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Romanos 1:1

1 Pablo, siervo de Jesucristo,


Carlos E. Rocha M.

Lectura: Tito 3 y Ro.1:1

Hermano, Necesitas ir del Sustantivo al Adjetivo

Si el apóstol Pablo hubiera escrito una carta a algún amigo suyo,


tan solo 23 años atrás, y si hubiera conservado su estilo literario,
muy posiblemente hubiera escrito algo así: “Saulo, exterminador de
los Cristianos”.

Porque aproximadamente 23 años antes de escribir la Epístola a los


Romanos y de declarase “siervo de Jesucristo”, se había declarado
enemigo acérrimo de cualquiera que se dijera creyente en el
Camino.

Saulo de Tarso nació en una distinguida familia, poseedora de la


ciudadanía romana que por supuesto él heredó.

Para su época había en Israel un famoso rabí, de nombre Gamaliel,


quien educó a Saulo, estudiar bajo su tutoría se consideraba como
asistir a la mejor escuela rabínica de la época.

El curso de instrucción de un aspirante a rabí era prolongado y


peculiar, incluía:
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 Profundo estudio de lo que hoy conocemos como el Antiguo

Testamento,
 Estudio de los comentarios de los sabios y maestros acerca de

él,
 Memorizar multitud de frases de las Escrituras y sentencias de

los sabios y
 Discusiones acerca de puntos debatibles.

Para su época, el pueblo judío contaba con un tribunal supremo que


actuaba en todos los asuntos y tenía poderes eclesiásticos y civiles,
era la mas alta autoridad, tenía poderes de muerte y vida y se
ocupaba de una forma general de lo que tenía que ver con el
gobierno y la justicia, contaba con fuerza propia de policía y el
derecho de arrestar personas, se trataba del “Concilio o Sanedrín”.

De ese “Sanedrín” solo podían hacer parte los principales


sacerdotes, los ancianos, los doctores de la ley y los escribas,
fariseos y saduceos, todos ellos de linaje indiscutible, pues bien, es
altamente probable que mas o menos a los 30 años de edad, Saulo
de Tarso ya formara parte del Sanedrín.

Siendo miembro del concilio dio su voto para asesinar cristianos y le


fue confiada la obra de la destrucción completa del cristianismo.
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Dice la Palabra de Dios en Hechos de los Apóstoles 9:1-2 que


“Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del
Señor, vino al sumo sacerdote” - después de haber sido cómplice
en el asesinato de nuestro hermano Esteban- , "y le pidió cartas
para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos
hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a
Jerusalén", el sumo sacerdote, ni corto ni perezoso, extendió al
joven inquisidor las autorizaciones suficientes para tan macabra
misión.

Convencido profundamente de que era la obra de Dios y siendo un


hombre que no hacía las cosas a medias, se arrojó temerario a su
despiadada empresa.

Pero dice la Biblia, en Job 5:9, que Dios:

“hace cosas grandes e inescrutables, y maravillas sin


número”

Y Saulo nunca se imaginó, que Dios soberano, poderoso y


misericordioso, en sus inescrutables y maravillosos caminos, tenía
otros planes para él.

Saulo el perseguidor, impulsado por el deseo de preservar la fe en


las obras, se dirige a Damasco con un solo propósito en mente:
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traer presos a Jerusalén a los seguidores del Hijo de Dios, pero la


soberanía de Dios y su gracia son mas grandes que el mas grande
de sus perseguidores, Dios tuvo misericordia de Saulo y en su
gracia lo trajo a su Camino.

Saulo conoce las Escrituras profundamente, pero no las vive, es


capaz de recitarlas y debatir largamente acerca de ellas, pero su
corazón está muy lejos del Dios que esas Escrituras revelan.

¿Qué habría pasado si en ese momento Saulo hubiera muerto?,


posiblemente se habría presentado ante Dios, exhibiendo sus
pergaminos y mostrando como por amor a Dios, pero amor mal
entendido y equivocado, había llevado a muchos que habían creído
en Cristo, a la cárcel.

Imagínese un dialogo así:

-Me inclino ante vuestra majestad y os agradezco el haberme


llamado a tu presencia, indícame el camino para entrar al cielo-.

Dios:
-Hola Saulo de Tarso, ¿Porqué crees que te has ganado el derecho a
entrar en los cielos?-

Saulo:
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-Mi Dios, te puedo presentar las mejores credenciales para entrar a


los cielos, por ejemplo las siguientes:

 Desde mi niñez fui instruido profundamente en tus Escrituras,

las conozco al detalle, ¿si lo deseas pregunta lo que quieras?,


te responderé con gran exactitud ¡¡¡

 Fui miembro destacado del sanedrín, ¿quién a los 30 años lo

había logrado? ¡¡solo yo!!

