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Antropología de la mirada, mirada de la antropología

Las estructuras narrativas y los relatos massmediáticos

Jorge Luis Valdez Morgan

El inminente crecimiento de sociedades postliterarias, tal cual las definió Giovanni Sartori,1
han sido motivo de una preocupación sobredimensionada e injustificada. La existencia de
una preponderancia de lo visual sobre lo textual en la sociedad contemporánea es evidente,
no sólo en sociedades industrializadas capitalistas, sino en sociedades pre o sub capitalistas
con poco acceso a medios de comunicación. Lo visual no es necesariamente mediático,
puede ser parte del aprendizaje cotidiano que proviene de la observación empírica de la
naturaleza. Sin embargo, se asume, como afirma Sartori, que habría una “preponderancia de
lo visible sobre lo inteligible, lo cual nos lleva a un ver sin entender” 2, a partir de lo cual
según dicho autor se estaría destruyendo la capacidad de simbolización y análisis del ser
humano. Sin embargo, estos argumentos han sido ya comentados, criticados y mejorados,
dejando en claro que si bien se está produciendo aun un cambio de paradigmas en la
capacidad cognitiva del hombre, así como en el medio y el mensaje de la información
massmediática,3 la capacidad analítica del homo sapiens no desaparece, sino se transforma.

¿Qué rol juega la interacción entre el espectador y el medio? ¿Cómo las audiencias
mediáticas deconstruyen las estructuras narrativas massmediáticas? ¿El modelo visual es
tan opuesto al sistema literario en cuanto a transmisión de información y capacidad de
análisis y abstracción? Trataremos de esclarecer alguna de esas interrogantes analizando
por separado diversas estructuras narrativas y sus respectivas audiencias mediáticas, en
específico: la televisión como medio de diversión (series y novelas) y la internet y las redes
sociales como reproductor del imaginario social.

1
Sartori, Giovanni. Homo viddens. La sociedad teledirigida . Madrid: Taurus, 1998.
2
Ibid. Prefacio.
3
Definimos massmedia o medios de masas como el mecanismo por el cual se transmiten mensajes creados
por una persona o un grupo de personas, enviadas a través de un dispositivo de transmisión (el medio) a una
gran audiencia o mercado. Los medios de masas de las sociedades contemporáneas están compuestos por las
siguientes industrias: libros, periódicos, revistas, grabaciones, radio, cine, televisión e internet.
1
La hipótesis que manejamos es que las estructuras narrativas massmediáticas no son
asimiladas automáticamente por las audiencias mediáticas, sino que pasan por una serie de
filtros personales, sociales y culturales que las deconstruyen y las reelaboran a través de
rituales4 propios de cada grupo. Proponemos que esa reelaboración requiere el nivel
analítico y de abstracción cuya ausencia denuncia Sartori dentro de este sistema visual, pero
usando paradigmas de análisis diferentes y más parecidos a habilidades mentales como la
memoria, lo que nos obliga a redefinir nuestras herramientas de análisis clásicas.

El encanto de la caja boba y el nacionalismo postmoderno.

Ante la pregunta acerca de qué es lo que hace a la televisión tan particular, es evidente que
la respuesta es el medio en sí más que el mensaje. Si bien la televisión es un fenómeno
complejo, lo que lo hace único es la domesticación del medio de transmisión. El hecho de
tener un transmisor visual en el lugar central de los hogares (antes la sala, ahora las
habitaciones y las cocinas) es un fenómeno nunca antes visto en la historia de la cultura
humana y trasciende largamente al fenómeno de la radio y de los periódicos. El cine como
medio termina donde la televisión empieza, o mejor dicho, el cine termina fuera de la sala
de proyección. Mientras que el cine como mensaje puede ser encapsulado y transmitido a
través de la televisión como medio, mas no al contrario, pues el ritual cinematográfico es
más estricto –público, lineal, continuo - mientras que el de la televisión es fragmentado,
doméstico/privado y repetitivo.
Las telenovelas son la unidad básica de la ficción televisiva. Según Martín Barbero, para el
caso latinoamericano, son el principal medio de transmisión de narraciones ficcionales
desde fines de los setentas, momento en el cual se constituyen como fenómeno
comunicativo en casi todos los países del continente.5 Este proceso produjo a su vez una
apropiación de los temas y del nacimiento de una industria de producción por parte de los

