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Jueves 11 de abril de 2013
enaro Arvalo Sosa, empleado de Correos de El Salvador, marc su tarjeta de salida a las 4:05 de la tarde. Haba finalizado un da ms de trabajo con una sola particularidad: el hombre, que se desempeaba como ingeniero en la institucin gubernamental, haba recibido, en el transcurso de esa maana del 2 de febrero de 2011, una visita con la cual acord salir posterior a cumplir con su responsabilidad laboral. Tras su salida Arvalo llam a la persona y acordaron verse. Fue la ltima vez que lo vieron. El nmero telefnico no solo qued guardado en el celular, tambin estaba anotado en un papel que reposaba en el escritorio del empleado pblico. Segn la Fiscala General de la Repblica (FGR), los
ocho dgitos plasmados con lapicero fueron la base principal para la investigacin sobre la desaparicin del ingeniero, que se presume muerto. Dos aos despus, el cadver no ha sido encontrado. En esos dos aos la Fiscala fundament la investigacin en contra de esa estructura, una clica llamada Vagos Locos Salvatruchos, ligada a otros tres homicidios cometidos en Ilopango y San Salvador entre 2009 y 2011. El 13 de marzo de este ao, la Unidad de Delitos Especiales de la Divisin Central de Investigaciones (DCI) de la Polica estableci un operativo policial en diferentes colonias de Soyapango e Ilopango para dar cumplimiento a 32 rdenes de captura. El operativo dej a 19 pandilleros detenidos, entre ellos varios miembros de esa clica. Cuando conoci del resultado del operativo, Ral Mijango, mediador de la tregua entre pandillas, asegur que las capturas podran afectar el proceso de pacificacin en
Ilopango.
CASO DEL INGENIERO El objetivo era capturar a los miembros de la estructura que operan en el sector y que estaban involucrados en la privacin de libertad del ingeniero. De acuerdo con la fiscal del caso, el delito se consum aquel mircoles aproximadamente a las 5 de la tarde. Unos minutos antes, el ingeniero se reuni con la mujer que lo haba visitado y se traslad, en su vehculo en buen estado, hacia una vivienda del pasaje H en la colonia Santa Luca de Ilopango. La mujer, segn sostiene la fiscal, pidi a Arvalo que lo acompaara a la vivienda. Ambos se bajaron del vehculo y se dirigieron hacia la casa, aparentemente solitaria. No obstante, en su interior estaban alrededor de cuatro personas con armas de fuego. Aunque Arvalo solo conoca de manera superficial a aquella mujer, nunca se imagin que se