 Observé la ley celosamente: cada rito, cada ceremonia, cada

sacrificio

 Y lo mejor y mas notable es que defendí ardua, afanosa y

celosamente la doctrina.

Imagínate, no hace muchos años apareció un hombre que dijo ser


Hijo tuyo, ja ja ja que risa me da, un probrecillo afirmando ser tu
Hijo, bueno. . . a ese lo crucificamos y le dimos su escarmiento,
pero lo realmente grave, es que logró convencer a muchos
ignorantes, ¿sabes de que los convenció? de que además de ser tu
Hijo, tan solo por creer en él como tu Hijo y como el único y
suficiente Salvador, uno puede entrar a los cielos. Já já já, que
locura, ¿quien lo creyera? entrar a los cielos, a tu magna presencia,
tan solo por creer en uno que dijo ser tu Hijo, no se como lo ha
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logrado, pero muchos están creyendo en tan tonta teoría, que está
siendo difundida por el mundo por doce ignorantes que se llaman
sus apóstoles.

Pero . . .¿sabes Dios? justamente hace unos días participé en la


lapidación de uno de sus seguidores llamado Esteban, y luego, para
defender tu palabra, pedí cartas al sumo sacerdote para traer a
Jerusalén a los herejes de Damasco, encarcelarlos, hacerlos
renunciar a tan tontas creencias, pero. . . justamente en ese
momento, cuando estaba de camino, tu has tenido a bien llamarme
a tu presencia para gozar eternamente de mi premio que bien
ganado lo tengo.

Pobre Saulo de Tarso, si las cosas hubieran sido así, habría


escuchado mas o menos las siguientes palabras de Dios:

-Que equivocado y errado estás Saulo, Ese a quien crucificasteis,


realmente es mi Hijo a quien yo entregué para que todo aquel que
en él cree, no se pierda sino que tenga vida eterna. Y sí, Saulo, solo
te era necesario creer en El como tú único y suficiente Salvador, tan
solo por fe. Que errado estás Saulo, nunca te conocí, apártate de
mi, hacedor de maldad, id al fuego eterno preparado para el diablo
y sus ángeles-.
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Y desde ese momento don Saulo de Tarso, estaría sufriendo lo


indecible, apartado eternamente de la presencia de Dios.

¿Merecía ese enconado perseguidor y asesino la misericordia y


perdón de Dios? No, imposible. Al contrario todo el peso de la ley,
venganza por todo el dolor y daños causados.

Pero Dios que es rico en misericordia, nuestro Creador santo, su


gracia a quien quizá menos la merecía, Saulo mismo. Años mas
tarde, ahora llamándose Pablo lo expresa así:

“Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no


soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la
iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que
soy”
-1 Corintios 15:9–10

He ahí la preciosa gracia divina, ¿a cuántos creyentes perseguiría


Saulo?, ¿a cuántos maltrataría, torturaría, llevaría a las mas
espantosas cárceles, antes de que Dios en su gracia le llamara?

Dios se glorificó en Saulo mostrando su gracia, bendita gracia. Dios


tuvo misericordia de Saulo y lo trajo a arrepentimiento.
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¿La ha tenido de usted? ¿Dios ha tenido misericordia de usted? ¿Se


ha arrepentido usted de sus pecados?

¿Podría usted afirmar: Porque yo soy el más pequeño de los


creyentes, que no soy digno de ser llamado hijo de Dios, porque
pequé grandemente contra Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo
que soy?

¿Sabe usted, porque Saulo de Tarso, inmediatamente después de


ser tumbado de su caballo, oró, se bautizó y predicó a Cristo en las
sinagogas? y ¿sabe porque 23 años después pudo escribir “Pablo,
siervo de Jesucristo? Porque la gracia de Dios es mayor que el
mayor de los pecadores, y para aquellos de quienes tiene
misericordia hay perdón, perdonó a Saulo, lo puede perdonar a
usted cualquiera que sea su pecado, Su pecado puede ser tan
grande o mas grande y terrible que el de Saulo de Tarso, Dios en
Cristo le puede perdonar.

Por eso Pablo afirma en 1 Timoteo 1:14-15:

“Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con


la fe y el amor que es en Cristo Jesús. Palabra fiel y
digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al
mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy
el primero.”
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Amigo oyente, este es el momento, si usted no ha creído en


Jesucristo como su único Salvador, ahora mismo implore a Dios
misericordia para usted, reconozca su condición de pecado delante
del tres veces santo, reconozca su incapacidad absoluta de
reconciliarse con él o de hacer algo para pagar por sus pecados,
reconozca que tan solo en Jesucristo hay perdón de pecados y
salvación eterna, implore el don del arrepentimiento y de la fe en su
vida, reconozca a Cristo como su único Señor y Salvador y sea
salvo.

