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HONORABLE CONGRESO DE LA REPÚBLICA DE GUATEMALA.

Los setenta y tres mil ciento noventa y tres (73,193) ciudadanos abajo firmantes, en ejercicio del derecho de
proponer reformas a la Constitución Política de la República que nos confiere el Artículo 277 de su propio
texto, respetuosamente venimos a solicitar que este Honorable Congreso de la República se ocupe sin demora
alguna de la presente petición. Las razones que nos impulsan a solicitar esta reforma constitucional se explican
en la siguiente

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS:

El guatemalteco merece una vida mejor de la que le ha tocado vivir y sufrir bajo el sistema de gobierno que ha
prevalecido. La pobreza y falta de oportunidades ha inducido a millones de ciudadanos a la desesperada y
humillante experiencia de abandonar su patria y emigrar ilegalmente a otros países, en busca de un futuro
promisorio que no se le ofrece en el suyo, a pesar de las múltiples promesas que se le hacen cada cuatro años y
de la ayuda de países amigos e instituciones internacionales.

El sistema de gobierno actual también ha fracasado en reducir la endémica criminalidad que a diario viola los
más preciados derechos individuales, a pesar de los esfuerzos de sucesivos gobiernos democráticos, que incluso
han recurrido a entidades internacionales y a gobiernos foráneos en busca de asistencia. A pesar de ello, los dos
principales males que agobian al país, la criminalidad y la pobreza, no ceden.

Dado que los guatemaltecos no son menos nobles ni diligentes que otros pueblos, resulta injusto y equivocado
atribuirles la culpa del fracaso de un sistema que no conduce a ninguna solución. La democracia, está
demostrado, no funciona únicamente con cambiar a los gobernantes cada cuatro años. La democracia sólo
funciona si el sistema de gobierno cumple con la función principal que originó el establecimiento de gobiernos.

Históricamente los guatemaltecos hemos anhelado que el texto constitucional contenga los valores y principios
que han hecho grande a la civilización occidental, como lo demuestran las inquietudes del Ayuntamiento de
Guatemala cuando fuera convocado para la redacción de la primera Constitución que habría de regirnos, que se
transcriben a continuación y que aparecen plasmadas en la obra “Instrucciones para la Constitución
Fundamental de la Monarquía Española y su Gobierno”, José María Peinado, Guatemala, 1810, que dice:

“Una Constitución, pues, que prevenga el despotismo del jefe de la nación; que señale los límites de su
autoridad; …que forme del Magistrado un simple ejecutor de la ley; que establezca unas leyes consultadas con
el derecho natural, que contiene en sí todas las reglas de lo equitativo y de lo justo, y que se hallen revestidas
de todos los caracteres de voluntad absoluta, y de bondad relativa a los objetos primarios de la sociedad; que
enseñen a los pueblos sus deberes; que circunscriban sus obligaciones; y que a éstas, y a sus derechos señalen
límites fijos e inalterables; que establezcan una administración clara, sencilla y cimentada en los principios de
propiedad, libertad y seguridad; que bajo tales principios e ilustrada con la filosofía guarden proporción entre
los delitos, y las penas, y no establezcan otras que las absolutamente necesarias y útiles a la sociedad. …Este
el único medio que a juicio del Ayuntamiento de Guatemala debe adoptarse para lo futuro si se ha de
establecer la felicidad nacional”.
La historia confirma que solamente es posible lograr una prosperidad pacífica en la medida que la ley, los
poderes gubernamentales y los ciudadanos respetan aquellos derechos inherentes a las personas, respecto de los
cuales nunca, en ningún momento, han manifestado su anuencia a claudicar para favorecer los intereses de otros.

Esos derechos individuales están sabiamente plasmados en el Título II, Capítulo I de nuestra Constitución, (y no
pueden ser reformados sin convocar a una Asamblea Constituyente). Sin embargo, el corpus juris y la
interpretación de otros artículos constitucionales han servido para lograr que los intereses de algunos priven
sobre los derechos de otros.

Si bien la Constitución afirma, en su Artículo 44, que el interés social priva sobe el interés particular, no debe
interpretarse que también priva sobre el derecho individual, pues es de interés social prioritario que los
derechos de los ciudadanos priven sobre los intereses de cualquiera, incluso de una mayoría; si esto no fuera
así, no tendríamos derechos. Es pertinente recordar que esos derechos constituyen el límite de la libertad de
acción de los ciudadanos, y que la consecuencia de la ausencia del respeto a los mismos son la criminalidad y la
ineficiencia económica, traducidas en pobreza. Es comprensible, pero no justificable, que, ante la urgencia de
resolver problemas específicos, se recurra a hacer prevalecer intereses sobre derechos, pero con eso se destruye
precisamente el Estado de Derecho, que es necesario preservar para resolver de manera integral la problemática
general.

