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La huella

del
42.
Imperio
E
S Nadia Orenes

P
Lo primero que oigo cuando entro en la sala de exposiciones
E es el silencio general. Aunque hay tan sólo unas pocas perso-
C nas (es el último día de la exposición), se oye a algún niño en-
tusiasmado aunque respetuoso, y a hombres y mujeres que
I comentan, pero casi en susurros, por lo que aún así, tan sólo
A veo silencio. Quizás es por la iluminación, tenue, suavizada
aún más por los colores de la habitación: un rojo granate y
L suave a la vista. Se respira cierta sensación de intimidad, de
E solemnidad incluso.
Para mí también fue imposible reprimir la admiración casi
S automática que sentí cuando entré por la puerta y me encon-
tré de golpe frente a los grandes emperadores romanos que
dominaron el mundo hace dos mil años. Y a tamaño real. Es
II normal que los niños miren y callen. Admiración por la reen-
carnación de este pueblo visionario, que también habitó
nuestra tierra. No he visto esculturas que dejen a la gente un
mejor sabor de boca que las romanas. “Mira, Nerón”, dice al-
guien, con una sonrisa en los labios. Otro visitante, que se
muestra entendido, comenta el significado de los símbolos
que adornan una estela que una vez guardó el cuerpo de un
romano, seguramente noble. Al leer debajo de las placas los
nombres de grandes emperadores que hemos oído toda la
vida, y al verlos conectados a un rostro por primera vez y a
menos de un metro de distancia, se pone una especie de cos-
quilleo en el estómago.
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En el siglo III antes de Cristo, las legio- do por los omnipresentes rayos del
nes romanas pisaron suelo ibero. Así sol alicantino, Lucius seguramente
nació el mundo hispanorromano, que vestía una túnica que llegaba hasta
hizo que nuestra tierra quedara en- las rodillas, bien sin mangas o con
garzada en un nuevo orden político, manga corta. Los hombre romanos
nacido con el emperador Octavio Au- llevaban un manto sobre su túnica,
gusto, como parte de una de las pro- que cubría el hombro y cuidadosa-
vincias hispanas: la Tarraconense. En mente envolvía todo el cuerpo.
la exposición permanente del Museo Sólo los hombres que eran ciudada-
Arqueológico Provincial (MARQ) de- nos romanos podían usar una toga.
dicada al periodo de ocupación roma- La llevaban cuando querían parecer
na en la provincia de Alicante, se nos elegantes, igual que hoy se usa un
muestra a través de los objetos cómo traje. La toga se hacía a partir de lana
el modelo autóctono fue perdiendo vi- de color blanco o de lino egipcio. Era
gencia a favor de los ocupadores. No de forma cuadrada o rectangular y se
obstante, la cultura romana nunca se llevaba drapeada alrededor del cuer-
impuso a sus habitantes, sino que se po. Debajo de la toga se llevaba siem-
integró en la sociedad ya existente. pre una túnica. Los colores se utiliza- 43.
¿Cómo sería la vida de una de esas ban para ocasiones especiales o para
personas que nacieron bajo el domi- mostrar el rango.
nio romano, que se prolongó hasta el Además, Lucius probablemente ha- E
siglo V? La huella que todavía hoy blaría latín. Cuando comenzó la ocu-
queda del paso del Imperio sobre la pación, el latín se fue expandiendo en
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provincia nos da unas nociones bas- los territorios conquistados, y en la P
tante precisas de cómo podría haber época final del Imperio, el idioma ya
sido. había desplazado a todas las lenguas
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Pongamos como nombre a este hi- prerromanas, salvo parcialmente al C
potético alicantino el nombre de Lu- aquitano en algunas zonas alejadas
cius. Antes de nada, sería interesante de los centros de poder romanos. To-
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indagar en qué medida Lucius, nacido das las lenguas habladas actualmen- A
en Hispania, era realmente romano. te en España (salvo el vasco, proce-
Esto dependería del momento de su dente del aquitano) proceden del latín
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nacimiento ya que, al principio, sólo vulgar. E
era ciudadano romano quien descen- Pero, ¿dónde y cómo habría habita-
día de padre y madre romanos. El de- do Lucius exactamente? En Roma e
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recho se fue democratizando bajo el Hispania, la ciudad es el elemento bá-
mandato del emperador Vespasiano, sico de organización territorial y el
hasta que Caracalla, en el siglo II d. C ámbito donde se desarrollan la vida
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concedió la ciudadanía romana a to- administrativa, social y económica.
dos los habitantes del Imperio, inclui- Las ciudades romanas que hubo en
dos los hispánicos. Los fines que per- nuestro territorio fueron las colonias
seguía con su ‘Edicto de Caracalla’ o de Valentia e Illici; y los municipios,
‘Constitutio Antoniniana’, por el cual Saguntum, Edeta, Saetabis, Dia-
se extendía la ciudadanía romana a nium, y Lucentum. El yacimiento ar-
todos los habitantes libres de provin- queológico de Lucentum, situado en
cias, fueron más bien con fines políti- el Tossal de Manises, a 3’5 kilómetros
cos y económicos. de la ciudad de Alicante, fue una ciu-
En cuanto a su aspecto físico, ade- dad pequeña, pero sin embargo, su
más de ser un hombre moreno y curti- topografía y arqueología permiten va-
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Al fondo, los viveros de
Illeta de Banyets, donde
aún se pueden
44. distinguir las balsas,
comunicadas con el
mar, en las que eran
E criados los peces

