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Grierson “
Carrera de Enfermería
Directora
Mag. Prof. Lic. Maria de los Ángeles Maldonado
Vice directora
Mag. Prof. Lic. Maria Elena Cabrejas
Alumnos:
- Lance Sandra
- Lopez Griselda
- Sarapura Lorena
- Torres Sonia
Los tumores malignos suelen extenderse a otras partes del cuerpo y causan
daño a los tejidos y a los órganos corporales pudiendo incluso provocar la
muerte de la persona.
CAUSAS
Los pacientes que tienen una etapa limitada del cáncer podrán ser
tratados eficazmente con radioterapia. En los que tienen una etapa
extensa, no es tan aplicable la radioterapia.
SÍNTOMAS
- Tos insistente.
- Falta de aliento.
PRUEBAS DIAGNÓSTICAS
- Radiografía de tórax con la que se puede ver alguna masa o mancha en los
pulmones y establecer razonablemente la probabilidad de que sea un cáncer.
Esta prueba se realiza en dos proyecciones, una de frente y otra de perfil. En
más del 95% de los casos de cáncer sus resultados son anormales.
TRATAMIENTO
Los cánceres microcíticos de pulmón rarísima vez se operan, puesto que casi
siempre se diagnostican en fase extensa, cuando sólo la limitada es operable.
Aproximadamente, la mitad de cánceres no microcíticos de pulmón se pueden
extirpar dada su extensión. Para ello es esencial que no existan metástasis y
que los ganglios de la zona central del pecho (mediastino) estén libres de
tumor, así como que el tumor no haya invadido estructuras inextirpables como
la traquea, la arteria aorta o las pleuras.
Se puede extirpar sólo una pequeña porción de pulmón, si está muy localizado
el tumor, que se denominará resección en cuña o segmentectomía.
Otra utilidad para la que se emplea la radioterapia es para aliviar los síntomas
que provoca el cáncer, como son el dolor, la dificultad para tragar, etc.
FÁRMACOS ANTICANCEROSOS
-NAUSEA Y VOMITOS
Las nauseas y los vómitos generalmente se alivias con fármacos
(antieméticos). Las nauseas pueden reducirse sin utilizar fármacos, comiendo
frecuentemente pequeñas cantidades de alimentos y evitando comidas
contengan una elevada cantidad de fibras, que producen meteorismo, o que
estén muy calientes o muy frías.
Etapa 0
En esta etapa no se requiere quimioterapia ni radioterapia. La cirugía puede
eliminar por completo el cáncer. El tipo de cirugía es una segmentectomía, es
decir, la extirpación de una cuña de pulmón.
Etapa I
Generalmente se emplea la segmentectomía, para los tumores más pequeños
o para pacientes con peor condición física, o la lobectomía para eliminar el
tumor.
La eficacia de la quimioterapia como tratamiento adyuvante, se está
comprobando en estudios clínicos. Aunque es útil para aquellas
micrometástasis que no se han detectado y que no han sido eliminadas con la
cirugía.
Etapa II
Se emplea la cirugía: segmentectomía o lobectomía.
Etapa IIIA
El tratamiento en esta etapa dependerá del lugar donde se encuentre
localizado el tumor en el pulmón y de si están afectados los ganglios linfáticos.
Etapa IIIB
Debido a que en esta etapa el cáncer se encuentra muy extendido, la cirugía
no es eficaz. Puede utilizarse la quimioterapia junto con la radioterapia. O cada
una por separado.
Etapa IV
La finalidad del tratamiento en esta etapa es paliar los síntomas de la
enfermedad. No se pretende una curación pues el cáncer se ha extendido a
zonas distantes.
Etapa limitada
Por lo general, se emplea la quimioterapia como tratamiento principal, con el
uso de varios fármacos combinados.
Etapa extensa
El pronóstico en esta etapa es muy malo si no se trata el cáncer. La
quimioterapia puede utilizarse para tratar los síntomas y alagar la supervivencia
a corto plazo.
Los pacientes que tengan su estado de salud muy deteriorado y que no puedan
someterse a quimioterapia, su tratamiento se reducirá a fármacos para aliviar el
dolor.
SEGUIMIENTO
Tos:
• Valore la frecuencia, duración, intensidad y factores desencadenantes
asociados a la tos del paciente.
• Controle la cantidad y tipo de esputo.
• Vigile los cambios de coloración en el esputo que puedan indicar
infección o hemorragia.
• Administre al paciente medicación antitusigena, según prescripto.
• Promueva la ingesta de líquidos.
• Enseñe al paciente a evitar los irritantes pulmonares como tabaco ,
polvillo, polen y las situaciones que favorezcan la tos.
• Dígale que avise al medico si nota un cambio en la tos o en la
producción de esputo, o bien si los antitusigenos no producen el efecto
esperado.
Disnea:
• Valore los sonidos respiratorios del paciente, la frecuencia y profundidad
respiratoria y oxigenación por turno y según necesidad.
• Enséñele a toser, a respirar profundamente y con los labios fruncidos.
• Colóquele de forma que se encuentre cómodo: sentarse en el borde de
la cama o en una silla mientras se apoya en una mesita de comer.
• Administre oxigeno humidificado, según prescripción.
• Pídale al paciente que puntúe el nivel de disnea en una escala del 0 a 10
(0= ausencia; y 10= la peor disnea) para determinar si sus
intervenciones son eficaces.
• Administre broncodilatadores, según prescripción.
• Administre agentes ansiolíticos o morfina oral a bajas dosis para tratar la
ansiedad y el jadeo.
• Aspire según convenga para eliminar las secreciones que el paciente no
sea capaz de movilizar.
Hemoptisis:
• Valore el origen, cantidad y duración de la hemorragia.
• Administre los antibióticos y antitusigenos prescriptos.
• Dígale al paciente que avise al medico si tiene fiebre.
• Explíquele al paciente que una hemoptisis ligera debería resolverse en
varios días.
• Y que llame inmediatamente al medico si empeora la hemorragia.
• Si el paciente presenta hemoptisis masiva controle las signos vitales
para detectar hipovolemia y administre los derivados sanguíneos
prescriptos. Colóquelo en decúbito lateral, con el pulmón afectado en
posición declive, para evitar que la sangre entre en el otro pulmón
• Proporcione apoye emocional y explique al paciente y familia que
medidas se adoptaran para controlar la hemorragia.
Fatiga:
Dolor:
Perdida de peso: