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Recuperar la memoria histórica como herramienta para la lucha

y resistencia
Para los pueblos de NUESTRA AMERICA, miles de mujeres, niños, niñas, hombres,
abuelas y abuelos el golpe de Estado, político-militar en Honduras, no significa
solamente ser espectadoras/es, solidarizarnos o condenarlo, sino que inevitablemente
nos hace revivir ese pasado reciente resultado de las guerras en el contexto global de
la guerra fría, del cual apenas estamos empezando a recuperarnos. Sí, de ese pasado
de terror, que sembraron las dictaduras militares, con el apoyo del imperialismo
estadounidense.

Muchas de nuestras luchas, son recuperar la memoria y señalar las atrocidades


cometidas especialmente durante los 36 años de guerra y genocidio en Guatemala,
como garantía de que nunca se vuelva a repetir y para que se haga justicia, pero
también recuperamos nuestra memoria de luchas y resistencias, pues frente a las
agresiones el pueblo se ha organizado y levantado, desde la invasión de los españoles
en 1517, la colonización, la consolidación del Estado guatemalteco que nace de la
usurpación y despojo de la tierra y los recursos naturales, la militarización y el racismo
hasta la intervención militar de los Estados Unidos en 1954, para dar paso a las
dictaduras militares, por lo que hoy un camino a seguir sigue siendo la lucha,
resistencia, la organización y la movilización.

Nos parece importante para entender y transformar el presente, conocer el pasado y


en este caso particular el papel político, económico, cultural y militar que juegan los
Estados Unidos, sus intereses y estrategias de dominación. Utilizando como
estrategias la violencia y el terror; podemos mencionar como ejemplo la Doctrina de
Seguridad Nacional, que no podría ser tan efectiva sin la manipulación de la opinión
pública, donde los medios masivos de comunicación juegan un papel determinante
para el control ideológico. Desde la guerra fría hasta hoy, sigue prevaleciendo la
utilización del anticomunismo como herramienta mediática, como está ocurriendo
durante la justificación del golpe de Estado en Honduras. Es así como en sus
discursos, tanto los golpistas de ese país, como los grandes medios de comunicación
nacionales e internacionales hacen alusión al temor de la propagación del socialismo
del siglo XXI y la influencia de Hugo Chávez en la región.

En Centroamérica hemos vivido directamente los efectos de la implementación de la


Doctrina de Seguridad Nacional, impulsada por los Estados Unidos, después de la
segunda guerra mundial; ésta tuvo su mayor auge en los años 60 y 70 y dio soporte a
las dictaduras militares en toda Nuestra América, para evitar la influencia del
comunismo y de la revolución cubana, que consideraban una amenaza. La intención
era consolidar su hegemonía y dominación, utilizando recursos políticos, militares,
económicos y psicológicos.

En Guatemala recordemos la manera en que fue derrocado Jacobo Arbenz, un golpe


de estado planeado y financiado por la CIA, invadiendo el país desde Honduras, así se
impone una dictadura militar, concluyendo el 27 de junio de 1954 cuando Arbenz fue
forzado a abandonar el país, en medio de abusos y mentiras, otro hecho relevante
sobre la injerencia de los Estados Unidos, es la invasión fracasada de Bahía de
Cochinos en Cuba en 1961 donde la CIA utilizo la finca La Helvetia en Guatemala
como base de entrenamiento del ejercito mercenario, también el golpe orquestado
contra el gobierno de Chile de Salvador Allende en 1973, el entrenamiento de los
contras en Nicaragua, desde Honduras en los 80 y en los últimos años, el golpe de
Estado del 2004 en Haití y en Venezuela en el 2002, en todos estos hechos históricos
los medios de comunicación han jugado un papel clave, usando el miedo, la
desinformación y desmovilización, por lo tanto el imperio hecha mano y recurre a las
derechas oligárquicas, el empresariado y a los ejércitos nacionales para concretar
estos golpes.

EEUU tiene su infame Escuela de las Américas, donde se han entrenado a más de
61,000 militares, estos se gradúan con honores en contrainsurgencia, de golpistas,
violadores de derechos humanos, expertos en tortura, estructuras paramilitares, narco
tráfico y crimen organizado. En el caso de Guatemala, con sendos juicios pendientes
por genocidio, tortura, desaparición forzada, desfalcos, corrupción. Por ejemplo de
esta escuela egresó el General golpista del ejercito hondureño Romeo Orlando
Vásquez Velazquez acusado de liderar una banda de roba carros internacional y ahora
jefe de las fuerzas armadas de Honduras, ingresando a ésta en dos ocasiones en
1976 y 1984, y el jefe de la Fuerza aérea hondureña, general Luis Javier Prince
Suazo. Muchos de estos militares entrenados en esta escuela, son quienes
implementaron en nuestros países dictaduras militares, terrorismo de estado,
persecución, control y represión de políticos de oposición, activistas o sospechosos de
serlo.

La represión militar no se limito a la oposición estos regimenes dictatoriales si no


también tuvo la función principal de ocupación de territorios completos,
desplazamiento forzado de millones de personas, exilio, control de recursos naturales
como el actual corredor biológico mesoamericano y la defensa de los intereses
económicos de empresas transnacionales y de las oligarquías. También actuaron
brutalmente aplicando la violencia y tortura sexual como prácticas que han utilizado
históricamente, afectando a miles de mujeres. Estos aparatos de represión han sido
financiados, asesorados y protegidos por la CIA, desde las embajadas
norteamericanas en nuestros países y han jugado un papel fundamental en la
consolidación del militarismo y las derechas centroamericanas.

