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Masajes
M. Dufour
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probablemente aún más cierto para el masaje solo, que vehi- existen prácticamente formalismos en cuanto a la desnudez
culiza una subjetividad mayor que un ejercicio reeducativo. en la vida cotidiana, no obstante, exceptuando los motivos
eróticos de la India antigua, el arte se conjuga siempre con
Síntesis: un enfoque práctico vestimentas y adornos extraordinarios, mientras que en
Occidente la desnudez fue desde muy temprano sospecho-
De los diferentes niveles mencionados anteriormente, se sa en la vida cotidiana pero perfectamente admitida en un
puede retener que limitarse a uno de ellos, cualquiera sea, contexto artístico (escultura, pintura, etc.). Por otra parte,
es un error. El masaje hace intervenir al mismo tiempo la se sabe que ciertas épocas han llegado al laxismo más per-
subjetividad intuitiva, el rigor metódico de maniobras ela- misivo en el «comercio del cuerpo», mientras que otras han
boradas en base a una justificación lógica y, en el mejor de sido netamente más reaccionarias al respecto.
los casos, el conocimiento de una validación experimental. El cuerpo nunca dejó indiferente y las menores necesidades
Simplemente hay que ponerse de acuerdo sobre el término cotidianas recuerdan a los olvidadizos que no se lo puede
«científico», cuya raíz latina es scire: saber. ignorar. La mano que lo toca suscita un acto donde los dos
Existe una diferencia entre «saber» todo sobre la molécula protagonistas están comprometidos en un mismo diálogo;
de cloruro de sodio y «saber» salar la sopa. Estos dos aspec- la cuestión es definir el sentido.
tos del «saber» son diferentes, complementarios, no nece-
sariamente relacionados entre sí; no tiene sentido elegir Historia
entre uno u otro, hay que admitir la pluralidad de procedi-
mientos correctos que permiten obtener eficacia en un Si bien en la Antigüedad han surgido ejes de medicina,
dominio tan complejo como el del ser humano. éstos tuvieron una evolución particular según los continen-
En este capítulo se tratará el masaje en dos partes: por un tes. En Europa, después de los temores medievales, el
lado sus generalidades, su historia, sus clasificaciones, sus Renacimiento acentuó el impulso anterior, pero fue nece-
efectos, los principales métodos, y por el otro su práctica, sario llegar al siglo XIX para conocer una verdadera revo-
por regiones, con los puntos fuertes de lo que puede espe- lución gracias al progreso de la cirugía militar, los comien-
rarse de ciertas maniobras o posiciones. zos de la anestesia y de los medicamentos modernos, la era
de Pasteur, y por último, al siglo XX con las dos grandes
guerras causantes de inválidos mayores y las exigencias de
reconocimiento de la reparación. Médicos y cirujanos evo-
Generalidades e historia lucionaron y a su vez las religiosas enfermeras fueron reem-
plazadas por cuerpos de enfermero(a)s y personal paramé-
Masaje y cuerpo dico o auxiliares médicos.
La palabra «masaje» data de la antigüedad del hombre. La La kinesiterapia, recién llegada, conjugó dos grandes orien-
lingüística la relaciona con el término griego massein, que taciones terapéuticas: el masaje y las técnicas movilizadoras,
traduce la acción de frotar, o el hebreo massech, que indica tanto pasivas como activas, analíticas o gimnásticas, con la
la acción de palpar, o incluso el término árabe mass, con el base fisioterápica como adyuvante.
mismo significado. El término latino manus, mano, se pare-
ce bastante al sánscrito manas, que expresa la acción de Masaje actual
pensar, lo cual probablemente no es un azar cuando se sabe El «masajista diplomado» heredó un pasado impreciso
cuánto se relaciona la inteligencia con la mano [51]. donde el masaje fue asimilado alternativamente a una prác-
Posiblemente la acción de «masajear» se remonta al tica higiénica, a un lujo, a una práctica «de riesgo» (que
momento de liberación de la mano al servicio del miembro explica la moda de los «masajistas ciegos» en una época),
superior. Este instrumento polimorfo permitió al hombre incluso a una credulidad ligada al «magnetismo». Este pasa-
imponer su voluntad de modo más preciso y sutil que por el do reciente, poco valorizante, sugirió a algunos masajistas
uso de dientes o uñas: el tacto, la captación y el golpe diri- que la madurez profesional se traduciría por una práctica
gido enriquecieron el contacto, tanto para atacar o defen- más «técnica», con aparatos de masaje, vibradores impo-
derse, como para acariciar o «hacer bien». Se podría nentes, rodillos diversos. El fracaso lógico del abandono de
remontar incluso a un período anterior al hombre y decir la mano hace que ésta vuelva actualmente a su lugar legíti-
que ya en el animal la lamida constituyó probablemente la mo: interfase ineludible entre el cuerpo del terapeuta y el
forma más antigua de «cuidado del cuerpo». del paciente. Boris Dolto [11] supo ilustrar esta imagen
De modo más histórico, se sabe que los pueblos antiguos aliando contacto manual, riqueza manipulativa del masajis-
tuvieron varios ejes de prácticas «médicas»: el de la magia ta y efecto significativo de la relación terapéutica.
pura y simple con encantamientos, los ritos a los dioses
curanderos, más tarde el de la farmacopea naciente con
drogas, plantas medicinales y preparaciones diversas, segui-
do por el de los comienzos de la cirugía de terreno, con tre-
Preguntas sobre el masaje
panaciones y amputaciones, por último el de las manos,
práctica que se encuentra por todas partes en los ensalma- Sacar en limpio los diferentes elementos que deben abor-
dores de todas las épocas, curanderos, masajistas, higienis- darse para estudiar el masaje significa plantearse preguntas
tas y gimnastas. La mano participa además en las diferentes muy simples: ¿por quién? ¿para quién? ¿cuándo? ¿por qué?
elaboraciones recién mencionadas, por la imposición de las ¿cómo? ¿dónde? ¿con quién? ¿durante cuánto tiempo?
manos, la manufactura de los ingredientes, el manejo del Estas rúbricas tienen una importancia variable pero permi-
escalpelo, el masaje. ten decir lo esencial, dado que a menudo las cosas simples
Estas formas primitivas duraron mucho tiempo, hasta la son las que se olvidan antes.
época moderna, con variaciones según las épocas y las moti-
vaciones. Estas últimas son difíciles de analizar ya que el ¿Por quién?
contacto del cuerpo siempre fue y será un acto «grave», cua- Tal como se ha presentado el masaje, su ejercicio requiere
lesquiera sean las variables de lugar y momento. dos cualidades cuya coexistencia no es evidente: altas cali-
En efecto, sin pretender hacer un ensayo sobre el cuerpo, dades manuales e intuitivas, así como un buen espíritu de
se puede señalar, a título de ejemplo, que en Oriente no análisis asociado al conocimiento patomecánico de las lesio-
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bras de masaje. Según las épocas, el lenguaje y la práctica o
no de un rigor de análisis, se encuentran clasificaciones difí-
ciles de hacer coincidir y a veces incluso incomprensibles en
la actualidad. Así se han descrito cosquilleos, malaxaciones,
caricias, deslizamientos, molestias, rozamientos, palmadas,
torsiones, reptaciones, plumeados, sobados, etc. Actual-
mente se describen clásicamente siete maniobras de masa-
je, que, según los autores, han sido luego matizadas con
algunas modificaciones [6].
Presiones superficiales con deslizamiento
Denominadas todavía «rozamientos», son maniobras que se
dirigen por naturaleza al revestimiento cutáneo. Se ejecu-
tan con un simple contacto de la mano, sin presión fuerte, 1 El rozamiento requiere una superficie variable de las manos o de
los dedos.
generalmente en el sentido de la yema de los dedos, cuyo
extremo es más sensible y móvil para amoldarse a los relie-
ves (fig. 1). Se destinan principalmente a la sensibilidad
superficial, ya sea como simple elemento de toma de con-
tacto con una región, ya sea para lograr cierta insensibiliza-
ción de los tejidos al cabo de unos instantes por su efecto
hipoestenizante si se realizan lentamente. Hay que señalar
que su práctica puede tropezar con reacciones de tipo «cos-
quilleos» en algunas personas, que a veces pueden ser dolo-
rosas sobre ciertas celulalgias, o simplemente mal percibi-
das en el plano psicológico debido a su semejanza con las
caricias. Es importante recordar que toda maniobra debe,
implícita o explícitamente, ser objeto de una justificación o
de un contrato mutuo con el paciente, para evitar malen-
tendidos que no siempre se descubren en el momento, y
ello cualquiera sea su naturaleza. A veces se dice que los 2 La presiones profundas con deslizamiento permiten una acción
rozamientos constituyen una maniobra de toma de contac- en profundidad.
to con la que comienza toda sesión de masaje, lo cual no es
exacto. En efecto, la toma de contacto comienza al tocar al
paciente durante la instalación, con los gestos de actualiza-
ción de la evaluación que preceden espontáneamente cada
sesión, y sería ridículo disociar estos contactos para «reco-
menzar de cero» en el momento del masaje. Los autores
han expresado algunas reservas concernientes a estas
maniobras, recordando que nada debe ser sistemático.
Presiones profundas con deslizamiento
Sólo se diferencian de las precedentes por una presión más
intensa a nivel de la zona masajeada. Esto significa que estas
maniobras se dirigen principalmente a las capas profundas:
tejido subcutáneo, músculos, planos capsuloligamentarios
(fig. 2). Las variantes posibles multiplican de modo consi-
derable el aspecto de su práctica. Una variación que consis- 3 Las presiones estáticas exigen una buena estabilidad de los con-
te en deslizar la yema de los cinco dedos separados se deno- tactos.
mina masaje «en peine» por razones fáciles de comprender,
siendo una adaptación morfológica a regiones como las
zonas intercostales, intermetacarpianas, etc. colocación fija de la mano sobre un sector. Partiendo de
este punto, la mano se desplaza tangencialmente a los teji-
Presiones estáticas
dos permaneciendo siempre solidaria del plano cutáneo.
Se trata de ejercer una simple presión, localmente, lo que En otras palabras, el masaje se efectúa entre este último y
se resume a un tiempo más o menos rápido de acentuación un plano más profundo, muscular o ligamentario según la
de la presión manual, un tiempo de mantenimiento y por localización (fig. 4).
último un tiempo de aflojamiento (fig. 3).
Existen dos variantes de estas maniobras. Las denominadas «Amasamiento»
«presiones escalonadas», que como su nombre lo indica son Es probablemente la maniobra de masaje más sugestiva de
idénticas pero se suceden con un ligero desplazamiento de la práctica corriente ya que se distingue fácilmente y pare-
la o de las manos en un sentido u otro, y las «presiones rit- ce resumir todo lo que el profano espera de un masaje,
madas» donde la sucesión entre dos maniobras correspon- especialmente de carácter deportivo. Esta maniobra ilustra
de a un ritmo determinado. Estas técnicas se utilizan espe- un movimiento simple: el de amasar, consiste en asir un
cialmente a nivel de los puntos de contractura muscular o pliegue más o menos amplio de tejido, con las dos manos y
en las zonas de troncos venosos para actuar sobre la circu- efectuar un movimiento de presión alternada de las manos,
lación de retorno. ya sea en el lugar o progresando en algún sentido. A partir
de esta base, algunos distinguen dos variantes: el amasa-
Fricciones miento transversal (fig. 5), en el cual las manos se colocan
Contrariamente a su sentido popular, la fricción no corres- perpendicularmente al miembro y pueden así progresar
ponde al frotamiento de una zona sino por el contrario a la hacia la parte distal o proximal; y el amasamiento longitu-
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6 El amasamiento longitudinal
exige una ubicación en el
eje del paciente o paralelo.
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7 La duración de un masaje transversal profundo obliga a adoptar 9 Al «desatar nudos» la alternancia de los pulgares ayuda a progre-
posiciones más económicas. sar en reptación.
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En ritmo
Es una modulación diferente de la velocidad ya que se refie-
re simplemente a la frecuencia, es decir el tiempo transcurri-
do entre dos maniobras. En el ejemplo precedente, cuando
se pasan las manos sobre un muslo, si una mano actúa y la
otra espera que la primera termine para comenzar, incluso
con un tiempo de latencia, se dice que el ritmo es lento. En
cambio, si la segunda mano sigue a la primera antes de que
ésta termine, se habla de ritmo rápido. Se pueden por lo
tanto imaginar maniobras lentas con ritmo rápido y viceversa.
