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Por Fidel Belmares Hernándezi
La respuesta es definitivamente, sí. Hay que ir a votar pero con conciencia porque quizá sea la última
oportunidad de reformar este sistema político nauseabundo y pestilente por la vía pacífica, ya que está
dando pasos acelerados hacia su descomposición total y de ahí no hay más que un paso a la violencia
desatada de todos aquellos que no encuentran salida a sus demandas de justicia, porque quienes
detentan el poder son ciegos y sordos a los ruegos, peticiones o exigencias de que se gobierne para
todos y no nadamás para una pequeña elite de amigos de los grupos de poder.
¿Qué es votar en conciencia? Votar por los candidatos menos malos, analizar su trayectoria y su
congruencia, su desempeño en los cargos públicos que hayan ocupado, su prestigio como profesionistas
o como trabajadores, como ciudadanos, pero sobre todo, analizar al partido que los promueve al cargo
de elección popular, así como al equipo de colaboradores más cercanos que le apoyan en la campaña
porque serán quienes ocuparán los puestos que se generen alrededor del cargo público en disputa y
finalmente la plataforma y programa político que promete ejecutar el candidato en caso de ganar.
Votar en conciencia también implica reunirse y platicar con amigos y vecinos para discutir la
información que existe sobre el candidato en cuestión, para tratar de votar en bloque y así impulsar al
candidato que garantice de mejor manera la defensa o apoyo a las necesidades y demandas de las
mayorías. Es decir organizarse de manera consciente para llevar al poder al candidato más adecuado,
pero también permanecer vigilantes y atentos para que una vez que el candidato acceda al poder
publique un programa de cumplimiento de los compromisos adquiridos en campaña y que no haga lo
que hasta ahorita vemos, que los políticos que llegan se olvidan de pronesas y se alían a quienes decían
combatir por sus corruptelas o por sus posiciones contrarias al beneficio de la mayoría de la población.
De actuar de esa manera, aquellos que traicionen su palabra pueden ser denunciados y la población
unida podrá cortarles las aspiraciones a seguir viviendo de la política.
¿Es posible encontrar candidatos en los que se pueda confiar? Es sumamente difícil, casi se podría
decir que imposible y más con los escándalos que se han suscitado en los últimos años en la política
mexicana, recreados a través de los libros de Ahumada y Madrazo desnudando la corrupción de
Salinas, Zedillo y Fox, o la entrevista dada por el expresidente Miguel de la Madrid Hurtado a la
periodista Carmen Aristegui, donde queda claro que ninguno de los partidos grandes se salva de tener
una historia de intrigas y traiciones a sus electores y hasta a la patria, en su lucha por el poder, pero
también conocemos el origen y trayectoria de los partidos chicos y sus dirigentes que han hecho
usufructo de los mismos en forma caciquil o patrimonialista como si fuera una empresa propia, sin
importarles que los recursos que se les asignan son públicos.
Si el sistema de partidos no es confiable, ¿qué sentido tiene participar en esa farsa? Mucho, porque la
única forma de acceder al poder de este país de manera constitucional y por lo tanto pacífica es a través
de los partidos políticos, la otra tendría que ser a través de la lucha armada y esa implica un terrible
sufrimiento para la mayoría de la población y no garantiza que se logre el triunfo de la democracia y la
justicia, como se vio en toda América Latina durante el siglo XX, incluido México con su revolución,
ya que muchos políticos del sistema opresor, al no tener principios ni ideología, cambian de bando y
con actitudes de falso patriotismo prosiguen en el poder y una vez terminado el conflicto, con las
consecuencias de destrucción, miseria y atraso, abren las puertas para que regresen las mismas familias
de los poderosos contra los que realizó el levantamiento, para restaurar los gobiernos oligárquicos.