4
El ritual visto desde la antropología visual tiene una significación importante debido a que el fenómeno de
las audiencias masivas impone una redefinición del término. Varios autores como Tuchman (1978), Goethals
(1981), Turner (1982), Carey (1988), Lull (1988), Morley (1992) y Rothenbuhler (1998) han discutido y
analizado el término. Para los fines de este ensayo entendemos lo “ritual” como un conjunto de
comportamientos compartidos por un grupo que funciona como un proceso comunicativo centrado en la
difusión de una cultura común.
5
Martín Barbero, Jesús. Los ejercicios del ver: hegemonía audiovisual y ficción televisiva. Barcelona: Gedisa,
1999. p. 95-96.
2
diferentes países, es decir, una nacionalización del aparato creativo y productivo que tiene
como objetivo modificar y controlar los mensajes para que sean mejor aceptados por las
audiencias según sus particularidades culturales, sus costumbres y rituales.

Lo interesante del caso de las telenovelas, y en general de la televisión, es que han


reemplazado a la imprenta de Johannes Gutenberg en su papel de construcción de
comunidades imaginadas tomando la definición de Benedict Anderson (1991) en lo que se
refiere a la construcción de los Estados-Nación (post)modernos. La cultura, la problemática
social, la actualidad sociopolítica de cada país han sido y son temas sobre los cuales se
construye la ficción televisiva (la telenovela “Los de arriba y los de abajo” o las miniseries
sobre cantantes de cumbia, barristas de fútbol o personajes de la farándula para el caso
peruano son un ejemplo), construcción sobre la cual se establece una serie de redefiniciones
político-culturales y se construyen estereotipos e ideales sociales. Una comunidad
imaginada que toma de lo foráneo para transformarlo en local (por ejemplo el caso de la
novela peruana Natacha de 1969 adaptada en Argentina con actores locales pero con el
mismo argumento, lo que provocó el posterior fracaso en dicho país del filme con el mismo
nombre estrenado en 1970 pero con actores peruanos) y aporta de su experiencia e
imaginación al imaginario continental. Coincidimos con Osorio cuando menciona, citando
a Salzman que la televisión: “It’s diverse, (…) because media broadcasts travel and are
transmitted across cultural boundaries. It is similar because they tend to come from
industrial countries to non-industrial countries, from central regions to peripheral areas.”6

Vemos entonces que las audiencias mediáticas determinan y a la vez reciben diferentes
niveles de construcciones narrativas. A diferencia de lo que se cree, la audiencia de las
teleseries o telenovelas es muy exigente y activa en su consumo de este tipo de lenguaje
ficcional, como lo menciona Lull7 para el caso de la televisión controlada de China y su
audiencia, la cual interpreta el medio y el mensaje de modo activo y crítico. En el caso de la
televisión no controlada, el espectador no sólo tiene el poder de interpretar el medio, sino
de modificarlo a través de la aceptación o rechazo del mismo. Esta acción política es
6
Osorio, Francisco. “Why Is Interest in Mass Media Anthropology Growing?” En: Media Anthropology
Network – Working Papers (http://www.philbu.net/media-anthropology/osorio_massmediagrowing.pdf)
7
Lull, James. “La estructuración de las audiencias masivas”, en: Diálogos de la Comunicación. Federación
Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social, Nº 32. p. 53-54.
3
reciente y novedosa, y rompe con los antiguos modos de representación, incluso han
llevado a la confusión de algunos investigadores al asegurar que esto es un claro ejemplo de
una crisis de los discursos públicos,8 cuando más bien lo que está en crisis es el monopolio
del espacio donde esos discursos se debaten –es decir, el espacio público tradicional, el
ágora-. Los espacios abiertos por la televisión son domésticos y privados, y es allí donde se
está debatiendo e interactuando con los discursos públicos.

Asimismo, en ese caso particular, la literatura y la novela están íntimamente relacionadas


gracias a la construcción del relato ficcional, y su relación con el lector (o espectador) es
similar en ambos casos, pues se produce una relación dialógica donde la experiencia del
espectador es un filtro que forma un modo de lectura intertextual de la novela. 9 Algo
parecido sucede con los textos literarios, donde la prosa o el verso son interpretados de
modo particular según el individuo o la sociedad y el lenguaje que manejan los mismos.

