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34 LA VANGUARDIA CU LTU RA MARTES, 2 JUNIO 2009

Josep Maria
Ruiz Simon

El boquerón
y la anchoa
E
n su penúltima entrega, el se-
manario neoconservador esta-
dounidense The Weekly Stan-
dard despacha a los lectores
un artículo en el que Stephen Schwartz,
colaborador de la revista de Bill Kristol,
se explaya en el repaso de algunos libros
recientes sobre el franquismo, en parti-
cular en el de Stanley Payne sobre Fran-
co y Hitler, de cuyo enfoque discrepa, y
en los de Matilde Morcillo Rosillo sobre
JOHN THYS / AFP
S.R. Radigales y los sefardíes de Grecia
(1943-1946) y de Xuan Cándano sobre El Buena parte del recorrido se realiza en penumbra, con tan sólo las obras iluminadas
pacto de Santoña (1937): La rendición del

Bruselas liquida su deuda con


nacionalismo vasco al fascismo, cuyo ma-
terial usa sin demasiados escrúpulos pa-
ra barrer para casa. La pieza tiene como
título Spanish revision. What we know,

Magritte con un gran museo


and what we think we know, about Fran-
co y sustenta sus argumentaciones sobre
una tesis que vuelve a poner de manifies-
to que no faltan quienes opinan que, de-
bidamente reciclada, la historiografía
franquista resulta sostenible. Mantiene
Schwartz que Franco, un hombre de la 200 obras desvelan los enigmas del artista y cuestionan los tópicos
derecha tradicional española, encarnó
una respuesta contrarrevolucionaria, y
para nada fascista, a una profunda crisis BEATRIZ NAVARRO tiene de mecenas a una gran empresa lo. También se exponen obras de los
social y puso en marcha un régimen dic- Bruselas. Corresponsal eléctrica, el visitante se mueve en pe-cinco meses de su periodo vaca, voca-
tatorial pero tolerante y con poco en co- numbras por las salas. El efecto es, evi-
blo francés que se refiere a algo tonto.
mún con los de Hitler y Mussolini; un “Cuando miren una obra de Magritte, dentemente, buscado, obra del escenó- Ya en el primer piso, se encuentran
régimen en el que, ya desde mediados no olviden que esa obra no es Magrit- grafo Winston Spriet: sólo las pinturaslas obras más célebres del autor y un
los cincuenta, se planificó la salida demo- te”, sugiere Charly Herscovici, presi- de Magritte iluminan las estancias. repaso por el vertiginoso reconoci-
crática de la dictadura en una estrategia dente de la Fundación Magritte, a los La visita comienza en el tercer pisomiento internacional en los años 50 y
en la que el propio Franco participó al visitantes del museo que desde hoy con las obras de René Magritte 60: El regreso, Sherezade, El baño de
elegir como sucesor al príncipe Juan Bruselas dedica, en exclusiva, al máxi- (1898-1967) hasta 1929: El jugador se- cristal, La memoria, El castillo flotante
Carlos, un defensor de la democracia. mo exponente del surrealismo belga. creto o La boda de medianoche, además y dos versiones de El imperio de las lu-
En el relato de Stephen Schwartz, La recomendación no está de más de encargos publicitarios y sindicalis-ces, una, cedida por Anne-Marie Gi-
Franco es el católico cabal que frenó el cuando se trata de alguien que, a juicio tas. Destaca la influencia temprana de llion-Crowet, hija de una pareja amiga
estalinismo ateo y, de acuerdo con una del propio artista, alcanzó el reconoci- De Chirico y la inspiración encontrada de Magritte. Su madre y ella fueron re-
leyenda en boga, el gran amigo de los ju- miento “por un malentendido” sobre en su esposa y musa, Georgette, con tratadas por el artista en dos lienzos
díos que salvó a cientos de sefardíes del su trabajo, ya en la recta final de su ca- quien en 1927 se trasladó a París. Allítambién prestados al nuevo museo.
holocausto. El suyo es, en resumen, un rrera. entró en contacto con André Breton y “Tenía la obligación moral de hacer-
Franco previsible, convenientemente co- Por lo que tiene y lo que no tiene, el los surrealistas, un ambiente al que lo”, ha dicho Gillion-Crowet. Por las
cinado para consumo de neoconservado- nuevo museo permite al visitante acla- Magritte, fiel a su aspecto inofensivo paredes se leen aforismos como Ceci
rar equívocos y profundizar en el mis- de pequeño burgués, nunca se adaptó. n'est pas une pipe, que resume su for-
terio que envuelve a objetos tan bana- Agobiados por los problemas económi- ma de cuestionar la relación entre un
Stephen Schwartz, ‘neocon’ les como una puerta o
una manzana en las
objeto y su nombre, u
