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de Úbeda, la mejor
imagen de una ciudad,
es una frase que se
encuentra extendida
entre los
hispanohablantes del
planeta, y que
proyectada
históricamente tiene
plena vigencia en la
actualidad.
Diversos autores la han recogido en sus obras, entre ellos Miguel de Cervantes
en su obra universal, El Ingenioso Hidalgo D. Quijote.
Más modestamente, los alumnos de Sexto A, la describen con sus propios ojos
y esperan disfrutéis leyéndolas.
Había una vez, en la Edad Media, un caballero como deben ser los caballeros,
con su gran armadura, su escudo, su espada, sus ojos azules y todo lo demás.
Una vez, el rey lo llamó para que fuera a una batalla contra los árabes
que los estaban invadiendo. Yendo hacia allí, vio bañándose en el
estanque a una musulmana de cuerpo voluptuoso, ojos azules y mirada
penetrante.-¡Dios mío!-dijo el caballero.-¡Por Alá!-dijo la dama.
Después de un incómodo silencio en el estanque, el caballero pidió perdón a la
dama, y empezaron a charlar...
-``¡Ay dios! Como se entere de que tengo por compañera de cama a una mora,
me mata.´´-pensó el caballero.
-¿Y bien...?
-Pues...em...me..estuve...yo...
-¿Síííííííí...?
-Siga, siga...
Cuenta la leyenda que un soldado cristiano se dio una vuelta por los
cerros de Úbeda antes de una batalla, pero, en un arroyo se
encontró a una bellísima mora, cuya mirada lo cautivó, pero, él tenia
ordenes de matar a cualquier moro que se le pusiera delante, tan
bella era la mora, que ignoro las ordenes del Rey y habló con ella.
Y por eso se utiliza la expresión allá por los cerros de Úbeda como
pasando del tema.
Por el siglo XII, cuentan que el rey Alfonso VIII se disponía a apoderarse del
pueblo llamado "Úbeda" que estaba en manos de los almohades. A las órdenes del
rey había un joven caudillo llamado Alvar Fáñez "El Mozo" que tenía como misión el
vigilar con su ejército un valle, al sur de la ciudad, con objetivo de cortar la
retirada de las tropas enemigas.
Alvar Fáñez
Una tarde, Alvar Fáñez, sorprendió en un bosque cerca a una bellísima mora de la
que quedó prendado al momento.
El flechazo fue mutuo y quedaron citados para una fecha próxima en la torre de
Fátima.
Fue precisamente el día de la cita cuando "El Mozo" recibió la orden de atacar.
Ante tan difícil dilema, Alvar Fáñez optó por el amor desatendiendo sus deberes
militares.
Cuando al día siguiente el rey enfadado le preguntó que dónde había estado, Alvar,
mirando distraídamente el horizonte contestó: "Por esos cerros, Señor", sin darse
cuenta, de que esos cerros eran inexistentes.
A UBEDA LA LLAMABA
UBDABZA LA MORERIA.
LE FLORECIAN HURIES
COMO ESTRELLAS DESCENDIDAS.
UNA, MARIEN, LA MAS BELLA,
EN LA GARGANTA TENIA
EL NIDO DE LAS CANCIONES
QUE LE TRAJERON LAS BRISAS.
EN EL CAMPAMENTO DUERMEN
LAS ARMAS. EL CONDE GIRA
SIN SABER PORQUE LLORAN
LOS OJOS SU COBARDIA.
LA SONRISA
DEL MONARCA CASTELLANO
SE DERRAMA. POR LA BRISA
Y POR EL RIO NAVEGAN
LAS PALBRAS QUE AQUEL DIA
LE DIO POR RESPUESTA UN CONDE
MOZO AL REY DE CASTILLA.
El mozo.
Trabajo realizado por: Álvaro García Vico 13, 6ºA
La leyenda de los cerros de Úbeda
Y éste contestó :
Y ésta contestó :
María Diaz
POR LOS CERROS DE ÚBEDA
Salió del agua asustada por la atención que le mostraba Álvar Fáñéz.
Era una mujer hermosísima, de piel negra pero a su vez tenía unos ojos azules
como el lago en el que hacía unos minutos se estaba bañando.
El rey curioso le pregunto que donde había pasado los días de guerra y el le
contestó: “por…por…por los cerros de Úbeda”.