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• Tenencia ilegal de especies podrían costar más que una sanción: la salud de las
personas que desconocen de las enfermedades que desarrollan.
Más de uno lo pensó una vez. Los delirios rondaron en torno a inocentes frases como:
“Quiero tener a un monito ardilla en casa”, “mi soledad cambiaría con el canto de un
par de loros o mejor guacamayos o una aurora” o “si tengo un flamenco o una lechuza
me irá mejor”.
Las tentaciones surgen por el colorido y brillante plumaje de las aves. Su extraño canto.
La llamativa apariencia de los monos o de cualquier otro mamífero, reptil u otra
especie. Mientras más raro el animal silvestre, mejor para tenerlo cerca y provocar
envidia.
Estos son grupos de riesgo. “Nosotros estamos separados genéticamente de las especies
genéticamente y somos susceptibles a los patógenos como las bacterias y los virus”,
explica.
Puede darse casos, como el de la Hepatitis B, presente en los monos ardilla, que no
ocasiona daño al espécimen, sino al ser humano cuando este se contagia.
Alteraciones en el ejemplar
La lucha es contra la tenencia de estas especies y ahora por la transmisión de
enfermedades que podrían transmitir al ser humano. La lucha es por su preservación,
porque como dijo la responsable de Fauna Silvestre de la Administración Técnica de
Control Forestal y Fauna Silvestre de Arequipa, Blga. Karina Espinosa Lima, “la
tenencia indebida de estas especies, ocasiona la dependencia del animal y su
incapacidad para sobrevivir en su hábitat, produciendo un desequilibrio en la cadena
alimentaria”.
Hacinamiento
Un problema ocasiona otro. ¿Dónde van los animales decomisados? En Arequipa
existen cuatro zoocriaderos: Zoomundo, Suri 1, Rupícola SRL y Pilpinto. Todos ya
están abarrotados. En el año 2005 sólo en Zoomundo se contó un total de 295
especímenes. Hoy la cifra es superior.
Precaución
La recomendación es importante. La especialista, Eloiza Zúñiga advierte que tener un
animal no convencional en casa, representa un peligro de contagio de enfermedades
silentes. Ya que incluso antes de su ingreso a un zoológico debe sometérsele a un
periodo de cuarentena, aplicarles una vacuna, sin embargo aún así el riesgo será latente.
Un riesgo que está ligado al tráfico ilegal de fauna silvestre convertido hoy en el tercer
negocio más rentable del mundo, luego del tráfico ilegal de armas y el narcotráfico,
capaz de mover nada menos que 20 millones de dólares como lo reportó la Interpol a
nivel internacional.
Un negocio existente, con una demanda que no aprende sino hasta no ver las
consecuencias irremediables en la salud de sus compradores, de quienes por atracción,
curiosidad o simplemente deseo, deciden amamantar a una especie silvestre sin conocer
el riesgo que representa.