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Humanal

Raúl Tapia Mendiola


poesía
Humanal
Raúl Tapia Mendiola
© Raúl Tapia Mendiola

1a edición. 2001. Impresa.


Ediciones del Lirio
Tintanueva Ediciones

2a edición. 2009. Internet.

Ilustración de la portada: Carmina Hernández


Avivamiento

Nada escapa al repasar rayos de sol,


el laberinto
suele dejarnos en medio de la casa.

Vuelvo a ser aprendiz del cuerpo,


hecho para pensar está el silencio.

3
Velocípedo

Llevo días buscando la verdad,


aprisa sin hollar la certeza —al traspasarla—,
sin dar pies al destino.

Mi esqueleto preparado a emigrar


lleva alas en sus dolencias de viaje,
no tiene más equipaje que estas palabras.

Vuelo con los ojos cerrados a la luz vigilante


para rastrear la libertad en la estratosfera del sueño.

Vuelo con la prudencia que requiere la verdad


para caer en mis entrañas como una gota de
arsénico.

Elevo las conclusiones inmediatas al sol,


durante el camino
la mentira incinera cada uno de mis proyectos.

Tengo miedo de encontrar la verdad en la verdad del


[mundo,
no sabría que hacer sino patearla,
tantos días buscándola y nuevamente retrocedo al dar
[con ella.

4
El centinela

Ojalá pudiera desuncir


el sobrepeso de mi desamor al alba,
y con la experiencia de un trombón
desinflarme como globo terráqueo.

Llevo clavada la espina de luz


en la alegría, y me enmohece
la filtración de su misterio.

La claridad me vuelve piromancia:


le da a mi rostro hablado
la oscuridad necesaria.

En las ataduras con el mundo


embarnezco el hueco ciego,
que colma al corazón de nadie.

No estoy contra el advenimiento de la luz


que desbarranca grava de los ojos…
Lidiar con ella es esperarla.

5
Compuerta del mar

Apuntalamos soledad,
el cielo da fuego a los músculos
que la soportan.

Cesa en el mar el quilataje de las desovaduras


con una danza que ha de repetirse al día siguiente.

Impera el brío de la carne ganosa;


cada quien naufragó en su propio caldo.

La frente —punto dactilar en la yema de Dios—


emerge desde el fondo del obscuro ahogo.

Es necesario tocar tierra


y darle circunspección al aire.

6
Ecografía

El viento gime con la delicadeza extraña de lo


posible.
El eterno lo juzga y desdeña,
pero las grutas del momento
sienten complacidas su paso.

El viento se mantiene erguido,


de su consistencia retoña la esperanza
con su sonrisa enferma.

(Una frazada de nubes pule brevemente


la bombilla del sol,
los insectos ovacionan la temporada de lluvia
sin saber que se trata sólo de una cascada).

Aunque suele pasear el ermitaño airecillo


por sus jardines; sus pisadas de niño
son más fuertes que las del hombre corpulento y
calvo.

En la caja torácica del planeta


los latidos del invierno
anuncian en la piel del espacio,
que el azul del dolor ha pasado por nuestra cara.

7
Sobrecarga

Es el dolor
con la apariencia familiar
de la mole del sufrimiento.

La impostura dolorosa
ha marcado en el calendario
su día, con manchas de sangre.

Sobrevivo a los percances del cielo


cuando a pedazos se me viene encima,
sobrevivo a las jugarretas de Dios
luego de caer densamente a la Tierra.

Es el contorno de la luna
lumbar al tiempo.
Es el peso de mi esqueleto
lumbago para la noche.

8
Amagar mal tiempo

El sueño emprende con impaciencia la soltura:


otra salida en falso para la vida,
portazo en el pectoral de la muerte.

Si hablara con la misma lumbre del arrodillado,


atizaría mi iniquidad ante el preludio cósmico.
Si arrancara la estulticia de mis contenciones,
trasplantaría mi corazón a un metrónomo sordo.

El sol pierde su cabellera jovial


en la competencia de músculos contra la niebla,
la soledad me da un pinchazo de gangrena
y los edificios se van pasando ese alfiler soberano.

La muchedumbre odoriza retretes con pétalos de


cráneo
e intento escaparme en mis palabras-pies de plomo;
la ortopedia suficiente al pus de las desafecciones
no consuela los muñones de mi desistimiento.

Dios defenestra estrellas como polvareda humana…


El precipicio arenga enrolarse al mar
y ponerle paracaídas a tus lágrimas.

9
Expeler lastimaduras por los
dientes

La ciudad estrangula los cielorrasos


que prescriben órdagos de sufrimiento
a los esperpentos de vulgarictus:
llagánimas ineludibles, hijastros de Dios.

Achican el alba con una gran muesca en la sonrisa


y despepitan la hiel de la semilla;
goterones de inacabable fortunacidulada
sometidos al chapuzón de las cloacas.

