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Kimé, Paris]
Capítulo 40
1. La interacción argumentativa
Así, en este sintagma se hacen oír las voces de dos grandes lugares comunes,
por una parte la del pueblo cuya voz es divina, vox populi vox dei, pero
también la del pueblo humilde decepcionado, variante del pobre pueblo (ver
supra, J.-L. Roch, cap. 20). Desde un punto de vista lingüístico, el
apuntalamiento argumentativo del contra-discurso se obtiene mediante un
cambio de voz que le permite al locutor evadir el compromiso de su decir, para
hacer recaer la responsabilidad en dos grandes lugares comunes indiscutibles.
(1) [la] conducta [de Touvier] en los últimos 25 años [es admirable]
(2) la educación que ha dado a sus hijos [es admirable]
Dentro de este marco es posible hilar más fino. Podemos sostener que la
máxima del acto deriva de un postulado de tipo causal:
Nótese, además, que para acercar los enunciados (1) y (2) a la máxima (M) se
hacen necesarias dos hipótesis de lectura suplementarias:
Al hacer esto, no estamos saliendo del modelo tópico, que es capaz de tener en
cuenta la materia del argumento, así como también el soporte de la ley de
paso (Bird, 1962). Este modelo ve la progresión argumentativa como
esencialmente entimemática, apelando, según la necesidad, a la noción de
premisas faltantes. Pero tal vez todo esto sea solo la consecuencia de una
decisión fundamental, la de tomar un episodio argumentativo monológico
relativamente breve y destacado como objeto simple de los estudios de
argumentación. Examinemos ahora los efectos que produce un cambio de
perspectiva que consiste en poner en primer plano el debate en el que se
encuentra inmersa la argumentación.
3.2 Problemas
La cuarta fase fue la del rechazo del pedido de indulto (principios de 1971); la
quinta, la del “cambio”, que terminó en la firma del decreto de indulto; y
durante la sexta, estalló el escándalo. Evidentemente estamos ante un caso de
manual.
Por cierto, no es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen
fruto; pues todo árbol se conoce por su fruto: ya que no se cosechan higos de
los espinos ni de las zarzas se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen
tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su
corazón saca lo malo, porque de la abundancia del corazón habla la boca.
(Luc, 6, 43; véase también Mt 16, 20 ; 12,33. Trad. E. Osty et J. Trinquet.
Rencontre, 1973) (el subrayado es nuestro) 1
Si vemos en esta máxima una ley de paso, se deberá al menos admitir que es
polifuncional: la formulación elegida es argumentativa; dicho de otro modo,
aquí la elocución es invención argumentativa.
1
N. de la T.: la versión en español corresponde a la traducción Reina-Valera 1995.
3.3 Argumentación sobre la estructura de la interacción
El caso que nos ocupa explota en forma diferente la oposición, que se recupera
como una instancia del esquema argumentativo (S) que sostiene (C+) :
………
=> SI, el estado era totalitario
¿El estado era totalitario?
La milicia era hegemónica
=> NO, el estado no era totalitario
Tomar un segmento E del discurso del adversario, segmento que se pueda llevar
a la forma Sujeto + Predicado.
Inversión: construcción de un enunciado E’ = (Contrario de Sujeto) + (Contrario
de Predicado)]
Rechazo de E’
Rechazo de E.
E = (Sujeto + Predicado)
(E) la existencia de movimientos que tenían un propósito hegemónico supone
que el estado era no-totalitario
Desarrollos evaluativos
El pasaje no tiene otra plausibilidad que la que resulta del desarrollo del
contenido lingüístico de las palabras tener un propósito, desear. Estas
argumentaciones no hacen más que apoyarse de manera seudo evidente en
contenidos lingüísticos perfectamente indeterminados; sacan su fuerza del
hecho de estar atrapados en ese esquema.
2
N. de la Trad.: Reagrupamiento por la República (R.P.R.), partido político francés de
ideología conservadora, de la línea de De Gaulle.
Se concluye, entonces, que el enunciado “los cuervos son negros” es falso.
Pero el color de los cuervos no puede decidirse por fuera de una investigación
empírica sobre el plumaje de esas aves; no basta con mostrar un sombrero
negro (que es negro aunque sea un no-cuervo) para probar que no todos los
cuervos son negros.
(A5) Usted dice que cuarenta alumnos por clase es demasiado, que treinta no
está nada bien, que con veinticinco se comienza a poder funcionar, entonces
¿para usted la clase ideal es la de un solo alumno?
Este caso permite ejemplificar una técnica argumentativa que es una variante
de la argumentación por las consecuencias. Se la conoce con diferentes
denominaciones, como argumentación “de la pendiente fatal”, “del dedito (en
el engranaje)”, o también como “¡no se puede poner límite!”. Sabemos que da
lugar a paradojas.
Categorización argumentativa
(A6) Usted legaliza el cannabis, bien. Luego, la cocaína, después el opio, luego
la heroína… Y con el crack, ¿qué va a hacer? Tendrá que legalizarlo también. Y
después la metanfetamina cristal, y luego nuevos productos, todas las basuras
que el hombre es capaz de crear.
(Le Nouvel Observateur, 12 de octubre de 1989)
Marcadores
Tenemos aquí una familia de expresiones que pueden ser consideradas como
marcadores explícitos de las refutaciones del tipo pendiente resbaladiza.
Constituyen un paradigma cuyas variaciones por cierto no son infinitas.
Encontramos una expresión de esta forma en la argumentación emparentada
(A8), con la forma “llevemos su razonamiento hasta el final”:
(A8) Usted dice que [la legalización de la droga] acabará con la mafia y la
delincuencia. En efecto, tal vez eso acabe con una parte del tráfico.
Admitámoslo… pero llevemos su razonamiento hasta el final: ¿por qué no
distribuir dinero una vez por mes a los ladrones de bancos para evitar los
asaltos? Ese razonamiento nos lleva a caer en la utopía.
Esquemas semi-saturados
¿por qué no distribuir dinero una vez por mes a los ladrones de bancos para
evitar los asaltos?
(A9) Pero justamente, el principio mismo de ese negocio parece tan absurdo
como inmoral, ya que se trata de categorías suficientemente acomodadas como
para pagar las cargas sociales correspondientes al empleo doméstico. Persuadir
a algunos defraudadores de que no hagan fraude dándoles — del bolsillo de la
colectividad… - más que lo que ganan con el fraude, es ¡pagarle al ladrón para
que no robe!
Le Monde, 20-12-91.
Conclusiones
– Así como el botánico no podría interesarse sólo en las flores que embellecen
el prado, desdeñando el pasto que forma su textura, hay que encontrar una
forma de tratar como un todo al entorno discursivo del argumento y al
argumento mismo; en última instancia, esa distinción debe ser desdeñada. El
hecho de tomar en cuenta la interacción puede permitir algunos avances en
ese sentido (véase Plantin, 1994).
Entonces, ahora los domingos se podrá comprar libros ¡pero no una biblioteca!