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Bitácora

por Percy Taira

[Edición revisada y aumentada por el autor del libro Bitácora publicado en el 2002]
ÍNDICE

Luna oscura
Te nombro, te llamo
Mujer soñada
Deseo
Ausente
Amiga
Al mirarte
Gracias porque te quiero
La besé tantas veces
Déjame volar contigo
El pozo
Que desplieguen tus alas
No sabes cuánto la amo
Lo que amó el corazón
Amaneciste
Flor mustia
Vi tu estrella
Alma ciega
Un mal día en la noche
Azucena
Te amo a cada instante
Una noche
Simplemente porque te extraño
Despertad
Caminando
Esta noche llega a mi alma
Cuanta pena me dio despertarte
Cuando perdí el deseo
Mi sombra en tus cabellos
Sin ti perdido
Gritos de la mente
Me traiciona tu cielo dormido
Por tener que pensarte
Cuando sale una estrella en la tarde
Fue en otoño
De aquella hoja en blanco
Mañana es tarde
Cúlpame
Del alma un verso fue mío
Fe
Por eso prefiero al viento
Hay lluvia en tu mirar
Cuándo, dónde y por qué
Tan mía como un mal verso
En tu sonrisa volqué mi pasado
Noche dura estás tan lejos
Culpo a la noche
Al cerrar mis ojos
De triste pesar
Vida amada
Sentada viste caer la mañana
Un sueño mío
LUNA OSCURA

Si me dices que la luna es oscura


He de creerlo sólo por tus ojos,
Porque ya un cielo inmenso
Yace sobre tus hombros,
Dejándome ciego.
Al verte dormir sobre ellos
Sueñan también la ira y el enojo.

No te peines por favor


No derrames estrellas sobre este suelo.

De la noche despegaste la tristeza


Que dejó escapar el silencio
Por ser antojos de una noche caprichosa
Con tu almohada,
De tu vientre nació el calor que hoy en mí alberga
Esperanza, razón de quimeras.

Te amé en segundos cortados por el viento,


Tus manos me acariciaron
Y sin versos,
Sin luna oscura,
Sin aire en plenos abrazos,
Qué atardecer más bello he contemplado
Al caer dormido
Sobre tus hombros
Sobre tu noche, al andar sobre tus pasos.

TE NOMBRO, TE LLAMO

Me reflejo entre tus sueños,


Caigo de repente antes de que puedas abrir tus ojos,
Me siento cansado y te suplico un beso en el día,
Y no siempre me escuchas.

A eso le llamo: distancia.

Recojo los momentos


Que decidimos tirar por no borrarlos,
Pero fue tan pronto, que aún apartado de tus manos,
Sentí un susurro a voz de súplica.

A eso le llamo: Recuerdo.

Te amé en mares en cada tarde,


Me apresuré al notar cómo tus pies trataban de marcharse,
Tus ojos, tus manos, tu aliento en brisa de tardes,
Tu cariño enredándose en versos.

A eso le llamo: Un beso.

Pero no respondiste,
Ni a la Distancia, ni al Recuerdo,
Ni siquiera al Beso. Nunca lo hiciste,
Por eso te pienso y me duele este día.

MUJER SOÑADA

Dejé mis manos cansadas


Sobre tu piel.
Deshice mis sentimientos
En un trozo de tu almohada
Con la esperanza que dormida,
Pudieras verme mejor así
Mujer soñada.

Fuiste lo que en silencio


Quise que fueras,
Fuiste lo que quisiste
Sin importarte el barullo
Que dejaran escapar mis labios,
En tus rincones,
Sobre tus hombros.

Me hiciste vano
Al contemplar la esperanza,
Me hiciste creyente de una fe
Arrodillada y cabizbaja
Por las alas falsas de tu piel.

Me volviste una promesa rasgada


Sobre el débil latir de tu querer,
Me hiciste un cuerpo sin alma,
Una caricia olvidada,
Una voz empañada
Con las espesas brumas del ayer.

Me hiciste tuyo
Mujer soñada,
Tuyo hasta el amanecer.

DESEO

El deseo nos funde,


Nos mezcla,
Nos vuelve uno
Separándonos de nosotros mismos.

El deseo nos entrega al divino juego


De las adivinanzas.

Nos corrompe,
Nos salva,
Nos acorrala,
Corroe y excava.

El deseo nos llama


Y necesita.

El deseo es muerte.
El deseo es vida.

AUSENTE

Tu niebla. Tu cuerpo.
Tu enredadera de piernas y cabellos
Trepando sobre mi vientre.

Tu invierno. Tu alma.
Tu marea alta, tu desenfrenado cielo.

Tu agosto verde.
Tu abril siniestro.
El suicidio de tus ojos cuando duermes.
Tu paisaje negro.

Tu mundo. Tu religión ferviente.


Tus besos efervescentes, tus lágrimas de fuego.

Tu vida. Tu vientre.
Tu espera eterna.
El dulce sabor a enojo
De tu amor sin venas.

Tu pasado ajeno. Tu historia mía.


El horizonte feliz de tu sonrisa.

La mañana extensa de tus labios.


La corta luna de tus regadas estrellas.

El manantial que te habita.


La sombra que te expande.
El calor de cuna de tu cuello suave
Al llegar mis noches en vela.

Tu soledad mujer, tu presencia ausente.


Tu inagotable noche llena de ausencia.

AMIGA

Tus lágrimas
Deben saber a sal
Porque es en el mar
Donde se esconden las estrellas
Al llorar.

AL MIRARTE

Hoy tus cabellos los siento más que nunca distantes,


Hoy tu mirada es más que siempre, errante,
Hoy tus pasos no van con los míos…
Estás tan lejos
¿Cómo no amarte?
Hoy tu silencio es más que nunca cortante,
Hoy tu silueta es más que siempre, invariable,
Hoy tu cuerpo no va con el mío…
Con tanto frío
¿Cómo no amarte?

Hoy que el sol atropella mis instintos,


Hoy que la brisa se hace tuya en cada milímetro,
Hoy que tu sonrisa es un mar infinito,
Y tus pupilas son la luz que miro al caer las tardes…
¿Cómo no desearte?

Pues cuán dulce debe ser rozar tu rostro esta mañana,


Cuán grande será el deseo que colme tus entrañas,
Cómo serán tus besos,
Cómo tu dulce aliento.

¡Oh maravilloso cielo!


¿Cómo puedes cubrir algo tan inmenso?

GRACIAS PORQUE TE QUIERO

Te quiero porque eres lo azul


De una noche cálida que despierta el alba.

Te quiero porque mis ojos saben que no miento


Y porque los tuyos,
Aun sabiendo no me quieren mentir.

Te quiero porque te necesito


Y porque te necesito te quiero.

Te quiero por todas las cosas que he hecho,


Y porque tu vida,
Aun sin ser plenamente mía,
Es mi motivo pleno para vivir.

Te quiero porque te amo


Y porque te amo te quiero.

Te quiero porque sólo tú entiendes,


Lo que puedo ser sin ti.
Te quiero porque tus manos son tus caricias y mis desvelos,
Te quiero por ser mi compañera,
Por ser mi amiga,
Por ser la hoja en blanco
Donde escribo los versos que no puedo escribir.

