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El concepto de árbol lo tenemos claro en nuestra mente, porqué desde que nacemos estamos en
contacto con ellos. El árbol es, como nosotros, un ser vivo que nace, come, se desarrolla, se
reproduce y muere. El árbol es muy útil, sobre todo cuando son muchos juntos, para cortar el
viento y proteger de ráfagas violentas zonas de cultivo y otras áreas expuestas.
Sería interminable detallar todas las maneras en que los árboles inciden en nuestra forma de
vida en la ciudad, Desde proteger del viento, del sol o del ruido, decorar, brindar sombra, ser
refugio de la fauna… muchos desconocemos la cantidad de aspectos que hacen a la vida del
árbol. Podemos ilustrar con algunas preguntas básicas como ¿Para que sirve un árbol?, Como
ser vivo es miembro importante del reino vegetal: el árbol es un purificador del aire; a través de
sus hojas verdes y la acción del sol, absorbe gases malos como el CO2, producido por el fuego, la
respiración animal, emisiones de escapes de vehículos y otras fuentes. A cambio de eso, nos
regala OXIGENO, gas bueno que necesitamos para respirar y vivir.
Los pies de los árboles, que son sus raíces, penetran en la tierra no solamente para sostenerlo
firmemente de pié sino también para buscar el alimento y agua que necesita para vivir y crecer;
estas raíces además logran retener alrededor del propio árbol, la tierra que por el agua de lluvia
se desmoronaría y se iría con la corriente dejando solo las piedras; evitan por lo tanto la erosión
de la tierra, permitiendo que otras plantas, que no sean árboles, puedan seguir creciendo y
viviendo.
Reforestación
¿Qué es la reforestación?
Deforestación
¿Qué es la deforestación?
Es el cambio de una cubierta dominada por árboles a una que carece de ellos. Es la
eliminación de la vegetación natural.
En México la primera causa de deforestación es el desmonte agropecuario,
seguido por la tala ilegal y los incendios forestales.
Preparar el suelo
A los árboles y arbustos recién plantados les gustan los suelos sueltos que faciliten
el drenaje. Algunas personas recomiendan añadir al hoyo correctores del suelo, que
son materia orgánica como la composta o el estiércol seco. Sin embargo, la
tendencia actual es rellenar el hoyo con la misma tierra que se quitó al cavar al
hoyo para plantar. Esto dará como resultado un sistema de raíces más fuerte.
Si desea agregar fertilizante, mézclelo con la tierra en este momento. Utilice uno de
tipo orgánico, como la harina de hueso o alguno especialmente formulado para su
planta. En este estadio, las raíces de la planta son muy delicadas, por lo que debe
tener cuidado de no quemarlas añadiendo demasiado fertilizante.
Ubicación y plantación
Nunca levante un árbol por el tronco, pues podría dañarlo. Agárrelo siempre por el
cepellón o la maceta. Coloque la planta a la misma altura que tenía en su maceta.
No cubra el tronco con más tierra de la necesaria y NO plante demasiado profundo.
Oriente el arbusto o el árbol en la dirección deseada.
• Para sacarlo de la maceta, déle unos golpecitos a los lados y deslícelo hacia
afuera. Si no se desprende, corte la maceta. Antes de colocar el árbol o el
arbusto en el hoyo, afloje todas las raíces que estén muy pegadas.
• En el caso de un árbol en cepellón, afloje la tela sólo por la parte del tronco:
el yute se desintegrará en poco tiempo. Si el cepellón está protegido por una
tela sintética, retírela de los costados con cuidado, pero nunca del fondo.
• Plantar árboles y arbustos con la raíz desnuda es algo ligeramente diferente.
Prepare un lecho de tierra en forma de cono en el fondo del hoyo para que
las raíces se asienten en él. Coloque las raíces sobre el cono y compacte la
tierra de alrededor.
Tanto si se trata de una planta con la raíz desnuda, como de una en cepellón o en
maceta, evite tocar las raíces mientras planta.
Lista de comprobación para después de plantar
No se detenga ahora, ya casi está listo. Estas últimas indicaciones pueden marcar la
diferencia entre el éxito y el fracaso:
• La poda sólo es recomendable cuando se trata de quitar ramas rotas o
muertas. Algunos frutales necesitan que los poden para darles forma y
eliminar ramas con el fin de estimular la producción.
• Sujetar con estacas un árbol recién plantado no siempre es necesario. Los
árboles grandes pueden necesitar apoyo. Los árboles más pequeños crecen
mejor cuando se les permite establecerse naturalmente. Si pone estacas,
asegúrese de que la cuerda o el alambre no penetren la corteza del árbol.
Puede utilizar trozos de manguera vieja para que sirva de almohadilla entre
la cuerda y el tronco. Si vive en una zona de vientos fuertes, sujete con
estacas todos los árboles nuevos.
• Fertilizar un arbusto o un árbol recién plantado es una práctica muy
discutida, ya que el uso excesivo del fertilizante puede quemar las raíces. Si
no agregó ningún fertilizante al plantar, elija algún suplemento orgánico o
siga las recomendaciones impresas en la etiqueta de la planta. Si usted no
fertiliza al plantar, es una buena idea comenzar a hacerlo durante el segundo
año de crecimiento.
• El riego no es optativo. Cuando se planta, hay que regar a conciencia. Cree
una zona alrededor de la planta donde se acumule el agua; para ello,
levante un montículo de tierra de 2" o 3" de altura para formar una cuenca
recolectora. Mantenga el riego durante uno o dos años, especialmente
cuando el tiempo esté seco.
• El abono orgánico ayuda a mantener el suelo húmedo, pero no permita
que toque el tronco del árbol o del arbusto, ya que la humedad podría pudrir
la corteza.
Si sigue estas instrucciones, su nueva planta rebosará belleza y salud en su jardín
durante muchos años.