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"MIEDO Y PANICO EN MARTE"

Nuestro vecino Marte, que se encuentra en estos días en la posición más próxima a
nosotros en muchos milenios, posee dos lunas: Fobos (Phobos en inglés) y Deimos.
Marte era el dios de la guerra de los romanos, Fobos —que significa "Miedo"— era
su mensajero, y Deimos —o "Pánico"— otro de sus ayudantes y apropiados compañeros.
Estas lunas fueron descubiertas en 1877. Sin embargo, ciento cincuenta años antes,
en 1726, el escritor satírico inglés Jonathan Swift las describió con bastante
exactitud en la novela clásica Los Viajes de Gulliver. Allí decía: "Asimismo,
ellos han descubierto dos estrellas menores, o satélites, que giran alrededor de
Marte, donde la interior está a una distancia del centro del planeta primario de
exactamente tres de sus diámetros y la más alejada a cinco. La primera gira por el
espacio en diez horas, y la segunda en veintiuna y media, de modo que los valores
de los cuadrados de sus tiempos de período están muy cercanos en proporción a los
cubos de sus distancias desde el centro de Marte, lo que evidencia que están
gobernados por las mismas leyes de gravedad que influencian a los cuerpos más
pesados." (Gulliver's Travels, Jonathan Swift, 1726).

Esta imagen de Fobos, la luna más grande y de órbita más cercana a Marte, la tomó
el Mars Global Surveyor el 19 de agosto de 1998. Se ve de perfil su cráter más
grande, Stickney, de 10 kilómetros de diámetro.

El período orbital de Fobos es, en realidad, de 7,6 horas (Swift le asignó 10) y
el de Deimos de 30 (no tan lejano a los 21,5 que le asignaba Swift). Parece
curioso que el escritor de un libro satírico-fantástico se dedicara a predecir
cuestiones astronómicas y mucho más que se acercara tanto a la realidad. Debe
haber sido por pura suerte, aunque no faltó quien le asignara poderes psíquicos.
La realidad es que unos veinticinco años después de Los Viajes de Gulliver el
escritor francés Voltaire, quizá usando una lógica similar, también le atribuyó
dos lunas a Marte. Se debe recordar que para esas fechas Galileo había descubierto
cuatro lunas en Júpiter y que se solía aplicar una especie de escala, es decir,
Venus no tenía ninguna luna, la Tierra poseía una, Marte —aunque no se hubiesen
descubierto— debía tener dos, y Júpiter cuatro. Para la época, parecía un cálculo
muy razonable.

De todos modos, aunque Swift haya utilizado este mismo razonamiento lógico para
figurarse la cantidad de lunas, su estimación de la duración de las órbitas sigue
resultando sorprendentemente precisa.

Estas predicciones no se limitaban a la literatura, de modo que en 1862, debido a


que las condiciones de observación eran extremadamente favorables, muchos
astrónomos buscaron estas lunas. Ninguno las vio. Quince años después un astrónomo
norteamericano que trabajaba en el Observatorio Naval de Washington las descubrió
cuando las condiciones para la observación no eran tan ideales y sin disponer de
un equipo demasiado bueno.

Fobos, otra vez, en un excelente montaje realizado con fotos del Viking 1

El hecho le pareció tan extraño a la gente de aquella época que un científico


norteamericano llamado Frank Salisbury sugirió en la prestigiosa revista Science
que las lunas eran, en realidad, satélites artificiales, y que no se habían
detectado antes porque los marcianos los habían lanzado poco antes. Tanto Fobos
como Deimos son objetos naturales, por lo menos en cuanto a su aspecto externo y a
todas las mediciones que se pueden hacer; lo sabemos hoy gracias a las sondas
espaciales. Sin embargo Joseph Shklovskii, un miembro notable de la Academia
Soviética de Ciencia que escribió junto a Carl Sagan un libro llamado Vida
inteligente en el Universo, calculó una vez la densidad de la atmófera marciana y
la aceleración peculiar de Fobos, concluyendo en que el satélite debería ser
hueco. Con la tecnología terrestre actual no sería tan difícil camuflar un objeto
artificial para que pareciera una gran roca. Es más, una estación espacial, por
ejemplo, se podría construir directamente dentro de un asteroide.

La famosa foto del objeto alargado que se dice que habría puesto fuera de servicio
a la sonda Fobos.