Ahora que conocemos el trasfondo de la vida de Pablo, ahora que


sabemos de la incalculable gracia de Dios, podemos percibir cuanta
historia y drama y cuanto amor, misericordia y gracia existe entre el
sustantivo Pablo y el adjetivo “siervo”.

Revise su Biblia en Romanos 1:1. Pablo, “coma” siervo de


Jesucristo. Pablo, sustantivo propio, “siervo” adjetivo que califica al
sustantivo.

Si vamos un poco atrás notará la transición, antes de Pablo tenemos


a Saulo, enemigo de Jesucristo, ahora, por la gracia de Dios, es
Pablo, lo importante no es el cambio de nombre, sino el cambio de
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naturaleza, el nuevo nacimiento; Saulo murió, nueva criatura es, él,


ahora está en Cristo, las cosas viejas pasaron, todas han sido
hechas nuevas.

Y la transición continúa, además de ser nueva criatura, es “siervo”.


Pablo se llama a si mismo “siervo”. ¿lo ve? De detractor, a nueva
criatura y ahora esa nueva criatura es un “siervo” ¿de quién? ¡¡ de
Jesucristo !!

Siervo o esclavo, en griego: “Doulos” se refiere a sumisión completa


y servicio amoroso. Sometimiento. A veces se refería a quien servia
de buena voluntad, pero comúnmente denotaba a quienes se
encontraban bajo un yugo de servidumbre involuntario y
permanente del que únicamente podrían librarse con la muerte.

Quizá un ejemplo nos ayude a entender mejor la idea de esclavo:


hacia el siglo V antes de Cristo, los atenienses buscaban la mejor
forma de enfrentar a los persas, y para tal efecto decidieron
construir enormes barcos de madera, con tres filas de remos,
mucho más veloces y con mayor capacidad de maniobra que los
barcos viejos.

El arma especial de estos nuevos barcos, denominados “trirremes”


consistía en un enorme espolón, algo así como una gigantesca
punta de hierro, aguda, afilada y saliente en la parte delantera o
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proa del trirreme, con la que se embestía y echaba a pique la nave


enemiga.

Eran naves muy grandes en las que se apretujaban incómodamente


alrededor de 200 personas, de las cuales mas o menos 170 eran los
remeros.

Esos remeros estaban encadenados de por vida a los remos.


Mientras vivían, formaban una unidad con el barco: comían, bebían,
dormían, y, en cualquier momento, se ahogaban, siempre
encadenados a su puesto de trabajo.

Eran forzados a impulsar los grandes “trirremes”, un remero no


duraba mucho tiempo bajo las crueles condiciones que imponían los
amos de esas naves.

Esos remeros, tenían todos una característica en común: eran


esclavos.

Imagínese el enorme esfuerzo físico para mover y maniobrar el


trirreme y embestir la nave enemiga hasta estrellarla con tal fuerza
que el espolón la “hiriera” de muerte y una vez embestida y
destrozada, de inmediato remar en sentido contrario para retirar el
trirreme y evitar que se hundiera junto al enemigo.
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Todos estos esclavos se pasaban la vida con solo una esperanza:


remar y remar coordinadamente con sus compañeros de infortunio
hasta morir para librarse de sus crueles condiciones de esclavitud,
recuerde, estos pobres hombres vivían encadenados al barco,
comían encadenados al barco, bebían encadenados al barco,
hablaban encadenados al barco, respiraban encadenados al barco,
se ahogaban encadenados al barco, morían encadenados al barco y
si el barco se hundía, ellos se hundían encadenados al barco.

Esclavo, es la persona que carece de libertad por estar bajo el


dominio, o bajo el poder de otra persona, sometido rigurosa o
fuertemente a un deber.

Esclavo, es también aquella persona sometida a una pasión, afecto,


vicio, etc., que le priva de libertad.

Amigo oyente: ¿Está usted sometido a una pasión, afecto o vicio


que le tiene privado de la libertad?

¿Al utilizar Pablo el término “siervo” habrá considerado por un


momento el concepto de esclavitud?, siendo que él ahora es una
nueva criatura, siendo que reconoce que en un tiempo fue esclavo
de la ley, es posible que si, permitamos que sea él mismo quien nos
responda; en Tito 3:3 nos muestra claramente que él tiene el
concepto de esclavitud:
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“Porque nosotros también éramos en otro tiempo


insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de
concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia
y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.”

Recuerde que el apóstol se dirige a creyentes, por eso aquí en Tito


utiliza la expresión: “Nosotros”, es decir: nosotros los creyentes,
“también éramos en otro tiempo esclavos de concupiscencias”, es
decir, “esclavos del pecado” pero ahora ya no lo somos, ahora
somos nueva criatura. Y continúa el apóstol “esclavos de . . . “ es
decir, Pablo afirma que antes de ser creyentes, estábamos
encadenados hasta la mismísima muerte a concupiscencias, deleites
diversos, malicias y envidias, aborrecibles, y aborreciéndonos unos
a otros.”