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P lorar como en ninguna otra el impacto centum y sus alrededores. Los foros,
de la romanización en el asentamien- las termas, los templos, son elemen-
E to ibérico anterior. Su ubicación tradi- tos sin los cuales no se entiende la ciu-
C cional fue muy discutida en los años dad en el sentido romano.
sesenta. El hallazgo de la inscripción Del foro, que ocupa una posición
I con la mención al municipi lucent, en central en el conjunto urbano, recien-
A el barrio de Benalúa, hizo plantear la tes excavaciones han documentado
hipótesis de que la ciudad estaba em- los vestigios de un porticado en forma
L plazada allí. Posteriormente, el hallaz- de U. Lucentum cuenta con, al menos,
E go de una inscripción funeraria con la dos balnea o termas. Las termas de
mención de un Servir Augustal hizo Popilio son las más antiguas y se con-
S que se considerara el Tossal de Mani- serva buena parte de su estructura.
ses como solar del municipio romano. De cronología augústea, a mediados
La muralla cerraba un espacio de del siglo I d.C., M. Popilio Onyx finan-
II tres hectáreas y estaba reforzada con ció una remodelación y ampliación del
varias torres. De su interior se cono- conjunto termal dotándolo de una
cen estructuras de habitación y obras nueva sala y un vestuario. Una ins-
hidráulicas. Esta cerca fortificada y el cripción conmemorativa menciona el
espacio que integra constituirían, más hecho. Hacia la mitad del siglo I d.C.
tarde, el corsé en el que se redistribui- se constituyen las denominadas ter-
ría la urbanística de la ciudad romana. mas de la muralla, con claros avances
En el MARQ, dos pantallas enfrenta- en relación con las de Popilio. Los
das en la sala dedicada a la época de hypocausta se extienden al tepida- Illeta dels Banyets fue
la ocupación romana recrean, me- rium, y las paredes cuentan con con-
diante reconstrucciones infográficas, camerationes, con lo que se conse-
un importante enclave
escenas de la vida cotidiana de Lu- guiría un mayor control y estabilidad comercial
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El peinado representado en los
retratos dependía de varios fac-
Para identificar las personalida- tores, como los rasgos faciales,
des que aparecen en las escul- de manera que a cada configu-
turas no basta con las descrip- ración particular del rostro se
ciones que de ellos aparecen atribuía un tipo de peinado dife-
en documentos. El método más rente (con las orejas descubier-
frecuente consiste en buscar lel tas, flequillo, etc.).
rostro del emperador en una
moneda para luego agrupar to-
dos los bustos iguales
La finalidad del escultor no era
retratar al personaje tal y como
La parte del busto representa- era, sino destacar ciertos ras-
da se fue ampliando con el paso gos de la personalidad por los
de los siglos: al principio, se re- que se le identificaba. Así, se
presentaba tan sólo la cabeza; obviaban detalles como las 45.
en el siglo I d.C., las esculturas arrugas y, por ejemplo, en un
llegaban hasta los hombros, y deportista se plasmaban fac-
finalmente, hacia la mitad del ciones duras y esbeltas E
Siglo II d.C. se esculpe hasta
media figura.
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El retrato
La exposición Rostros de Roma, que de manos de la Obra Social CAM visitó Alicante hasta principios de año, reunió
diecinueve retratos que resumían las etapas esenciales en la evolución del género en la Roma Imperial, presentan-
do ante el público de forma directa a los protagonistas de la historia romana.
El retrato fue un elemento esencial de la cultura romana y una de sus grandes contribuciones artísticas. Fue la ima-
gen del poder, de aquellos que rigieron los destinos del Imperio. Pero mostró también la dimensión humana de sus
habitantes, del ciudadano. Su uso se extendió por todas las provincias del Imperio y representó a todas las clases
sociales, desde el patricio al liberto, desde el senador al magistrado. Fueron esculpidos por la corte imperial, para
perpetuar su memoria y construir la romanidad, la pertenencia a la cultura romana.