La agencia espacial de Rusia (cuando era la Unión Soviética) envió sondas a Marte,
poniendo especial atención en Fobos. La sonda Phobos 2 tomó imágenes muy cercanas
(la más próxima a 188 kilómetros de la superficie) de la luna mayor del planeta
rojo antes de fallar, en marzo de 1989. La inesperada salida de servicio de Phobos
2 ha generado raras expeculaciones, como la de la ex "astronauta" Marina Popovitch
(un ruso denuncia en Internet que esta mujer ni fue astronauta ni es miembro de la
Academia de Ciencias, como ella dice), quien afirmó en el programa "Hard Copy" de
la NBC que la sonda, momentos antes de enmudecer, alcanzó a tomar imágenes de un
objeto extraño que se le acercaba. Incluso se aportan algunas imágenes, más bien
malas y jamás oficializadas, de la silueta de este objeto que "se le aproximó" y
sería el causante de la falla de Phobos 2. La cosa es que la sonda soviética no
pudo cumplir su cometido de hacer descender sus instrumentos sobre la luna
marciana, lo que ha servido para acrecentar sus aires de misterio.

Supuesta sombra de un objeto extraño sobre Marte

La foto más extraña fue dada a conocer en diciembre de 1991 por esta "piloto de
prueba soviética" que ahora se dedica a la investigación de los OVNIs. La "doctora
en física" Marina Popovich se habría graduado en la Universidad de Leningrado y en
la Escuela Militar de Vuelo. Es "coronel retirado de la Fuerza Aérea Soviética" y
"logró marcar más de cien récords de aviación, muchos de ellos aún sin vencer". Su
primer marido era el general Paval Popovich, "el primer hombre que se reunió en
órbita con otra nave espacial durante el vuelo de la Vostok 4 en agosto de 1962".
Ella dice que recibió la foto del astronauta Alexei Leonov, que fue el primer
hombre que hizo una caminata espacial y además fue un importante oficial del
programa espacial soviético. Esta y otras fotos habrían "sido contrabandeadas"
fuera de la Unión Soviética. En la foto en cuestión, lo que se ve sería Fobos
junto a un objeto cilíndrico desconocido. Le han calculado las medidas, que serían
de unos 20-25 kilómetros de longitud y un kilómetro y medio de diámetro. Este
objeto habría destruido de algún modo a la sonda Fobos 2, o al menos la habría
desviado bruscamente, haciendo que se pierda en el espacio. De hecho, los
especialistas de control de la misión dijeron en Glavkosmos que la sonda fue
golpeada por algo (oficialmente un meteorito, según lo publicado por los mismos
soviéticos en la revista Nature), lo que hizo que la sonda entrara a dar giros y
luego se perdiera. También circula una foto que muestra una gran sombra ahusada
sobre la superficie de Marte, cuya forma parece similar a la del objeto
desconocido. Se discuten otras cuestiones extrañas referidas a los sucesos con la
sonda Phobos 2.
Condrita carbonácea.

La sonda no pudo acercarse y posarse en Fobos, lo que nos podría haber dicho mucho
más sobre un cuerpo históricamente misterioso. Esta luna mayor de Marte es un
oscuro trozo de condrita carbonácea de unos 27 por 22 por 18 kilómetros, una
composición que coincide con la de los asteroides del cinturón cercano a la órbita
de Marte, a los que se les llama del tipo "C". El rasgo más impresionante de Fobos
es una inmensa depresión, el cráter Stickney, que tiene diez kilómetros de
diámetro. Otra curiosidad es que cicunda Marte tres veces por día. Se ha detectado
que Fobos se va acercando a Marte a un ritmo de 1,8 metros cada cien años. Es
obvio que caerá en unos millones de años, si no se rompe antes en una miríada de
pedazos y termina diseminado en un cinturón sobre el ecuador de su planeta madre.

Deimos, la pequeña, de 15 por 12 por 11 kilómetros, tiene una composición similar


pero su superficie es más lisa. Ambas son muy parecidas a los asteroides que se
han observado entre las órbitas de Marte y Júpiter, lo que llevó a los científicos
a suponer, en primera intención, que estos satélites provienen de este cinturón, y
que fueron capturados por la gravedad de Marte.

Pero el origen de las lunas de Marte —Fobos (Phobos, en inglés) y Deimos— no es


tan claro. Muchas cosas no cuadran, por lo que su origen ha sido un rompecabezas
científico durante mucho tiempo. Durante la Sexta Conferencia Internacional sobre
Marte, que se realizó a fines de julio, un investigador propuso una nueva
solución. De acuerdo a su teoría, estas lunas exóticas podrían ser los fragmentos
remanentes de la rotura de una mucho mayor que alguna vez giró alrededor del
planeta rojo. Ese gran satélite marciano podría haber sido adquirido durante la
formación del planeta, o haber sido capturado un tiempo después. Fobos y Deimos
serían, simplemente, los escombros que sobrevivieron la catástrofe.

Deimos, la otra luna, podría servir como base para los astronautas. La foto fue
tomada por el orbitador Viking 2.