La ciber-realidad y la reconstrucción del nosotros político

Uno de los canales más importantes de recepción, asimilación, transformación y difusión de


información es el World Wide Web (WWW). Luego del llamado “Internet 2.0”, donde la
industria que antes ofrecía el medio y el mensaje ofreció a los usuarios la utilización de
plataformas de transmisión de datos para que los mismos construyeran sus propios relatos
narrativos multimediáticos a través de texto, fotografía, vídeo, animación. Asimismo, eso se
combinó con algunos remanentes del “Internet 1.0” como los grupos de interés o la
mensajería electrónica. El resultado es notable: millones de unidades de información,
accesibles, amigables y autorreguladas, y a diferencia del mundo real, gratuitas e
indexadas.

Si bien hemos mencionado que la televisión es más interactiva de lo que se suele afirmar,
ésta sigue perteneciendo a un tipo de difusión esencialmente unidireccional sobre la cual un
grupo reducido de personas transmiten a una gran audiencia. El internet combina tanto la

8
Esta idea está expuesta en el texto de Gérard Imbert, El zoo visual (2003).
9
Martín Barbero, Jesús. Op cit. p. 124.
4
comunicación point-to-point (telégrafo o teléfono) como la de transmisión masiva,10 lo que
le da un grado mucho mayor de interactividad y de interés (sobre todo en audiencias
jóvenes). Esta actitud de las audiencias masivas, muchas veces pública, es fácil de
identificar y analizar, basta con revisar algunos blogs con un alto número de visitas y
comentarios, algunos foros, grupos de interés y plantillas de redes sociales. Las estructuras
narrativas si bien parecen igual de obvias, no lo son tanto, pues están en constante
metamorfosis por los usuarios. Lo que en un inicio surge como una propuesta particular o
grupal limitada, como las redes sociales, es reinventada por las audiencias y transformada
en un medio de comunicación masivo. No es raro ver hoy en día que casi todas las páginas
del “Internet 2.0” estén elaboradas por usuarios (Wikipedia) o que sus proveedores soliciten
sugerencias de mejoras y que de cuando en cuando recibamos una “actualización” o un
cambio de formato en la interfaz (Facebook o Blogger). Los avances tecnológicos cuentan
como un elemento mucho más importante que en el caso de la televisión, pues el
descubrimiento de un nuevo tipo de compresión de vídeo o de captura de fotos puede
redefinir el uso de un servicio en su conjunto.

Uno de los fenómenos más interesantes del internet actual es justamente uno que contradice
a los detractores de esta herramienta tecnológica. Muchos científicos sociales aseguraron
años atrás que gracias a la carencia de territorialidad del Internet se estaba amenazando la
integridad de los estados-naciones pues la WWW aceleraba la decadencia del nacionalismo
moderno. La historia reciente ha demostrado todo lo contrario. No sólo el nacionalismo ha
demostrado ser una idea que depende cada vez menos de lo tangible (el territorio) sino que
el Internet ha demostrado ser un espacio cada vez menos virtual y más aceptado en todos
los campos de la vida de su audiencia mediática. Los miles de casos de cadenas
independientes de noticias que transmiten desde una página web, los bloggers iraníes que
denuncian las violaciones a los derechos civiles por parte de su Estado, las poblaciones
palestinas que han encontrado en el mundo digital un excelente espacio para difundir sus
demandas territoriales, los aborígenes australianos conectados a través de redes digitales
por las cuales coordinan sus demandas, las poblaciones kurdistaníes dispersas por los
territorios convulsionados de Pakistán, Irak e Irán que encuentran una vía de comunicación
10
Robinson, John y otros. “Mass Media Use and Social Life Among Internet Users”. En: Social Science
Computer Review, Vol 18, Nº 4 (2000). p. 490-491.
5
rápida y efectiva a través de la mensajería digital o de los blogs,11 son prueba que las
naciones también son reproducidas en el mundo virtual y su presencia en el mismo ha
llevado a otras naciones a manifestar sus propias peculiaridades. Hay una constante
construcción de un nosotros y del un otro en la web, basado en el uso de rituales, mitos e
imaginarios que pueden ser fácilmente transmitidos a través de la plataforma
multimediática del WWW.