otros más reveladores so-
de segunda generación, obras de Magritte. Allí es- bre su trabajo: “No he te-
pinta a un Franco tán, con sus equívocos tí-
tulos, El imperio de las lu-
nido una idea, sólo he
pensado en una imagen”.
beatificable y filosemita ces, las casas sumidas en Cuarenta años des-
la oscuridad pese a la cla- pués de la muerte de Ma-
ridad del cielo; El retor- gritte, Bélgica salda una
res. Si he reseñado su retrato es como no, esa paloma que no se deuda histórica con uno
pretexto para hablar del retratista. sabe si atraviesa el cielo de sus artistas más inter-
Schwartz es un neocon de segunda gene- o viceversa; La magia ne- nacionales, al que hasta
ración que comparte con algunos de los gra, un desnudo de mu- ahora aparte de la gran
miembros más destacados del núcleo jer fundido parcialmente retrospectiva de 1998 só-
fundacional del movimiento, como el pa- en el cielo, El jugador se- lo había dedicado una sa-
dre de Bill Kristol, un pasado trotskista creto, La memoria y mu- la en su museo de arte
que, en su caso, le llevó a colaborar, con chos hombres con traje y moderno. Por iniciativa
Víctor Alba, en la redacción de una histo- bombín lloviendo sobre privada, la modesta vi-
ria del POUM, antes de convertirse al is- calles muy belgas... vienda del pintor en el ba-
lamismo en su versión sufí cediendo tar- Pero es quizás la au- rrio de Jette se convirtió
díamente a una tentación que, al pare- sencia de algunas archifa- hace 10 años en casa mu-
ERIC VIDAL / EFE
cer, le asaltó a los 17 años mientras leía a mosas pipas y manzanas, seo. Nada que ver con el
Ramon Llull. No puede pasarse por alto propiedad de pinacote- El museo quiere ser centro de investigación de referencia Museo Van Gogh de
la presencia de la cultura catalana en su cas internacionales, lo Amsterdam o el dedica-
trayectoria. No dudo que algún día, cuan- que convierte la visita al Museo Ma- cos, volvieron a Bruselas en 1930. do a Paul Klee en Berna, iniciativas
do llegue una presidencia propicia, se le gritte en un descubrimiento del autor En la segunda planta el recorrido que Bruselas pretende emular, para
concederá una Creu de Sant Jordi. Mien- y sus enigmas más allá de los tópicos. continúa con las obras realizadas du- convertirse en centro de investigación
tras no llega ese momento, podemos re- Unas 150 pinturas proceden de fondos rante la Segunda Guerra Mundial (El referencia sobre el autor. El museo pre-
flexionar sobre las afinidades electivas museísticos de la ciudad y 50 son prés- retorno, Dios no es un santo, La isla del para ya una exposición sobre la rela-
que explican que el ex trotskista que ha- tamos de colecciones privadas, entre tesoro, La respuesta imprevista) y lien- ción de Magritte con Miró y Dalí.
ce unos años lanzó la hipótesis del asesi- ellas la Fundación Menil (Houston). zos del periodo “impresionismo a ple- La iniciativa ha recibido algunas crí-
nato del Walter Benjamin a manos de Situado estratégicamente entre el no sol”, como lo llamó Magritte en su ticas por su efecto secundario, desves-
agentes soviéticos y que ahora pinta a un Palacio Real y la Grand Place de Bruse- vano intento epistolar de persuadir a tir otros museos locales, y por lo mu-
Franco beatificable y filosemita, y el mu- las, el edificio del museo es en sí mis- André Breton de su hallazgo. “Ningu- cho que tiene de marketing. Nada rele-
sulmán moderado que, desde la direc- mo una caja de sorpresas. La fachada na de sus obras me da la impresión del vante para Michel Draguet, director
ción del Center for Islamic Pluralism, neoclásica del hotel Altenloh se ha sol; Renoir sí, las suyas en absoluto”, le del Real Museo de Bellas Artes, matriz
teoriza contra el islamofascimo puedan mantenido intacta, pero su interior se espetó el vigía del surrealismo. Magrit- del centro: “Lo que parecía un sueño
ser, como el boquerón y la anchoa, el ha transformado por completo. Sus te se vengó con una exposición en Pa- delirante hace poco tiempo, se va a
mismo pescado. ventanas no reflejan los plomizos nu- rís, pero, por consejo de sus amigos y convertir en una realidad”, celebra. Pa-
barrones belgas sino la animación del su agente en EE.UU., donde empezaba ra que el sueño sea sostenible, deberá
cielo azul típico de Magritte. Y aunque a ser conocido, abandonó el nuevo esti- atraer a 600.000 visitantes al año.c

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