La historia nos demuestra que cuando una población se harta de un sistema o de un gobierno lo puede
cambiar por la vía pacífica con inteligencia, organización y movilización, mediante las votaciones, a
pesar del podrido aparato electoral y del corrupto sistema de gobierno y de partidos como lo están
haciendo varios países de América Latina. El ejemplo más claro lo dio la población de la Ciudad de
México en 1987, donde a pesar de la voluntad fraudulenta del gobierno priísta y de la alianza con el
panismo, con los medios de radio, televisión y la mayoría de la prensa escrita, con la oligarquía
empresarial y varios de los partidos chicos, la población votó masivamente por el PRD y gracias a una
sostenida movilización durante la campaña electoral, se hizo imposible la comisión del fraude electoral
y tuvieron que dejar el poder en manos de Cuauhtémoc Cárdenas.
Se dirá que de nada sirvió aquella gesta heroica de la población del DF, si finalmente muchos de los
políticos que encabezaron aquella rebelión pacífica, hoy se encuentran tocados por la corrupción y la
borrachera de poder. Eso es cierto en parte, ya que es lo que los medios nos quieren hacer creer, que la
Ciudad de México está igual de atrasada, cultural, social, económica y electoralmente que el resto del
país. Nada más alejado de la realidad.
Sin negar el daño que le han hecho a la izquierda los políticos corruptos que se encuentran en muchas
de las instancias de poder en los puestos públicos del Gobierno de la Ciudad de México y sus
Delegaciones Políticas, con el acceso al poder del PRD, por exigencia de la base se instrumentaron
formas de gobierno mucho más favorables a las mayorías que en el resto del país. La política social del
Gobierno del Distrito Federal es un modelo a seguir en el combate a la pobreza, ya que una gran parte
de su gasto está orientado a la ayuda de los que menos tienen, para lo cuál a lo largo de los gobiernos
de Cuauhtémoc Cárdenas, Rosario Robles, Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard se han
instrumentado diversos programas de apoyo a la población que garantizan a las familias más pobres los
recursos necesarios no sólo para su susbsistencia como es el caso de los programas del PRI y del PAN,
sino acceder a una vida más decorosa para las futuras generaciones a través del estudio. Dichos
programas son: apoyo a los adultos mayores, apoyo a madres solteras, seguro de desempleo, becas
escolares, libro de texto gratuito para secundarias, entrega de uniformes y útiles escolares para las
escuelas de educación básica, construcción de diecisiete preparatorias y una universidad con cuatro
campus universitarios totalmente gratuitas, programa de medicamentos gratuitos y construcción de
hospitales de especialidades con atención gratuita. Todos estos programas han sido institucionalizados
en forma de leyes, por lo que no quedan sujetos a los vaivenes del gobierno en turno, como sucede en
otros estados y hasta a nivel federal, donde se han copiado algunos de ellos, siempre con fines
electoreros, pero siempre con menor cantidad de recursos y de manera desarticulada, de tal manera que
al no incidir simultáneamente en las familias, tienen poca eficacia en el combate a la pobreza.
Todos esos programas han sido combatidos ferozmente por los empresarios, los banqueros, los medios
de comunicación, los gobiernos priístas y panistas estatales, el gobierno federal, la clase media
ignorante y adivinen por quien más: la iglesia católica, el Fondo Monetario Internacional, el Banco
Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Comunidad Europea y la Organización Mundial de
Comercio (OCDE), es decir todos los representantes del neoliberalismo en la tierra.