En Romanos 6:22 Pablo se refiere al creyente como “libre del


dominio del pecado” lo que quiere decir que antes de ser creyente,
cada uno de nosotros, los creyentes nos encontrábamos bajo el
dominio del pecado.

Hablo a mis hermanos en la fe, a todos aquellos que genuinamente,


que con corazón sincero se han arrepentido de sus pecados, he ahí
la gracia, bendita y admirable gracia de Dios, hermano, usted y yo
“éramos esclavos” estábamos encadenados hasta la misma muerte
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al mas cruel de los amos, el pecado. Pero por la sola misericordia de


Dios, hoy podemos estar aquí gozándonos en la presencia de
nuestro Creador. El nos liberó, igual que a Pablo de tan horrenda
esclavitud.

Por eso en Tito dice: “Porque nosotros también éramos en otro


tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de
concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia,
aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.”

Pero de inmediato en los versículos siguientes afirma:

Pero, -este es el “pero” mas maravilloso de la historia;


Pero, cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro
Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó,
-Pero. . . nos salvó-, no por obras de justicia que
nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia,
por el lavamiento de la regeneración y por la renovación
en el Espíritu Santo
Tit 3:4-5

El que era perseguidor y esclavo de las obras, ahora es salvo y es


siervo de Jesucristo, dice en Romanos 1:1 Pablo, siervo de
Jesucristo . . .
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El término “siervo” que Pablo utiliza en los saludos de algunas de


sus epístolas tiene el objetivo de hacer saber que él que en un
tiempo fue perseguidor de Cristo y esclavo del pecado, ahora de
manera voluntaria y gozosa se somete completa y amorosamente al
servicio de su Salvador.

El hermano Pablo pasó de ser simplemente Pablo a ser “siervo”,


pasó, por así decirlo, de ser sustantivo: “Pablo” a ser adjetivo:
“siervo”.

Ahora Pablo es siervo de Jesucristo para servir a su Señor:


Gálatas 1:10 : "Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el
de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía
agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo."

Recuerde que en Gálatas, el apóstol está tratando el tema de los


judaizantes que buscan someter a los creyentes a la ley ceremonial,
y recuerde que el apóstol da comienzo a esta carta expresando: ¡
Oh, Gálatas insensatos !, en este contexto pregunta: ¿trato de
agradar a los hombres?

Pablo es siervo de Jesucristo y está decidido a servirle aun a costa


de su popularidad y aprobación de los hombres, para él primero
está servir a su Salvador, aunque le signifique persecución.
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Hermano, necesitas pasar del sustantivo al adjetivo, hacerte siervo


de Jesucristo, para servir a tu Salvador.

Ahora Pablo es siervo de Jesucristo para servir a sus


hermanos en la fe, Gálatas 5:13 : “Porque vosotros, hermanos,
a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad
como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los
otros”.

¿Qué es lo que quiere decir Pablo por este amor por medio del cual
un hermano sirve voluntariamente al otro? En el está comprendido
profundo afecto, ternura abnegada, compasión genuina, prontitud
para dar ayuda, gran esfuerzo para promover el bienestar del
hermano, longanimidad, perdón, el servicio por encima del egoísmo.

Hermano, necesitas pasar del sustantivo al adjetivo, hacerte siervo


de Jesucristo, para servir a tus hermanos.

Ahora Pablo es siervo de Jesucristo para su propia


santificación, Romanos 6:22: Mas ahora que habéis sido libertados
del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la
santificación, y como fin, la vida eterna.

El contexto de Romanos 6 es claro, éramos esclavos del pecado,


pero siendo libertados del pecado, ahora somos siervos de la
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justicia, así que ahora somos responsables de nuestra santificación,


ahora somos siervos de Dios y el fruto de ser siervos de Dios ha de
ser su propia santificación.

Hermano, necesitas pasar del sustantivo al adjetivo, hacerte siervo


de Jesucristo, para crecer en tu propia santificación.

Finalmente, ¿a quién tiene Pablo ante sus ojos como ejemplo de “Siervo”?
¿Quién es Aquel a quien Pablo desea ardientemente imitar y servir? Que sea el
mismo apóstol quien responda:

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo


Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a
Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y
estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,
haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Filipenses 2:5-8

Se hizo Siervo, Jesucristo Siervo, se humilló a sí mismo, obedeció hasta la


muerte de cruz por amor de sus escogidos, por amor de ti hermano y de todo
aquel que creen en el como su único y suficiente Salvador.

Hermano, necesitas pasar del sustantivo al adjetivo, hacerte siervo de


Jesucristo.

Que cuando escribas una carta, puedas decir: -------- siervo de Jesucristo.

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