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[Edición revisada y aumentada por el autor del libro Bitácora publicado en el 2002]
ÍNDICE
Luna oscura
Te nombro, te llamo
Mujer soñada
Deseo
Ausente
Amiga
Al mirarte
Gracias porque te quiero
La besé tantas veces
Déjame volar contigo
El pozo
Que desplieguen tus alas
No sabes cuánto la amo
Lo que amó el corazón
Amaneciste
Flor mustia
Vi tu estrella
Alma ciega
Un mal día en la noche
Azucena
Te amo a cada instante
Una noche
Simplemente porque te extraño
Despertad
Caminando
Esta noche llega a mi alma
Cuanta pena me dio despertarte
Cuando perdí el deseo
Mi sombra en tus cabellos
Sin ti perdido
Gritos de la mente
Me traiciona tu cielo dormido
Por tener que pensarte
Cuando sale una estrella en la tarde
Fue en otoño
De aquella hoja en blanco
Mañana es tarde
Cúlpame
Del alma un verso fue mío
Fe
Por eso prefiero al viento
Hay lluvia en tu mirar
Cuándo, dónde y por qué
Tan mía como un mal verso
En tu sonrisa volqué mi pasado
Noche dura estás tan lejos
Culpo a la noche
Al cerrar mis ojos
De triste pesar
Vida amada
Sentada viste caer la mañana
Un sueño mío
LUNA OSCURA
TE NOMBRO, TE LLAMO
Pero no respondiste,
Ni a la Distancia, ni al Recuerdo,
Ni siquiera al Beso. Nunca lo hiciste,
Por eso te pienso y me duele este día.
MUJER SOÑADA
Me hiciste vano
Al contemplar la esperanza,
Me hiciste creyente de una fe
Arrodillada y cabizbaja
Por las alas falsas de tu piel.
Me hiciste tuyo
Mujer soñada,
Tuyo hasta el amanecer.
DESEO
Nos corrompe,
Nos salva,
Nos acorrala,
Corroe y excava.
El deseo es muerte.
El deseo es vida.
AUSENTE
Tu niebla. Tu cuerpo.
Tu enredadera de piernas y cabellos
Trepando sobre mi vientre.
Tu invierno. Tu alma.
Tu marea alta, tu desenfrenado cielo.
Tu agosto verde.
Tu abril siniestro.
El suicidio de tus ojos cuando duermes.
Tu paisaje negro.
Tu vida. Tu vientre.
Tu espera eterna.
El dulce sabor a enojo
De tu amor sin venas.
AMIGA
Tus lágrimas
Deben saber a sal
Porque es en el mar
Donde se esconden las estrellas
Al llorar.
AL MIRARTE
Y si mi voz, o mi verso,
Desfalleciera sobre ese camino,
Déjalo reposar sobre el cielo que enmarca tu silueta,
Y deja que beba el beso en tu boca,
Y que se embriague el vino también,
Deja que todo lo nuestro se una en un solo aroma,
Y en un solo aliento deja que respire amor
El tibio roce del amanecer.
EL POZO*
En aquel espacio
Redondo, hondo y vacío,
Pernocta la noche.
Conminada yace
En su prisión circular
Hecha de piedras húmedas
Y ecos entrecortados.
No tiene tiempo.
La noche siempre es noche.
Tan inmisericorde es su pena.
Yo, de niño,
Prefería aquella noche
Castigada y encarcelada,
Que aquella otra,
Que interminable, extensa y alta
Gobernaba el cielo.
AMANECISTE
Amaneciste de a poquitos,
Resbalando cada sueño sobre tu almohada,
Y si pudiera te hubiese despertado,
Pero te hubiese amado y dañado al mismo tiempo,
Y no sé que sería hoy de ti.
Mientras la distancia
Se encargó de llenar aquel vacío
Que dejó el sol al llegar la noche,
Al dejar tu cuerpo,
Sin mí y tan mío.
FLOR MUSTIA
De frágil fantasía,
Mi herida despierta sangrando sobre mi piel,
Tus ojos clavados en las noches,
Las estrellas que brillan más en tu rostro,
La luna tuya, y un grito en la penumbra
Que cayó como lluvia,
Son tus otoños sobre una flor mustia.
Despierto. Te siento.
VI TU ESTRELLA
ALMA CIEGA
Brillarás en mi desierto
Y cubrirás de un viento fresco mis sueños,
Y tal vez, sólo tal vez,
No necesitaré cerrar mis ojos
Para que mi alma, te pueda ver.
AZUCENA
Si ha de ser fantasía
Aquella ilusión
Que al divisar tu cuerpo
Caí de muerte, perdí por mí.
Y es que el viento
Contagió a manos rotas
Aquel delirio
Que despierta de tu piel y tu sentir.
UNA NOCHE
Es increíble
Que aún necesite de tus ojos
Para poder llorar.
Si de la noche te escapas
Derrama en ella las estrellas que hoy te reclaman.
Si ves en las sombras un alma descalza,
No te asustes que es mi alma,
La que siempre te acompaña.
Si renuncias a la vida déjame que te traiga,
Una mañana que vista de azules tus pestañas,
Recorriendo y llenando sin miedo
De azucenas tu espalda,
Y sabrás por qué
En cada pedacito tuyo,
Están mis noches en alma
Y de azucenas mi vida, que hoy te reclama.
DESPERTAD
Despertad,
Que la mañana avisa que el horizonte es tuyo y mío,
Que la brisa juega con las aves y su trinar renueva los aires.