Hoy por hoy, el golpe de Estado ocurrido en Honduras y la imposición de un gobierno


de facto nos hace recordar, todas estas estrategias, políticas y sus aparatos de
control, en alianza con las oligarquías locales, las iglesias y cada vez con más
descaro jugando un papel fundamental, los grandes medios de comunicación,
nacionales e internacionales controlados por ellos mismos.

Honduras como el resto de países de Nuestra América ha sido víctima de dictaduras y


múltiples intervenciones de los Estados Unidos, ha sido además depositaria de ayuda
económica y militar impresionante, incluyendo financiamiento para escuadrones de la
muerte, paramilitares, poderosos sistemas de radar, como el cual que le permite a los
EEUU vigilar la región, incluyendo el Caribe, y establecer en una de las mas antiguas
bases militares, Palmerola, una pista de aterrizaje de mas de dos mil 600 metros, para
acciones militares de agresión, invasión o el despliegue de tropas contra cualquier
país. El pueblo hondureño ha estado sometido a personajes oscuros como John
Negroponte, quien era el embajador del gobierno de Ronald Reagan en Honduras, el
“virrey” como le llamaban, implantó la actual Corte Suprema del país, era el gobierno
en las sombras de Honduras.

¿Que nos haría pensar que detrás del golpe en Honduras, no están en juego los
intereses de dominación económica y militar, de los Estados Unidos? O que le ejército
hondureño y el gobierno de facto actuarían sin la aprobación del comando sur, el
pentágono y la CIA? Recordemos que la estrategia de seguridad nacional utilizada por
George Bush en el 2002, después de los sucesos del 11 de septiembre, dejan claros
sus objetivos intervencionistas, para seguir con su plan de dominación, pensada para
prevenir amenazas contra sus intereses, sus aliados y amigos en todo el mundo, así
como el deber que se autoproclaman de derrocar en el momento que consideren
oportuno, a los gobiernos que no coincidan con los intereses y valores de su país.
Vemos con preocupación que la actual “mediación” del conflicto por medio de la
Secretaria de Estado Hillary Clinton bajo los oficios del presidente de Costa Rica
Oscar Arias, sean estrategias elaboradas por asesores como el embajador de EEUU
en Guatemala Stephen McFarland, en Honduras Hugo Llorens que tiene un record
criminal de intervencionismo en toda America Latina. Durante la gestión de George W.
Bush en el 2002 el astuto Llorens fue Director de asuntos andinos del Consejo
Nacional de Seguridad en Washington, D.C., convirtiéndolo en principal asesor del
golpe de Estado en contra del Presidente de Venezuela Hugo Chávez. Es en ese año
que ocurre el golpe en Venezuela mientras Llorens se encuentra bajo la autoridad del
Subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos, Otto Reich y del muy
controvertido Elliot Abrams.

Está claro que era una amenaza para los intereses de dominación del imperio
norteamericano, como plantea Atilio Borón, el acercamiento e incorporación del
gobierno de Honduras, encabezado por el presidente Manuel Zelaya a Petrocaribe y la
Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe – ALBA ponía en riesgo las
ganancias de los grandes oligopolios que operan en Centroamérica y a la industria
farmacéutica que hasta este momento se beneficiaban económicamente de manera
impresionante, donde tienen participación los dueños de los grandes medios de
comunicación, sin mencionar lo que han denunciado los gobiernos de Bolivia, Cuba y
Venezuela, Argentina, Ecuador y Nicaragua, que hay una intención clara de detener a
toda costa, la corriente democrática, progresista y revolucionaria de los movimientos
sociales y algunos gobiernos en Nuestra América.

Una de las características de la imposición de regímenes autoritarios y militares,


propios de las dictaduras y gobiernos de facto son la represión, la persecución contra
la población y los movimientos sociales, caracterizadas por detenciones,
desapariciones y asesinato a quienes consideraban una amenaza, utilizando la fuerza
y la violencia como mecanismo de instituir terror y miedo, de ésta manera disminuir la
fuerza social, es esto lo que están haciendo en Honduras, en Perú, en Bolivia, en
México, en Guatemala y en otros países, también utilizan mediáticamente a través de
las iglesias y grupos empresariales, a otros grupos de la sociedad, que contribuyen a
derrocar gobiernos y generar confrontación entre la población, mediante la
polarización, el clasismo, el fascismo y el racismo, en nombre de la “democracia y la
paz”, así lo plantea Eva Golinger, al analizar como se gestó el golpe en Venezuela y
en Honduras.

La garantía de que los intereses económicos y de dominación de los Estados Unidos,


de las oligarquías y burguesías regionales y de los ejércitos nacionales no prevalezcan
sobre la voluntad popular y sigan operando y controlen nuestros países, depende de la
movilización social y de la integración latinoamericana, en este momento es el pueblo
Hondureño, las organizaciones campesinas, sindicales, magisteriales, estudiantiles,
juveniles, de mujeres y feministas, quienes están en las calles demandando cambios
y el regreso a la constitucionalidad, por lo que el compromiso y acompañamiento con
este hermano pueblo es impulsar y fortalecer las luchas desde nuestros países, desde
nuestras propias particularidades y tratar de develar los intereses y las fuerzas que
están de fondo, de esta manera garantizaremos que el pasado de terror no se vuelva a
repetir

Quimy de León
Norma Maldonado

Guatemala, Julio 2009

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