De acuerdo con las consideraciones anteriores, más de setenta y tres mil ciento noventa y tres (73,193)
ciudadanos proponen que en la Constitución Política de la república de Guatemala se reformen solamente los
artículos que deben ser congruentes con el Estado de Derecho (a diferencia de un régimen de simple legalidad),
y algunas, muy pocas, disposiciones generales sobre el derecho público, y la organización y funcionamiento del
Poder Ejecutivo. Siendo esto así, no se afectan otras entidades autónomas y semi-autónomas, ni se sugieren
medios de gobernabilidad. Con todo lo referido se tiende a armonizar y a compatibilizar las medidas con el
objetivo principal de la reforma propuesta.

Esta propuesta incluye el establecimiento de un Organismo Legislativo bicameral, con una Cámara de
Diputados y un Senado, pero, a diferencia de lo que ocurre en otros países, se les asigna responsabilidades
distintas, y ninguna de las cámaras puede interferir en lo que corresponde a la otra. El proyecto de reforma
define claramente las funciones de ambas, dejando lo pertinente a intereses y manejo del gobierno, es decir, lo
político-administrativo, a la Cámara de Diputados; y al Senado se le asigna principalmente lo referente a las
normas generales y abstractas de conducta justa, como son los grandes códigos, que por su propia naturaleza no
son político-partidistas y se aplican a todos por igual, indistintamente de la región del país. Por eso conviene
distinguir las disposiciones de ambas cámaras, designando como LEY a los decretos del Senado, y como
LEGISLACION a los decretos de la Cámara de Diputados, y se proponen algunos cambios para dar mayor
garantía de idoneidad a los integrantes de las instituciones.

Se propone reformar el procedimiento para nombrar a los Magistrados del Poder Judicial, y de establecer sus
cargos en forma vitalicia mientras no incurran en causa de remoción, con el propósito de dotar de una efectiva
independencia al Poder Judicial. Así también se propone modificar el proceso de nombramiento del Contralor
General de Cuentas y del Fiscal General de la República, de tal manera que el procedimiento de su
nombramiento no pueda comprometer su independencia para revisar los actos de los funcionarios que deben
fiscalizar en el ejercicio de su actividad contralora.
La propuesta incluye la elección de Gobernadores por los ciudadanos de su respectivo departamento, lo cual
iniciaría el proceso de una real descentralización administrativa y política del país.

Finalmente, es importante notar que la vigencia de las medidas propuestas respetan los períodos para los cuales
han sido electos diputados, magistrados, Contralor General de Cuentas y el Fiscal General de la República.
FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES:

Tiene iniciativa para proponer reformas a la constitución: …d) El pueblo mediante petición dirigida al Congreso
de la Republica, por no menos de cinco mil ciudadanos debidamente empadronados por el registro de
ciudadanos. En cualquiera de los casos anteriores, el Congreso de la República debe ocuparse sin demora alguna
del asunto planteado. (Parte conducente del Artículo 277 de la Constitución Política de la República).

PETICIÓN:

1) Que el Honorable Congreso de la República se ocupe sin demora alguna de conocer la presente solicitud de
reforma constitucional planteada por el pueblo, de acuerdo con el Artículo 277 de la Constitución Política de la
República, dándole el trámite que corresponda.

2) Que oportunamente apruebe la reforma constitucional propuesta, acorde con el Artículo 280 de la
Constitución Política de la República.

Guatemala, 27 de marzo del año 2,009.

ACOMPAÑAMOS:

• 3,117 folios con 73,193 firmas de ciudadanos que presentan esta petición.

• Un documento impreso con una selección aleatoria de 7,000 firmas con número de empadronamiento
que corresponde a cada firmante y un disco de lo mismo.

• El texto de la iniciativa de la reforma constitucional que solicitamos y su versión electrónica

• Los textos constitucionales comparados y su versión electrónica. Constitución actual y proyecto de


reforma.

• Un disco con presentación en diapositivas de los principales puntos de la propuesta.

Manuel F. Ayau Cordón José Luis González Dubón Juan Carlos Simons Solís

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