En dirección
La elección de una dirección permite variar los efectos de
ciertas maniobras, según sean centrípetas o centrífugas,
11 El «trazo estirado» requiere planos cutaneoconjuntivos en situa-
transversales a las fibras o longitudinales, etc. Así, pueden
ción mecánicamente neutra para engancharlos más fácilmente. describirse técnicas en «estrella», movimientos circulares o
lineales, trazos que siguen los relieves óseos, etc. La creencia
popular dice que hay que masajear «hacia el corazón», sim-
plemente porque a menudo se tienen en cuenta las frecuen-
Modulaciones de las maniobras de base tes dificultades de circulación de retorno. En realidad, todo
Las maniobras de masaje tal como se han descrito están depende de la dominante que se da, y se puede masajear en
vacías de sentido, en el estado. Para alcanzar el nivel de len- cualquier dirección mientras responda al objetivo fijado.
guaje eficaz hay que conocer sus modulaciones. Las manio- En función del estado de tensión de los tejidos
bras son modulables al infinito en función de los paráme-
No se trata tanto de la modulación de una maniobra sino
tros físicos que hay que utilizar. Se puede hacer la compa-
del modo de realizarla sobre un tejido cuyo estado de ten-
ración con un discurso en el cual el orador habla con una
sión, pasiva o activa, hay que saber variar. Hay dos tipos de
voz de síntesis, sin variaciones de velocidad, de intensidad u
tejidos: el no contráctil y el contráctil. El primero com-
otras. No hay que olvidar la evidencia: el hombre puede ser
prende la piel y su conjuntivo, los elementos aponeuróticos,
movilizado por la acción de la mano y puede ser invitado a
los ligamentos. Estas estructuras pueden ser masajeadas en
reaccionar. El desconocimiento de las riquezas de masaje lo
situación neutra, es decir en posición de tensión interme-
reduce a algo insípido y significa la negación de su práctica;
dia, denominada de reposo. También pueden ser masajea-
a veces conduce a descubrir lo que algunos creen que son
das en estiramiento, para actuar especialmente en el senti-
«nuevos métodos».
do de la deformación frente a un estado retráctil. Inver-
Las modulaciones existentes son principalmente las samente, se las puede masajear en posición muy acortada,
siguientes.
para poder tirar transversalmente con más facilidad de
En superficie de contacto determinadas estructuras. Estas modulaciones también son
La superficie a masajear se define claramente, en cambio válidas para el tejido contráctil (conjunto musculotendino-
raramente se habla de la zona que masajea. Algunas perso- so), pero se puede sumar una nueva opción: contracción o
nas masajean con la palma de las manos, manteniendo los relajación. A priori, parece más lógico, o frecuente, masa-
dedos rígidos, otras, por el contrario, utilizan la yema de los jear los músculos en estado de relajación. No obstante, fren-
dedos, manteniendo la mano ahuecada. Hay que saber te a una falta de aflojamiento puede justificarse el hecho de
variar la superficie masajeante en función de las necesida- provocar una contracción mayor del músculo concernido
des, desde el extremo de la yema de un solo dedo, como en para actuar «palpatoriamente» guiando la relajación como
el MTP, a toda la superficie de los dedos, de las manos e se puede realizar con la técnica de Jacobson. Inversamente,
incluso del antebrazo, como puede ocurrir en una zona sobre un músculo hipotónico, el masaje realiza lo que Dolto
amplia como la región dorsal. Entre estos dos extremos denominaba «un bombardeo sináptico» solicitando de la
todos los matices son posibles. La incapacidad de variar la maniobra una contracción naciente y/o insuficiente. El
superficie masajeante es una falta de competencia profesio- error consistiría en interrumpir el masaje durante la con-
nal; ésta debe manifestarse de entrada por antebrazos des- tracción, lo que tendría como resultado una alternancia
nudos sin anillos (excepto la alianza, cuyo relieve es insig- masaje-contracción sin finalidad comprensible.
nificante), ni pulseras, ni reloj, ni mangas largas. La utilización de la contracción muscular tiene otro objeti-
vo. Por ejemplo, cuando se acaricia un gato, pasando la
En intensidad mano de la cabeza a la cola, toda la espina dorsal del animal
Aquí también la modulación va de un mínimo a un máximo: viene como una onda a rozar la mano, etapa por etapa. Se
del simple contacto sin apoyo a una presión calculada al ha entablado un diálogo propioceptivo. Con un paciente es
máximo soportable. Esto permite pasar de un apoyo liviano, necesario exigir este nivel de receptividad y confrontarlo a
como en un drenaje linfático manual, a una presión más las adaptaciones tónicas que pueden alimentarlo y permitir
fuerte cuando se quiere aprehender un tejido profundo. correcciones. Esto no es evidente para nadie: ni para el
masajista, que debe solicitar sin perder el contacto ni inte-
En velocidad de ejecución
rrumpir la acción; ni para el paciente, que debe integrar y
Esta variación se refiere al tiempo empleado para ejecutar aprender a afinar la respuesta, aflojar una crispación refleja.
una sola maniobra. Por ejemplo, el tiempo que tarda la
mano en recorrer un muslo deslizándose de un extremo al «Sacudida» muscular
otro puede variar entre una fracción de segundo y varios Hay una tendencia excesiva a considerar que la maniobra
segundos. Lógicamente, la velocidad rápida tiene un carác- terapéutica debe ser «suave, prudente y progresiva», actitud
ter estimulante y la lenta un aspecto sedante. cuidadosa que conduce a masajear una estructura inmóvil.
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La movilidad molesta, lo que puede desequilibrar la cómo- su comportamiento de modo considerable. Además del no
da instalación del paciente en sus almohadones y la somno- respeto del secreto profesional, esta situación es suficiente-
lencia resultante. mente «molesta» para evitarla en lo posible.
Es necesario repetir que el «masaje» es un «mensaje» y que Por razones equivalentes, el paciente debe poder sentirse en
todos los medios son buenos para vehiculizarlo: la moviliza- confianza, sin riesgo de ser visto desde el exterior, por una
ción de las masas musculares por acción de las manos es un puerta abierta de improviso, cuando se trata de una cabina
ejemplo concreto. Esta movilidad puede ser conducida con o consultorio, lo cual condena de entrada el trabajo con la
lentitud, pero también puede lograrse con sacudidas más o puerta abierta. Se puede decir que a veces, sobre todo en
menos rápidas, ya sea con la mano o mediante la moviliza- hospital, ciertos masajes son ejecutados en forma suficiente-
ción del segmento, en función del objetivo buscado. mente parcial para permitir su práctica en una sala de ree-
ducación común. También, puede ocurrir que por razones
Acoplamiento de la movilización pasiva
que sólo el profesional puede evaluar, no sea aconsejado tra-
Es una prolongación de la idea precedente, como la nece- bajar «en forma individual»: ya sea porque el paciente no se
sidad de modular la tensión pasiva de una estructura (piel, siente debidamente en confianza, correspondiéndole
músculo, ligamento, fascia, etc.) ya mencionada. En la prác- entonces al terapeuta plantear la cuestión del «por qué», ya
tica esto cambia muchas cosas: para no tener que inte- sea porque es este último quien no se siente suficientemen-
rrumpir la acción conviene prever las posiciones mejor te cómodo con un enfermo, cualquiera sea la razón.
expuestas en función de eventuales estiramientos segmen- En conclusión, conviene favorecer el clima de concentra-
tarios simultáneos, de movilizaciones específicas absoluta- ción que resulta de cierto aislamiento en función del riesgo
mente vinculadas al masaje.
de perturbaciones ambientales, pero esto no debe ser vivi-
do como un encierro, generador de malestar.
¿Dónde?
Cuadro general
La pregunta se refiere a la vez al lugar y al soporte sobre el
No es posible dictar normas, fuera del hecho de que el
cual se realiza el masaje.
ambiente debe reflejar cierta serenidad: limpio, ni dema-
Local siado cargado de muebles, ni demasiado desnudo, etc., el
gusto personal y el contexto sociocultural hacen el resto. Si
Esta noción puede parecer superflua ya que está impuesta existe una secretaría, se pueden encontrar ahí elementos
por las circunstancias. No obstante, hay que precisar algu- no médicos además de los decorativos: computadora,
nos puntos importantes. ¿Cuáles son las condiciones que biblioteca, etc.
debe cumplir el local?
Sobre una camilla
Aislamiento térmico
Cuando la persona se desviste conviene verificar que la tem- Es un lugar y un instrumento a la vez. Hay que señalar que
peratura no sea insuficiente; además de la incomodidad, cuando esta herramienta falta, por ejemplo en la atención a
esto puede traducirse en una crispación refleja o una recep- domicilio, las condiciones de trabajo son tan duras que algu-
tividad perturbada. Un local un poco más que templado nos valientes prefieren llevar consigo una camilla plegable.
parece responder a esta expectativa. Es imposible fijar una Otros tienden a simplificar la tarea limitando el masaje.
temperatura determinada ya que ésta debe variar en función En el consultorio, la camilla es de uso corriente; se descri-
de la sensibilidad al frío del paciente o de la actividad física birá junto con el material.
que pueda acompañar al masaje. Una adaptación breve y
local puede requerir el uso de una estufa de rayos infrarro- Sobre el suelo
jos complementaria, la abertura de una ventana o cualquier Para el profesional la idea de «masaje en el suelo» resulta
otro medio para ajustar rápidamente la temperatura. más bien descabellada: ¡demasiado bajo! Además, respecto
al enfermo es posible encontrar tres casos típicos.
Aislamiento fónico
— Primer caso: se trata de un niño. Hay que destacar que el
Depende de las diferencias de naturaleza, de intensidad o masaje de los niños es poco habitual; se tiende, sin razón, a
de frecuencia de los ruidos. No siempre es fácil de obtener
hacerles ejecutar sólo ejercicios de gimnasia. Para ellos el
y en los casos menos favorables, a veces es suficiente preve-
suelo es un terreno de elección, sinónimo de juego y espar-
nir al paciente para facilitar una adaptación de su parte, a
cimiento, fuera de las convenciones sociales que aún com-
veces mejor de lo que se podría esperar, si es aceptada.
prenden mal. El masaje en el suelo es bien aceptado.
Algunas variaciones hacen que un ruido «se olvide» más
fácilmente que otro. Raramente es posible un silencio com- — Segundo caso: se trata de un adulto de edad madura. Es
pleto (teléfono, etc.) y, en realidad, no siempre es impres- una cuestión de sentido común proponerle al paciente
cindible; a veces es suficiente que el nivel de ruido se man- modos terapéuticos que pueda aceptar sin sentirse obliga-
tenga en el dominio de la tolerancia habitual. do. Por otra parte, la evolución de un tratamiento permite
a menudo adaptaciones nuevas que, por diversas razones,
A este respecto, hay que criticar absolutamente el uso de músi-
habrían sido impensables en un primer momento.
cas ambientales, la radio u otras, que tienen un efecto dilu-
yente en la relación terapéutica. Esta observación no cuenta — Tercer caso: se trata de una persona de edad avanzada y
cuando la música forma parte de una opción terapéutica dife- entonces la aceptación es más difícil. En este caso, estar en
rente del masaje, como en sofrología o en musicoterapia. el suelo no es más sinónimo de juego sino de muerte, deca-
dencia e impotencia para levantarse; es una posición humi-
Aislamiento psicológico pero sin encierro llante e incómoda. El suelo también es sinónimo de sucie-
Se puede relacionar con lo dicho precedentemente seña- dad, polvo, mal olor, cercanía de los pies y en nuestros paí-
lando que el empleo de una cabina aislada por cortinas ses también es inapropiado en el plano de las costumbres.
suele ser, lamentablemente, una limitación independiente En resumen, el rechazo tiene causas evidentes.
de la voluntad del kinesiterapeuta. En efecto, existe un ele- No obstante, el masaje en el suelo puede ser justamente una
mento fónico muy desagradable ya que el paciente puede reconciliación con este elemento permanente de nuestro
escuchar la conversación de otro paciente con su terapeuta. medio ambiente, la ocasión de dejar de tenerle miedo gra-
Esto no sólo perturba su atención sino que puede modificar cias a una instalación confortable, aprendiendo a levantar-
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¿Con qué?
Esta pregunta plantea a la vez el problema del material y el
del medio que se utiliza para realizar el masaje. Podría resu-
mirse a su más simple expresión: casi nada. Es suficiente uti-
lizar las manos sobre un paciente sentado o acostado en el
piso, es todo. No obstante, por razones de comodidad evi-
dentes, se debe contar con un mínimo de material.
Material
Camilla
La camilla más simple es plana y fija, sus dimensiones son rela-
tivamente estándar. La altura, si es fija, debe ser ligeramente
más baja que la medida normal: en efecto, a pesar de la pri-
mera impresión desfavorable es más fácil trabajar ligeramen-
te inclinado hacia adelante llevando hacia atrás la pelvis (fig. 12 El movimiento de balanceo pelviano equilibra la estática del
12) que sobre una camilla más alta. Esto permite una mejor masajista y refuerza la eficacia de sus movimientos.
posición dinámica de la pelvis y además da la posibilidad de
sentarse en un asiento alto cuando la acción es más localiza-
da. Este problema se resuelve cuando se dispone de una cami-
lla de altura regulable, ya sea por un gato hidráulico o por un Algunos almohadones
sistema eléctrico. El ancho debe ser suficiente para que el Su función es más o menos importante según los ajustes
paciente pueda darse vuelta y, una vez instalado, colocar los posibles de la camilla. Su uso está condicionado parcial-
brazos a lo largo del cuerpo sin riesgo de caída. Pero no debe mente por la comodidad del paciente y también por la
ser demasiado ancha para no dificultar el acceso al paciente. necesidad técnica, para el masajista, de colocar un segmen-
Por otra parte, existen mesas con planos articulados que to de miembro en tal o cual posición mediante la instala-
facilitan la instalación diferencial de los segmentos de ción adaptada de uno o varios almohadones.
miembro. Esto es más interesante para los actos de reedu-
cación que para el masaje, sin contar que cuantos más ajus- Taburete de altura ajustable
tes hay, más pesado y complejo resulta el manejo y más difí- Más que un verdadero asiento es un apoyo posterior para el
cil de adaptar perfecta y rápidamente. masajista. En muchos casos en que la acción masoterapéu-
El elemento más apreciable consiste en una cabecera de tica está más o menos localizada, es posible trabajar sentado
altura regulable, con el otro extremo también inclinable, con tres condiciones: primeramente, que la camilla sea sufi-
para levantar las piernas en posición dorsal o para dismi- cientemente baja; en segundo lugar, que el taburete tenga
nuir la curvatura lumbar en ventral cuando es necesario. Si la misma altura que la camilla (fig. 13) y por último, que
no hay posibilidad de ajustes, algunos almohadones, de tenga una base circular, es decir que permita, mediante un
tamaños diferentes, permiten resolver más o menos todos leve movimiento de balanceo, un desplazamiento de la pel-
los problemas. vis suficiente para que la posición sentada resulte «dinámi-
ca» y no «estática».