Te quiero porque hoy en ti pienso,


Porque es hoy cuando quiero decirte gracias,
Gracias por aceptar,
Que te quiera como te quiero
Y que eso te baste para ser feliz.

LA BESÉ TANTAS VECES

La besé tantas veces y tantas veces la recuerdo.


La he extrañado demasiado.
Demasiado como el tiempo mismo.

La besé tantas veces que ella ha de recordarme.


La abracé demasiado
Bajo el tibio respirar del sueño.
Aquellos sueños inmensos en sus pechos profundos.

La besé tantas veces que hoy duele no hacerlo.


La veo donde no habitan cuerpos.
Donde la luna no da sombra,
Donde las estrellas escriben los versos más eternos.

La besé tantas veces, tantas que no recuerdo.


Y su espacio llora,
Y escribe en los rincones hondos
Donde cada suspiro crea el más vacío de los silencios.

La besé tantas veces que hoy siento que la quiero.


Por eso he callado
Y parece que está conmigo,
Que nunca se ha ido, que no está tan lejos.
DÉJAME VOLAR CONTIGO

Déjame hallarte mujer en aquellos lugares


Donde tus labios vuelan,
Déjame tomarte en mis brazos
Cuando el sueño te hunda sobre su almohada,
O cuando la noche te invada los ojos,
Oscureciéndolo todo por completo
Y tengas miedo, miedo de no encontrarte.

Déjame que susurre en tu ilusión


El poema que guarda mi alma desde que te viera,
Y déjame reposar sobre tu espalda,
Sobre aquella línea de arena que enmarca mi destino
Y que mis dedos delinearon en una noche constelada.

Y si mi voz, o mi verso,
Desfalleciera sobre ese camino,
Déjalo reposar sobre el cielo que enmarca tu silueta,
Y deja que beba el beso en tu boca,
Y que se embriague el vino también,
Deja que todo lo nuestro se una en un solo aroma,
Y en un solo aliento deja que respire amor
El tibio roce del amanecer.

Y así, cruzaremos juntos la eterna noche,


Abrazados, encerrados en una misma piel.
Llevados felices por aquel sendero de ensueño,
Aunque muerta yaga mi voz sobre tu pecho
O muerto mi verso sobre tu piel.

EL POZO*

En aquel espacio
Redondo, hondo y vacío,
Pernocta la noche.

Conminada yace
En su prisión circular
Hecha de piedras húmedas
Y ecos entrecortados.
No tiene tiempo.
La noche siempre es noche.
Tan inmisericorde es su pena.

Yo, de niño,
Prefería aquella noche
Castigada y encarcelada,
Que aquella otra,
Que interminable, extensa y alta
Gobernaba el cielo.

Ella guarda hasta hoy,


En su fúnebre interior
Mis más inconfesables secretos.

Por ello no importa lo que digan


Para mí la noche tiene forma de pozo.

*Mención honrosa en los X Juegos Florales de la Universidad Ricardo Palma.

QUE DESPLIEGUEN TUS ALAS

Que tus palabras desplieguen sus alas


Sobre esta tendida mañana
Que se esparce bajo el cielo,

Que regrese a mi cuento


Los cálidos sueños
Que rescatan la poesía
De las fúnebres sombras de esta noche amarga.

Que naveguen de nuevo las risas sobre tu océano,


Que aparezcan nuevamente las caricias
A mi orilla.

Que despeguen otra vez las almas


Que nacían de nuestros cuerpos,
Como un sol que parte el horizonte,
Como una duda que hunde las palabras en el verbo.

Unamos mujer de nuevo nuestros cuerpos,


Que el verso aún clama
Tu fuerza y tu tinta,
Que sin ellos,
De nada me sirve tanta alma.

NO SABES CUÁNTO LA AMO

Si estás por venir, no lo hagas hoy,


Que no sabes cuánto la amo,
Si estás por aparecer, detente un rato,
Que no sabes cuánto la amo.

Serás mías siempre mía,


Pero discúlpame,
No sabes cuánto la amo.

Tiene las manos tan cálidas, el corazón tan puro,


Tan mío, que no me obligues elegir.

Tiene tantos sueños, alguno de ellos incluso míos,


Que me es difícil dejarte o dejarla ir.

Vive en mi mente como lo has hecho siempre,


Porque hoy, por qué hoy,
¿Tengo miedo de verte?

No me digas que el corazón perdió el encanto


Cuando la conocí,
No me digas que tantos sueños y tantos versos
Fueron en vano cuando la vi,
No me digas que tanta esperanza te hizo venir,
No me digas que fue por ella que tú nunca estuviste aquí.

No me digas que me amas, hoy no por favor,


Que la amo a ella.

No quiero decirle que su amor fue un reemplazo,


Porque ella se ha hecho única, no sé cómo ni cuándo,
Pero se ha hecho única.

Y sin embargo, es cierto que a ti también te amo,


Pero deja que viva y muera el amor por ella,
Permite que me ame o que me deje de amar
Si así lo quisiera,
Pero no vengas, esta noche no por favor,
Porque esta noche te pienso,
Y te recuerdo siempre tan tierna, tan dulce y bella,
Incluso más que ella.

Pero te amé demasiado cuando le amaba a ella,


Te engañé mientras versaba sus labios y soñaba en tu sonrisa,
¡Oh esa risa! ¡Tu sonrisa!, y ese sol iluminando
La pasión de tu piel rosa bordeando mi camisa,
Los momentos que inventé contigo en silencio.

Cómo negarte si eres tan mía como mío es el verso,


Cómo perderte si siempre fuiste mi mayor deseo,
Por eso no vengas por favor,
Que te amo tanto o incluso más que a ella.

LO QUE AMÓ EL CORAZÓN

Ha de ser que el silencio llora


Donde no pueden ver tus ojos,
Ha de ser que me amaste
Donde la luna respira hondo,
Ha de ser que fuiste mía,
Que incluso al respirar
En la brisa de esta noche fría,
Me encontré con tus ojos.

Ha de ser que muero por verte


Donde el amor crea paisajes verdes,
Ha de ser que también crees amarme
Donde el cielo es plata y tu cuerpo rojo,
Ha de ser que dormiste muy poco.

Sentado sobre tu paisaje verde


Recorro con mis manos
Aquella fantasía que derrama en mares
Tus cabellos fuertes y tus labios rojos.

Será que me amaste pero el verso fue creciendo


Dentro de un silencio
Que crispaba tu piel en tardes, en noches de enojo,
Ha de ser que me extrañaste,
Sobre tu piel, sobre tus manos, sobre tus aires,
Que extasiados rasgaban mi recuerdo.

Me amaste y recuerdo el beso


Recuerdo mi silencio, tus marcas,
Recuerdo el reproche de un corazón
Amando y callando al mismo tiempo.

Mi soledad es testigo que te amo demasiado,


Mi tristeza es la furia de una libertad
Que amando está la falta de un amor roto.

AMANECISTE

Amaneciste de a poquitos,
Resbalando cada sueño sobre tu almohada,
Y si pudiera te hubiese despertado,
Pero te hubiese amado y dañado al mismo tiempo,
Y no sé que sería hoy de ti.

No es más que la envidia de un recuerdo tus ojos dormidos.

Mientras la distancia
Se encargó de llenar aquel vacío
Que dejó el sol al llegar la noche,
Al dejar tu cuerpo,
Sin mí y tan mío.