Pero eso no es todo, sistemáticamente se han hecho obras por toda la ciudad, de tal manera que su
transformación desde que llegaron los gobiernos perredistas es más que evidente. Se construyó una
límea nueva del metro, se terminó una inconclusa de los gobiernos del PRI y en la actualidad se ha
emprendido una nueva. Se remozó y embelleció todo el centro histórico de la ciudad y los vendedores
ambulantes dejados como herencia de los gobiernos del PRI y que prácticamente habían invadido todas
esas calles, han sido confinados a una veintena de plazas comerciales, sin ejercer una violencia extrema
sobre ellos y algo muy importante, sin un solo muerto. Se lavaron prácticamente todos sus edificios, se
adoquinaron casi todas las calles, se ham embellecido las principales avenidas como reforma,
Insurgentes, Congreso de la Unión y muchas más y el zócalo de la ciudad ha sido permanentemente
sede de eventos culturales, desde conciertos hasta exposiciones de obras de arte, ferias de libros, pistas
de patinaje en hielo y lugar de manifestaciones de inconformidad por todo tipo de organizaciones
ciudadanas en la más absoluta calma. Cabe aclarar que se han presentado en la plancha del zócalo los
más reconocidos artistas de nivel internacional y nacional y todo ello de manera gratuita, para que los
ciudadanos que no tengan dinero para ver a esos destacados artistas, también los puedan ver sin
desembolsar ni un peso, para que no solo los que tengan dinero puedan disfrutar de buenos
espectáculos. Lo mismo sucede con el resto de los eventos. Y una cosa importante, con menos
presupuesto de lo que gozaba la ciudad en los tiempos del PRI.
Dicha política de obras y cultural se reproduce en cada una de las delegaciones políticas del D. F. por lo
que las oportunidades para los ciudadanos se multiplican, no solo en el aspecto comercial y cultural
sino en el empleo, ya que permanentemente esas obras dan trabajo a miles de capitalinos y hasta a
personas de los estados y municipios vecinos con la consecuente derrama económica.
Las obras de pavimentación y remozamiento se dan en toda la ciudad y aún se han realizado obras de
vanguardia en el país como ha sido la construcción de un segundo piso en el periférico que en su
momento fue criticado y satanizado por los medios de comunicación, pero que hoy nadie discute la
importancia que ha tenido esta obra, además de una serie de puentes vehiculares de largo recorrido que
se han hecho por toda la ciudad, lo que está dejando una vialidad más rápida. Todas esas obras han sido
construidas con nuestros impuestos y por lo tanto su uso es gratuito y tenemos el tramsporte público
más barato del mundo. Aclaro lo anterior porque Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de
México, donde se comparte una zona urbana casi del mismo tamaño que rodea a la Ciudad de México,
a pesar de que en su tiempo descalificó las obras del segundo piso, hoy al ver su éxito, se apresta a
construir otro tramo del segundo piso del periférico al norte, en su territorio, pero, ¿qué creen?, planea
cobrar peaje a los automóviles que circulen por ahí y el costo del pasaje en esa zona es varias veces más
caro que en el D. F.
Mientras tanto, durante el mismo tiempo ¿qué han hecho los gobiernos priístas y panistas de los estados
y el federal?
Bueno, cuando el PRD llegó al poder los gobiernos priístas, tanto federal como estatales, prácticamente
estaban paralizados de tanta corrupción y latrocinio que cometían en todos los niveles, así como por la
pesada deuda externa e interna que habían contratado y que en su mayor parte se habían robado y
quisieron estrangular al gobierno de la Ciudad de México, para lo cual trataron de disminuirle el
presupuestoen la cámara de diputados con la complicidad del PAN y de varios de los partidos chiquitos
(PVEM y otros ya desaparecidos), pero con movilizaciones los ciudadanos capitalinos se lo impedimos,
aunque no se pudo lograr que se aumentara a pesar del desastre que había dejado el gobierno de
Espinoza Villarreal. Cuando esos gobiernos vieron que se iniciaban los programas de apoyo a adultos
mayores y a madres solteras desataron un escándalo terrible a través de los medios de comunicación
atacándolos por populistas, alegando que en lugar de invertir el dinero en las obras que se requerían se
le estuviese regalando a aquellos que ya no producían, a pesar de que se observaba que las obras se
estaban realizando de mejor y más rápida manera que en el resto de los estados, pero como ya se había
hecho costumbre que los apoyos solo se diésen a banqueros, ricos comerciantes y empresarios, no
podían tolerar que ahora se fuesen a otras manos. Lo mismo sucedió con casi todos los programas y las
obras viales o los proyectos de transporte, pero a pesar de todo, la popularidad de los gobernantes del
D. F. aumentó, por lo que el gobierno Federal de Zedillo y después el de Fox, tuvieron que implementar
copias de muchos de los programas, por ejemplo, tuvieron que dar el libro de texto gratuito en todas las
secundarias del país y hacer también un programa de apoyo a adultos mayores, pero con la diferencia de
que ni los han hecho ley, ni los han acompañado con otros que impacten en las mismas familias para
salir de la pobreza y las cantidades económicas son más reducidas. Claro, eso enfureció a los ricos y
gobernantes del PRI y del PAN hasta el límite de hacerle fraude a López Obrador en las elecciones del
2006, para impedir que el presupuesto federal (que ese si es jugoso) fuera a dar a las manos de las
familias pobres como lo había anunciado de llegar a ser presidente de México.