Despertad,
Que hoy el amor es tuyo y mío,
Que la soledad se ha echado a dormir muerta de sueño,
Que la vida quiso vivir y mis pasos andar contigo,
Mírame y dime sino es hermoso despertar al sol amigo.
Despertad,
Que la mañana es más tuya que mía,
Que las flores respiran lo mismo que tú respiras,
Que el silencio se hace cada vez más pequeño,
Porque el mundo nunca calla cuando está despierto.
CAMINANDO
Y aún no te hallo,
Aún no me escuchas,
Aún no puedo amarte.
Me he enterrado en silencios
Que no ha cubierto el viento,
Me he negado un futuro
Por creerlo incierto,
He batido mares y cielos
Por creerlos injustos,
He caído ante una mirada
Y con ella, la sonrisa que la acompañaba.
He desnudado mi alma,
Agigantando mis pasos
Que alguna mano llevaba,
He recorrido espacios dentro de mí,
Y aún así no te olvidaba,
He renacido en noches miles,
En las tardes he vuelto a dormir,
En el día te vi brillando,
Te hallé corriendo, te vi reír.
No me dejes la voluntad,
Déjame la esperanza de lo incierto,
Que es allí donde el amor se vuelve cierto,
Es allí donde el silencio
Se hace de un espacio inseparable por el viento.
A veces creía que era tuyo, pero nunca supe decirte cuánto.
SIN TI PERDIDO
Si mañana despertase y
De los rincones respirase un nuevo aire,
Déjame sentir tu cuerpo,
Que de auroras renace sin ser cielo, sin ser eterno,
Porque hoy no te siento mía,
Ni mañana tampoco lo serás,
Que del humo se desvanece
Donde la luz de luna no puede llegar,
Por eso no me digas que tu amor es como el mío
No me lo digas,
Hoy no.
GRITOS DE LA MENTE
Gritas en mi mente,
Alto, demasiado fuerte,
Tus caricias se vuelven toscas y duras,
Tus besos parecen olvidar dónde estoy,
Tu alma acabada
No quiere esperar una mañana,
Ni amanecer que toque tu cama,
Porque no estarás allí,
No dormirás allí.
Si del verano,
Las hojas del invierno reclamasen,
Has de saber que por fuerza del deseo
Reclamo al cielo lo que es mío,
Reclamo al aire lo que a bien dejo:
Mis manos y tus aires.
La incredulidad de la calma
Que opacada entre cadenas y amarres
Dejó que pueda llorar sobre tu alma…
FUE EN OTOÑO
Si tan sólo tu andar fuera menos sabio y tu horizonte fuera tan mío como tuyo,
Si lo que espero se hiciera mío y no de un pasado mal soñado,
Podría saber de qué se llena el vacío que siento dentro,
Sabría de qué está hecho un momento,
Y si es que éste pertenece al presente, al pasado o al futuro.
CÚLPAME
FE
Hace frío,
Tanto como tu cuerpo en cualquier frontera de tus horizontes,
Expando una llama encendida que retóricamente,
Usa sensaciones que ni mis más agudas limitaciones emplearían.
Quise decir que nunca fuiste lo que a silencios rogué que fueras,
Quise llorar cuando no tuviese dolores en pena,
Hubiera sido más fácil enterrarme donde el sol me pueda guiar,
Pero tuve miedo, y aún lo tengo,
Miedo de llorarte y miedo de creer que sabes llorar.
Hace frío,
En cada lugar que visito se siente la bruma,
Las calles irrumpen en los edificios por su falta de sueño,
Hay bulla en mis adentros, hay gente en las calles,
Pero siempre la misma suerte de ser quien eres
Castigándote por todas partes,
CULPO A LA NOCHE
Escasa,
Hice y quise lo que a fuerza el silencio
Doblegándome calló en mis ojos.
Divina malicia,
Blandas son tus mejillas
Bajo el injusto cielo del enojo.
La ira,
Opaca en mí tus manos,
Tu rostro tenuemente me despide
Y el atardecer se hace tuyo,
Y la noche que es mía, sin ti,
Pareciera ser de nadie.
La mañana
Esquiva mis pesares,
La frente de brisa renueva los males,
Mala suerte la mía que al caer sobre tus pies
Dejaron que cayese la tarde.
De mirada cansada,
La blanca luz alumbraba tu tenue rostro,
Tus mejillas despertaban junto con el cielo,
Era de mañana pero aún los cabellos cubrían tus ojos.
Tu blanca piel,
Parecía reflejar como espejo tu alma,
Tu nariz fría esperando un beso,
Tus piernas buscando abrigo sobre la cama,
Tu frente,
Mi silencio adivinaba,
Tu aliento se perdía entre el fuego extinto de la mañana,
Tu figura,
El pequeño arco de tus pestañas,
Y tu cintura a medio cubrir que despertó mi calma.
El sabor de tu boca,
Tu piel húmeda y tus rincones
Hacen que la luz se vea opaca
Debajo de tu cuerpo, bajo las sábanas.
El sudor de tu sombra,
El frenesí de tu vientre libre,
Tus uñas salvajes, tus manos delicadas,
Tu sonrisa discreta y traviesa,
Tu alma en fragancias después de amarme.
Me refiero a ti,
Tejiendo sobre mis manos aquellos deseos locos
De rozar con mis labios tu piel.
Un sueño mío,
No es más que el reflejo de mí mismo, soñando.