Esta noche a ti te duele solo este verso,


A mí, todo este maldito olvido.

FLOR MUSTIA

Te encuentro entre el espejo y mi rostro,


El silencio me refleja la luz
De una mirada tirada a menos,
Una espalda que camina sola hacia mi cama,
Una sombra que me despierta en las mañanas.

La soledad me entrega a tu cuerpo fácilmente,


Mis ansias de verte hacen que te acepte tal y como eres,
El temblor de tu cuerpo,
Mis recuerdos sin vida,
Mis secretos vanos en un día inerte,
Me hacen verte sólo por verte,
Me vuelven tuyo al no tenerte.

De frágil fantasía,
Mi herida despierta sangrando sobre mi piel,
Tus ojos clavados en las noches,
Las estrellas que brillan más en tu rostro,
La luna tuya, y un grito en la penumbra
Que cayó como lluvia,
Son tus otoños sobre una flor mustia.

Los hilos de tu cabello recogido,


Mis esperanzas marcando tus manos,
Tus pestañas dormidas, mi cielo temblando,
Tu sudor cubriendo una ilusión perdida,
Tu aliento, el suave fragor de tu cuerpo a medio dormir:

Despierto. Te siento.

La gloria de ser tuyo al menos en versos,


El frenesí escapándose entre mis dedos,
El rubor de tu vientre, tus pasos silentes,
Tu indómito respirar, tu incontrolable despertar,
Tus dientes traspasando mis fronteras,
Mi vida, mi destino en una sonrisa,
Tu calor, tu bruma.

Tu flor mustia en esta luna.

VI TU ESTRELLA

Lo callada de esta noche pareciera resfriar mi alma,


La mirada se me pierde,
Veo el cielo pero creo que es tu piel,
Igual de perfecta, igual de suave,
Y sobre todo, inalcanzable.

No veo estrella alguna que me distraiga,


Trato de buscarlas creyendo que una estrella es un defecto,
Y encontré una
Brillando tímidamente sobre el frío crespón,
Y me enamoré de ella,
No dejé de verla, no era de la luna,
Tampoco era del cielo,
Más bien diría que era tuya.

ALMA CIEGA

Será que el alma está despierta cuando cierro mis ojos,


Será entonces que cuando sueño es lo que mi alma ve al abrir los suyos,
A veces pienso tan solo en mí y es este egoísta sentimiento
Lo que me hace quererte más,
Porque me hace ver cuánto has hecho por mí.

Será una casualidad que duermo justo cuando cae la noche,


Y es que a veces me despierto cuando entre paredes puedo ver,
Que el sol es tan inmenso que incluso llega a tocarme,
A veces pido respuestas a Dios o a la vida
Para ver quién me contesta primero,
Y es en este juego cuando me doy cuenta que estoy solo.

De pronto, puedo pensar que hay pocas cosas en qué preocuparse,


Y que esas cosas duermen tranquilas en cada silencio,
En cada recuerdo,
Aquellas noches siento que mis palabras no dicen nada
Comparadas con lo incierto,
Con la realidad.

La belleza trata de darle color a la vida


Con ciertos reflejos de alguna cara bonita pero eso es todo,
Sigue siendo desierto, sigue siendo silencio,
Sigue siendo un sueño.

Lo que queda de mí aun siendo tan poco sigue siendo nuestro,


Lo que queda de ti aun siendo tuyo, lo guardo en mis adentros,
Las palabras que alguna vez dejé de decir
Se quejarán en el recuerdo
Y tu voz volverá a ser verso
Cuando te sienta de nuevo sol,
Cuando te sienta de nuevo silencio.

Brillarás en mi desierto
Y cubrirás de un viento fresco mis sueños,
Y tal vez, sólo tal vez,
No necesitaré cerrar mis ojos
Para que mi alma, te pueda ver.

UN MAL DÍA EN LA NOCHE

Quisiera a veces no ser el que se esconde


Detrás de lo que pareciera no ver nadie,
Quisiera de vez en vez,
Cerrar mis ojos y si pudiera también mis manos,
Y créeme que lo haría,
Por lo menos esta noche
Quiero hacerlo.

Hay una esencia que cada vez que me deja,


Me hace sentir solo,
Está hecha de cabellos creo,
Tiene también un día de mucho frío,
Tiene silencio, olor a labios entreabiertos,
Tienes pizcas de amor y una que otra brisa,
Tiene mucho de mujer,
De restos de almas sin cuerpo,
Todos dentro de mí, todos hablan y ríen a la vez
Pero callan al sentir la pena,
Una pena que siempre es mía,
Una pena que siempre opaca el día.

Me desgarro a veces con recuerdos y las letras vuelan,


Me dejo tragar de remordimientos
Que carcomen mis adentros,
Intento ver mi centro, ese punto
En que decide un sentimiento volverse verso,
Donde el miedo puede llamarse cobardía o poesía,
Donde a veces amo, y casi siempre, recuerdo.

AZUCENA

Azucena plagada de estrellas.

Fuente de rocío son tus ojos.


Una mirada basta, un segundo siquiera,
Para saber cuánto tiempo
De amarte queda.

Rizos de oro, luz y querella.

Son tus cabellos el marco perfecto


A tan bella sonrisa.
Sinfonía del silencio,
Oración en forma de verso,
Dame un segundo, ese momento siquiera
Y sabré cuán eterno
Será este sentimiento.

La paz sobre mil olas.

Es tu alma un sueño interrumpido


Que al despertar te deja
La sensación de querer vivirlo.
Dulce viento, lluvia fresca,
Dame ese momento, un segundo siquiera
Y sabré cuán sincero:
Es la paz a las olas,
Una estrella a tus ojos,
Tu mirada a lo que siento,
Y mi voz a estos versos.

TE AMO A CADA INSTANTE

Si ha de ser fantasía
Aquella ilusión
Que al divisar tu cuerpo
Caí de muerte, perdí por mí.

Y es que el viento
Contagió a manos rotas
Aquel delirio
Que despierta de tu piel y tu sentir.

Ha de ser niña un suspiro


Mal dado al silencio,
Que confundido entre el viento
Ha entregado como mías tus manos,
Y me las hizo sentir.

Pero recordé aquellas heridas


Que marcadas en mi piel
Me han hecho tanto daño,
Como daño hace el viento
A un mal paso en tus pies.

Mas si mis ojos vieran


Tus ojos, niña,
Han de saber que guardas aún la inocencia
Que me hicieron creer en ti.

Que del silencio descubran


Las venas que sangran
A chorros bajo mi pasado,
Bajo un andar marcado en mis pies.

¿Qué puedo hacer sino amarte?


Si mi recuerdo siente
Que te ama a cada instante
Y mis versos te nombran
Cuando el sueño llega tocarte.

Ha de ser tu sueño el que temiendo de los míos,


Suele despertarte.

UNA NOCHE

Es increíble
Que aún necesite de tus ojos
Para poder llorar.

SIMPLEMENTE PORQUE TE EXTRAÑO

Si de la noche te escapas
Derrama en ella las estrellas que hoy te reclaman.
Si ves en las sombras un alma descalza,
No te asustes que es mi alma,
La que siempre te acompaña.
Si renuncias a la vida déjame que te traiga,
Una mañana que vista de azules tus pestañas,
Recorriendo y llenando sin miedo
De azucenas tu espalda,
Y sabrás por qué
En cada pedacito tuyo,
Están mis noches en alma
Y de azucenas mi vida, que hoy te reclama.