Ambidiestrosupuran miradas tumorosas


donde la clarividenciabrevarrepentida.
Hipervibrátilesumideros del crimen:
ladrones de hurañía, lameculos del desamor.

Sin tan siquiera redimirse insuflan ratas muertas;


pis como arco iris para cada angustia,
y con un fuelle bucal sofocan el exasperante quejido
al transgredir la puerta de sus cicatrices.

10
La palabra

Niña estropicio, ciega del alma:


Te doy mi lapislázuli de la suerte,
los pulmones a reventar de epifanía,
mis zapatos de mucha experiencia,
mi respiración y mi piel templada.

Glorifícame con una de tus villanías,


deshuésame hasta que tenga soliloquios,
arráncame de los brazos el mundo,
no me dejes una brizna de nada,
niña ciega, estropicio del alma.

11
Getsemaní

Irrumpe en las vértebras


un yerro de acordeón insomne,
he larvado goterones de sal.

La caída del esclarecimiento


deja la boca desdentada,
en acrobacia muda me sostengo.

En el huerto de las oraciones,


el pechirrojo
rompe el guantelete.

12
Coloquio

Vivo hablándole
debajo de las piedras
que sustentan mi sueño,
con la finura del lamento
en franco desafío.

Ahuecado entre ceja y oreja,


urdo en lengua de vidrio
su templanza y mi desolación.

Rompo el silencio del crucifijo,


busco en su agonía
el hermoso reflejo
de cada una de sus palabras.

13
Oídos para oír

Se despulpa
tullida de ansiedad aorta,
la ciudad Levadura
se somete al amargor de un leprosario.

Dios-padre envía el ave


a pepenar latidos.
Ante la piscina solitaria,
conforta chapotear en una lágrima.

Adentro, lejos de la cripta que soy,


la sonería de Dios-padre me nombra
en la parábola de su hijo.

14
Linaje

La piel humana es más flor del aire


que de la tierra o de las aguas.

Crece con la belleza ígnea del dilema,


mitiga el hambre con el sueño pesado.

Inmersa en la repulsa solfea como ave,


donosura en su paso hacia el estertor.

La piel humana es más flor del aire


que bajo tierra o enlagrimada.

15
Reflejo

Forcé mi alma para hacerla caer en el garlito,


la asalté en el callejón de las tribulaciones,
nada valía más para ella que su incorporeidad.

Amargué con sopor sanguinolento el agua,


rebatí con impiedad el bruñido de la brisa,
volví la ilusión cátedra del disparate.

Por eso los espejos me encaran rompiéndose


(astillas en zozobra, latidos tentaculares):
el dolor es un destiempo inminente.

16
Relapso

Inclinado con el peso de las desafecciones,


alardea en el ámbito de sus carencias
la interioridad del temblor.

Inclinado con la mansísima amargura,


explora en su corazón balancín
los movimientos de un Dios en desuso.

(No vale prosternarse, hacerse el bueno,


uno siempre obtiene su merecido).

Inclinado se resquebraja:
cada pedazo salta de la pesadilla
con esa desmesura que alienta el vacío.

17
Ciclo

Quiero sacarme la noche de la boca,


hablar con voz de auroras o de nieve,
sentir que transito en la lluvia
y que esplendo adentro de una gota.

Necesito macerar las dudas:


estoy a un paso eterno de caer
en un hoyo de fuego.

Debo sacar la tierra del sepulcro,


esparcir el cuerpo en corpúsculos,
volver al Ser sin reprimir el polvo.

18
Inventario

Mi almario
es una habitación para los labios
y sus puertas son este sentimiento hecho cruces.
En mi almario
no hay caudales,
no hay ministerios,
no hay sucedáneos de la maldad.
En mi almario el dolor
es propenso al patatús y al harakiri.
En mi almario el sueño
tiene la anchura que me sofoca.
Con su tristeza
mi almario se reduce a un pañuelo.
Con tu sonrisa
mi almario es una caja de sorpresas.
En el almario
guarda el hombre sus ropas de niño.
En el almario
está mi mesa, mi cama, mi colección de ser.
En mi almario
llevo mi amor y mi ataúd para cualquier momento.

19
Contenido

Avivamiento 3
Velocípedo 4
El centinela 5
Compuerta del mar 6
Ecografía 7
Sobrecarga 8
Amagar mal tiempo 9
Expeler lastimaduras por los dientes 10
La palabra 11
Getsemaní 12
Coloquio 13
Oídos para oír 14
Linaje 15
Reflejo 16
Relapso 17
Ciclo 18
Inventario 19
La edición para internet de
Humanal de Raúl Tapia Mendiola
se terminó en la Ciudad de México
en julio de 2009.

En su composición se usaron
tipos de la familia Candida BT.

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