Sábana
Escabel
Puede ser descartable o no. En el segundo caso, debe estar
marcada con el nombre del paciente por razones higiénicas Este instrumento tiene clásicamente dos escalones. Por lo
evidentes. La tela es más confortable y más práctica para general se usa para que el paciente suba a la camilla, lo cual
manipular que el papel; también existen materias «no tex- parece lamentable: la camilla debe ser suficientemente baja
tiles» de comodidad intermedia y descartables después de o regulable para que este uso sea inútil. En cambio, en cier-
algunas sesiones. La sábana es útil en diversos aspectos. tos casos el escabel proporciona un apoyo interesante al pie
— En primer lugar, la sábana permite aislar al paciente del del masajista (fig. 14).
revestimiento de la camilla, generalmente de skay, que pro- Taburete normal
duce a veces una sensación desagradable, sobre todo con la
Permite que el paciente se siente. Esta posición, raramente
transpiración, y que puede transmitir parásitos a la piel (hon-
utilizada para el masaje, se justifica por el hecho de que es
gos, etc.), lo que exige también una limpieza rápida pero
«la» posición de función para la columna vertebral y los
cotidiana del revestimiento con un producto antiséptico.
miembros superiores. En cambio, lamentablemente, a veces
— En segundo lugar, la sábana protege, inversamente, la se propone por razones menos loables: por ejemplo, cuan-
camilla de un riesgo de infección por el paciente (lesiones do el masajista está apurado y no se toma el tiempo necesa-
o simplemente higiene insuficiente). rio para una verdadera instalación.
— En tercer lugar, la sábana, sobre todo si es de tela, ofre-
ce un plano de deslizamiento interesante cuando se trata de Pelota de reeducación
manipular al paciente conjuntamente con el masaje sobre En materia de masaje, este instrumento tiene una función
el soporte de la camilla. de asiento inestable. El interés es poder practicar un masa-
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15 El uso de una pelota asocia solicitaciones que alimentan la
resonancia del masaje.
13 Un asiento es ante todo un apoyo posterior, ligeramente móvil,
con base antideslizante.
Bata
La bata blanca es para muchos atributo del personal «médi-
co»: cirujano, médico, enfermera y, por lo tanto, kinesitera-
peuta.
Deben hacerse dos observaciones relativas a la vestimenta
en sí y a las razones de su uso.
— Primeramente, la bata blanca, como se acaba de evocar,
corresponde a un contexto socioprofesional y por lo tanto
evoluciona en color o forma según las modas y necesidades.
Por un lado, en medio hospitalario, el blanco se lava y
desinfecta mejor, pero el color ha hecho su aparición, ya sea
por razones prácticas (el verde o el azul pueden ser menos
enceguecedores), ya sea por razones de identificación
según las categorías del personal. Por otra parte, el tipo de
ropa ha evolucionado en función de la higiene y de las
necesidades. En kinesiterapia, la bata blanca sigue siendo
un uniforme clásico, el delantal de tipo «enfermero» dejó
de usarse. No obstante, hay una evolución: el kinesitera-
peuta que trabaja en terapia intensiva tiene el mismo «uni-
14 Un escabel permite no forme» que el resto del equipo por razones de higiene; el
sólo una posición con- que trabaja en neurología suele usar el conjunto remera-
fortable sino la movili- pantalón, para poder moverse más fácilmente en un plano
dad gracias al apoyo de Bobath con el enfermo. Se podrían enumerar otras
de un solo antepié.
adaptaciones, si el profesional trabaja con niños, si ejerce
en consultorio privado, etc.
— En segundo lugar, el hecho de usar una indumentaria
profesional responde a dos exigencias. La primera, eviden-
je insistiendo sobre la propiocepción en posición funcional,
te, es la higiene, tanto para el paciente como para el tera-
por ejemplo en el abordaje de un miembro superior. El
peuta. Bata o similar, esta ropa debe estar siempre impeca-
kinesiterapeuta representa al mismo tiempo el elemento
ble. El otro aspecto, menos evidente, es el papel psicológi-
más o menos fijo (según los pies del paciente estén apoya-
co de la bata o similar. En efecto, es imperativo que el
dos en el piso o levantados) y el que genera solicitaciones
paciente, que se presta a una relación íntima durante el
acopladas al masaje (fig. 15).
masaje, se encuentre frente a un «profesional». La proximi-
Colchoneta de piso dad del cuerpo a cuerpo terapéutico requiere poner cierta
Corrientemente utilizada para los ejercicios o la gimnasia, distancia en el plano psicológico, que depende ante todo
la colchoneta se usa menos para el masaje ya que éste se rea- de la actitud del terapeuta, pero que también se materializa
liza con poca frecuencia sobre el piso. No obstante, es una por la bata. El no respeto de esta distancia «empática»
variante que no hay que subestimar. Este accesorio repre- puede originar problemas al masajista.
senta una superficie que tiene dos aspectos interesantes: en No obstante, esta afirmación debe ser matizada. Frente a un
primer lugar es más blando que una alfombra o que el suelo individuo psicológicamente aterrorizado por la «bata blan-
desnudo, en segundo lugar delimita una superficie de ca», por ejemplo un niño, es conveniente optar de entrada
higiene reservada al paciente en la cual puede extenderse por ropa más neutra.
sin riesgo (puede considerarse el uso suplementario de una Además, debe señalarse que si bien el delantal desapareció
sábana en función del contexto). como ropa de protección sigue siendo utilizado, muy pun-
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Kinesiterapia MASAJES 26-100-A-10
tualmente, como instrumento de movilización de la región pueden soportar peso: el paciente está acostado boca abajo,
cervical. se pueden así ejercer series de presiones-depresiones o
sobados sobre la planta de los pies, la cara posterior de los
Vestimenta del paciente
muslos, las nalgas, la región lumbar y con mucho cuidado
A veces el paciente plantea la pregunta cuando pide su pri- sobre la región dorsal. Si el masajista se sienta para que la
mera cita: «¿debo llevar ropa particular?» La pregunta está presión sea más tolerable, queda condenado a una falta de
lejos de ser tonta. En realidad, existen circunstancias en las movilidad paralizante. Orientalismo o no, hay que convenir
que esta pregunta no se plantea, aunque debería serlo. Por en que esta práctica es totalmente anecdótica, mucho
ejemplo, en los centros de reeducación, la moda es usar menos rica que el uso de las manos, sobre todo rápidamen-
ropa de deporte de colores vivos. El paciente aprecia este te peligrosa debido a las limitaciones en juego y poco eficaz
aspecto «club» y se requiere una buena dosis de perspicacia a causa de la dificultad de relajarse para el paciente y a la
para restablecer las características de una relación terapéu- dosificación aleatoria por parte del terapeuta.
tica sana. Por ejemplo, cuando el paciente que guarda cama En cuanto a las «manos» del kinesiterapeuta, una observa-
usa un pijama abierto y es conveniente preservar su pudor ción se refiere a su higiene. Las uñas deben estar cortas y
evitando que se ponga en situación de exhibición involun- limpias, el lavado de las manos debe ser riguroso y realiza-
taria, sin por eso abandonar la exigencia terapéutica. do antes de cualquier masaje, operación que debe repetirse
La cuestión tampoco está bien resuelta cuando, por razones antes de cada paciente. En medio hospitalario, estas pre-
de «tiempo» o por no darle importancia, el paciente no se cauciones son obligatorias para evitar las infecciones noso-
desviste suficientemente: masaje de una mano con la manga comiales. En medio liberal, también deben ser un reflejo.
simplemente arremangada, o de la región lumbar con el En casos muy precisos se recurre a una protección: guantes
pantalón puesto. El exceso inverso es raro pero también para masajear una escara, dedil para penetrar en las cavida-
sería inaceptable. Dejemos de lado algunos pacientes un des (boca, vagina, recto).
poco exhibicionistas, a veces inconscientemente, y también
el comportamiento del masajista fuera de lugar. Pero exis- Masaje instrumental
ten casos más sutiles: por ejemplo, la adolescente que aún Regularmente aparecen nuevos aparatos para masaje, que
no usa sostén pero que siente pudor de mostrarse desnuda; también regularmente caen en desuso debido a la inaptitud
la mujer de edad, visiblemente molesta por el hecho de des- para reemplazar a la mano. No obstante, la tentación sigue
vestirse, etc. Se requiere entonces tacto para iniciar el masa- presente por dos razones principales: por un lado, la eco-
je y además es esencial que la paciente se sienta en confian- nomía de fatiga para el masajista, y por el otro, en corolario,
za y comprenda el interés de su tratamiento. la rentabilidad financiera. El impacto psicológico del «efec-
Independientemente de la necesidad de sentido común, se to máquina» viene a reemplazar la relación de receptividad
puede establecer una regla: «se debe desvestir toda la tisular, desde entonces ausente. Este efecto es fácil de sobre-
región masajeada y las zonas limítrofes». Es decir que para estimar permitiendo así reducir la duración de la sesión, e
masajear la mano, el miembro superior debe estar desnudo incluso que el masajista se ausente o haga otra cosa. Existen
ya que ciertos músculos poliarticulares y aponeurosis camillas que vibran y que permiten al paciente regular por
remontan más allá del codo. La columna vertebral requiere sí mismo la frecuencia, la intensidad y la duración del masa-
la libertad pelviana y por lo tanto el paciente debe estar en je. Es inútil decir más.
slip y sin pantalón. El masaje de la cadera requiere un slip Existen sin embargo algunas excepciones. El caso ya evoca-
en lugar de calzoncillos o bermudas. El sostén puede plan- do de ciertos vibradores que permiten tratar específica-
tear un problema más delicado. No hay regla, el masajista mente una zona según modalidades precisas. También se
debe tener siempre en cuenta la posible incomodidad de la puede mencionar el uso de estiletes redondeados para esti-
paciente y también el riesgo potencial de su propia vulnera- rar localmente el tejido conjuntivo, rodillos, guantes, etc.
bilidad. No obstante, siempre existen soluciones: simple- De modo general, son sólo aspectos marginales que no lle-
mente desabrocharlo, en posición ventral, retirarlo comple- gan a compararse con el masaje manual.
tamente, usar una toalla o el borde de la sábana para cubrir
el pecho, u otra disposición que permita a la paciente colo- Productos de contacto
car esta parte de su cuerpo fuera del campo visual directo. Estos productos pueden ser reclamados por el paciente,
quien les confiere virtudes medicinales exageradas, o por
Masaje manual
algunos kinesiterapeutas que sitúan mal la razón del masaje,
La pregunta «con qué» hace pensar en el material y a el cual se basta a sí mismo y a menudo se ve dificultado por
menudo se olvida lo principal: el masaje se practica «con» los productos intercalados. También aquí se encuentran las
las manos, órganos de contacto por excelencia [51]. No obs- ganas de desplazar el interés de algo que no se domina bien:
tante, la pregunta se justifica por las variaciones posibles: se en lugar de masajear se pasa una pomada, lo que da además
puede masajear con la yema de uno o varios dedos, con la la ilusión de soltura gracias al deslizamiento fácil.
palma de la mano, también con el dorso de la mano, inclu- Los productos de aplicación cutánea son ciertamente los
so la parte dorsal de las uñas, con el antebrazo. más eficaces ya que se aplican in situ. Asimismo, pueden
Anecdóticamente, se puede decir que es posible realizar un prescribirse y utilizarse algunas medicaciones particular-
masaje con los pies. La justificación de esta variante no es mente activas. Debe señalarse sin embargo que un producto
evidente, supone por un lado un contexto psicológico par- «muy activo» puede resultar peligroso, mientras que un pro-
ticular, por ejemplo un campo de deportes, y más particu- ducto no peligroso es probablemente también un producto
larmente un tatami, ya que esta práctica es sobre todo menos activo. Es conveniente consultar al médico. Por últi-
oriental. El masajista está generalmente parado sobre el mo, hay casos en los cuales el deslizamiento de la mano se ve
paciente, que debe ser de una contextura suficiente respec- considerablemente dificultado por una pilosidad importan-
to al masajista, y además es preferible que este último dis- te o por la transpiración sobre una piel frágil. En estos casos
ponga de un apoyo complementario para su estabilidad. se puede utilizar un agente de deslizamiento en pequeña
Este masaje se practica en ciertas regiones del cuerpo que cantidad. El aceite no es práctico porque requiere un lavado
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posterior. El talco tapa fácilmente los poros de la piel y si hay drenaje, validada por estudios experimentales. No obstante,
humedad forma pequeños rollitos desagradables. Lo más existen siempre orientaciones vinculadas a las concepciones
simple es el uso de «leche para bebé» o «leche desmaquilla- de unos y otros. Así, el drenaje linfático está representado
dora» de las cuales bastan algunas gotas para solucionar el principalmente por dos técnicas: la de Leduc [34] y la de
problema y no requieren lavado. Vodder [54]. Basándose en los trayectos colectores linfáticos,
Por otra parte, hay que señalar que no sería juicioso desva- estas técnicas hacen hincapié en la asociación cronológica
lorizar una pomada apreciada por el paciente o prescrita de dos tipos de maniobra: primero las maniobras de «lla-
por el médico. Es fácil proponerle al paciente aplicársela mada» y luego las maniobras de «resorción». El gesto
antes de acostarse, por ejemplo, disociándola así del masa- manual es extremadamente suave en presión para no colap-
je. Al menos esto se traducirá en un automasaje comple- sar los vasos linfáticos y asegura un empuje centrípeto
mentario. haciendo «rodar» la mano sobre los tegumentos. El efecto
producido puede prolongarse instrumentalmente con apa-
ratos de presoterapia. Para más información, se remite al
¿Cuánto tiempo?
lector a los artículos y libros referidos a estas técnicas [29].