De besos bañados en silencio


Esperaré tu regreso.
En tardes a medio despertar
Recogeré tus recuerdos de algún cielo nuevo,
Será por miedo, será si quiero.

Que de la brisa nazca


La divina sensación que me dan tus labios,
Que de la noche resucite el desvarío de tu piel herida
Echada en llanto, uno de tantos guardados.

Amado será el deseo que junte nuestras manos,


Deseo, que respiré de tu cuerpo,
Y la penumbra que es mía,
Besará tu silueta, temblando.

En un espacio llamado tiempo


Descansarán las sensaciones que hoy reclamo,
Porque tengo el alma vacía de tanto pensar en lo olvidado,
Traigo un silencio vacío sin tus labios,
Tengo un sueño rezando una ilusión puesta en tus manos.
Tengo lo que traigo,
Simplemente porque te extraño.

DESPERTAD

Despertad,
Que la mañana avisa que el horizonte es tuyo y mío,
Que la brisa juega con las aves y su trinar renueva los aires.

Despertad,
Que hoy el amor es tuyo y mío,
Que la soledad se ha echado a dormir muerta de sueño,
Que la vida quiso vivir y mis pasos andar contigo,
Mírame y dime sino es hermoso despertar al sol amigo.

Despertad,
Que la mañana es más tuya que mía,
Que las flores respiran lo mismo que tú respiras,
Que el silencio se hace cada vez más pequeño,
Porque el mundo nunca calla cuando está despierto.

Despertad mujer que es de mañana,


Despertad que el cielo crece desde los mares,
Despertad que el sueño es mío y tuyo el momento,
Despertad que Dios te mira hoy desde lejos.

CAMINANDO

Apareciste un día en el que la luna


Lloraba de tanto frío,
En el que el sol reía por cada suspiro mío,
En que la noche me cubría con su manto sombrío,
Pero no sé cuándo te fuiste,
Cuándo me dejaste este amor baldío,
Cuándo di un suspiro
Cuándo fuiste mía, cuándo del destino.

Podría creer que hay amores


Que se hacen lejanos,
Que hay ilusiones que crecen y mueren demasiado rápido,
Que hay atardeceres que salen muy temprano,
Puesto el sol, puesto el cielo,
En tus manos.

Te digo que si mis versos, siendo míos,


Sólo se deben a ti,
Te digo que si mi andar es vago e indeciso

Es por el camino y no por mí,


Pues soy yo quien cierro mis ojos para verte,
Quien escribe estos versos para hablarte,
Quien camina este sendero vacío
Sólo para encontrarte,

Y aún no te hallo,
Aún no me escuchas,
Aún no puedo amarte.

ESTA NOCHE LLEGA A MI ALMA

Me he enterrado en silencios
Que no ha cubierto el viento,
Me he negado un futuro
Por creerlo incierto,
He batido mares y cielos
Por creerlos injustos,
He caído ante una mirada
Y con ella, la sonrisa que la acompañaba.

He desnudado mi alma,
Agigantando mis pasos
Que alguna mano llevaba,
He recorrido espacios dentro de mí,
Y aún así no te olvidaba,
He renacido en noches miles,
En las tardes he vuelto a dormir,
En el día te vi brillando,
Te hallé corriendo, te vi reír.

De mis adentros saco las fuerzas


Que por tiempo son más tuyas que mías,
He robado un secreto a nuestro pasado,
Traicionándolo en mi alma lo he guardado,
En ella encontré tus manos,
Y uno que otro beso olvidado.

Sopla los versos


Que he dejado aún por acabar,
Termina las historias
Que el destino tarda en revelar,
Vive donde no te escuche nadie,
Sé mía, más que el sol, más que esta tarde,
Que me es difícil no desearte.

Completa la fantasía mal escrita,


Con una de tus tantas risas
Devuélveles la vida,
Mi alma quiere saber que estás cerca,
Que respiras donde la calma se vuelve secreto,
Que naces como el viento
Al rozar una caricia,
Que eres mía, como tuya es esta poesía,
Llega de repente,
Como un sol con tu sonrisa.

Tendré que verte


Aparecer en otras almas vida mía,
Me siento solo sin tu mirada en la brisa fría,
Me voy por los lugares que he perdido al buscarte,
Mas tu horizonte colma de mares
Esta noche, esta noche tuya y mía.

No me dejes la voluntad,
Déjame la esperanza de lo incierto,
Que es allí donde el amor se vuelve cierto,
Es allí donde el silencio
Se hace de un espacio inseparable por el viento.

Ha de ser mi corazón la huella exacta de tu alma,


Ha de ser mi fantasía la excusa intacta
De un hombre que ama,
Has de ser tú y tu sonrisa,
Lo que espero,
Esta noche encallada.

CUANTA PENA ME DIO DESPERTARTE

De repente me dio miedo tocar tus labios,


Y créeme, que estaba soñando al hacerlo,
De repente llegué a extrañarte demasiado,
Y créeme, ya estaba despierto.

Recuerdo haberme acercado a tu rostro


Cuando aún estabas dormida,
Y no lo sé, parecías verme mejor así: dormida.

Nunca supe si era mejor que el sol al momento de tocar tu rostro,


Nunca supe si era mejor que tú cuando me encontraba solo.

De repente llegué a creer que había un alma detrás de tus ojos,


De repente había más de una
O quizá nunca llegué tan hondo.
A veces pensaba que podía robarle una sonrisa tuya al día,
A veces pensaba que era él, el que sonreía en tus labios,

A veces creía que era tuyo, pero nunca supe decirte cuánto.

Pude haberte entregado más de lo que te di,


Lo sé, siempre lo supe,
Y tal vez fue por eso que tú me diste tanto.

De repente debí robarte el alma


Para que sientas cómo me sentía a tu lado.
De repente debí obsequiártelo todo,
Pero siempre dormías, y al verte,
Me daba cuenta cuán pequeño era yo,
Cómo era y todo lo que podía darte.

Cuántas veces quise saber lo que tus ojos


Guardaban al dormir,
Pero siempre me conformaba con verte,
Quizá fue allí cuando no quise despertarte,
Tan sólo por querer seguirte:

Tú soñando y yo, mirándote.

CUANDO PERDÍ EL DESEO

Y se me reveló una luz antes de ir a casa:


De manos cansadas, mi alma empozada estaba,
Y entonces recurrí atiborrado a tus labios,
Y por poco pude ver tus ojos.
Con justa razón,
La voz se me perdió.

De la mente cubriendo susurros, tu alma empeñaba,


De mis pasos buscando un futuro, tus andares acompañaban,
Me quedé dormido soslayando
El temor que muere en tus labios,
Con justa razón,
Perdí voz y corazón.

Cuando el sueño era amable y tus labios aún rojos,


Descubrí el misterio que hay entre el cielo y el enojo,
Y entendí: ¿por qué se olvida?,
¿Por qué no encuentro tu rostro?

Cuando el cielo cambió de colores, y con él la fragata encendida


Perdiese en tus labios brisa y horizonte,
¡Vaya perplejidad si de mí bastase un bote!
¡Sin tener sol, ni mar, en tu razón
Injusto fue el corazón
Perdiendo el deseo que se me hundió!

