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Discurso de la Presidenta en Cena de Camaradería de Fuerzas Armadas

martes, 07 de julio de 2009


PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN LA TRADICIONAL
CENA DE CAMARADERÍA DE LAS FUERZAS ARMADAS

Muy buenas noches a todos y a todas, una vez más, por segunda vez como Presidenta de la
República Argentina y como Comandante en Jefe de nuestras Fuerzas Armadas vengo a
compartir con todos ustedes esta Cena de Camaradería.

Quiero decirles que lo hago no solamente en mi carácter de jefa y de presidenta, sino


también de ciudadana argentina; orgullosa de vivir en un país como el nuestro, la República
Argentina, con una democracia que construimos todos los días y que permite mirarnos hoy
a todos nosotros a los ojos y saber que vivimos afortunadamente en un país diferente que
seguimos construyendo todos los días. Episodios como en los que me ha tocado participar
en el escenario internacional y regional no hacen más que reafirmar mi compromiso y mi
orgullo como Presidenta y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, de estar viviendo
en un país de absoluta transparencia en su democracia y de ejercicio efectivo de la misma,
con respeto irrestricto de todas nuestras instituciones a esos valores esenciales. Quiero esta
noche celebrar esto con ustedes.
Quiero también, tal cual lo afirmaba en nuestro primer encuentro el año pasado, remarcar
la necesidad de mirar el futuro y saber el rol de nuestras Fuerzas como defensoras de la
integridad territorial y de nuestros recursos naturales. Pero quiero además en este segundo
encuentro, plantear a los integrantes de las Fuerzas Armadas la necesidad de incorporarse
definitivamente a un modelo de desarrollo nacional y productivo, que en realidad es el
verdadero reaseguro de la defensa de nuestra integridad territorial y de nuestros recursos
naturales.

Hace muy poco tiempo estuve en Río Tercero, en Fabricaciones Militares, pude ver como ahí
estamos haciendo matricería para usinas, articulando con el sector privado, que luego se
colocarán en distintos países de Latinoamérica. Hemos retomado el Área Material Córdoba
que, como ustedes saben, ha obtenido ya media sanción de nuestra Cámara de Diputados,
y creo que mañana en el Senado se apresta a su tratamiento, con lo cual a través de la ley
estaremos recuperando un área en la que nuestras Fuerzas Armadas supieron demostrar
ser cabeza en toda la región de la construcción de armamento, de la investigación y de la
innovación tecnológica.
En igual sentido, como lo sabe la señora Ministra que hay trabajado mucho en lo que es la
antigua TANDANOR, y lo que creemos que debe ser uno de los enclaves más importantes-
no de la Argentina sino también de la región- en materia de desarrollo naval, en
consonancia con esta visión que tenemos de un modelo de producción nacional en el cual
nuestras Fuerzas Armadas deben volver a tener un rol preponderante, como el que tuvieron
los hombres que las imaginaron parte fundante del progreso y de la construcción de un
modelo económico y social de desarrollo para todos los argentinos, es que vengo a
convocarlos también a todos ustedes a esta tarea. En este sentido el Gobierno Nacional está
tomando medidas importantes, como por ejemplo la de ayudar en materia de inversión a
comenzar a producir laminado grueso en nuestro país, lo saben los almirantes, lo sabe el
señor Jefe de la Armada, esencial para la construcción no solamente de barcazas, sino de
buques de porte más que importante. Tomo estos ejemplos que no son aislados, sino que
son coincidentes y concordantes con lo que entiendo debe ser un aspecto esencial en el rol
y en la función que deben tener nuestras Fuerzas Armadas, formar parte de un modelo de
producción y defensa nacional, porque no hay mejor manera de defender la Patria que
producir sus propios insumos, en tiempos que como los que se avecinan que no parecen ser
demasiado fáciles.

Esta tarea también de este nuevo rol en que tomamos decisiones que también tienen que
ver con otros aspectos, como lo relaté también aquí hace pocos días, cuando entregamos
más de 400 viviendas a suboficiales de nuestras Fuerzas Armadas, incorporándolos
definitivamente a todo lo que es la planificación estatal, en ejercicio de lo que considero el
artículo más importante de nuestra Constitución y que es el 16, aquel que establece la
igualdad que todos los ciudadanos frente a la ley sin distinción de vestimenta, de religión,
de profesión de ideología, simplemente el respetar las leyes y la Constitución, que es lo que
realmente nos hace ser recibidores de los derechos y garantías que esa misma Constitución
nos acuerda a todos por igual.