La duración, noción fácilmente cuantitativa, se considera a
menudo como un elemento de evaluación del masaje. Es al Masaje reflejo
menos la opinión frecuente del paciente. Se puede hablar Este término podría sorprender. ¿Existe un masaje que no
de un mínimo por debajo del cual sería difícil imaginar una tenga un efecto reflejo? La respuesta es no. A partir de aquí, es
reducción mayor, es el tiempo necesario para crear el clima posible imaginar improvisaciones extremadamente variadas.
propicio para la terapia y para obtener los primeros efectos Actualmente, se designa como «masaje reflejo» las técnicas
tangibles o fiables; no obstante, es un error sobrestimar el que dejan de lado en gran parte el aspecto mecánico del
tiempo. masaje para centrarse en el aspecto reflexógeno. Aquí tam-
El valor cualitativo del masaje es de lejos el elemento más bién, diferentes «escuelas» coinciden o se combaten [22, 26, 27,
importante que debe tomarse en consideración. Y aquí la 31, 39, 40, 48, 49
], pero lo esencial reside en una concepción de
subjetividad impide definir más: el masaje puede ser ejecu- base: el tejido conjuntivo, punto de partida de la reacciones
tado mientras el masajista controla el intercambio sensorial metaméricas, se trabaja y solicita mediante un estiramiento
y mientras el paciente es receptivo y reactivo. En otras pala- unidigital que se realiza en zonas específicas. El dedo utili-
bras, mientras no se vislumbre ningún signo de fatiga de zado es generalmente el medio por razones de longitud y
cualquiera de los dos protagonistas. Como en el deporte, de resistencia, ya que siempre es secundado por un dedo
esta fatiga, no sólo debida al esfuerzo físico sino también a próximo: el índice o el anular. El movimiento que genera se
una atención constante, existe antes de que aparezcan sus denomina «trazo estirado». Este trazo puede ser largo,
primeras manifestaciones; por lo tanto hay que saber pre- siguiendo una inserción aponeurótica, o corto, «engan-
sentirla a tiempo. chando» el conjuntivo transversalmente al primero. El trazo
En líneas generales, se puede decir que después de 30 a 40 se desplaza formando una pequeña onda conjuntiva regu-
minutos el masaje puede tornarse improductivo y los efec- lar e indolora, o bien descubriendo resistencias debidas a
tos disminuir en lugar de adicionarse. Esta duración es evi- modificaciones patológicas, sugestivas de perturbaciones
dentemente función de otros dos parámetros: la superficie profundas en el dermatoma correspondiente. En este caso,
a masajear, según se trate de un dedo o de una gran parte el paciente experimenta una sensación de «cortadura»
del cuerpo, y los actos asociados al masaje, movilizaciones y característica. El masaje se realiza en primer lugar a nivel de
ejercicios diversos. La repartición del tiempo entre estos lo que se denomina la «construcción de base» (fig. 16) y
actos puede sugerir que al principio del tratamiento el que corresponde a la zona lumbopelviana. Las maniobras
masaje es más importante cuantitativamente que los ejerci- se continúan eventualmente sobre cualquier otra parte del
cios, y que poco a poco la relación se invierte. Son sólo cuerpo que lo necesite y siguen en líneas generales la mor-
generalidades y en realidad es el terapeuta quien decide en fología muscular y aponeurótica. Existe una cartografía de
función del paciente y del momento. las zonas particularmente reflexógenas, especialmente a
Por lo tanto, no puede hablarse de un «masaje breve», lo nivel del tronco, correspondientes a los compromisos vas-
cual es una confesión de impotencia, ni de un «masaje pro- culares, hepáticos, ginecológicos, etc. Estas técnicas se desa-
longado», pasivo, únicamente en función de la exigencia rrollan ampliamente en las rúbricas específicas de esta obra
cuantitativa del paciente. y de la literatura.
Dado que la reflexología es tan caprichosa como las reac-
ciones del cosquilleo, hay que ser prudente frente a los múl-
tiples métodos que hacen encontrar el cuerpo humano bajo
Algunos métodos el pie, en la oreja o en otra parte. En este estadio, esto sale
del campo de la masoterapia para entrar en el de las «medi-
Métodos clásicos cinas paralelas».
Drenaje linfático manual (DLM) Técnica de Grossi
El masaje con «objetivo circulatorio», concerniente a la cir- Está destinada al aparato digestivo. Se trata de estimulacio-
culación de retorno, ha sido desde siempre el fruto de una nes particularmente suaves, inducidas con el extremo de los
elaboración más o menos intuitiva. Así, se creyó durante dedos o el dorso de la uña, a veces incluso con un pincel.
mucho tiempo que las maniobras debían ser fuertes para La maniobra se define por trazos ligeros circunscribiendo
ser eficaces. Actualmente, se tiene más en cuenta la dife- los órganos abdominales [3, 24], para suscitar la acción refle-
rencia entre el compartimiento venoso y los compartimien- xógena de la superficie hacia la profundidad.
tos linfático e intersticial, entre los diferentes parámetros:
velocidad, dirección, presión óptima. En el plano venoso, se
Métodos anecdóticos
sabe que el masaje juega un papel mecánico y reflejo y que
debe relacionarse con la contracción muscular, con los esti- Se trata generalmente de técnicas cuyos promotores garan-
ramientos aponeuróticos [25], con la respiración. En el tizan la originalidad y erigen bastante a menudo en méto-
plano linfático, esto permitió deducir una concepción de dos autosuficientes. Nuestra posición es más reservada: en
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Técnica de Bugnet
Como en el caso anterior, la práctica de la contracción mus-
cular pareció «olvidada» por algunos autores. El trabajo
sobre un paciente impasible es una amputación de la rique-
za terapéutica del masaje, especialmente en el plano mus-
cular. Este aspecto fue recuperado por la técnica de Bugnet,
que asocia maniobras ejecutadas con los dedos en pinza, de
modo de asir una porción suficiente de masa muscular, a
una contracción voluntaria, facilitada simultáneamente por
estimulaciones de orden cutáneo y muscular debidas a la
16 La «construcción de
base» requiere una
presión sobre el cuerpo carnoso y estimulaciones de orden
excelente ubicación psicomotor por la focalización incisiva del gesto y por la esti-
recíproca del enfermo mulación verbal. No hay prácticamente solicitación articu-
y del terapeuta. lar ya que la contracción muscular es estática o con poco
desplazamiento óseo. Muchos terapeutas ignoran a este
autor pero masajean utilizando tales procedimientos.
el plano práctico, son en realidad concepciones que hacen Técnica de Vögler
hincapié en tal o cual aspecto que el masaje «clásico», en el
sentido peyorativo de la palabra, no supo aprovechar; en el A diferencia de los otros métodos, se trata de una concep-
plano teórico, se apoyan a veces en razonamientos aún no ción particular que permite abordar el periostio como obje-
demostrados o que no agregan nada a lo conocido, si no es tivo del masaje. El autor establece una cartografía basándo-
en la formulación. se en la relación entre el periostio y los otros órganos,
actuando por lo tanto a partir de solicitaciones destinadas a
Rolfing la periferia ósea. La maniobra, muy localizada y próxima
Proviene del nombre de Ida Rolf que ha explotado este tipo del MTP de Cyriax, permitiría detectar zonas dolorosas del
de maniobras. A diferencia de los deslizamientos conside- periostio y tratarlas con fricciones circulares y en estrella,
rados demasiado superficiales, este método preconiza el ejecutadas al límite del dolor soportable.
empleo de presiones fuertes, permitiendo actuar en pro- Fasciaterapia
fundidad y masivamente sobre el reajuste gradual del
músculo y los elementos aponeuróticos, lo cual es intere- El abordaje terapéutico de las aponeurosis es una realidad ya
sante. Comprende, por ejemplo, maniobras de sobado que sus elementos de envoltura y separación son diversa-
practicadas con el puño y fricciones apoyadas. Esta técnica mente solidarios de las estructuras próximas. Esto requiere
ha sido poco utilizada en razón de su carácter bastante agre- un abordaje amplio ya que estas membranas tejen un verda-
sivo. Dolto también preconizaba el uso del codo para actuar dero «esqueleto fibroso» subcutáneo con prolongaciones
más en profundidad, en ciertas circunstancias. intermusculares. Lamentablemente, este hecho no ha teni-
do un impacto suficiente y han surgido «descubridores» que
Masaje manipulativo erigen prácticas a menudo impregnadas de concepciones
Este término requiere un comentario. Por un lado, resulta marginales. Liberado de todo dogma, el abordaje de las fas-
evidente que masaje y movilización están íntimamente rela- cias es un componente integrante de la masoterapia. Las
cionados. La tecnicidad de uno se alimenta de la tecnicidad maniobras deben tratar de despegar el plano superficial del
del otro y es así como se observan maniobras masoterapéu- plano subyacente y sobre todo realizar un examen minucio-
ticas totalmente acopladas a movilizaciones específicas de so de las zonas de inserción aponeurótica, las zonas de modi-
pequeñas articulaciones, como en el pie, la mano, la colum- ficación (donde una aponeurosis adherente se libera y des-
na vertebral, maniobras que algunos denominan «masaje liza libremente o se desdobla). Las tomas suelen ser amplias,
manipulativo» en el sentido etimológico del término. Por el pegadas a la piel para no interponer un deslizamiento a este
otro, para quienes no comparten la idea precedente y con- nivel. La maniobra puede ser reducida y lenta o, por el con-
sideran el masaje como eminentemente estático, la concep- trario, tirar con golpes secos en el sentido de las fibras o
ción movilizadora es el atributo de un método, así por ejem- transversalmente. En cambio, hay que diferenciar, ya que no
plo la técnica de Terrier y Benz [4]. forman parte de este masaje en sentido estricto, las técnicas
El interés del refuerzo propioceptivo del masaje y de la destinadas al trabajo de las cadenas musculoaponeuróticas
movilización conjugados es evidente: la vigilancia segmen- como en la concepción en diagonales de Kabat o en los esti-
taria, a menudo insuficiente, se obtiene a partir de tales ramientos miotensivos de tipo «stretching».
maniobras que pasan revista a los movimientos axiales fisio-
lógicos. Aspiroterapia
Constituye un aporte tecnológico que se basa en una
Técnica de Rabe maniobra imposible de realizar sin un instrumento: la aspi-
Es bastante particular ya que se pueden encontrar varios ración. Es, en cierto modo, una versión actualizada de las
aspectos evocados separadamente por otros autores. En antiguas ventosas. Existen dos campos de aplicación: el
líneas generales, esta técnica asocia un masaje, a menudo masaje-desprendimiento de los tegumentos cuando su
en el suelo, estiramientos aponeuróticos y estimulaciones libertad está restringida por adherencias, retracciones, esta-
manuales que se expresan por tomas amplias. Por lo tanto, dos hipotróficos diversos, o bien el abordaje de una zona
se encuentran muchos de los aspectos de una tecnología celuloadiposa en el contexto de tratamientos limítrofes con
bastante rica, exceptuando la solicitación muscular, y si se el masaje estético, donde se requieren aún verificaciones. El
supera el metodismo propuesto, se pueden encontrar estos material es un «cabezal aspiratorio» que se desplaza sobre la
elementos en la práctica cotidiana. piel vaselinada para facilitar el deslizamiento. El aparato
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más simple, aunque limitado, es un simple aspirador de Acciones y límites del masaje
veneno, pero existen sistemas muy sofisticados. Se debe lla-
mar la atención sobre los riesgos de una inversión onerosa Acciones
en este tipo de material y las exigencias financieras de ren-
tabilidad subsecuentes que pueden condicionar la actividad Son a la vez de origen mecánico y reflejo [30]. Se hace variar
del profesional. la proporción de una u otra según las técnicas.
Acciones directas
Adyuvantes del masaje
Sobre la piel
Los adyuvantes siguientes hacen intervenir la movilización La piel es un órgano que nunca deja de estar involucrado
tisular ya sea en un medio diferente, como el agua, ya sea en el masaje. Frontera omnipresente, dejando de lado las
por un medio diferente, como los ultrasonidos. Estos pro- mucosas, está ampliamente expuesta a los riesgos traumáti-
cedimientos se mencionan sin comentarios detallados ya cos (heridas, quemaduras) y posquirúrgicos (cicatrices, bri-
que habitualmente se clasifican dentro de la «fisioterapia» y das, retracciones, incluso escaras) [17]. El papel del masaje
remitimos al lector a los artículos concernientes. es sobre todo mecánico, tanto si se trata de eliminación de
células descamativas como de un trabajo sobre la deforma-
Criomasaje ción de una zona retráctil, jugando con la extensibilidad de
El uso del frío no es propio del masaje. No obstante, este tér- los tejidos, con el alargamiento remanente que puede resul-
mino se utiliza a veces para precisar que no se trata de una tar de una postura masoterapéutica. La circulación superfi-
simple aplicación de bolsa de hielo, por ejemplo, sino de un cial también está involucrada.
masaje de escaras con cubitos de hielo. Estas maniobras están Además, debe sumarse el efecto del masaje sobre los ele-
destinadas a la parte de piel viva que bordea una superficie mentos sebáceos y sudoríparos, tanto por vía refleja como
necrosada, la cual sufrirá, además de la estimulación mecáni- mecánica [5].
ca, un efecto reactivo: la rápida vasoconstricción inicial deja
lugar a una vasodilatación más durable, que preside los fenó- Sobre el tejido conjuntivo
menos de regeneración del tejido sano. Fenómeno equiva- Habitualmente existen dos puntos de vista. Por un lado se
lente al que se observa cuando jugamos con nieve: luego del consideran sus cualidades mecánicas y las alteraciones que
frío se produce una sensación de quemadura. comprende; por el otro se lo considera como localización
de receptores nerviosos que dan origen a circuitos reflejos.