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en la temperatura de las dependen- trataba era de valorizar el yacimiento. Hay indicios de que en la segunda mi-
E cias. Disponía, además, de frigida- La palabra que hoy se utiliza para ex- tad del siglo V a. C. hubo un asenta-
C rium con piscina y vestuario. plicar las intervenciones en estos ya- miento ibero, cuyo resto más impor-
Lucentum fenece en el siglo III d.C. cimientos es “musealización”. Es de- tante es un profundo aljibe excavado
I Persiste el problema de la situación de cir, que el concepto de museo, que era en la roca. Este poblado se abandonó
A la Lucentum tardorromana, mencio- un concepto desdeñable, antiguo y en el siglo III a. C., y durante otros tres-
nada en el Ravennate. Puede referir- obsoleto, se ha convertido en un con- cientos años el lugar volvió a quedar
L se a las ruinas de algunas villas de sus cepto de valorización, es decir, de in- despoblado. Finalmente, en la época
E alrededores o al cambio de emplaza- terpretación. Allí hemos colocado re- romana se alzó sobre las ruinas ibéri-
miento de la ciudad, que podría ha- corridos, paneles, hemos recreado cas y prehistóricas una villa agrícola.
S berse refugiado en la ladera del cerro volúmenes a partir de unas interven- En la Illeta encontramos, en primer
de Santa Bárbara. ciones mínimas en la arquitectura.” lugar, el poblado, que quedó estructu-
Hoy Lucentum es el parque arqueo- Pero nuestro paisano Lucius podría rado en dos calles longitudinales que
II lógico más visitado de España, con haber estado al margen del la ciudad recorren la peníncula, comunicadas
cerca de cincuenta y sesenta mil per- y haber habitado en una villa rural co- mediante calles trasversales. Fue un
sonas al año. El MARQ, el museo del mo Illeta dels Banyets, en El Campe- importante enclave comercial, distri-
que depende este yacimiento junto llo. Antes de los años 40 del siglo XX, buidor de mercancías provenientes
con Illeta y Castell de Castells, fue el la Illeta dels Banyets era, como su to- de otros puntos del Mediterráneo, y
responsable de su acondicionamien- pónimo valenciano indica, una isla. centro productor de salazones y vino.
to. Su director, José Alberto Cortés, Pero no siempre fue así. Hasta un mo- El complejo se completó con unos
nos cuenta cómo fue el proceso: “En mento indeterminado de la Edad Me- hornos cerámicos situados en la cos-
1996 estaba todo lleno de yerbas y en dia, era una pequeña península. La ta, dedicados a la fabricación de ánfo-
muy mal estado. Hicimos un convenio erosión marina o un cataclismo natu- ras, envase ideal para el transporte
con el Estado para facilitar el uso y el ral abrieron un canal que dio forma al marítimo. También hay que destacar
acceso a los yacimientos. De lo que se accidente geográfico rodeado de mar. las pequeñas termas.
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Lucentum

1998

30.000 m2

Zeus, s/n

965 262 434

Banco con inscripciones


http://www.marqali-
romanas, tumba y un
cante.com/
ánfora empotrada en la
piedra, todo del
yacimiento de Lucetum
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Por último, nacieron en La Illeta los vi- Suponiendo que nuestro amigo Lu- Tanto en Lucentum como en Illeta dels
veros, cortados en la roca costera. A cius fuera un hombre libre, debió de vi- Banyets apenas queda una leve hue-
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pesar de estar muy erosionada, aún vir unos cuarenta años, si gozaba de lla de la ocupación romana que la do- C
se pueden distinguir las balsas, co- buena salud, antes de encontrar la minó hace cientos de años. Hay que
municadas con el mar, en las que eran muerte. De ser un esclavo, habría vivi- utilizar la imaginación para adivinar en
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criados los peces. Son estas cons- do hasta diez años menos. En Hispa- las ruinas las formas de las construc- A
trucciones, llamadas “banyets”, las nia existían dos formas de realizar los ciones romanas. Sin embargo, toda-
que dieron nombre al yacimiento ar- enterramientos. En el ritual de la inhu- vía hoy el visitante se encuentra con
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queológico. mación, las personas del entorno del sorpresa con ciertos detalles (como E
Illeta dels Banyets sigue siendo hoy difunto ofrecían vasos de cerámica un moderno pestillo en una puerta, un
un emplazamiento espectacular, ro- donde derramaban sus lágrimas, y ingenioso sistema para calentar el
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deado de las azules y brillantes aguas que se enterraban junto al cuerpo. Si agua de las termas) que dejan bien
del Mediterráneo. En él, la accesibili- se trataba de incineraciones, el tama- patente que esas ruinas fueron un día
dad para el visitante se ha procurado ño de la pira indicaba la importancia ocupadas por la civilización más
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con mediante una perfecta integra- del fallecido. Tras la cremación, las avanzada del mundo.
ción en la naturaleza. cenizas se introducían en una urna,
El director del MARQ nos habla que se enterraba para que el alma no museonline
acerca de los futuros planes de acción vagara sin descanso durante la eterni-
Fotos de Lucentum e Illeta en:
proyectados para el yacimiento: “Aho- dad.
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ra lo que pretendemos es recuperar Lo que vino después para Lucius ya
Illeta, hacer una pasarela de madera no podemos saberlo, pero quizás él
que una la torre medieval y eliminar el pensaba que su muerte no supondría
istmo para recuperar la Illeta como tal, el fin. En Alicante se practicaba el cul-
pero también para favorecer la acce- to a la diosa Juno, a la que se erigieron
sibilidad al yacimiento.” templos en las Ilici y Lucentum.
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