Por sueños, mi cabeza rodeando en silencio estaba


Escuchando gemidos que no te despertaban,
A pesar de la fantasía,
Tus manos encumbraban tu temple esquiva
Y no despertabas,
No me escuchabas,
Y entendí: ¿Por qué despierta el enojo?
¿Por qué en el cielo? ¿Por qué en tus ojos?

Con justa razón enterré en mis venas el odio,


Si en vano fuera perder el deseo, perder tus ojos,
Olvidado queda lo visto por cuanto fuera amor y no enojo,
Culpable se me hace el mar, el silencio, tus labios rojos.

Por perder lo que a principio fue vida y no otoño


¡Con justo perdón alma mía!
¡Rezaga el dolor en penas,
Que hoy el amor es demasiado hondo!

MI SOMBRA EN TUS CABELLOS

Pareciera hacer más frío cuando duermen tus ojos,


Parecieran caer las luces del otoño
Sobre tus hombros,
Desearía que recogieras tus cabellos
Que aún mi sombra puede cegar tus sueños,
Discúlpame que te vea durmiendo,
Y es que hoy más que nunca,
No tengo sueño.

Tu piel nívea atasca las emociones


Que descuelgan de mi alma,
Tu mirada encerrada, tus manos frías y cálidas,
Tu corazón en celestes de una mala mañana,
Tu risa, tu cuerpo temblando tras delgadas sábanas,
Tu memoria, tus palabras,
Despiertan en mis ojos lo que no viera el alma.

El silencio acompaña el misterio de tus líneas,


La ventana se regodea en tu mundo interno,
El sol llega a ti de puntillas
Y la mañana parece más prendida que nunca.
Como si recogieras tus cabellos.

Das un suspiro, y sigues dormida,


Das un leve beso al viento,
Y mi sombra…

Cuánto lamento mi sombra en este momento.

SIN TI PERDIDO

Del cigarrillo crecen las ansias de verte de nuevo,


Plasmada estás en el cielo,
Hueles al aire que robé de un beso,
Tengo la garganta seca de tanto gritar
Tu nombre en silencio,
Al silencio,
Al viento,
Pero no me escuchan, nunca lo hicieron.

El aire de este cuarto,


Aún sin ser mío, me deja vivir,
Aún respiro,
Pero tu amor,
Hoy que no es mío, no me deja sentir
La vida que respiro.

Si mañana despertase y
De los rincones respirase un nuevo aire,
Déjame sentir tu cuerpo,
Que de auroras renace sin ser cielo, sin ser eterno,
Porque hoy no te siento mía,
Ni mañana tampoco lo serás,
Que del humo se desvanece
Donde la luz de luna no puede llegar,
Por eso no me digas que tu amor es como el mío
No me lo digas,
Hoy no.

Quizá amanecí muy deprisa por las ansias de verte,


Quizá me engañé al creer que el destino es suerte,
Pensé en sentirte, pensé en tocarte,
¡Pensé en amarte al caer la tarde!

No me niegues las fantasías que tu cuerpo en mí despiertan


Como el frío a la piel,
Y déjame que estoy respirando, déjame que quiero vida,
Pero sin tus blancas mejillas, dime ¿Qué es vida?
Y ¿Cómo vivirla?

La luz de luna obnubilada está,


Pareciera no aclararse nunca,
La penumbra roza mi rostro,
Y también me siento olvido,
Respiro ahora el humo del cigarrillo que creí perdido,
Mi rostro desvaído, mi alma tiene miedo y frío,
Y me topé contigo,

¡Cuán divina es la noche cuando estás conmigo!

GRITOS DE LA MENTE

Gritas en mi mente,
Alto, demasiado fuerte,
Tus caricias se vuelven toscas y duras,
Tus besos parecen olvidar dónde estoy,
Tu alma acabada
No quiere esperar una mañana,
Ni amanecer que toque tu cama,
Porque no estarás allí,
No dormirás allí.

Gritas sin detenerte,


Trato de no escucharte,
Mis oídos tapados parecen romperse,
Mis ojos tan sólo suelen verte,
Un paisaje hermoso se refleja
En tu ventana,
Y no puedo verlo,
No puedo verte.

Mis manos protestan


Por tenerte lejos,
Mis labios se secan y
Buscan agua y no olvido,
Mis recuerdos viven
En un llanto que ha nacido.
Gritas y te reconozco,
Alto y fuerte,
Destrozas mi mente,
Quiero verte,
Sacudirte con un beso
Y abrazarte como si nunca
Lo hubiese hecho,
Coger tu mano
Y jurarte que soy consciente,
De que hoy por ti,
He perdido la mente.

ME TRAICIONA TU CIELO DORMIDO

Si supieras niña lo que al besarme reclamas,


Si supieras cuán poco me siento a tu lado,
Si vieras siquiera el espacio que hay
Entre tu cuerpo y mi alma,
En este momento, en esta noche,
En que la luna está apagada.

Si guardaras en tu mente los recuerdos que quizá olvidara,


Si perdieses el secreto que guarda ya la calma,
Si vivieses lo que vivo por sentirte, mujer,
Si pensaras que tengo más que alma
Para entregarte, para amarte,
Haría con tus besos una nueva piel.

Me traiciona la costumbre de verte alejada,


Recuerdo haberte dicho que a pesar de la distancia
Nadie puede controlar ni calmar un alma
Que ya está en tus manos, en tus pies.

Creo amarte lo suficiente como para entender


Que te puedo perder.

Recuerdo pequeños momentos y sólo esos bastan


Para saber y comprender, lo que a fantasías mi alma soñara,
Recuero también que te he dañado más de una vez,
Pero aún así, hay un amor en tu sonrisa que nunca llora,
Hay un cariño en tus caricias que siempre mojan
Cuando no hay por dónde ver llover.

Me imagino que a tus pasos le siguen los míos,


Supongo que hay un tiempo que aún nos quiere ver unidos,
Deliro del momento en que me amaste sin ser visto,
Dolor en extremo el mío, el recordarte estando aquí conmigo.

Me inquieta verte subir los escalones creados en sueños.


Cierro los ojos y juro que puedo verte,
Emerges siempre desde un cielo sin nido,
Has de ser la estrella que aún en cielos,
Puedo ver dormido.

POR TENER QUE PENSARTE

Tan vano fue el deseo insulso de enredarme en tus cabellos,


Que si por ellos fueran serían solo tuyos y no míos,
Tan servil fue la mirada atenta de la tarde,
Que si ella pudiera colmaría de arena tus mares,
Pero aún así las furias ingratas del amor fueron a buscarte
Y te amaron de pronto al no encontrarte.

¿Qué misterio encierras tras las puertas de tu alma?


¿En dónde olvidé el recuerdo? ¿En dónde mis dudas?

Regresaría para ir al frente,


Volaría bajo para ir sobre tus nubes,
Si de mí dependiese no habría tardes ni cabellos
Que de mí objetasen,
Porque quise regresar y tú me salvaste,
Quise gritar y tú me callaste,
Quise amarte y tú me amaste.