En este marco también quiero comunicarles señora Ministra, señores del Estado Mayor
Conjunto que acabó de firmar el decreto 860 que modifica las facilidades del Instituto de
Ayuda Financiera, que les va a permitir también a todos ustedes tener acceso a
determinadas normas de crédito de diferentes tipos: hipotecarios etcétera, de manera tal
que también nuestros oficiales puedan acceder, al igual obviamente que los suboficiales, a
los mismos derechos, a las mismas normativas y las mismas políticas de facilitarle la vida a
los argentinos, que es la obligación de nuestro Gobierno.

Pasado este aspecto quiero retomar el que realmente me importa, y seguramente también a
ustedes más allá de los aspectos personales y particulares que puede involucrar una
decisión de esta naturaleza, y que es convocarlos a una Argentina que tenemos que
construir entre todos. A nadie se le escapa que el próximo año estaremos conmemorando la
Argentina del Bicentenario, 200 años de historia. Si tuviera que definirlos también diría 200
años de desencuentros, de frustraciones y de fracasos; sería inútil, y estéril más que inútil,
indagar y buscar culpables. Lo cierto es que hoy estamos en una senda que no debemos
abandonar y que es la de construir, aún en un mundo globalizado, un país cuyo Sistema de
Decisión Nacional tome sus decisiones aquí precisamente en beneficio de todos los
argentinos. Los logros en estos seis años, con los matices y las diferencias que seguramente
todos tendremos, son verificables en términos de crecimiento, en términos de
desendeudamiento, en términos de ser un país diferente. Y creo que tal vez el gran desafío
pueda ser que en este Bicentenario que se avecina, respetando nuestras diferencias,
aceptando nuestras historias, seamos capaces de construir por sobre ellas y con una mirada
hacia delante, el país que alguna vez fue el primero en Latinoamérica. No lo digo desde una
visión hostil o poco amigable hacia nuestros vecinos, al contrario, creo que como pocas
veces hemos logrado construir una solidaridad regional y dejar de mirarnos como posibles
enemigos y como hipótesis de conflicto.

Por lo tanto mi visión acerca de ese rol que debe desempeñar la Argentina en la región no
está vinculada a una nación de superioridad sobre los otros, sino al contrario, una nación de
nuestra competencia, de nuestras capacidades, de nuestra historia, de ser realmente un
gran país. Está en la génesis, hemos sido capaces de construir los primeros aviones, hemos
sido capaces de ser punta de lanza en materia de industria naval, en materia de marina
mercante, en materia nuclear, aún lo seguimos siendo en algunos aspectos.

Somos capaces entonces de, superando esas historias de fracasos, encarar esta Argentina
del Bicentenario que nos merecemos todos, pero por sobre todas las cosas, más que los que
estamos aquí, que en definitiva en algún momento de la historia tomamos una u otra
posición, que nos convierte también en protagonistas de esos desencuentros y esos
fracasos, creo que esa Argentina del Bicentenario se la debemos a nuestros hijos y a los
hijos de nuestros hijos, que no tuvieron que ver con esta historia de desencuentros,
enfrentamientos y fracasos, pero que sin lugar a dudas muchas veces han sido sus
víctimas; y también a millones de argentinos que pudiendo haber vivido en un país que les
brindara educación, seguridad, justicia, vivienda digna, aún lo reclaman.

En nombre entonces de esas generaciones que no tuvieron que ver con la historia del
pasado y en nombre de millones de argentinos a los que todavía les falta la llegada de los
derechos y garantías que consagran nuestra Constitución, los invito a ustedes, hombres y
mujeres de las Fuerzas Armadas Argentinas, a formar parte de ese proyecto del
Bicentenario por una Argentina diferente, en donde el rol de todos ustedes vuelva a tener
ese protagonismo que las Fuerzas Armadas tuvieron en el desarrollo y en la construcción de
innovación y tecnología en nuestro país.

Es esto lo que quería compartir con ustedes en esta mi segunda cena de camaradería.
Estamos haciendo muchas cosas y podemos hacer aún más si entendemos que todo
depende de la necesidad de aporte de cada uno de nosotros. No es fácil, han pasado
muchas cosas, pero creo que tenemos el deber, el imperativo moral como decía Kant, de
construir esa Argentina diferente.
Muchas gracias y brindo por la República Argentina, por nuestras Fuerzas Armadas y por
nuestro pueblo en esta noche. Salud.
La Presidenta, en la cena de Camaradería de las Fuerzas Armadas, junto a la Ministra Nilda
Garré.

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