I.b.3. Ayuda al mantenimiento de la salud mental
I.b.4. Estimula la imaginación
I.b.5. Enriquece nuestro lenguaje
I.b.6. Diversión
La lectura
por Eduardo Rhó
PREFACIO
Leer es una actividad a la que le dedicamos una gran parte de nuestras horas
más productivas. El trabajo, el estudio y toda forma de satisfacción intelectual
giran en torno a la lectura que, sin duda, estará marcando en cada caso los
límites de las expectativas.
-Pero si yo leo muy bien. ¿A qué viene todo esto? -tal vez te estés
preguntando.
I. LA LECTURA
I.1. ORÍGENES
El hombre empezó a leer mucho antes de que aprendiera a escribir. Porque leer
es, principalmente, interpretar señales del medio ambiente y transformarlas en
información de utilidad. El calor, la humedad, algún ruido o movimiento inusual, o
tal vez alguna sensación interior, pueden ser los elementos que, sometidos a la
lógica de nuestro razonamiento, o de nuestros instintos, pueden darnos la clave
para sobrevivir a una determinada circunstancia. Leemos con todo el cuerpo y
quien no lo haga con eficiencia, simplemente, desaparecerá.
Durante miles de años, el hombre no necesitó más que la lectura corporal
para evolucionar. De ser unos pocos individuos esparcidos por todo el planeta, se
convirtió en poco tiempo en una especie exitosa, y pobló, y conquistó, amplios
territorios en cada continente. Gracias a la agricultura, dejó de ser nómada y se
asentó en pueblos y ciudades, y ya no necesitó salir día tras día a buscar su
sustento, pues aprendió a acumular para las épocas de escasez. Esto, que por
desgracia se desvirtuó en avaricia y forjó terribles diferencias sociales, también le
permitió al hombre descubrir un tesoro de valor incalculable: tiempo para pensar.
Entonces, empezó a desarrollarse no sólo en los ámbitos relacionados con
su supervivencia, sino, además, en otros que tuvieron que ver con su espíritu y su
intelecto. Surgieron así las religiones, las filosofías y las artes, lo que junto con su
tecnología, le fueron dando a cada grupo características muy particulares. Habían
surgido las culturas.
Durante siglos, los conocimientos se fueron pasando de una generación a
otra de boca en boca, pero llegó el momento en que ya no fue suficiente. El
hombre sentía haber alcanzado una grandeza inigualable y sus hazañas, o mejor
dicho, sus propias versiones de las hazañas, debían llegar inalteradas hasta los
confines de los siglos. Depender de la memoria del pueblo era peligroso. Los
hechos debían registrarse de alguna forma que fuera más fácil de controlar.
Entonces, inventó la escritura.
La lectura
por Eduardo Rhó
I.b. VIRTUDES
La lectura es considerada, tradicionalmente, como una forma de adquirir
conocimientos. Otros, la apreciamos también como una fuente de placer. Pero
además, ofrece otras muchas ventajas que la colocan como una de las principales
herramientas que tiene el hombre moderno para desarrollar su intelecto:
para nuestra mente un ejercicio equivalente a los que llevan a cabo los atletas de
alto rendimiento con sus cuerpos.
El cerebro, aunque fisiológicamente sea muy distinto, en algunos aspectos
es parecido a un músculo: necesita ejercitarse para mantenerse en buen estado,
y la lectura es ideal para lograrlo. Cuando leemos, se generan una gran cantidad
de relaciones neuronales, agilizando el raciocinio, estimulando la imaginación y
fortaleciendo la memoria.
Pero además del ejercicio, la mente necesita también una dieta
balanceada, que en su caso se traduce como: información razonada. Sabemos
que en cualquier ámbito de la vida, la escasez, tanto como el exceso, produce
daño. También se aplica para la mente. Si no se alimenta adecuadamente, se
desnutre, ocasionando debilitamiento irreversible y en consecuencia,
embrutecimiento crónico. Si por el contrario, la cantidad de información que
ingiere es excesiva, y si se introdujo a través de medios que no permiten la
reflexión, como los audiovisuales, ésta se acumula alrededor de nuestra mente
como lo haría la grasa en torno a la cintura, obstruyendo el flujo de ideas,
haciéndola lenta y desgastando recursos fisiológicos indebidamente, creando las
condiciones propicias para severos problemas psicológicos.
Probablemente la lectura no sea la única forma de mantener un buen
estado mental, pero sí es la más completa, y también la más accesible.
I.b.6. Diversión
El juego es aquella actividad que nos alimenta con experiencias al mismo tiempo
que nos satisface inquietudes. En los primeros diez años aprendemos más que en
todo el resto de nuestra existencia, y todo lo logramos a través del juego. Si como
adultos nos cuesta mucho aprender, es porque nos hemos olvidado de jugar. Sólo
cuando le encontramos a algo la parte entretenida, y en el proceso resolvemos
alguna expectativa, logramos asimilarla y desarrollarla. Cuando el llevar a cabo
una actividad lo consideramos “trabajo”, es porque no nos divierte, y difícilmente
podrá contar con lo mejor de nosotros. Así es como se engendran las
frustraciones. La mediocridad misma es la representación típica de una actividad
hecha a disgusto. Pero en nuestra sociedad muchas veces no tenemos opción. Si
queremos sobrevivir tenemos que “trabajar”.
Pero aún en ese marasmo de responsabilidades y de trabajo forzado, el
juego es posible. Y es nuevamente la lectura la que corre en nuestro auxilio. Al
leer, tenemos la oportunidad de llenarnos de experiencias y satisfacer muchas
inquietudes, y además, viajar a mundos tan lejanos a nuestra realidad que en
muchos casos, y aunque sea por pequeños instantes, podremos tocar la libertad.
Tal vez algún día, algún libro, nos permita descubrir el verdadero juego de nuestra
vida.