Por los caminos que se devuelven al viento dejé un rastro muerto,


De aquellas hojas que dejaste, bien pudieron cubrir un mar entero,
Tan extraño fue el silencio que abrieron tus pestañas,
Que me quedé sentado en mi cama sin saber dónde estabas,
Por eso la furia amiga quiso olvidarte y con eso dejar de buscarte
Y te olvidó de pronto al querer amarte.

¿Qué secreto anuncias en la mente de quien te sueña?


¿Cuándo fuiste eterna? ¿Cuándo quimera?

Regresaría por ti si no me quieres,


Te inventaría amores aunque no lo desees
Que del silencio reclamo lo que mi alma grita en pena,
Si de mí bastase,
Te amaría para tener que olvidarte,
Te soñaría para poder perdonarte,
Te daría vida cuando acabe la tarde.

CUANDO SALE UNA ESTRELLA EN LA TARDE

Si de las estrellas opacas el silencio


Que desmoronado cae sobre tu almohada,
Has de saber que del silencio renacen las esperanzas
Que las estrellas en tu piel despertaban.

Si del verano,
Las hojas del invierno reclamasen,
Has de saber que por fuerza del deseo
Reclamo al cielo lo que es mío,
Reclamo al aire lo que a bien dejo:
Mis manos y tus aires.

Te reclamo a ti, en pocas palabras,


Aunque sea tarde.

Puedo retener el viento en tus cabellos,


Repartir en un pedazo de cielo,
Las expresiones que por falta de cariño
Supieron entregarse
En aires de nadie.

Recuerdo que fuiste sincera


Al decir que me amaste,
Recuerdo que me querías,
Incluso más que esta tarde.
Te hallé en silencios
Y me costaba tanto despertarte,
Que de a pocos fue del verso
Un poema que apenas
En gritos pudo despertarme.

La incredulidad de la calma
Que opacada entre cadenas y amarres
Dejó que pueda llorar sobre tu alma…

Sobre tu piel en esta tarde, por tu lluvia, mojada.

FUE EN OTOÑO

Me apetece ver la magia


Que por cierta vanidad encierras en tus ojos,
Quisiera rozar tu rostro con el ayer
Que me tuvo como camino y no como viajero,
Podría darte un beso, y reír luego,
Pero prefiero verte soñar,
Siempre tan distante.

Con mis pasos,


Un cielo tiene el brillo como horizonte,
Pienso en versos,
Levanto mi cabeza y veo la luna,
Apenas y cierro los ojos siento la bruma,
Sentí tanto frío que decidí cerrar mis manos,
Y fue tan fácil hacerlo,
Cuánto te extrañé en ese momento.

Mis pasos caen con la prisa


Con que el viento derrota a las hojas,
Es otoño lo sé,
Por eso tengo los pies cansados,
Es como decir que has llegado lejos
Sin saber en dónde has comenzado,
Pero aún así sigo andando,
Pues a pesar de todo, siento al recuerdo
Respirar sobre nuca, a paso lento.

Por encontrar mis andares,


Las calles siempre se ven iguales,
Hay un gris que se vuelve siempre nostalgia,
Fue al llegar a esa esquina,
En que juré recordar y extrañar
Los pasos que di esa noche,
En esa calle, que como tú,
Siempre me fue distante.

DE AQUELLA HOJA EN BLANCO

Sangrando deben estar


Las heridas que muestra el diario,
Llagas que decidió crear
Algún invierno en el pasado.

Voy apuntando en un cuaderno


Las cosas que a pesar de ser pocas,
Duelen tanto,
Recuerdos que olvidados,
Parecieran hacer más daño.

Se gestan sombras en la mañana,


Sueños vejados por una fantasía tonta,
Recurro a mis adentros,
Y veo y siento,
Lo vacía de mis hojas.

Oscurecen las tardes más que las noches,


Se crespa el aire y el alma calla,
Escondiéndose en la nada
Respira agitada alguna ausencia mostrada.

Las líneas se hacen complejas,


Los versos desvarían y el escrito se vuelve mío,
Veo las cosas que temo por perdidas,
Veo un cielo encendido tras nubes heridas.

El silencio cae de rodillas sobre mi hoja,


El pesar se vuelve fresco,
Y las caricias: recuerdos mal escritos,
Mal perdidos… tan vacíos.
MAÑANA ES TARDE

Caminé unos pasos al ver su figura situada en lo más hondo de la penumbra,


Su rostro desdeñaba cualquier intento de sombra,
Cualquier luz que a penumbras quebraran sus manos y piel cubierta
En fina rosa.

En su desdén, atiborrados cayeron sus ojos ante la luz del día,


Su silencio casi eterno, su andar casi dormido, su figura pesada
(más que su sombra), su cabello caído y su sonrisa mía.

En versos recuerdo su imagen cerrando ventanas y cruzando umbrales.


Se reconoce el amor siempre que es tarde,
Se reconoce el silencio casi siempre, cuando no hay quien calle.

Me animo a decir (más por pena que por conciencia propia)


Que de a sorbos bebo lo que a criterios boto,
Me desanima la idea de pensar que existe alguien que guía mis pasos,
Es ahí cuando el dolor y la rabia dejan de ser errores y se vuelven castigos,
Es ahí cuando el miedo se vuelve respeto y no un sentimiento digno,
Es en ese momento que el reloj pareciera ser una especie de brújula,
Es cuando tu mirar se pierde en los adentros de aquella historia mal contada
En la que algunos llaman destino y otros:
Sueños sin cama.

Si tan sólo tu andar fuera menos sabio y tu horizonte fuera tan mío como tuyo,
Si lo que espero se hiciera mío y no de un pasado mal soñado,
Podría saber de qué se llena el vacío que siento dentro,
Sabría de qué está hecho un momento,
Y si es que éste pertenece al presente, al pasado o al futuro.

Tu bata blanca trasluce demasiada luz


Cegando cualquier intento de visión que pueda darte alguna mañana,
Pero aun así puedo verte remendando los trozos de algo que es inerte.
Tus manos me castigan, me culpan y ni siquiera me he levantado,
Es en ese instante en el que quiero ser momento,
Presente, pasado y futuro a la vez,
Son de aquellas veces en las que mi reloj marca siempre al revés,
Son de aquellos tiempos, en que puedo decir que el silencio
Se hace de tus fríos besos y tu cálido aliento,
De aquellas caricias suaves con dedos de aguja,
Que de sensaciones acabaron con mis despertares,
De tu fantasía y mis decepciones,
Hablo también de tus amores malos y tardíos,
Hablo de una maldita hoja que en mi alma estás escribiendo,
Hablo de mí, de mis deseos por verte llegar sin un fin.

Hablo de ti, de tu mirada esquiva, y sobre tu sonrisa, casi siempre,


Mía.

CÚLPAME

Después de haber soportado las injustas olas del mar bravío,


Después de haber roto en llanto las fuerzas que ya he perdido,
Dime cuál grito mío no has oído,
Dime cuál.

DEL ALMA UN VERSO FUE MÍO

A veces siento que lo que escribo no es mío,


Que es de alguien más,
Que dentro de mí expulsa los restos de algo que no recuerdo,
O de algo que ya no veo,
Por miedo, o por creerlos secretos, no lo sé.

A veces pienso que lo que siento es el resto de un verso mal escrito,


Que dentro de mí trata de gritar,
Dando más que alaridos intenta traspasar mi pecho como una lanza,
Y cómo duele describir lo que siento, cómo duele.