Presoterapia — En el primer caso, el masaje retoma los componentes clá-
Si bien la mano puede hacer presión, se reserva este térmi- sicos: efectos sobre la circulación local, sobre los trastornos
no al uso mecánico de presión sobre un segmento de miem- celuloadiposos dolorosos, sobre induraciones diversas, etc.
bro. Puede tratarse directamente de un chorro de aire, que [22, 28]. Se puede aprovechar la ocasión para evocar la «celu-
es rápidamente traumatizante para los tejidos y los capila- litis», siempre objeto de afirmaciones más comerciales que
res, puede ser un manguito de plástico en el cual se intro- médicas. En efecto, puede existir efectivamente un proble-
duce el miembro y que se infla y desinfla rítmicamente ma, a veces importante, en estas celulalgias con frecuencia
mediante un control eléctrico, transmitiendo así presiones antiestéticas, para el cual el masaje, junto con el resto de la
intermitentes. Estas son dosificadas en duración, ritmo e kinesiterapia y los tratamientos medicodietéticos e higiéni-
intensidad y a veces acopladas al ritmo cardíaco. Estas últi- cos, puede aportar soluciones. En cambio, la noción del
mas técnicas, según su sofisticación y la seriedad de su masaje adelgazante es falsa y mercantil.
empleo, pueden contribuir a completar un masaje de DLM — En el segundo caso, se utiliza la terminología de «masaje
o, por el contrario, caer en el dominio comercial. reflejo» empleada oficialmente ahora. Corresponde a un tra-
bajo poco centrado en el aspecto mecánico y que valoriza al
Hidroterapia máximo la búsqueda de efectos reflejos, por ejemplo a nivel
No forma parte del masaje en el sentido «manual» del tér- de los dermatomas. Este tipo de masoterapia se basa en la
mino. No obstante, la frontera es borrosa entre las defini- acumulación de conocimientos empíricos, experimentales, y
ciones y se puede admitir que el masaje con un chorro de en las justificaciones teóricas que se cree poder aportarles.
agua, variable según la presión, el caudal y el movimiento al Algunos nombres están relacionados con técnicas particula-
cual puede asociarse, es una rúbrica de la masoterapia. res: Dicke, Kohlrausch, Teirich-Leube, Head, Mackenzie.
Asimismo, este chorro puede ser utilizado bajo el agua, lo Sobre ciertos tejidos particulares
que modifica su comportamiento creando efectos de remo-
Se pueden citar las mucosas, a veces abordadas por el masa-
linos, de turbulencias, que son variaciones asociadas a la
je: mucosas bucales en caso de masaje de la cara, algunas
balneoterapia. La talasoterapia suma los efectos específicos
mucosas de la pelvis menor en uroginecología; en las
del agua de mar y del clima marino pero utiliza las mismas
maniobras vinculadas a la reeducación del posparto y al tra-
técnicas [46].
tamiento de sus cicatrices o a la reeducación de los pacien-
Ultrasonidos tes con incontinencia urinaria. En todos los casos, la muco-
sa se masajea esencialmente en tanto que pared correspon-
Se los puede mencionar brevemente dado que la vibración diente a un órgano. Por lo tanto, es sobre todo con una
ultrasónica constituye un micromasaje en profundidad de óptica reeducativa, exceptuando algunas cicatrices viciosas,
los tejidos. Según el tipo de ondas emitidas, los efectos son que hay que considerar este tipo de masaje.
fibrolíticos, antiinflamatorios, térmicos. Se aplican directa-
mente mediante un «cabezal de cuarzo» recubierto con un Sobre el músculo
producto de contacto, o bien por intermedio de agua, en Este órgano es el más citado a propósito del masaje, por un
un pediluvio o maniluvio. Su uso es frecuente y simple lado porque es el motor, sensible [35, 36], sobre el cual pesa
cuando los parámetros están bien establecidos. No reem- toda la atención; por el otro porque, por razones prácticas,
plazan la acción de la mano, de la cual difieren totalmente, su volumen flexible atrae espontáneamente la mano. El
pero suman un elemento específico en el tratamiento de masaje de un cuádriceps es un acto que parece evidente, sus
ciertas patologías, especialmente traumáticas. variaciones imponen sin embargo una reflexión [9, 47]. Dado
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que el músculo es un órgano completo, receptor y actor, la co. Esto es muy insuficiente si no se considera su función de
masoterapia puede desplegar todas sus posibilidades: calmar «despertar»: frotamiento de los párpados al despertarse,
el juego de contracturas dolorosas, o por el contrario reacti- frotamiento de las manos preparándose para la acción. Hay
var los husos neuromusculares en dificultad, jugar con los que subrayar esta acción «movilizadora» en el sentido casi
reflejos idiomusculares. No hay verdadero trabajo de vigi- militar de la palabra «movilización». El mensaje masotera-
lancia o de refuerzo sin el gesto masajeante que permite péutico tiene un interlocutor: el sistema nervioso.
revelar o ajustar la respuesta correcta de las masas carnosas.
Se puede agregar el masaje tendinoso, sobre todo con las Sobre el hueso
técnicas de MTP ya citadas. En efecto, cuando se piensa en No se practica un masaje sobre el hueso sino sobre lo que
«masaje muscular» se tiene sobre todo la imagen de manos se encuentra alrededor. La acción sobre el sistema óseo es
atareadas sobre la parte media del músculo, carnosa, salien- indirecta, mediada por otros sistemas, especialmente el cir-
te y fácil de asir. Dicho de otro modo, se olvida demasiado culatorio y muscular.
a menudo el masaje de los tendones y de las inserciones
musculares, que están igualmente involucrados, y ciertos Sobre las articulaciones
puntos dolorosos conocidos como los puntos de Knap [32]. Esta es una zona clave donde el masaje actúa a dos niveles: a
nivel anatómico, de sus componentes: cápsula, ligamentos,
Sobre la circulación de retorno
tendones, planos de deslizamiento, etc. y a nivel funcional,
Este término evoca los problemas de estasis. En todos los del movimiento: fluidez, control, estiramiento que genera
tiempos, el hombre ha llevado la mano a las regiones inva- una limitación, etc. Hay que señalar que masaje y moviliza-
didas por sensaciones de «pesadez» para tratar de reactivar ción están íntimamente vinculados: no se puede masajear
la corriente circulatoria. Se sabe que otras técnicas deben bien sin movilizar ni movilizar bien sin masajear. Esto es
utilizarse conjuntamente: por un lado, posición en declive y tanto más cierto cuanto más pequeños son los segmentos:
descanso, por el otro actividad muscular para evitar el efec- trate de masajear una mano sin mover la articulación.
to nocivo de la pesadez sobre miembros demasiado estáti-
cos, respiración, fisioterapia, etc. Sobre el aparato cardiovascular
El masaje, limitado durante mucho tiempo a maniobras cen- La acción kinesiterapéutica es conocida principalmente por
trípetas, tomó importancia con el DLM que da resultados su participación en la reeducación para el esfuerzo.
sorprendentes en diversos trastornos, especialmente después Algunos autores [23] y Samuel [45] han evocado la resonan-
de una radioterapia o cirugía ganglionar. Existen variantes, cia del masaje sobre el ritmo cardíaco y la presión arterial,
entre ellas la de Leduc, ya citada. Lo esencial es evitar la esta- aumentando el primero, con aumento del gasto cardíaco, y
sis reactivando el flujo del lecho vascular por todas las vías disminuyendo la segunda. No obstante, estos efectos son
aún funcionales, incluso favoreciendo nuevas [50]. El papel siempre fluctuantes y dependen de la modulación tecnoló-
que se le ha atribuido a la «plantilla» venosa superficial del gica de la maniobra (intensidad, velocidad, ritmo, etc.).
pie es erróneo. Por otra parte, no existe «sistema perforan-
te» en la planta del pie y la red de vénulas superficiales sólo Sobre el aparato respiratorio
toma un aspecto hipertrofiado, denominado a veces «venas En el plano estrictamente visceral, la actividad respiratoria
de Lejars», en afecciones de estasis varicosa. En cambio, la está relacionada con la actividad cardiovascular y, a este títu-
red profunda desempeña un papel esencial por la influencia lo, el masaje y sus modulaciones activas permiten actuar
a este nivel de diversos factores (marcha, contracción mus- sobre el sistema pulmonar. No obstante, no hay que olvidar
cular, masaje, etc.). Además de la posición en declive, si el que este sistema es el resultado de una interacción de tipo
masaje se dirige a la red venosa superficial de los miembros «continente-contenido» y que a este nivel el masaje debe
(generalmente la inferior teniendo en cuenta las patolo- trabajar sobre la envoltura cutaneomusculoesquelética tora-
gías), la presión de la maniobra es liviana, la velocidad es codorsal; sin hablar de las repercusiones de la estática ver-
lenta (la evacuación puede ser seguida visualmente) y el rit- tebral y del trabajo masoterapéutico que ésta exige.
mo también, para permitir la depleción de la vena. Cuando
se trata de la red profunda, la presión es más fuerte y es con- Sobre el aparato digestivo
veniente utilizar la compresión muscular y aponeurótica
¿De qué modo actúa la mano cuando la persona que tiene
para actuar sobre el conjunto de la red.
«dolor de vientre» se frota espontáneamente? El calor, el
Sobre la circulación arterial efecto reflejo, el efecto mecánico sobre el tránsito...; segu-
Se piensa principalmente en los cuadros de arteritis. Nada ramente una conjugación de los tres. Es así que la moviliza-
ha sido suficientemente demostrado al respecto [18, 20], pero ción visceral, combinada con la respiración y con la estimu-
en la práctica se sabe que el masaje es un punto fuerte de la lación muscular, permite actuar sobre intestinos átonos o,
atención terapéutica de estos enfermos a menudo dimisio- por el contrario, sobre vísceras en estado espasmódico [2].
narios y afectados por la disminución de sus capacidades. El Algunas técnicas hacen hincapié en el efecto reflejo, como
masaje estimula la actividad periférica, solicita las masas car- la de Grossi, otras en el efecto mecánico, otras incluso en la
nosas e impulsa la bomba sanguínea que éstas representan. vivencia particular vinculada a esta zona [15], evocadora
Asimismo, junto con el resto de la kinesiterapia, estimula la también de la fecundidad.
actividad general, especialmente cardiorrespiratoria, y per-
Sobre la función urinaria
mite recuperar en las mejores condiciones lo que aún
puede serlo. No se trata de problemas infecciosos, ni de afecciones neu-
rológicas para las cuales se utilizan otros elementos de la
Sobre el sistema nervioso paleta kinesiterapéutica. Se trata más bien de la activación
Se dice que el sistema nervioso posee elementos «latentes» de esta función, tanto por la acción a nivel circulatorio
y que, de modo general, está orientado hacia una gestión como por la dinamización del individuo y por sus acciones
económica de los datos que recibe. Se recuerda a menudo reflejas [19]. No obstante, hay que recordar que el masaje se
el papel sedante del masaje, su aspecto relajante, analgési- articula siempre con el resto del acto kinesiterapéutico.
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Sobre el metabolismo esta óptica: el calor agradable de las manos que, además del
Si bien faltan estudios sobre el tema, se constata que el agrado, sugiere un magnetismo o fluido capaz de curar, o un
masaje potencializa las reacciones equilibrantes de un indi- sosiego como el que conoce el recién nacido cuando la
viduo, por ejemplo en cuanto a las secreciones endocrinas mano materna lo toca. Este tocar se acerca a la haptonomía
y exocrinas. Hay que destacar esta acción «eutónica» ya que desarrollada por Bernard This y Catherine Dolto-Tolitch
difiere totalmente de la acción medicamentosa. Esta última [15]. También es interesante saber utilizar inteligentemente
actúa siempre en sentido único: un laxante libera una la parte de esta «fe» que puede servir al enfermo en los
retención pero una dosis demasiado elevada provoca dia- momentos difíciles, siendo necesario ser prudente para no
rrea; un constipante suprime la diarrea pero su exceso blo- caer en lo sobrenatural. A veces puede ser difícil para el
quea el tránsito. En cambio, el masaje concurre a un obje- masajista resistir al poder y no subirse al pedestal que le tien-
tivo fijado pero sin sobrepasarlo nunca, participa en la den los pacientes; éste debe tener presente que no es un
homeostasis del individuo. Por ejemplo, se puede utilizar el gurú y debe aceptar un éxito modesto. El efecto placebo es
masaje tanto en el contexto de un tratamiento médico adel- abordado en los «grupos Balint»; el kinesiterapeuta puede
gazante, por diversas razones, como en caso de anorexia. La entonces sondear sus propias resonancias.
dificultad proviene siempre de la imposibilidad de evaluar Relación con la sociedad
los factores en juego, comenzando por el psiquismo.
