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La presente clase ha sido elaborada por Pablo Imen exclusivamente para ser dictada en el Programa
Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED), en la Clase 4: “La crisis educativa en
Argentina. Desarrollos conceptuales y políticos de la relación entre economía y educación. Un interregno teórico.”
del curso: “La crisis educativa en la Argentina”, Febrero 2009.
Cómo citar:
Como ocurre habitualmente en la vida social, las nuevas prácticas van generando
reflexiones que conducen a teorías que intentan sustentar, en términos teóricos, la
comprensión del mundo (bien para defenderlo tal y como es; bien para cuestionarlo
y transformarlo).
Desde la propia génesis del orden capitalista asistimos, pues, a reflexiones sobre la
educación y la producción.
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La mayor parte de este desarrollo se basa en los aportes del profesor Jorge Rodríguez Guerra , a partir de su seminario de
“Teorías y métodos de la economía, del financiamiento y de la gestión de recursos educacionales.”
Escuela Neoclásica
Quién primero desarrolló la economía política burguesa ortodoxa fue Marshall con
su “Principios de Economía”. Se trata de una corriente de pensamiento apologética
del orden capitalista. La pregunta central es acerca de las mejores formas de asignar
recursos. Mientras los clásicos se preocupaban por el crecimiento, los neoclásicos se
ocupan por el equilibrio. En tal sentido, los neoclásicos sostienen la necesidad de
disociar la economía de la estructura social.
Se desprende, pues, que no es motivo de su preocupación la desigualdad social sino
la óptima asignación de recursos. Ellos cambian el foco: se centrarán en la
microeconomía; esto es, individuos, familias, empresas.
Esta corriente inauguró el individualismo metodológico, cuyos dos supuestos más
relevantes son, en primer lugar, que la unidad de análisis es siempre el individuo,
quién toma decisiones racionales buscando maximizar sus utilidades. Segundo,
desarrollan el concepto de “utilidad marginal” (creciente o decreciente). Marshall
intenta elaborar un modelo matematizado. Esta visión contiene, pues, tres
característica a resaltar. Primero, se trata de una visión empirista e individualista de
los procesos humanos, bajo el supuesto de que los individuos siempre actúan
racionalmente en al búsqueda de sus intereses. Segundo, sostiene que el libre juego
de la oferta y la demanda (el mercado) es el mejor marco de la asignación de
recursos. Tercero, el ser humano es un Homo Oeconómicus.
Serían cinco los postulados esenciales de mencionada teoría, a saber: Primero , los
escolarizados ganan más que los no escolarizados. Segundo , la cuantía de los
ingresos de los individuos refleja la capacidad productiva de estos individuos.
Tercero , la escolarización aumenta la capacidad productiva de los individuos y por
tanto la renta individual. Cuarto , el crecimiento económico es una función de la
capacidad productiva de los individuos. Quinto , una mayor escolarización lleva a
un mayor crecimiento económico.
De lo dicho se desprende de modo directo que la educación debe estar sometida a
las reglas del cálculo económico, siendo su fórmula más relevante la de costo-
beneficio.
Entre los beneficios señalados se distinguen los privados (monetarios, directos o
indirectos y no monetarios); y los sociales (directos, vinculados al mayor crecimiento
económico o mayor recaudación fiscal; o indirectos que se expresarían – de modo
difícil de medir, al incremento del bienestar social, la cohesión, reducción de la
desigualdad o más democracia).
Los costos remiten a los recursos destinados a educación. Los hay directos, que se
manifiestan como pagos monetarios o indirectos – como los llamados “costos de
oportunidad” (lo que el estudiante deja de ganar por privilegiar la actividad de
estudiar).
Esta teoría, elaborada y enriquecida en el contexto histórico del capitalismo de
bienestar, fue sometida a críticas provenientes de distintas tradiciones teóricas,
políticas e ideológicas.
El marxismo considera que la TCH constituye una nueva ideología de la educación
que ocupa el lugar de la concepción educativa esencialista.
Le reconoce algunos aportes que Ricardo y Marx habían formulado, el primero de los
cuales es el de analizar las heterogeneidades de la fuerza de trabajo. Otro
Podemos ahora cerrar con un modelo de argumentación que sienta las bases
ideológicas de la posterior recomposición neoliberal.
La combinación de las concepciones funcionalistas de la sociología norteamericana y
la imbricación posterior con la Teoría del Capital Humano permite analizar el papel
que juega la educación en las sociedades contemporáneas.
Diría entonces esta perspectiva que, siendo las sociedades capitalistas son
desiguales debe buscarse algún instrumento para redistribuir la riqueza y que, en la
lógica de la TCH lo que provoca la desigualdad es la carencia de capital cultural.
La falta de educación es considerada como la causa de la pobreza: si esto es así, el
problema se resolvería con educación.
De todos modos, para este pensamiento el problema no es la desigualdad en sí, sino
configurar una desigualdad justa y por tanto legítima. ¿Cuál es la desigualdad
justa? Aquella que es producto del propio esfuerzo. ¿Cuál es la injusta?
Básicamente, aquella que se hereda.
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