Cuantas veces he querido un verso siempre ha nacido,


Cuantas veces he callado un verso mío ha reclamado,
Cuántas veces, cuántas, fueron muchas,
Tantas como almas habitan en mí, y es que tengo más de una,
Más de mil me dije un día que estaba perdido,
Con tantas almas dentro ¿Cómo saber lo que quiero?,
¿Lo que amo y temo?

¿A quién de ellas me debo? ¿A quién?


Cuál es la que teme conmigo, cuál es la que me ayuda a ver lo escondido,
Cuál de ellas me ama, cuál de ellas.

Quién tirita conmigo en las noches vacías,


Quién las llena, quién las hace mías,
Quién amó mi amor dolido, quién lloró con ella,
Quién conmigo.
¿Cuál de ellas dios mío? ¿Cuál?
Cuál de ellas rompió este silencio y esta curiosidad,
Cuál de ellas me dio estos versos,
¿Serás tú acaso? ¿Serás tú?
¡Dime cuál!

FE

Creo más en la suerte que en ti


Será porque ella es atea
Y no pido condiciones
Simplemente, llega.

POR ESO PREFIERO AL VIENTO

De mis culpas arrojo lo sincero de mis palabras,


En medio de este invierno te entrego manos
De una historia encallada, congruente a tus pasos,
Eximia muestra de ironía y alegato.

No conozco muestras de afecto que recurran a la barbarie


Como son tus ojos y en él, tus sueños,
Discúlpame que mi odio se debe a un amor que no comprendo,
Al amor como tal, su desidia por hacerme entender
Me sofocan encerrándome en una plegaria,
Que muchas veces tampoco entiendo.

Hace frío,
Tanto como tu cuerpo en cualquier frontera de tus horizontes,
Expando una llama encendida que retóricamente,
Usa sensaciones que ni mis más agudas limitaciones emplearían.

Tuyo son los versos, tuya la mirada esquiva de esta mañana,


Mis pasos aventajados dentro de una minucia que ni el más torpe
De los humanos pecaría en creerlas suyas.

Derrama pues, así, las encomiendas que en el camino recogiste,


Con la prisa que muestra la insulsa codicia de quien te mira,
Vana queda aquella muestra de afecto, de caricias
Y de locuras permitidas, que sea del cielo esta noche,
Que sea de quien quiera tus besos, los sueños
Que despertaste sin brillo, allí donde las miradas se pierden
En lo inequívoco, en lo maltratado de tus cabellos,
Que sin mi presencia no son más que largos caminos sin cielo.

Discúlpame el verso agitado, la sangre al correr entre cada línea,


Lo prematura de mi codicia, mis penas siempre tan permitidas,
La caricia olvidada, el grito que siempre desvaría,
La mañana llorosa, las lágrimas en medio de púrpuras
Y celestes que apenas ven mis ojos caídos.

Derrotado están mis ruegos, siento el alma partirse


Como un espejo sobre el suelo,
Siento piedad por mí,
Envidia del recuerdo, siento más que nunca el aire que no veo,
Y se parece tanto a ti, su misma piel, su mismo aliento,
La diferencia es que él está conmigo y tú tan lejos.

HAY LLUVIA EN TU MIRAR

Quise navegar en mil mares y encontrar en ellos mi libertad,


Quise andar por lugares donde ni el sol se atrevería a llegar,
Quise encontrarte, quise buscarte,
Pero tan sólo tuve miedo,
Miedo de encontrarte, temor de mares al verte llegar.

Quise decir que nunca fuiste lo que a silencios rogué que fueras,
Quise llorar cuando no tuviese dolores en pena,
Hubiera sido más fácil enterrarme donde el sol me pueda guiar,
Pero tuve miedo, y aún lo tengo,
Miedo de llorarte y miedo de creer que sabes llorar.

Siento mi alma arrugada cuando el cansancio


Vence mis ganas de irte a buscar,
Siento tu silencio gimotear sobre mi nuca,
Tengo penas, está lloviendo,
Llovía antes de que pudieses llegar,
Tengo el frío del miedo acabando de a pocos
Lo que ni siquiera pude comenzar.

Puedo creer bajo la lluvia que tu llanto


No es más que tu simple soledad.
CUÁNDO, DÓNDE Y POR QUÉ

Ocultas están, en esta primavera, las flores del otoño,


La muerte para ellas pareciera ser demasiado triste,
Pero qué muerte no lo es.

Llegarían abriles si es que juntase en un rincón


Aquellas lágrimas que también a mí me hicieron llorar,
Callarían los secretos y se mostrarían las vergüenzas
Si es que en vez de otoños tuviéramos primaveras para pensar.

Hace frío,
En cada lugar que visito se siente la bruma,
Las calles irrumpen en los edificios por su falta de sueño,
Hay bulla en mis adentros, hay gente en las calles,
Pero siempre la misma suerte de ser quien eres
Castigándote por todas partes,

Vi caer las tardes desde aquella maraña llena de realidades y deseos,


Fue triste el instante en que,
Con el pasar de los momentos,
Pude observar que dentro de mis papeles
Se encontraba aquel silencio eterno,
Del cuándo, dónde y por qué,
Me llené de maravillas y sin quererlo,
Pensé en ti otra vez.

TAN MÍA COMO UN MAL VERSO

Pasada la tormenta pude reconocerte,


Notar que a leguas aún sin amores,
Seguías siendo tan mía como el tiempo,
Tan mía como un mal verso.

Siento que el alma te reclama cada vez que te pienso,


Puedo creer que cada mañana,
Es él quien me despierta con estos dolores de cama,
Puedo verte remendando sueños de un presente tan viejo,
Tan cansado, tan fuera de mí, tan extraño para ti.

Sueles ser el viento que a sus pasos deja el aire,


Y que por costumbre suelo respirar.
Y es que estando de ti tan lejos,
No puedo ver claramente
Las reglas de este juego que nos separa,
Si es que eres tú la que regresa
O soy yo el que vuelvo.

Si mi viaje se hace largo, aun más que mi regreso,


Recuerda que no hay lugar tan profundo
Como el alma misma y en ella
He ido y vuelto con la fuerza de un simple beso.

Te pienso como aquella brisa que de a pocos respiro,


Pensándolo bien, diría que te necesito.

EN TU SONRISA VOLQUÉ MI PASADO

Rechacé tu silencio por creerlo mío,


Por no ser más que una caricia perdida,
Pero recogí de a pocos la vida
Que distinta a la tuya,
Se entrega rendida.

El tiempo en que vivo,


Es más tuyo que mío, y siento perder tanto,
Siento volcarme sobre tu sombra de a ratos,
Y es que tengo el alma herida
Debido a tu sonrisa,
Que aún herida levanta llagas en mi piel.

Si es por tu sonrisa que pude haber callado


Y gritado a veces, es por ella
Que retomé el fin para luego olvidarlo,
Es por ella que te amo y te olvido como cierro mis manos,
Es por tu sonrisa que vivo y me siento cansado.

Déjame que respire en tu sonrisa,


Déjame que al rozar la herida mía,
Haga que grite el pasado,
Deja que duerma en tus labios,
Déjame vivir en tu sonrisa…
Aunque sea un rato.
NOCHE DURA, ESTÁS TAN LEJOS

Esta noche, me siento cansado,


A lo lejos siento tus pasos,
En el suelo, mi dulzura está mezclada
Junto a lo que he pisado por no recogerlo.