El masaje a veces forma parte de un contexto social, como
Sobre la higiene en ciertos países del tercer mundo donde el masaje familiar
Este aspecto se encuentra más allá del estadio terapéutico y de los niños representa una actividad normal. En nuestros
aunque en la misma línea: la fricción, la «limpieza» de la países, esto es diferente, pero actualmente la moda de las
piel, el frotamiento de los ojos al despertarse son tantos «medicinas naturales» por un lado y la noción de «derecho
actos reflejos que llevan al masaje. Éste pasa a ser una con- al bienestar» por el otro crean un clima nuevo. Se puede
secuencia lógica cuando se trata de descansar un cuerpo decir simplemente que el masaje ha abandonado su aspec-
fatigado, de estimular un miembro dormido, de aumentar to marginal para pasar a ser un tipo de terapia particular-
la sensación de estar «en forma». mente apreciado del público general. La no violencia de su
carácter no invasivo, la personalidad tranquilizadora del
Sobre el psiquismo kinesiterapeuta, entre el poder médico y el contacto con el
Se puede mencionar la correspondencia eterna «mens sana paciente, crean un plebiscito favorable al masaje.
in corpore sano». El masaje ha constituido siempre un
vínculo entre la higiene gimnástica y la valorización mental
del individuo, el goce de existir: flexibilidad de los tejidos y
Límites
plenitud psicológica [16]. Por otro lado es un incentivo que Absolutos
permite «hacer pasar» más fácilmente ciertos aspectos de
los tratamientos no tan bien aceptados. Son pocos, generalmente resultan del sentido común. Se
trata principalmente de las patologías inflamatorias en fase
Acciones indirectas de brote. Por otra parte, se pueden evocar las dificultades
de discernimiento en materia de prohibición señalando
Dinamización del paciente
que en los países europeos se ha descuidado durante
Cualquiera sea el límite de las técnicas kinesiterapéuticas y mucho tiempo, incluso contraindicado, el masaje de los
de su validación, la mano es un elemento sin igual en los niños, con el pretexto de los efectos oscuros sobre el creci-
diferentes espectros terapéuticos: es a la vez el contacto y la miento, mientras que en otros países (India, África, etc.)
expresión de un contacto. En otras palabras, la mano «sus- estas prácticas eran ancestrales. La razón no confesada era
cita». Salvo tal vez en los pacientes comatosos. En todo caso, el riesgo de erotización en civilizaciones donde el contacto
la mano que asume un contacto dirige sus efectos en el corporal conoció muchas prohibiciones morales.
acompañamiento del movimiento, comunicando con el En una línea de pensamiento cercana se puede decir que
músculo gracias al juego de presiones y depresiones que «todo» el cuerpo humano puede ser masajeado, pero que el
desarrolla. Toda esta inversión propioceptiva y su repercu- contexto estrictamente terapéutico excluye, por razones evi-
sión sobre la vivencia, sobre una realización concreta, cons- dentes, la zona sexual y el pecho en la mujer. Por lo tanto, no
tituyen un estímulo valorizante y perceptible que potencia- se trata de una contraindicación en el sentido médico sino de
liza los esfuerzos de un paciente. La mano que toca media- una reserva relativa a las zonas sexuales o erógenas.
tiza la voluntad de éxito común. Frente a una máquina, el
paciente tropieza rápidamente con sus dificultades, sin Relativos
hablar de las del aparato, cosa que la mano sabe disipar
manejando las informaciones y solicitaciones, dando áni- Por definición estas contraindicaciones no son prohibicio-
mos en el buen momento y en el buen lugar. nes sino llamados de atención a la vigilancia. Sin esta pre-
caución podrían producirse efectos negativos o de intole-
La mano que masajea, independientemente de los efectos
rancia. Esto abarca dos dominios: el propio de ciertas pato-
mecánicos y reflejos, actúa sobre el músculo o el cuerpo del
logías y el propio de ciertas zonas del cuerpo.
mismo modo que la estimulación verbal sobre el deportista
en competición, siendo un incentivo poderoso para la vic- — Entre las primeras, se encuentran las patologías cance-
toria. Es curioso oír: «no vale la pena masajear», se trata rosas, donde está contraindicado abordar la zona evolutiva,
entonces de un kinesiterapeuta que desconoce su poder y lo cual no quiere decir que no se pueda actuar en otras
por lo tanto su deber. zonas por otras razones.
— Entre las segundas, se encuentran las zonas de pasajes
Efecto placebo vasculares donde el masaje puede ser practicado a condi-
Aquí se podría prolongar lo dicho en el párrafo precedente, ción de evitar toda maniobra agresiva, a pesar de que fue-
ya que de esta dinamización nace fácilmente una convicción ron consideradas durante mucho tiempo como zonas de
íntima que, en función de la «fe» del enfermo, puede supe- prohibición absoluta. Entre ellas, el pliegue del codo tiene
rar ampliamente las expectativas lógicas. Es la magia de la mala reputación debido al riesgo de osteoma del músculo
«imposición de las manos». El paciente obtiene su fuerza de braquial. En realidad, esta zona requiere siempre pruden-
la fuente que es su terapeuta y todo puede confirmarlo en cia independientemente del masaje.
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han recomendado maniobras particulares al respecto, fenómenos de cicatrización pueden hacer intervenir la
recién el progreso medicoquirúrgico de las últimas décadas kinesiterapia cuando se trata de paliar una evolución que
y la mayor exigencia de calidad de vida han llevado a consi- no ocurre espontáneamente en el buen sentido (adheren-
derar acciones reeducativas serias tanto en el posparto cias, retracciones, bridas, escaras, etc); el masaje es el acto
como en los problemas de incontinencia urinaria, sobre de movilización tisular que se practica en primer lugar y es
todo posmenopáusicos. El masaje está poco representado seguido por otros (movilizaciones, estiramientos, etc); se
frente a las técnicas fisioterapéuticas o los ejercicios reedu- destina tanto a las cualidades mecánicas de la piel como a
cativos, concierne ciertas cicatrices y a veces puede ser eje- sus imperativos tróficos;
cutado por la misma paciente. — envejecimiento: su aspecto inexorable no impide poner
en juego medios físicos simples como el masaje; éste tiene un
Psiquiatría papel modesto: prevención o retraso de los fenómenos escle-
Esta rúbrica se extiende de los síntomas ligeramente depresi- rosos e hipotróficos y mantenimiento de calidades mecánicas
vos a los grandes estados de alteración que requieren inter- suficientes para retardar la fragilización progresiva.
nación en un medio especializado. El punto común es que
en todos los casos el masaje es un vínculo con el mundo exte-
rior del paciente, un vínculo carnal beneficioso que entabla Regiones
una comunicación casi animal. No puede reemplazar a la
quimioterapia pero es un complemento indispensable para Siempre es artificial dividir al individuo en partes y preten-
quienes no consideran al ser humano como una máquina. der tratar tal o cual zona sin integrarla constantemente en
Según la gravedad, este contacto masoterapéutico puede el complejo funcional al cual pertenece: miembro, tronco.
improvisarse en base al sentido común o puede requerir una Sin hablar de la integración pura y simple en la unidad del
formación especializada y la presencia de un equipo comple- ser, lo cual no debe ser una simple cláusula teórica sino una
to. El individuo es suficientemente misterioso como para que realidad concreta que se traduzca en actos precisos.
no se juegue con la magia del «silencio» corporal.
No obstante, los ineludibles requerimientos pedagógicos
En este caso, el masaje es una terapéutica eficaz aunque nos obligan a dividir el cuerpo humano en cuatro grandes
peligrosa ya que deja sus opciones osteomusculares para zonas.
entrar en la vivencia narcisista del paciente, lo cual debe
Cada región corresponde, en líneas generales, al conjunto
acompañarse de una distancia prudente de parte de un
de una articulación o complejo articular, con el segmento
masajista bien formado. que contiene sus músculos motores: por ejemplo el codo
Región abdominal sólo puede ser abordado conjuntamente con el brazo, ya
que este último comprende los músculos motores de esta
Está alejada de las preocupaciones osteomusculares de la articulación.
kinesiterapia clásica que sólo se interesó en ella a principios Para cada región se propone un abordaje por posiciones,
de siglo, antes de la gran evolución farmacobiológica, y a teniendo en cuenta las principales opciones posibles,
menudo matizada con recetas más o menos creíbles. Sin entendiéndose que todos los casos intermedios pueden
embargo ¿quién no se frotó el vientre en caso de cólicos o deducirse de ellas. En esta ocasión será necesario mencio-
se aplicó calor para calmar ciertos dolores? Se sabe que la nar la o las ubicaciones posibles para el kinesiterapeuta, lo
estimulación de los mecanorreceptores inhibe los mensajes que significa repetir que éste debe controlar permanente-
álgicos, que los quimiorreceptores están vinculados con la mente su movilidad desplazándose en altura: de sentado a
complianza de las paredes, que a pesar de la imprecisión de parado y viceversa; en proximidad: más o menos próximo,
las cartografías reflejas existen resonancias entre la periferia incluso por encima del paciente o por el contrario más ale-
y los órganos subyacentes. Resulta de esto una práctica jado; y longitudinalmente: de la cabecera a los pies del
masoterapéutica aún empírica que debe incentivar a quie- paciente y a veces pasar de un lado al otro. No se trata de
nes se interesan en la investigación a fin de conocer mejor gesticular sino de ofrecer permanentemente un abordaje
los pormenores y objetivos de las técnicas útiles. óptimo. Agreguemos que la soltura que traduce esta aptitud
de ubicarse bien refuerza la calidad del trabajo de modo
Endocrinología considerable, lo cual es una satisfacción para los dos prota-
Es aún un dominio arriesgado: no existe «protocolo» que gonistas, paciente y terapeuta.
establezca vínculos concretos entre esta disciplina y la maso- Las principales estructuras cutáneas, musculares y capsulo-
terapia. Esta última, cuando puede desempeñar un papel, ligamentarias se examinarán a continuación para señalar
actúa a menudo por vía refleja. Pero también se trata de la las dominantes posibles.
atención de pacientes cuyos desórdenes hormonales, cróni-
cos o pasajeros, tienen repercusiones a veces importantes Miembro superior
sobre el aparato locomotor. Por lo tanto, hay que tratar de
solucionar estas consecuencias y mantener a la vez un clima Hombro
psicológico favorable con personas a veces disminuidas en Abordaje por posiciones
su percepción de sí mismas, especialmente en el caso del Básicamente, pueden distinguirse dos abordajes posibles: ya
sobrepeso. El masaje está entonces muy justificado. sea en posición acostada, privilegiando así la comodidad
general o con la idea de jugar en esta relación con la grave-
Dermatología dad, ya sea en posición sentada, privilegiando la posición de
Se piensa poco en ella a pesar de que la piel es el órgano función, es decir la suspensión, más o menos total, del
más directamente involucrado en el masaje. miembro superior.
Se pueden encontrar tres casos típicos: • Decúbito dorsal
— afecciones dermatológicas: el masaje no esta indicado Se puede considerar que es una posición de comodidad
salvo cuando se acompañan de trastornos tróficos y modifi- máxima: el paciente está en reposo, busto y cabeza más o
caciones mecánicas; menos levantados, puede ver al masajista y la acción que
— perturbaciones de la envoltura: en todas las agresiones realiza. Además, el masaje puede acompañarse sin dificul-
de la envoltura corporal (heridas, quemaduras, etc), los tad de la movilización del miembro, ya que el cono de revo-
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21 Ciertas posiciones
18 El apoyo de la mano del
permiten sacar parti-
enfermo sobre la rodilla
do de los grandes
del terapeuta permite
movimientos axiales
modular la colocación
durante el masaje.
del brazo gracias a un
apoyo móvil.
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23
22, 23 La separación o no del brazo permite privilegiar una cara o
la otra.
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del miembro superior e impide todo control o movilización
importantes. En cambio, si el paciente y el masajista se ubi-
can a ambos lados de un ángulo de la camilla, la posición
permite utilizar el apoyo, abandonarlo ocasionalmente, ser-
virse de un apoyo sobre un almohadón colocado sobre las
rodillas del paciente y también variedades de posiciones
interesantes para el terapeuta: por delante, de costado, por
atrás, sentado, parado, y tantas otras posibilidades de multi-
plicar la acción del masaje (fig. 27).
Abordaje por estructuras
• A nivel de los tegumentos
No es necesario efectuar ninguna observación teniendo en
cuenta la perfecta accesibilidad. Se encuentran a menudo
cicatrices anteriores adherentes al plano tendinoso, lo cual
27 El apoyo de la mano per-
puede limitar el efecto tenodesis y perjudicar rápidamente mite integrar la finalidad
la función. cinestésica del masaje.
• A nivel muscular
La parte alta invita a un masaje de las masas carnosas inter-
na y lateral, con amasamiento y presiones con deslizamien-
to. En la parte baja se localizan los tendones de la muñeca,
por lo tanto las maniobras deben asegurar la libertad de
deslizamiento mediante fricciones, movilizaciones transver-
sales, variando al mismo tiempo el estiramiento longitudi-
nal. Su abordaje es casi indisociable del de los tegumentos.
• A nivel capsuloligamentario
El masaje es simultáneo de la movilización de la muñeca,
especialmente en los pequeños deslizamientos específicos
que acompañan a los desplazamientos del cóndilo carpiano
o en el juego de los diferentes huesos del carpo entre sí. Los
«trazos estirados» a nivel de las interlíneas, las fricciones a 28 Los buenos apoyos de cada uno facilitan la eficacia de las
nivel de las inserciones capsulares y especialmente los MTP maniobras.
a nivel de los ligamentos laterales son las maniobras utiliza-
das corrientemente (fig. 28).
Observaciones
La diferencia de tamaño entre el antebrazo y la muñeca
hace que se tenga tendencia a disociarlos durante el masa-
je. Este hecho es acentuado por la elección de una posición
sentada de tipo «frente a frente», de un lado a otro de la
camilla, que privilegia la parte más distal.
Mano
Aislar la mano de la muñeca es una división sobre todo teó-
rica, las relaciones entre ambas son evidentes. La situación
terminal de la mano no debe hacer olvidar que está unida
29 El control visual de la mano masajeada acentúa la participación
anatómicamente al antebrazo y funcionalmente a todo el
del paciente.
miembro superior. Por lo tanto, la elección de la posición es
delicada.
Abordaje por posiciones ralmente sobre el vientre del paciente o a su lado, o bien
• Posición sentada movilizada con el miembro.
Es la posición adoptada con mayor frecuencia. Se debe Abordaje por estructuras
entonces privilegiar la elección de un apoyo en un ángulo • A nivel de los tegumentos
de la camilla, que permita pasar de una situación de apoyo
Las diversas heridas, cicatrices, modificaciones del relieve,
a una libertad espacial, teniendo en cuenta o no el campo
son extremadamente numerosas. Dada la gran superficie
visual del enfermo, modificaciones de posición de las arti-
cutánea, respecto al poco volumen del órgano, el masaje no
culaciones subyacentes o simplemente una mayor movili-
debe emplear maniobras demasiado amplias o globales
dad para el terapeuta. Esto quiere decir que, si bien el masa-
para no descuidar ninguna zona. Incluso si es posible prac-
jista se ubica clásicamente frente al paciente, también
ticar maniobras de deslizamiento y presiones locales, son
puede hacerlo lateralmente, del lado radial o cubital, o
preferibles los microamasamientos aislados, los «trazos esti-
paralelo al enfermo, es decir controlando el masaje de la
rados» y otras maniobras finas y precisas sobre las zonas que
mano desde el mismo ángulo que el paciente (fig. 29).
lo requieran.
