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Garry Prouty
“The Hallucination as the Unconcious Self”, en Journal of the American Academy of
Psychoanalysis and Dynamic Psychiatry; Winter (2004); 32, 4; ProQuest Psychology Journal, pg.
597-612.
1
Gallese, V. (2003). The Roots of Empathy: The shared manifold and neural basis of
intersubjectivity. Psychopathology, 36, 171-180.
Gallese sugiere un modelo no reduccionista para la empatía que correlaciona con las bases
neurológicas y fenomenológicas de la intersubjetividad. Él presenta considerable evidencia
empírica desde los monos y los humanos que soportan el concepto de un mecanismo neural que
provee un proceso corporizado “implícito, automático e inconciente” de simulación.
Su hipótesis es que la sensibilidad emocional sigue el mismo patrón de las “neuras espejo”.
Fenomenológicamente, él se basa en el filósofo Husserl quien postula el cuerpo como la base de
la intersubjetividad conciente. Continuando en el área de la psicopatología, Gallese se basa en
los psiquiatras fenomenológicos (Minkoski, Blankenburg, y Paras) para formular la visión de que
la esquizofrenia es un desorden de la empatía, una falla en la resonancia con el mundo y con los
otros.
Las primeras indicios sobre la posibilidad de esto emergió en el trabajo
alucinatorio actual con pacientes psicóticos (Prouty, 1994). Un hombre joven retardado
y esquizofrénico expresó su sensación de lo “aún no conciente” de la siguiente manera:
“Esta cosa maligna es una pintura. Es una pintura púrpura que cuelga
ahí. Sólo cuelga ahí y puedo verla…la pintura, me entiendes. Es púrpura,
es muy oscura. Así que puedo verla y no la quiero, No la quiero para
nada. Es muy oscura…No la quiero para nada. Esta cosa no es buena, lo
que quiera que sea. Está en el pasado y es muy fuerte….el pasado…y
está ahí arriba y no volverá atrás otra vez. El pasado no volverá y esto
es como ahora. Eso no es el pasado, entiendes. Está con eso y yo no
quiero ser tentado por eso nunca más. Esta cosa, sabes, tiene un
montón de fuerza. Es mala, me entiendes. Esta cosa tiene un montón de
fuerza. Es mala. No es buena, y es por eso que no es buena para nada.
Es muy mala, entiendes. No la quiero. Esta cosa es muy mala (risa
nerviosa). Está ahí arriba. Es el pasado y no volverá atrás nunca más”.
(Prouty, 1994; pp.73-74; énfasis agregado).
La Problemática.
La Semiótica de la Abstracción-Concreción.
Introduciendo el Pre-Símbolo.
El Proceso Alucinatorio.
C: Esta cosa mala es una pintura. Es una pintura púrpura que cuelga allí. Sólo
cuelga y puedo verla. La puedo ver…la pintura, me entiendes. Es púrpura, es
muy oscura. Es muy oscura. Así que puedo verla y no la quiero. No la quiero
para nada. Es muy oscura.
C: Es mala y viene del pasado y el pasado está con eso. No dará vuelta atrás,
entiendes.
C: Es una pintura. Es sólo una pintura. Una gran pintura púrpura. Solo cuelga
ahí. No creo que logre empujarme. Pienso que es muy fuerte, pero no podrá
empujarme, no creo que logre empujarme para nada, no.
C: Esta cosa se está haciendo más larga y grande. Es muy grande y larga. Me
quiere atrapar. No lo voy a permitir. Es mala. Es como un demonio, un demonio
maligno. Quiere cortarme entero. No voy a dejar que me corte porque es malo.
Muy malo…. (Fuertes sollozos) Como una tentación, como cualquier otra
tentación. Una tentación es una tentación. No deberías ser tentado por él y tú
sabes que quiero alejarme de eso. No quiero tener que irme por eso.
C: No volverá, pero esto está aquí ahora. Puedo sentirla, entiendes. Es como el
aire. Está arriba de mí. Está muy encima de mí y puedo sentirla…casi tocarla…
Está tan cerca, muy cerca. Es como un demonio, entiendes, demonio, diablo o
algo. ‘Woh, woh, woah’ y todo como eso, entiendes… Muy malo, muy malo. Me
fuerza, presionando, presionando mucho sobre mí…Presiona mucho, me fuerza,
un montón de fuerza y quiere agarrarme, entiendes. El sentimiento quiere
agarrarme.
La fase I describe una imagen púrpura demoníaca que sólo “cuelga allí”. El
paciente la experimenta como maligna y poderosa. La imagen es considerada
destructiva y quiere destrozar al paciente. Esta fase contiene la propiedad de ser
auto-intencional. El paciente expresa: “Me quiere llevar hacia el pasado. Quiere que
el pasado vuelva y yo no quiero que el pasado vuelva como lo hizo hace mucho
tiempo atrás…Está ahí arriba, me entiendes”.
C: Es inquietante. Estoy inquieto con eso también. Si, si. Me pone muy
inquieto. ¿Qué? Me asusto mucho con eso. Hace ruidos. Hace ruidos.
T: Es real.
C: Sí, bueno. Sí, yo podría, podría. Ella es… No lo se… Aquí vamos. ¿Qué?
¿Qué? (alucinaciones auditivas).
C: Ella es muy bonita. Ella es muy bonita. Ella ama ponerse violenta cuando yo
soy malo. Ella podría… Ella es mala, entiendes.