Esta noche estoy triste y cansado,


Has de saber que mi culpa no es dolor,
Mas sí llanto,
Has de saber que mi reproche no es malo,
Tampoco es justo, tampoco mío.

¿Cuán esquiva fuiste al tenerme frente a tus ojos?


¿Cuán maldita fuiste al dejarme el suelo regado de enojo?

Lanzaste mi alama saciada al olvido


Recogiendo los frutos que una vez creí podridos,
Y es que eran tuyos o quizá míos,
Has de creer que aún te quiero,
Has de conocerme bien para creerlo.

¿Tan triste es esta noche? ¿Tan duro el pensar y llorar?


He caído, una vez más,
Y ya no tengo fuerzas, te lo juro,
Ni para alzarme ni para caer de nuevo
No me tengas piedad,
Que tirado en el suelo espero.

CULPO A LA NOCHE

Me entregué a tu cuerpo al llover de mañana,


Me cubrí de esperanza al recordar tu piel mojada,
La pasión de las sensaciones mi sendero alumbraba,
La respuesta clara de que aún te amaba.

Reconocí tus ojos al caer la tarde,


Me llené de sueños, más de lo que podrías darme,
Renuncié a lo que tengo por ser más que amante,
Descubrí el misterio que separa la piel de la carne.

Disculpa que te piense, no es mi deber, ni digno de contarte,


Pero aún te recuerdo en las noches, aún suelo besarte.
Disculpa que te sueñe pero doy mi amor de responsable,
Porque es mío el deseo y del corazón, tu piel y carne.

Recordé tus palabras, no me dejaste olvidarlas,


Tu piel rosada, tu cuerpo caliente, tus manos extraviadas,
Terca y vana codicia el amarte sin darte más que palabras,
Mi orgullo llegó tarde, no entiende de esperanzas.

Córtame la esperanza, desgarra el deseo de mi almohada,


Cúlpame de tristeza, de anhelos sin respuestas ni nostalgias,
Pero has de saber que mi alma te extraña,
Que antes de cada mañana me increpa tu falta,
Que antes de dormir me mata,
Es un remedo de vida mi calma,
Es camino muerto, es ruina sin historia,
Es una broma sin risas, una fábula sin hadas.

AL CERRAR MIS OJOS

Me acostumbré a verte desde lejos,


En tus pies, veía como mis ojos te seguían
Traté de darte alguna vez un beso, casi siempre,
El miedo me cubrió de cuerpo entero,
Y tus pies cada vez más lejos,
Confieso que de vez en cuando, incluso,
Te perdí de vista.

Me callé al recordar que tus palabras


Fueron sacadas del alma misma,
De aquella luz que no anuncia mañanas, ni días,
De aquella brisa que a puertas cerradas,
Entra sin despertar la calma.

Saqué tus palabras de un lugar al que sólo fui una vez,


Pero en esa visita, perdí tu sonrisa,
Quizá nunca debí llegar tan hondo, nunca tan profundo,
Y es que ni tú ni tu sonrisa saben lo que pierde uno,
Al cerrar los ojos.

A decir verdad, te perdí de vista, al cerrar mis ojos.


DE TRISTE PESAR

Escasa,
Hice y quise lo que a fuerza el silencio
Doblegándome calló en mis ojos.

Divina malicia,
Blandas son tus mejillas
Bajo el injusto cielo del enojo.

La ira,
Opaca en mí tus manos,
Tu rostro tenuemente me despide
Y el atardecer se hace tuyo,
Y la noche que es mía, sin ti,
Pareciera ser de nadie.

Si por mis rastros dejase en tus manos


Algo de esta noche,
Te juro vida mía que tu volver,
Sería justo más que tarde.

De colores oscuros reanudo la lucha


En la que perdiese en gritos la mañana
Y la esperanza se asoma en mil odios.

Tengo un alma pendiendo de un hilo,


La fantasía herida peca de abandonos,
Si tengo vida, no es cierto que hoy la viva.

La mañana
Esquiva mis pesares,
La frente de brisa renueva los males,
Mala suerte la mía que al caer sobre tus pies
Dejaron que cayese la tarde.

Discúlpame vida pero hay de cierto


Que si tengo miedo,
Es porque estoy seguro
Que otra vez despertaré
Sobre tu cuerpo.
VIDA AMADA

De mirada cansada,
La blanca luz alumbraba tu tenue rostro,
Tus mejillas despertaban junto con el cielo,
Era de mañana pero aún los cabellos cubrían tus ojos.

Tu mirada que apenas me veía,


Tus labios rosas entreabiertos saboreando el delirio bebido,
Tus manos perdidas entre las sábanas,
Tu pasión dormida y en tus pechos, el amor cansado desfallecía.

Tu blanca piel,
Parecía reflejar como espejo tu alma,
Tu nariz fría esperando un beso,
Tus piernas buscando abrigo sobre la cama,

Tu frente,
Mi silencio adivinaba,
Tu aliento se perdía entre el fuego extinto de la mañana,
Tu figura,
El pequeño arco de tus pestañas,
Y tu cintura a medio cubrir que despertó mi calma.

El sabor de tu boca,
Tu piel húmeda y tus rincones
Hacen que la luz se vea opaca
Debajo de tu cuerpo, bajo las sábanas.

El sudor de tu sombra,
El frenesí de tu vientre libre,
Tus uñas salvajes, tus manos delicadas,
Tu sonrisa discreta y traviesa,
Tu alma en fragancias después de amarme.

El sol parece cegarte y veo cuán fiel eres,


El viento pareciera a ratos enfriarte
Y sé que siempre podré amarte.

Cierras los ojos, tus labios duermen esta vez,


Tu cuerpo cansado se inclina sobre tu vientre,
Y con mis pupilas recorro tu espalda,
Como volviendo a acariciarlas,
Y descubrí cuán mujer fuiste,
Cuan ángel eres
Y cuanta vida serás.

SENTADA VISTE CAER LA MAÑANA

Me refiero a ti,
Tejiendo sobre mis manos aquellos deseos locos
De rozar con mis labios tu piel.

Te pienso de vez en cuando,


Copando aquellos espacios en blanco
Que ni un poema se atrevió a querer.

Te recuerdo como primavera,


Como rosa blanca en invierno también,
Te veo sobre mares de mil angustias,
Golpeando con gran barullo cada piedra,
Cada orilla sobre cada huella que marcaste
Sobre una piel por ti, herida.

Reposada sobre tus cabellos


Ves lo que a silencios fuera brisa y hoy
No es más que un nombre sin piel.

La realidad derrama sobre tus hombros,


Desalientos que el pasado trató de reponer,
El futuro se escondió bajo tus sueños
Y un respiro te hizo suya a placer.

Me dejaste de ver una mañana de brisa fría,


Dejaste de tejer tus manos sobre mi tiempo,
Sobre mi espacio.

Sentada viste el atardecer de un recuerdo


Y el anochecer un querer.
Yo, vi a una mañana
Dejar caer una rosa blanca sobre mis pies.
UN SUEÑO MÍO

Un sueño mío,
No es más que el reflejo de mí mismo, soñando.

Es un espejo sin fondo.

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