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De esto trata entonces nuestra presentación. De las formas y los materiales que
no solo, nos, hacen pensar sino, en todo caso, con, los cuales pensamos. Trata,
de la formación de formas de pensar.
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Texto presentado en la “Segunda Jornada de Innovación Metodológica, “El profesor creador””, 31 de julio
del 2009, UMCE.
Tradicionalmente se comprende que la cita en un texto es el apoyo o
referencia, para algo otro que “originalmente” se está pensando o escribiendo
-dejemos por ahora la palabra “originalmente” entre comillas-. De este modo,
lo que solemos criticar como “abuso de citas”, puede ser sobrecargar una
redacción con dichos agregados, o simplemente lo que llamamos “plagio”, a la
hora de citar descaradamente sin referencia alguna. En cualquiera de estos
casos, consideramos que el exceso de las citas es un defecto o falencia del
texto redactado, y por tanto de las capacidades del escritor investigador, - por
cierto, es importante diferenciar aquí entre un abuso, es decir, un uso impropio
que violentamente deja fuera, y un exceso, que es cuando se presentan más de
“los necesarios” para una determinada eficiencia- Sin embargo, si lográramos
pensar que investigar y escribir no son dos pasos correlativos a seguir, por
ejemplo, representando algebraicamente bajo una letra a; los logros del
investigar, es decir, saber, conocer y descubrir, para “luego”, representando
bajo una letra b; simplemente expresar lo descubierto, escribirlo, simplemente
ahora dando forma a un contenido que ya se sabe, que se contiene previamente
sin forma alguna, dicen; lo que ya está pensado. Sino en cambio que escribir e
investigar son dos polos inseparables de la misma técnica. No nos referiríamos
por supuesto a cualquier género de escritura, sino a uno en particular. El
ensayo.
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Quisiera por cierto, leerles una nota sobre el componer, es decir, sobre la composición. En los estudios
profesionales de Arte, generalmente se enseña de la composición como un procedimiento de articulación que
requiere de mucho equilibrio, por ejemplo, estará este trabajo mal compuesto si posee demasiado peso aquí o
allá. Como formadores, hemos de precavernos de esta tendencia equilibrista, pues componer si bien demanda
reglas, estas siempre están contenidas ya en una determinada forma de la lengua que se comunica solo a sí
misma, es decir, no hay necesidad de compensar, por ejemplo, un equilibrio de Introducción (el movimiento
de introducir), Desarrollo (el movimiento de extender algo central) y Conclusión (la decisión de los
sintagmas), si el texto por si mismo logra movilizar, es decir, funcionar en su forma. Por lo general es la
cuestión de la extensión la que puede resolver todos estos problemas. Un exceso de extensión que permita al
estudiante componer desde su mismo texto.
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http://scholar.google.cl/schhp?hl=es
digitales. Las reglas serían entonces; citar como máximo TRES citas por texto
encontrado, con una extensión no más allá de un párrafo. Cada cita deber
poseer su referencia web en la composición, ya sea al pie de página o entre
paréntesis con abreviaturas en el caso de citar un texto impreso. Durante el
desarrollo de este trabajo está estrictamente prohibido que los estudiantes
redacten alguna parte de su ensayo, ni siquiera para articular las partes, sino
que lo compongan solo de citas.
De esta manera, les voy a compartir un malestar cada vez más común entre los
estudiantes, ya sean, de básica, media o educación superior. Este es un
quejido, que cada vez con mayor frecuencia se escucha en las escuelas de todo
tipo, y tiene relación con el género del ensayo como herramienta de estudio.
Pues el ensayo, preferentemente en la universidad, antes que cualquier otra
cosa es herramienta de estudio y comunicación de contenidos incitantes a la
reflexión, o al menos así se ha pretendido utilizar comúnmente. Se trata
entonces de una constante molestia a la hora de leer un ensayo, pues allí los
embarga la sensación de que el autor en gran extensión de un texto, dice muy
poco de muchas formas. Es decir, que el autor de un ensayo que para el caso,
están estudiando, dice solo unos cuantos puntos, y del resto mera extensión
superflua de un contenido que podría haber sido comunicado de una forma
menos costosa, pues leer para la mayoría de los estudiantes de nuestro país es
difícil.
La pregunta que puede surgir así; ¿para qué seguir utilizando el género del
ensayo como herramienta de comunicación?, es decir, ¿por qué no utilizar
simplemente el formado audiovisual, paper´s descriptivos o guías de materia,
así como se hace cada vez más reiteradamente en las actividades de educación
media?; Guías a la orden del día. Pero entonces, ¿qué comunica un texto?,
¿qué ensaya un ensayo?, ¿que expone en su repetición? Y si el asunto en
cuestión es comunicar, ¿por qué no ahorrar por medio de otros medios de
comunicación? ¿Tan indispensable es la reflexión que supuestamente asegura
la lectura de un ensayo?
Quizás a peor caso, los estudiantes no están tan equivocados. Quizás los
ensayos que les exigimos estudiar, digo; lo autores que deseamos que
escuchen, no dicen tanto. Quizás dicen poco, quizás lo dicen mal. Quizás lo
escriben mal, quizás mal escriben al solo querer decir algo, al confiar de la
escritura como un medio de comunicación de mensajes. Quizás nosotros los
profesores los rescatamos mal. ¿Pero a quién?, ¿a quién hay que salvar aquí?,
¿a los autores, los contenidos, los valores, las capacidades? La ley del rey
dice; “deberán llegar a ser capaces por medio de… a través de….” ¿Capaces
de qué?, ¿cuál es la forma de una capacidad? Dirán, capaz de comprender un
texto, de comprender su mensaje, su contenido, capaz de opinar, de discutir,
de reflexionar. ¿Y el texto? ¿De qué es capaz un texto? Porque éste ahora
ciertamente, no puede escapar de nuestras capacidades. ¿Qué ocurre cuando
preguntamos por la formación de una capacidad? ¿Y quién o que intenta
responder al repreguntar por la forma de una formación? ¿Acaso la forma se
potencia ya desde la formación?
Al cabo de otro tiempo más, les doy las instrucciones de la segunda fase.
Todos se asombran, no de la tarea, sino de sus escritos. Justo ahora
transcriben. Hubiera jurado, la primera vez que intenté esto, que no escribirían
mucho más, que solo escribirían para unir las citas. En parte fue así. Pero en
gran medida no. No unieron las citas, las hicieron suyas. Tenían material
dispuesto, y este los dispuso a ellos mismos. Estaban dispuestos a jugar, a citar
sin comillas, a dejarse ir en los detalles.
Les pregunto ahora desde el comienzo de este material; ¿qué implica poder
pensar? ¿Qué implica, a quiénes implica?, ¿a qué sujetos complicita?, ¿donde
inicia y termina?¿Puede darse fuera del lenguaje?, ¿puede algo quedar fuera
del lenguaje?, ¿de la forma, la formación del lenguaje?