C: Ella es. Ella es. No, realmente ella es, realmente ella es, con ojos amarillos y
pelo abarajando. Eso me asusta mucho. Sí, las dos cosas, la maldad y la…
¿Qué? (alucinación auditiva)…Si, ah, la puedo ver y ni siquiera la quiero ver.
Está ahí arriba y no volverá atrás nunca más. Incluso la puedo ver.
T: Puedes verla.
C: Sí, eso me asusta. Si, me asusta. Pienso en eso. Pienso que me asusta.
T: Ella es insistente.
C: Ella me asusta, ella me asusta. Pero cuando soy bueno, pero cuando soy
bueno, soy….ella es una amiga.
T: Ella te asusta.
C: Casi, entiendes, como un dragón… Sus ojos son como un dragón… Ella es
fuerte… Ella es fuerte, yo soy débil. Y yo soy bueno, pero ella también es mala.
Ella puede ser mala también, ves. Y yo soy bueno, si, yo soy bueno, soy,
realmente lo soy, pero ella es toda… Ella es muy mala. Ella puede ser mala… Y
eso me asusta.
La fase III contiene una imagen de una mujer que el paciente describe como
bonita, mala y que asusta. Ella tiene pelo anaranjado y ojos amarillos. Esto aterra
profundamente al paciente. La observación teórica significativa de esta fase es su
procesamiento hacia su experiencia de origen. El cliente recaptura un recuerdo real de
ser golpeado por una monja que lo castigaba por no completar sus tareas de la
escuela. Esta fase ilustra la propiedad auto-referencial de las alucinaciones; esto es,
que simbolizan una experiencia dentro de otra. Se refiere a un evento “gatillante” (la
monja).
Las siguientes observaciones pueden ser hechas acerca de este caso particular:
1) La estructura alucinatoria puede ser procesada a través de un nivel inconciente; 2)
El significado de la alucinación puede ser integrado; y 3) El procesamiento alucinatorio
lleva a una etiología realista y traumática. Numerosas otras historias de casos detallan
el procesamiento pre-simbólico de las imágenes alucinatorias (Boss, 1963; Prouty,
1977 1983, 1986, 1991; Prouty & Pietrzak, 1988); éstas revelan reflexiones acerca de
asuntos como la estructura del proceso primario y la estructura del sí mismo
esquizofrénico. Romme & Escher (1993) describen terapia para las voces alucinatorias
utilizando grupos de ayuda.
Proceso Primario.
El Inconsciente.
Meddard Boss (1963) tituló un capítulo de su libro “Un paciente que enseñó al
autor a pensar de manera diferente”. Es en este espíritu que se presenta la evidencia
de una fenomenología tridimensional del inconciente. Ellenberger (1958) planteó
diversas contribuciones teóricas sobre la fenomenología de la especialidad. Sin
embargo, ninguna de ellas está relacionada puntualmente con las alucinaciones.
La paciente era una mujer de cuarenta años que era esquizofrénica,
homicida/suicida, así como también consumidora abusiva de alcohol. La duración total
del tratamiento fue de 9 años. Diez años después, la cliente y yo pasamos un largo
tiempo escuchando y preparando manuscritos del proceso terapéutico (Prouty, 2000).
En el curso de la terapia, la paciente tenía una intensa alucinación de una pitón
experiencialmente procesada hacia una madre asesina (Prouty, 1994). También, de
alucinaciones más pequeñas y menos intensas fueron procesadas. En el tratamiento
original, estas alucinaciones fueron presentadas secuencialmente por la paciente. La
interesante nueva observación fue que este terapeuta nunca se dio cuenta que estas
alucinaciones estaban en un espacio tridimensional, mezcladas con la percepción de la
realidad de la paciente: Todas ellas estaban presentes al mismo tiempo. Ellas fueron
experimentadas como una gestalt espacial unificada (vea la recreación abajo; trabajo
original solicitado a Don Kouba). Quizás, análogamente, ellas pueden ser vistas en
paralelo como tener una serie de sueños al mismo tiempo en un espacio de realidad
único.
Descripción.
Discusión.
Es importante entender que esta era una red tridimensional de imágenes que
incluía contenido inconciente negativo y positivo. Tres de las imágenes patogénicas (la
Pitón, Sonja, y el Juez) eran co-funcionantes como agentes de la madre homicida. Esta
era una gestalt organizada a través de la cual el procesamiento terapéutico de las
alucinaciones permitió acceso experiencial directo al material inconciente (la madre
homicida). La próxima observación muy importante es que el contenido del
inconciente, más tarde, apareció como el trauma real, y también como otros
potenciales experienciales de la personalidad, tanto positivos como negativos (Mahrer,
1996). Cuando el contenido alucinatorio fue integrado o cuando se volvió conciente, el
fragmento alucinatorio del sí mismo contenía el inconciente. Por lo tanto, podemos
hablar de la alucinación como un fragmento del inconciente.
CONCLUSIÓN.
El caso de estudio del proceso clínico de las alucinaciones con una mujer con
esquizofrenia crónica revela una fenomenología espacial que incluye múltiples
alucinaciones, quizás como diversos sueños en la misma realidad espacial en el mismo
espacio. Sus alucinaciones prueban la capacidad del procesamiento experiencial para
los contenidos inconcientes. Ya que las alucinaciones son fragmentos del sí mismo que
contienen experiencias inconcientes, es consistente describir las alucinaciones como el
sí mismo inconciente. La gestalt espacial de las diversas alucinaciones nos provee así
con una fenomenología espacial para este inconciente de la cliente.
Referencias.