• Decúbito dorsal o más a menudo posición semisentada Este masaje está inevitablemente condicionado por la movi-
Puede justificarse por una necesidad de mayor comodidad lización simultánea y se conjuga con el abordaje de las
de parte del paciente, especialmente si es un politraumati- estructuras subyacentes teniendo en cuenta la pequeñez.
zado, o bien por una mayor disponibilidad de maniobra No debe olvidarse la yema de los dedos, hasta el límite con
para el kinesiterapeuta. La mano puede ser colocada natu- la uña. En efecto, estas zonas pueden ser descuidadas por
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31 Este tipo de sostén del miembro inferior permite incluir ligeras
variaciones.
30 El terapeuta puede ubicarse por delante o por detrás del enfer-
mo, incluso movilizar el miembro.
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34 El apoyo del pie del paciente sobre el muslo del terapeuta faci-
lita un masaje bajo postura.
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nos superficiales, maniobras de «plegar-rodar» o de tipo
Wetterwald, amasamientos y «trazos estirados». La coloca-
ción de la rodilla en posiciones de flexión variable permite
modular la tensión de los tejidos superficiales.
• A nivel muscular
El muslo es un conjunto de cuerpos carnosos voluminosos,
mientras que la rodilla sólo comprende tendones y apo-
neurosis cuyo deslizamiento es la condición sine qua non
de la movilidad. No se hablará del compartimiento interno,
vinculado a la articulación coxofemoral.
— Compartimiento anterior: el cuádriceps es ciertamente
el volumen muscular más fácil de aprehender. No obstante, 38 La mano distal realiza una fric-
hay que tomar la precaución de comenzar el masaje a nivel ción vertical sobre las rampas
capsulares femorales.
proximal, como para el recto anterior, y sobre todo prolon-
garlo especialmente a nivel de las inserciones distales: direc-
tas, cruzadas y arciformes, jugando con el deslizamiento de
Pierna, tobillo, pie
las bolsas serosas y el fondo de saco cuadricipital (cf infra).
— Compartimiento posterior: es la localización de los Abordaje por posiciones
isquiotibiales. Su masaje requiere maniobras amplias y sim- • Decúbito dorsal
ples a nivel carnoso. En cambio, hay que saber distinguir los Para la pierna es una buena posición, el masajista se ubica
tendones de la cara posterior de la rodilla y utilizar la colo- homolateralmente y puede eventualmente flexionar la rodi-
cación diferencial de ésta para aislarlos mejor. La porción lla del enfermo para tener acceso a la totalidad de la panto-
corta del bíceps no integra, hablando propiamente, los rrilla. En cambio, para masajear el compartimiento antero-
isquiotibiales, pero se asocia con estos músculos. Su locali- lateral de la pierna es más conveniente la posición contrala-
zación, baja y lateral respecto a la porción larga, puede ser teral. Para el pie, es una posición excelente ya que permite
masajeada de modo bastante selectivo empujando los dedos un buen abordaje de todas las caras. Una variante consiste
hacia la profundidad a nivel de la línea áspera del fémur. en poner el pie fuera de la camilla o colocar un almohadón
— Plano lateral: además del vasto externo, que forma parte debajo de la pierna para mejorar el abordaje del talón y de
del cuádriceps, el plano importante es el del tracto fibroso las zonas retromaleolares. El masajista, parado o sentado,
debe poder ubicarse por dentro, por afuera o en el eje del
con función de tensor de la fascia lata. El cuerpo carnoso ha
pie según su objetivo.
sido mencionado en el abordaje de la cadera, aquí se trata
del plano tendinoso y especialmente de su inserción sobre • Decúbito contra u homolateral
el tubérculo infracondíleo de Gerdy. El bíceps, fácilmente Si bien la ausencia de compartimiento interno en la pierna
identificable gracias a la cabeza fibular, puede ser masajea- hace inútil la posición en decúbito homolateral, es intere-
do con el compartimiento posterior o integrarse en un tra- sante para el abordaje del tobillo y del pie. En cambio, la
bajo más relacionado con la cara lateral de la rodilla. El posición contralateral se utiliza con mayor frecuencia ya
masaje comprende maniobras de MTP, fricciones diversas y que permite el abordaje del compartimiento anterolateral
rotaciones variables, además de la posición de la cadera. de la pierna y, por otra parte, por la frecuencia de las pato-
logías ligamentarias laterales del tobillo.
— Plano interno: está representado por el sartorio, el recto
interno y el semitendinoso. Estos músculos fueron aborda- • Decúbito ventral
dos con el compartimiento correspondiente, pero a nivel Es la posición de predilección por dos objetivos: por un
de la rodilla forman el plano tendinoso aplastado de los lado para masajear todo el compartimiento posterior de la
rotadores internos que se masajean con fricciones y manio- pierna así como la región plantar del pie; por el otro para
colocar la totalidad del segmento en declive, gracias a una
bras de deslizamiento, jugando con esta rotación así como
flexión de la rodilla, en caso de trastornos tróficos en esta
con la flexión-extensión de la rodilla.
zona. Además, el decúbito ventral permite adaptaciones
• A nivel capsuloligamentario movilizadoras interesantes a nivel del tobillo y el pie.
La gran bolsa articular de la rodilla con su fondo de saco • Posición sentada
subcuadricipital es objeto de un masaje que retoma las mis- Es posible a condición de que el paciente esté sentado a cier-
mas maniobras que para el plano cutáneo pero más en con- ta altura (camilla) y que su pie se apoye sobre el muslo del
tacto con el hueso. Se describen así maniobras «de la sero- kinesiterapeuta, que también debe estar sentado. La pierna
sa», que consisten en «trazos estirados» rodeando circular- estrictamente colgante no permite un abordaje fácil del seg-
mente la rótula, fricciones ejecutadas con toda la palma o mento. Aquí también el masajista debe poder ubicarse de un
más puntuales. En la región del fondo de saco subcuadrici- lado o del otro. Una variante de esta posición consiste en sen-
pital, la mano, en apoyo transversal, realiza vaivenes en fric- tar al paciente a una altura normal, con el pie apoyado en el
ción para movilizar el plano muscular apoyado sobre el piso o más exactamente en una pelota. El masaje es así diri-
fémur. Asimismo, hay que señalar, a ambos lados de la rodi- gido por el profesional y ejecutado por el mismo paciente,
lla, la zona denominada «rampa capsular de Chevrier» hecho interesante cuando se trata de una situación que el
donde las fijaciones son rápidamente perjudiciales y requie- interesado debe practicar cotidianamente. Que la pelota sea
ren las mismas maniobras que el fondo de saco, ejecutadas flexible o dura, que se busque una movilidad o no, que el
generalmente con la yema de los dedos (fig. 38). masajista mantenga cierta resistencia o no, son variantes que
pueden sumarse a una reactivación muscular fina y poderosa
La articulación tibiofibular, a menudo olvidada ya que está con carácter de automasaje, de autoestimulación.
vinculada funcionalmente al tobillo, lo está anatómicamen-
te a la rodilla por las inserciones del bíceps femoral y del Abordaje por estructuras
ligamento lateral externo. El masaje comprende también • A nivel de los tegumentos
maniobras de fricción periférica a nivel de la interlínea y se Son de tres tipos. La piel dorsal, fina y móvil, se masajea
alterna con movilizaciones. sobre todo en función de las alteraciones que pueda pre-
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dad lentos, desde los dedos y el talón en dirección de los
bordes del pie: la red profunda se evacúa por adentro, la
red superficial se evacúa por detrás del maléolo lateral
(vena safena externa), o bien por delante del maléolo inter-
no (vena safena interna).
41 El apoyo de la cabe-
Tronco za sobre el muslo del
terapeuta permite
Para muchos el masaje del tronco es ante todo el de la
asociar movilidad y
columna vertebral, objeto de todos los temores y todos los masaje.
mitos. Sin negar el papel primordial de este eje neurálgico,
el tronco comprende también la zona anterior del tórax y el
abdomen tanto muscular como visceral.
Cuello
Abordaje por posiciones
• Decúbito dorsal
La posición es interesante ya que permite una comodidad
espontánea para el paciente y al mismo tiempo corresponde
a una buena disponibilidad terapéutica para el profesional.
Pequeño almohadón o no bajo la cabeza, esta posición per-
mite un abordaje de todas las caras del cuello. El kinesitera-
peuta puede ubicarse de un lado o del otro o a la cabecera
del paciente. Una variante consiste en colocar la cabeza
fuera de la camilla, a condición de que ésta descanse sobre
el muslo del terapeuta, tanto para dar seguridad al paciente
como para disponer de un punto de apoyo suplementario
para movilizar la cabeza mientras se masajea (fig. 41). 42 El masaje denomina-
do en «slack» está
• Decúbito contra u homolateral facilitado por el
De un lado o del otro se trata de abordar el cuello lateral- apoyo móvil de la
mente. La cabeza se apoya de preferencia sobre un almo- cabeza.
hadón para mantener axial la columna vertebral, salvo si se
quiere imponer una inflexión lateral. Esta posición estable
puede reemplazarse por una adaptación dinámica que
necesita un apoyo de la cabeza fuera de la camilla, sobre el
muslo del kinesiterapeuta, el cual está sentado en un tabu-
rete a la altura de la cabeza del paciente (fig. 42). El gran
interés de esta posición reside en la movilización completa
de la columna cervical a partir únicamente de la movilidad
del muslo del masajista. Para lograrlo, éste debe apoyar su
antepié sobre un escabel y utilizar el movimiento de flexión-
extensión del tobillo, así como el retroceso o avance del
taburete por simple inclinación. El masaje involucra toda la
región lateral y posterior del cuello; la solicitación muscular
asociada es provocada por la desaparición del apoyo del
muslo. Este juego de posiciones permite lo que Dolto deno-
43 Ejemplo de calce de la cabeza (respetando la nariz y la respira-
minó el «masaje en slack» [11], es decir en situación de rela- ción) y de los huecos axilares en posición ventral.
jación electiva. Hay que destacar que el apoyo de la cabeza
también puede lograrse con el brazo del masajista, pero,
además de la fatiga que implica, lo priva de una mano para • Posición sentada
la práctica de las maniobras. A veces se utiliza con el objeto de efectuar un menor esfuer-
zo, lo cual es criticable. En cambio, permite una especifici-
• Decúbito ventral
dad: la de una posición de función, con el cuello en carga.
La posición se utiliza frecuentemente en la medida en que Se puede optar por una puesta en carga total o parcial si la
expone la parte raquídea del cuello. En cambio, el mante- cabeza tiene un apoyo anterior o posterior (fig. 44). El
nimiento de la cabeza es incómodo: para que permanezca masajista se ubica por delante, lateralmente o por detrás del
en el eje, es necesario apoyar la frente sobre las manos o paciente; cada posición pone de manifiesto una u otra cara
colocar la cara en un agujero previsto a este efecto en la del cuello. El masaje con control activo del mantenimiento
camilla o incluso, menos bien, en un almohadón. Si no, el cervical es particularmente interesante en la medida en que
paciente debe doblar la cabeza de costado, lo cual no siem- permite disociar la tonicidad de los músculos antigravitato-
pre es fácil sobre todo para las personas de edad avanzada rios raquídeos de los de la cintura escapular. El masaje diri-
o rígidas. El kinesiterapeuta debe poder girar a 180° de un ge así la función de reprogramación sensoriomotora, subra-
hombro al otro y acceder así a la totalidad de la zona pos- yada a justo título por ciertos autores [11, 14, 43].
terior (fig. 43). Además, esta posición es poco propicia para
las movilizaciones simultáneas. Se trata por lo tanto de una Abordaje por estructuras
opción esencialmente estática, destinada a un abordaje • A nivel de los tegumentos
exclusivamente posterior, amplio, siempre y cuando no La piel se masajea sobre todo por adelante, a nivel de even-
resulte incómodo. tuales abordajes quirúrgicos sobre la tiroides. En la cara
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48 Un trabajo tridimensional
46 En posición de tres cuartos, el deslizamiento escapular facilita puede ser asociado al
el acceso a la musculatura posterior. masaje que se transforma
en un verdadero modelado
torácico.
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ubique de un lado o del otro, incluso a la cabecera del
paciente (fig. 52). Las variantes consisten en colocar un
almohadón bajo el vientre para disminuir la lordosis (a
menos que la camilla sea modulable), a veces incurvar al
paciente lateralmente si se quiere relajar un lado de la
columna o tensar el otro. La fuerte adhesión anatómica de
la región lumbar requiere maniobras penetrantes, que pue-
den verse dificultadas por un almohadón abdominal dema-
siado alto, salvo que se busque lo contrario. Más raramente,
puede ser necesario acentuar la lordosis, especialmente
para llegar a mayor profundidad; en este caso el enfermo se
apoya sobre los codos o se instala con un almohadón bajo
las axilas y el tórax.
• Decúbito contralateral 52 Esta posición «clásica» permite un acceso muy amplio de la
El inconveniente es no tener un abordaje simétrico y sólo región.
privilegiar un costado. En cambio, una ventaja considerable
de esta posición es la posibilidad de acoplar, más o menos
simultáneamente, todas las movilidades de este segmento,
lo cual no es posible de otro modo. El enroscamiento de la
región lumbar se obtiene gracias a la flexión de las coxofe-
morales y el movimiento de balanceo pelviano resultante; la
rotación, gracias a la oposición entre el retroceso de la cin-
tura escapular y el avance de la cadera superior; por último,
la flexión lateral se alcanza gracias al descenso del ala ilíaca
o al ascenso del isquion de la cadera superior. Estas manio-
bras se realizan mediante apoyo de los antebrazos sobre el
paciente mientras que las manos conservan su disponibili-
dad para el masaje local.
