/ Abril de 2008

ducción africana se cuentan

con cuentagotas.

¿Sobre qué se interesan los

nuevos realizadores?
Mahamat-Saleh Haroun, Mama
Keita, Zeka Laplaine, Fanta Re-
gina Nacro y Abderrahmane
Sissako, entre otros, exploran
nuevas vías, se atreven a filmar
lo íntimo de la relación amo-
rosa y los dramas modernos, y
ponen en tela de juicio las ideas
fijas de los mayores. Ello no les
impide respetarlos. Dado que
África está en busca de sus va-
lores, respetan el pasado, pero
lo hacen sin afición exclusiva.
Su búsqueda apasionada de in-
dependencia tanto formal como
financiera sirve, ante todo, a su
deseo de entender el mundo y
de testimoniar.

Al margen de la historia du-

rante años, África se encuentra
hoy en el centro de todos los
debates. El cine colonial redujo
al africano a unos determina-
dos estereotipos, y los medios
de comunicación hacen de él
un permanente hambriento
cuya agonía no deja de bana-
lizarse. El cine africano, sea de
ficción o documental, rechaza
esa imagen estereotipada, ese
cliché predefinido, planteán-
dose nuevas preguntas acerca
de su relación entre la imagen
y la memoria. De una película
a otra, el realizador africano
lucha hoy por encontrar una
estética africana en la que todo
sea belleza pero también am-
bigüedad y lucha. La pregunta
aún espera respuesta, y el cine
africano aún sigue en búsqueda
de una identidad propia.
¿Alguno se zambulle en el
drama de las pateras que
intentan cruzar el Estrecho?
Por supuesto, directores ma-
rroquíes como Mohamed Is-
mael y Leila Marrakchi, por
citar algunos. Ahora toca el
turno a los realizadores subsa-
harianos directamente tocados
por el tema de la inmigración
clandestina y del drama del
Estrecho y de Canarias. Este
año, directores subsaharia-
nos rodarán en el Estrecho un
documental, dos cortos y una
ficción.
¿Para una ciudad que es
la imagen visual de los
desembarcos de inmigrantes
que buscan el sueño de la
prosperidad, supone un
orgullo organizar una
actividad que, en cierta
manera, es de acogimiento?
No ha sido y no sigue siendo
tarea fácil la de convencer a
los lugareños de la importan-
cia de que este evento tenga su
sede en un lugar tan emblemá-
tico como Tarifa. Aún están
demasiado preocupados por
defender de forma exclusiva
sus propias expresiones artísti-
cas y culturales. Al tarifeño le
cuesta, en general, aceptar que
su ciudad pertenece a muchas
otras causas, a muchas otras
gentes. No obstante, son cada
vez más los que se acercan a las
salas de cine durante el festival.
Y yo espero que su número siga
en aumento.
No sólo se expresa mediante
la gran pantalla, también
hacéis en el festival una
exposición de grafitis.
El festival de Tarifa es un evento
cinematográfico, pero, no por
ello, quiere descuidar otras for-
mas de expresión artística del
continente vecino, de manera
que, durante los diez días del
festival, Tarifa se perfila como
un verdadero foro cultural del
continente africano. Grafiteros
marroquíes y andaluces com-
partirán espacios de expresión
durante el FCAT.
Y música y danza...
Cuatro momentos musicales,
dos conciertos, talleres de per-
cusión y danza completarán la
oferta de la edición 2008.
¿En qué consiste el espacio-
escuela?
La idea es ofrecer a los jóvenes
una herramienta nueva para
poder nombrar, analizar, com-
prender y expresar su visión de
las realidades que les rodean, y
a través de esta “nueva visión”
conseguir poner las bases de un
verdadero diálogo interétnico
entre las nuevas generaciones.
Serán cerca de mil los alumnos
de ambas orillas del estrecho
de Gibraltar los que asistirán
a proyecciones y debates, visi-
tarán exposiciones y convivi-
rán en un espacio cultural “sin
fronteras”.
¿Con qué apoyos cuenta el
festival?
Un festival con retos tan arduos
no podría existir sin aquellos
que apuestan por él y lo apo-
yan, sin aquellos que cada año
renuevan la confianza deposi-
tada en nuestra organización
y permiten su consolidación.
Son muchos los que nos sostie-
nen, empezando por la Agencia
Española de Cooperación In-
ternacional para el Desarrollo,
Casa África, la Obra Social de
Cajasol, la Junta de Andalucía,
gracias a su Consejería de Cul-
tura, del Instituto Andaluz de
la Mujer, del Instituto Andaluz
de la Juventud, del Centro An-
daluz de Fotografía, la Funda-
ción Tres Culturas, el Ayunta-
miento de Tarifa, la Fundación
Provincial de Cultura, el pro-
grama europeo Medscreen, el
programa ARRABT, Casa Ára-
be, el Ministerio de Cultura y el
ICAA, la Embajada de Francia
y Caja Madrid; además de otros
patrocinadores privados como
Chocolat Factory, Western
Union, Royal Air Maroc y FRS
Compañía de ferrys del Estre-
cho, Canal Sur TV, TVE… En
fin, espero no haberme olvida-
do a ninguno porque verdade-
ramente son nuestros ángeles
de la guarda.
¿Contáis con alfombra roja:
un Banderas, una Penélope...?
¿Notáis el apoyo de los
profesionales españoles?
Por supuesto, en Tarifa no hay
alfombra roja. El de Tarifa no
es un festival de glamour. Es
un espacio de dimensión muy
humana en el que no es difícil
compartir una cerveza con un
director de cine africano. A los
profesionales españoles aún les
cuesta ser solidarios con un
proyecto como el nuestro. No
podemos y no queremos pagar
cachés, porque necesitamos
hasta el último céntimo para
traer a cineastas africanos y
que puedan darse a conocer y
promocionar su cine, traducir,
subtitular y poner a disposición
del espectador español una
oferta cinematográfica cada vez
mayor. Pero, si alguien conoce
a Penélope Cruz y a Antonio
Banderas y están dispuestos a
compartir banquillo con una
causa como la nuestra y con
cineastas africanos con menos
medios para promocionarse
que ellos, serán siempre bien-
venidos.
¿A su juicio, cuál es el
principal problema que afecta
a África?
Después de tantos siglos de
dependencia, África tiene que
cumplir un proceso de desco-
lonización de sus propias men-
tes que le permita forjarse su
propio futuro. Creo que África
tiene que dejar de lamentarse
y de mirar siempre hacia otros
a la hora de buscar culpables.
Ahora es en su propia cocina
donde los africanos tienen que
poner orden, acabar con la co-
rrupción que impide al pueblo
acceder a las enormes riquezas
naturales del continente.
¿Qué es el Griot de Viento,
vuestro galardón al mejor
filme?
El griot es un personaje fun-
damental a la hora de entender
África del Oeste. Es el transmi-
sor de la tradición y, por tanto,
la voz de su pueblo. Nosotros
creemos que el director de cine
africano es el nuevo Griot de los
tiempos modernos. ¿Por qué de
Viento? Bueno…, no olvidemos
que estamos en Tarifa, aquí el
viento es protagonista indiscu-
tible. Nuestro Griot tenía que
ser por fuerza de viento.