Esto permite, entre otras cosas, la aparición de un nacionalismo transnacional que comparte
algunas de las ideas del nacionalismo clásico, pero que incorpora nuevos elementos como
la no territorialidad y la apertura hacia el exterior (esto último es claro en el caso de los
kurdos que transmiten sus costumbres, historia, paisajes, cultura a través del Internet como
un medio de que el resto del mundo los conozca y apoye su causa, fenómeno que no sucede
con otras naciones territoriales de la zona que se acercan más al ostracismo). Lo interesante
de este punto, a mi parecer, es que los usuarios le han dado un uso y han creado una
estructura narrativa propia que se ajusta a una necesidad tan compleja como la defensa y el
mantenimiento de una nación sin territorio. Si bien estas naciones no territoriales son una
pequeña minoría, y se asemejan a otros grupos sub-culturales, son un ejemplo interesante
de cómo se podría redefinir a la nación en los próximos años y cómo cada vez más grupos
culturales van a exigir su sitio como naciones no territoriales y van a demandar ser
reconocidas como tales (catalanes, occitanos, corsos, etc) en el mundo virtual (o
imaginado). No es de extrañar que las naciones virtuales busquen medios de masas
virtuales para ubicar sus mensajes.

Conclusiones

A través de los casos mencionados hemos intentado demostrar que los medios de masas no
solo reproducen y difunden los mismos debates del espacio público clásico, sino que abren
nuevos debates y utilizan muchas herramientas gracias a las nuevas tecnologías. Asimismo,
si bien se están produciendo cambios en los paradigmas de recepción y procesamiento de
información, cuestionamos que se esté produciendo una crisis de la capacidad cognitiva y
11
Eriksen, Thomas. “Nations in cyberspace” p. 6 y ss. En: En: Media Anthropology Network – Working
Papers (http://www.philbu.net/media-anthropology/eriksen_nationscyberspace.pdf)
6
analítica del homo sapiens. Más adecuado sería usar el término “revolución”, pues las
audiencias mediáticas han demostrado una capacidad de cambio y dominio de las
estructuras narrativas –ficcionales o no- de los massmedia como no se tenía conocimiento
antes en la historia.

El poco público de los libros o el arte, el complejo ritual del cine, lo estático de la
fotografía, siempre han sido elementos que han alejado a las audiencias masivas y las han
llevado a ser receptoras más que inter-actoras. Con el carácter doméstico de la televisión (y
de internet) y de la interactividad del internet (y de la televisión) sus audiencias masivas
superan a las otras industrias culturales o medios de masas. Y estas audiencias están activas,
transformando su espacio social, reconstruyendo sus imaginarios nacionales (nada más
político), redefiniendo sus costumbres y mitos. La tarea de los científicos sociales es,
entonces, redefinir nuestras herramientas de análisis incorporando los nuevos paradigmas
que la sociedad utiliza. Esta mirada desde la ciencia social –o desde la antropología en este
caso- hacia los medios de comunicación de masas debe contar con la experiencia de
nuestros propios imaginarios y representaciones ancestrales y contemporáneas, no con
nuestros prejuicios y cuestionamientos.

7
Bibliografía

Anderson, Benedict. Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión


del nacionalismo. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1997 [1991].

Bedoya, Ricardo. Un cine reencontrado. Diccionario ilustrado de las películas peruanas.


Lima: Universidad de Lima, 1997.

Eriksen, Thomas. “Nations in cyberspace”. 2006. En: Media Anthropology Network –


Working Papers
(http://www.philbu.net/media-anthropology/eriksen_nationscyberspace.pdf)

Ginsburg, Faye. “Rethinking the Digital Age”. 2007. En: Media Anthropology Network –
Working Papers (http://www.philbu.net/media-anthropology/ginsburg_digital_age.pdf)

Imbert, Gérard. El zoo visual. Barcelona: Gedisa, 2003.

Lull, James. “La estructuración de las audiencias masivas”, en: Diálogos de la


Comunicación. Federación Latinoamericana de Facultades de Comunicación Social, Nº 32.

Martín Barbero, Jesús. Los ejercicios del ver: hegemonía audiovisual y ficción televisiva.
Barcelona: Gedisa, 1999.

Osorio, Francisco. “Why Is Interest in Mass Media Anthropology Growing?” 2005. En:
Media Anthropology Network – Working Papers
(http://www.philbu.net/media-anthropology/osorio_massmediagrowing.pdf).

Robinson, John y otros. “Mass Media Use and Social Life Among Internet Users”. En:
Social Science Computer Review, Vol 18, Nº 4 (2000).
(http://www.webuse.umd.edu/handouts/publications/SSCR2000.PDF)

Sartori, Giovanni. Homo viddens. La sociedad teledirigida. Madrid: Taurus, 1998.

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