• Decúbito dorsal
La elección puede parecer sorprendente y sin embargo, 53 El masaje lumbar en posición dorsal solicita fácilmente un
aunque limitado, su interés es considerable. La comodidad ajuste propioceptivo, variable según la posición de los miem-
bros inferiores.
del paciente se obtiene fácilmente: almohadón bajo las
rodillas u otro, posición confortable de la cabeza. Se puede
aprovechar esta buena relajación colocando las manos late-
ralmente hasta llegar a nivel de las apófisis espinales, uni o
bilateralmente según la contextura del masajista. En fun-
ción de esto, éste puede ubicarse también en la cabecera o
desplazado de costado; puede abordar la zona lumbar ya
sea homolateralmente y colocar sus manos en los surcos
paravertebrales, ya sea contralateralmente y utilizar la iner-
cia del cuerpo del paciente para dosificar la presión de las
maniobras. Éstas son limitadas pero permiten una buena
acción local, a condición de hacer partir los propios movi-
mientos de la cintura escapular y no de los dedos. Se le
puede solicitar al paciente que apoye o que se aleje del con-
tacto, sobando al mismo tiempo la musculatura (fig. 53).
54 El terapeuta debe tener
• Posición sentada una posición muy confor-
Es una posición de progresión debido a la carga que pesa table para asumir un
sobre la columna lumbar y también una posición en la cual masaje movilizador de la
región lumbar.
se puede jugar más fácilmente en las tres dimensiones: un
brazo sirve para sostener al paciente, generalmente a nivel
de su cintura escapular, el otro para masajear (fig. 54). Es
posible una opción intermedia apoyando al enfermo contra • A nivel muscular
una mesa, lo cual disminuye las movilidades pero permite
A este nivel, la musculatura es en gran parte aponeurótica,
todavía variantes en ante o retroversión de la pelvis. El uso
gruesa, compacta y por lo tanto poco accesible a la movili-
de un asiento giratorio, incluso de una pelota, aumenta las
dad. El masaje se orienta entonces hacia dos objetivos: el
posibilidades considerablemente, pero éstas deben mane-
trabajo de las zonas carnosas de los espinales y de los cua-
jarse con parsimonia para no diluir el interés de la posición.
drados lumbares, jugando con los diferentes trayectos mus-
Abordaje por estructuras culares, y el masaje de las zonas más fibrosas, inserciones a
• A nivel de los tegumentos lo largo de las crestas ilíacas, de las apófisis espinosas y en el
ángulo iliolumbar. La puesta en tensión pasiva se realiza
La región lumbar posee tegumentos gruesos, naturalmente
más fácilmente en posición lateral modulando el enrosca-
adherentes y poco móviles, salvo variaciones morfotipológi-
miento lumbar y sobre todo la posición rotatoria gracias al
cas. Por lo tanto, no se trata de «flexibilizar» sino simple-
juego de las dos cinturas, pelviana y escapular (fig. 55).
mente de recuperar una plasticidad fisiológica cuando exis-
ten cicatrices retráctiles, induraciones dolorosas, etc. El tra- • A nivel capsuloligamentario
bajo con «trazos estirados» originado en el «masaje reflejo» Aquí reside todo el interés de las movilizaciones específicas,
ofrece un buen ejemplo de masoterapia de esta zona. articulación por articulación, unidas a la masoterapia. La
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55 Esta posición clásica permite un ajuste bastante fino de las soli- 56 La «conducción» sacropelviana por el masaje requiere a veces
citaciones impuestas por el masaje. abandonar la camilla y realizar un trabajo en el suelo.
colocación diferencial se maneja por técnicas apropiadas Teniendo en cuenta el objetivo del masaje, el paciente
(remitirse a este tipo de práctica) practicando simultánea- puede estar en slip, suficientemente fino y de formato
mente masajes localizados y progresivamente profundos alre- reducido. Las maniobras son generalmente amplias, con
dedor de las articulaciones posteriores. La solicitación activa deslizamiento, a veces con fricciones amplias, y no deben
asociada permite orientarse hacia un reajuste del equilibrio vacilar en provocar el movimiento de balanceo pelviano o
tónico garante de los resultados adquiridos. El masaje se basa cualquier otra movilidad deseada.
en presiones estáticas, fricciones y sobados localizados.
• Decúbito contra u homolateral
Observaciones Esta posición se utiliza típicamente para el masaje localiza-
La región lumbar está esencialmente centrada en la estabi- do de una hemipelvis, a menos que el juego pelviano sea
lidad y no parece razonable esperar una «flexibilidad» de trabajado a partir de un apoyo lateral, la zona trocantérea,
los tejidos que no se puede encontrar en dicha región. Por en cuyo caso el masaje retoma el estilo de trabajo de la posi-
lo tanto, es inútil realizar maniobras de «palpar-rodar» de- ción precedente.
masiado intensas más allá de cierta búsqueda de libertad de • Decúbito ventral
los tejidos respecto a las normas del paciente. Esta posición es más estática pero permite un masaje relati-
vamente apoyado de las zonas sacra, glútea, trocantérea e
Zona sacropelviana
isquiática. El movimiento, aunque limitado, es posible y las
Hay que decir, como preámbulo, que esta zona es general- maniobras del masaje son aptas para crear un movimiento
mente ignorada por el masaje. A menudo la «pelvis» sólo se de báscula entre el sector sacro y el ilíaco (fig. 57). Las
aborda indirecta y parcialmente: es decir, lateralmente, a maniobras consisten en empujar el sacro hacia adelante,
nivel coxofemoral, y por un acceso posterosuperior, a nivel como en la nutación, mientras que la mano «ilíaca» realiza
sacroilíaco; la zona genitoanal queda reservada a patologías maniobras de presión con deslizamiento tendiendo a pro-
específicas. Ahora bien, existe una «movilidad» sacropelvia- vocar una «retroversión unilateral» del hueso coxal, que
na, mal percibida en el plano psicomotor, y cuyo papel es algunos denominan «posteriorización» del ala ilíaca, para
mecánicamente capital ya que la pelvis es el elemento diri- no confundir con retroversión. El masaje en sentido inver-
gente fundamental de la columna, lo que Dolto llamaba el so es fácil de imaginar.
«pivote» [13]. Debe buscarse una buena percepción propio-
ceptiva de este sector por la elaboración de movimientos • Posición sentada
que se originen en la pelvis y el masaje es un elemento de Parece poco propicia dado que el enfermo está apoyado
base en este trabajo. sobre su «fundamento». No obstante, la palabra «masaje»
sigue siendo válida ya que debe tenerse en cuenta que las
Abordaje por posiciones manos no son simples puntos de contacto que generan
• Decúbito dorsal empujes o tracciones, como en las anteversiones y retrover-
La posición expone el bajo vientre, la zona sexual (cubier- siones, sino también «palpadores» que «interrogan» un sec-
ta) y las caderas, por lo que el masaje parece bastante limi- tor mal controlado, estimulando una respuesta, interpelan-
tado. El interés mayor reside en que es fácil, gracias a una do un músculo o un punto preciso, totalmente en la línea
flexión de cadera, dirigir la movilidad de la pelvis. Por esta del masaje. El kinesiterapeuta debe poder sentarse a una
razón, el masajista puede utilizar tomas bilaterales, aunque altura un poco más baja que su paciente y moverse alrede-
no forzosamente simétricas, para masajear las fosas ilíacas dor de las cuatro caras, según el sector que se quiera tratar.
externas y las crestas del hueso, terminando en la muscula- Las manos se desplazan sobre todas las caras del conjunto
tura anterior de la cadera o descendiendo hasta los trocán- pelviano invitando al paciente a sentir el gesto, imaginarlo,
teres mayores, incluso los isquiones (fig. 56). Es fácil solici- prolongarlo o, por el contrario, hacerle oposición. Es el
tar el movimiento por presiones masajeantes y movilizado- «diálogo gestual», apreciado por Dolto, lo que caracteriza a
ras a la vez, renovando así el interés del paciente y su parti- esta posición en situación de función, es decir erigida. Se
cipación, dado que en esta posición no tiene un control puede sumar un elemento de progresión, punto de transi-
visual de la zona. El bombardeo sensorial del masaje per- ción del masaje a la reeducación gimnástica: el mismo abor-
mite hacer pasar ejercicios difíciles, por ejemplo colocando daje puede considerarse para un paciente sentado en una
una bandeja inestable sobre el sacro o simplemente un pelota de reeducación. El movimiento resulta potencial-
pequeño almohadón para acentuar el movimiento pivotan- mente incrementado, por lo cual hay que tener cuidado de
te de la pelvis durante las maniobras. Asimismo, el apoyo o no caer en un exceso movilizador: el interés sigue siendo el
no de los pies es un elemento de graduación. seguimiento y el control de la maniobra del masaje.
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57 El masaje de la zona sacropelviana asocia masaje transversal 58 El masaje asocia relajación muscular de los pelvitrocantéreos y
profundo, micromovilidades, estiramientos de los planos apo- respuesta tónica gracias a la colocación de los dedos.
neuróticos.
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Abordaje por posiciones
• Decúbito dorsal
Es evidentemente la posición de elección. A veces es nece-
sario levantar un poco el busto del enfermo por razones de
comodidad, incluso colocar un pequeño almohadón bajo el
occipucio. El kinesiterapeuta puede trabajar sentado y debe 61 El masaje muscular
poder moverse alrededor del paciente. exige a veces el abor-
daje intrabucal y el
• Decúbito contra u homolateral uso de un dedil.
Esta opción sólo se justifica cuando las maniobras deben
localizarse lateralmente, como a nivel de una articulación
temporomandibular.
Es evidente que el decúbito ventral no permite el masaje.
• Posición sentada
La posición con el busto vertical es poco práctica, por lo
general se trata de una posición sentada inclinada hacia
atrás. Es decir un decúbito dorsal más levantado. El interés
de esta variante es que permite acoplar masaje y respuesta
muscular con el control de un espejo.
Abordaje por estructuras
• A nivel de los tegumentos
La totalidad de la piel está involucrada, tanto si se trata de
cicatrices, de quemaduras o de heridas diversas. El masaje
puede alternar tomas amplias, envolventes, de tipo roza-
miento, o presiones con deslizamiento un poco más apoya-
das, ejecutadas con la yema de los dedos, a veces con algunos
dedos. El amasamiento permite despegar los planos superfi- 62 63
ciales y movilizarlos durante el masaje lo que conduce a la 62 La comodidad del paciente se logra gracias a la rodilla del tera-
rúbrica siguiente ya que la musculatura, sobre todo cutánea, peuta y a su mano frontal.
no permite diferenciar los planos cutáneo y muscular. La
63 El apoyo anterior y el sostén de los miembros superiores es un
cara puede, como otras regiones del cuerpo, ser masajeada elemento de relajación incrementada.
según técnicas «reflejas» y los «trazos estirados» siguen en
líneas generales el trazado morfológico óseo y muscular.
• A nivel muscular
Los músculos de la cara se masajean analíticamente o por
pequeños grupos. Un grupo aparte está constituido por los
que tienen una inserción ósea, como el poderoso masetero.
Los otros rodean los ojos, la boca o la periferia (frente, cuello,
etc.). Hay que señalar que un buen abordaje de los músculos
que rodean la boca obliga a masajear el buccinador (fig. 61) 64 El masaje del cuero
lo cual requiere un dedil. cabelludo puede utili-
zar tracciones y friccio-
• A nivel capsuloligamentario nes a partir del cabello.
El masaje temporomandibular supera el entorno articular
de los cóndilos para involucrar la musculatura denominada
«de sustitución» que participa en el mecanismo mandibu-
• Decúbito contra u homolateral
lar. En el plano capsuloligamentario, consiste en fricciones
de tipo MTP sobre la interlínea, colocando la mandíbula en La única diferencia con la posición dorsal asociada a una
una posición determinada, especialmente con una abertura rotación de la cabeza es una mejor estabilidad y menor fati-
ga por la postura. En cambio, la posición sólo permite un
de boca suficiente para obtener el deslizamiento anterior
abordaje unilateral.
que descubre parcialmente la parte condílea.
• Decúbito ventral
Cráneo Posición práctica para el abordaje posterior, especialmente
Hay poco que decir sobre el masaje del cráneo. Se conside- para las emergencias de los nervios de Arnold, así como para
ran tres casos principales: el masaje de tipo reflejo por sus la mayor parte del cráneo. El inconveniente es, para algunas
virtudes sedantes, especialmente en los cervicálgicos en fase personas, el mantenimiento de la cara contra la camilla.
aguda, el masaje en las neuralgias de Arnold y, en menor • Posición sentada
grado, en las cicatrices del cuero cabelludo. El enfermo debe estar sentado en un asiento bajo para que
Abordaje por posiciones el terapeuta, sentado a una altura mayor, pueda dominar
fácilmente la cabeza. El abordaje es bastante completo,
• Decúbito dorsal exige simplemente un mantenimiento parcial de la cabeza
Puede utilizarse para el abordaje de la parte anterior del por parte del paciente. En efecto, para limitar la fatiga, es
cráneo y de las partes laterales haciendo girar la cabeza a un conveniente proporcionarle un respaldo para apoyo poste-
lado o al otro. Indirectamente, cuando el masajista está sen- rior y durante el masaje hacer de modo tal que una de las
tado a la cabecera del paciente, es posible aprehender la dos manos pueda controlar más o menos el mantenimiento
parte posterior con las palmas de ambas manos. de la cabeza (figs. 62 y 63).
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Bibliografía
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