"Nadie ha podido explicar el origen de Phobos y Deimos", dijo S. Fred Singer, un


físico de la atmósfera y profesor emérito de ciencias ambientales en la
Universidad de Virginia, Estados Unidos, y además presidente del Proyecto Science
& Environmental Policy con base en Arlington, Virginia, un instituto sin fines de
lucro.

En base a investigaciones que realizó en octubre del 2002 como científico


visitante en el Lunar & Planetary Institute de Houston, Singer dijo que o bien las
lunas violan las leyes físicas o bien las hipótesis vigentes no son correctas,
porque presentan dificultades para dar cuenta de las órbitas que se observan.
Remarcó que, fuera de la idea que él presenta, "no hay alternativas disponibles
para explicar el origen de las lunas marcianas".

Singer hizo notar que las observaciones indican que la órbita de Fobos se ha ido
cerrando desde que fue descubierta. Y también señaló que el recorrido actual de
Deimos —ubicado junto por encima del límite sincrónico en el que igualaría el giro
de Marte— es un importante dato a considerar. "¿Es accidental? No lo creo; así que
esto da una pista sobre su origen", dijo en una entrevista con el sitio SPACE.com.

La idea que propone Singer se basa en un conjunto complejo de cálculos que


involucran a Marte y la proyección hacia atrás en el tiempo, partiendo desde el
presente, de las posiciones de Fobos y Deimos. En la actualidad los dos satélites
tienen órbitas casi circulares y ecuatoriales. En su escenario, la proximidad
excesiva de una gran luna original del planeta rojo —capturada en una órbita
sincrónica de Marte— debe haber causado su fractura. Los tirones gravitacionales
deben haberla convertido en una masa de escombros, que no pudieron mantenerse
juntos por gravitación.

"Estas fuerzas deben haber enviado muy pronto los grandes trozos sobre Marte,
mientras los dos más pequeños se convirtieron en Fobos y Deimos", explicó Singer.
En el proceso de rotura, las partes más grandes recorrieron más rápido la espiral
que las llevó a estrellarse contra el planeta. "Debemos buscar signos de que esto
sucedió."

Una predicción fundamental del modelo de Singer es que las lunas deben tener una
composición y geología similares. Sin embargo, su aspecto hace que no parezcan
compatibles. La diferencia se hace obvia cuando se observan sus regolitos, es
decir, el material suelto que aparece cubriendo su superficie. De todos modos,
trabajos de investigación con el Galileo Ultraviolet Spectrometer (UVS) llevados
por el Proyecto Galileo y el Jet Propulsion Laboratory, ambos de la NASA,
mostraron que, observardos con ultravioletas, Fobos y Deimos son muy similares
espectralmente.

Interesante proyección de los accidentes sobre la superficie de Fobos

Singer opinó que "Debemos tomar muestras de superficie y de profundidad antes de


decidir sobre este tema e investigar si Fobos y Deimos se formaron al partirse un
cuerpo mayor cuya mayor parte ha desaparecido, quizás al impactar contra Marte".

El científico dice que Fobos llegará a su fin en unos pocos millones de años.
Según opina, somos afortunados de poder ver a Fobos aún allí.

Respecto a Deimos, Singer propone un plan. Él cree que los futuros exploradores
humanos podrían servirse de esta luna como una estación espacial natural. "En
primer lugar, los humanos no podrán hacer por sí mismos la exploración de la
superficie marciana, deberán usar vehículos para moverse. Ir desde el ecuador al
polo puede ser interminable. En una jornada enorme y peligrosa."

Singer considera a Deimos como una antesala de una exploración completa de Marte.
Los astronautas podrían instalar un campamento en la luna marciana y desde allí
pilotear docenas de vehículos por control remoto en tiempo real. "No habría
retraso, todo estaría dentro del tiempo de reacción de un humano", explica Singer.
Desde Deimos se podrán elegir rápidamente las mejores rutas para los humanos y los
astronautas luego podrán descender en lugares precisos y moverse por los mejores
caminos.

"Según yo lo veo, el proyecto debería llevar unos quince años. Podría costar
alrededor de 30 mil millones, o sea que se necesitaría un promedio de 2 mil
millones por año. Eso cae perfectamente dentro del presupuesto existente de la
NASA".

Visto del lado político, da la impresión de que el Congreso de Estados Unidos no


aprobaría por siempre fondos para una larga serie de sondas robóticas que se
extienda por décadas. Hay que ver que la parte más cara de los presupuestos es,
aparte de las sondas, el cohete que eleva el conjunto. Un cohete para una
tripulación no es demasiado diferente de uno para un conjunto de aparatos
mecánicos que luego resultan ineficientes para las labores —y los resultados— que
se pretendían de ellos. "No sería una forma muy eficiente de estudiar a Marte. Si
se desean solucionar los grandes interrogantes de Marte, como si surgió vida allí,
se debe hacer de una sola zambullida", concluyó Singer.

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