Hay que reconocer que a partir de lo que se inició en el D. F. en 1987, los gobiernos estatales se vieron
obligados a implementar algunos programas que imitaran lo que se hacía en el D. F., pero nunca con la
voluntad de mejorar la distribución de la riqueza y combatir a fondo la pobreza extrema sino como
programas asistenciales dirigidos a los más pobres para evitar el escándalo internacional se mueran de
hambre y siempre presentándolos como una dádiva que hay que agradecer al gobernante en turno con
votos y no como una obligación de los gobiernos, consagrada en la constitución de nuestro país.
Todo lo anterior nos da idea de que los gobiernos del PRD son mucho mejores que los del PRI o los del
PAN, pero no nos debe llevar a olvidar todas las tropelías cometidas por el PRD y sus gobernantes,
como los videoescandalos de Bejarano e Imaz, o el de Gustavo Ponce jugando en las Vegas o a Octavio
Flores Millán robándose el dinero de su delegación o Rosario Robles manteniendo amoríos con un
corrupto empresario que finalmente los hundió a todos, o la traición de los diputados y senadores de
Nueva Izquierda de Jesús Ortega aprobando leyes contrarias al pueblo de México en contubernio con el
PAN y el PRI, y a los funcionarios de gobierno y del partido de todas las delegaciones políticas del D.
F. repartiendo despensas para defraudar el voto de los ciudadanos en las elecciones internas y haciendo
toda clase de prácticas fraudulentas que siempre se le criticaron al PRI y que también cometió el PAN
en el 2006, porque esa es una traición de innumerables funcionarios del PRD contra su propio partido y
contra el pueblo de México que tenía la esperanza de que fueran mejores gobernantes.
Pero tampoco debemos de olvidar que la forma de gobierno instituida por el PRD, al estar plasmada en
leyes, obliga a sus gobernantes a asignar recursos para cumplirlas y eso trae como consecuencia que
tengan menos dinero para robar, además de que debemos reflexionar y no dejarnos manipular por la
televisión, entendiendo que si a los políticos de los otros partidos no los hemos visto en videos con las
maletas llenas de dinero es porque no son tan rupestres como los políticos del PRD, ya que ellos hacen
tranferencias electrónicas que no dejan huella y si no nadamás veamos lo que el propio expresidente
Miguel de la Madrid dijo de Salinas o Lino Korrodi dijo de los amigos de Fox y de sus hijastros.
¿Entonces debemos de votar por todos los candidatos del PRD?, claro que no, el PRD está infestado de
corruptos que han llegado sobre todo del PRI y se les ha hecho candidatos sin que hayan tenido trabajo
de base con la población. Quien ha mostrado mayor congruencia política y no ha plegado banderas a
pesar de sus deficiencias y múltiples errores ha sido López Obrador y por ello es el político más odiado
por la oligarquía y por el PRI y el PAN y con él debemos ponernos de acuerdo para votar.
Profesor de tiempo completo de la UNAM
i
Ex Secretario Técnico de la Comisión de Educación de la ALDF
Investigador en Cultivos Hidropónicos