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Marcos 16:19 dice: “Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba
en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios.” Hechos 7:55-56 dice: “pero
Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria
de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los
cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.”
Romanos 8:34 dice: “¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió;
más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios,
el que también intercede por nosotros.” Efesios 1:19-20 dice: “...y cuál la
supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos,
según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo,
resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares
celestiales.”
Colosenses 3:1 dice: “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las
cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.” Hebreos
10:12 dice: “...pero Cristo, habiendo ofrecido una vez y para siempre un
solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,...”
Hebreos 12:2 dice: “...puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de
la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz,
menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”
1
He hallado varios textos en la Palabra de Dios que nos indican que hoy
día, nuestro Señor Jesucristo está sentado a la diestra (derecha) de Dios
Padre. Este lugar privilegiado es sólo para el Cordero de Dios, aquél que
dio su vida por los pecadores, muriendo en una cruz, luego fue sepultado y
como indican las escrituras, resucitó al 3er día, triunfando sobre la muerte.
Es por ello que sólo en Cristo tenemos salvación, perdón de pecados y
vida eterna. Glorias sean dadas al Señor por su Gracia. Porque ciertamente
no merecemos nada, pero Dios es amor.
2
Cuando Cristo se ponga de pie, se acabarán la tristeza, los desvelos, las
largas noches sin sueño, el hambre, las deudas y las dudas. Llegará la paz
“...que sobrepasa todo entendimiento”. (Filipenses 4:7) Estaremos en
nuestra ciudad de la cual somos ciudadanos (Filipenses 3:20-21 y
Colosenses 1:5) y al fin, las dolamas cesarán.
3
hacia Su derecha, hacia Su amado Hijo y el Hijo sabrá (recuerda ellos son
uno). Habrá una sonrisa especial, única, en Su hermoso rostro porque Él
sabe que llegó el día, el momento esperado. El Padre posiblemente le diga
a Jesucristo algo así: “Hijo, ha llegado el día, ve por ellos, tráeme a mis
hijos!!” Y Cristo dirá: “Como Tu ordenes, Padre mío!!!”
4
¿Cómo será aquel lugar? ¿Qué colores o sonidos disfrutaremos?
¿Estaremos de pie o postrados? ¿Alabando o callados? ¿Bailando,
sonriendo o asombrados? Como dice una canción cristiana: “...sólo puedo
imaginarme”. Rodeados de Su gloria, el Anciano de días estará allí. Y de
una cosa estoy seguro, podremos decirle: “Gracias Señor, gracias”. Y Él
dirá: “Bienvenido a casa hijo mío, descansa, ya todo pasó”.
Puedes creerlo, todo esto pasará “Cuando Cristo se ponga de pie” Amén,
amén, amén... Ven pronto Señor Jesús...
*Son las 6:06 PM y el doctor entró al cuarto y dijo que todo se ve bien,
que Elga se puede ir a casa. Y nosotros decimos como en tantas otras
ocasiones y hospitalizaciones: “Gracias Señor, gracias, otra vez!!!”