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Higiene emocional

La emoción es definida como un estado psicológico que se caracteriza


por una conmoción orgánica, producto de sentimientos, ideas o recuerdos, y
que puede traducirse en gestos, actitudes, risa, llanto, etc. De aquí deriva el
concepto de higiene emocional

Las emociones se han desarrollado, en su origen, con el fin de preparar a


los animales para la acción, en especial en una situación de emergencia.

Cada emoción está vinculada a elementos fisiológicos precisos:


detención o aceleración de la respiración, tono muscular, postura, aumento de la
presión sanguínea y del pulso, enrojecimiento, palidez, cambios en la
conductibilidad eléctrica de la piel, secreciones glandulares, contracciones
viscerales, gestos, expresiones faciales, etc. Las pautas fisiológicas o
musculares habituales comienzan a determinar por sí mismas los estados
anímicos.

La palabra emoción proviene del latín motere (moverse). Es lo que hace


que nos acerquemos o nos alejemos a una determinada persona o
circunstancia. Por lo tanto, la emoción es una tendencia a actuar, y se activa con
frecuencia por alguna de nuestras impresiones grabadas en el cerebro, o por
medio de los pensamientos cognocitivos, lo que provoca un determinado
estado fisiológico en el cuerpo humano.

La emoción, es un proceso complejo de desadaptación y de readaptación


que experimenta el ser humano, desarrollado en dos partes:

· La emoción-choque, definida en psicología como trastorno o


perturbación de la vida física y fisiológica, una reacción global breve, que afecta
a la personalidad y ante la cual son insuficientes los mecanismos de
adaptación;
· y la emoción-sentimiento, que es la que se prolonga, pierde el
carácter anárquico inicial y se transforma en un estado anímico o afectivo
durable. Además, la emoción puede darse sin ser provocada por una impresión
violenta, como ocurre en el campo del arte.

La emoción, dentro de la vida psicológica, tiene una función liberadora:


implica una descarga que alivia tensiones y restablece el equilibrio psíquico
interno.

Tenemos poco control sobre nuestras reacciones emocionales. Cualquiera


que haya tratado de fingir una emoción, o que haya percibido esto en otros, sabe
que es una tarea inútil. La mente tiene poco control sobre las emociones, y las
emociones pueden avasallar la conciencia.

También es fundamental destacar que una buena higiene emocional se


convierten en importante motivadora de conductas futuras, y no sólo influyen
en las reacciones inmediatas, sino también en las proyecciones futuras. Pero
asimismo pueden ocasionar problemas. Cuando el miedo se torna ansiedad,
cuando el deseo conduce a la ambición, cuando la molestia se convierte en enojo,
el enojo en odio, la amistad en envidia, el amor en obsesión, el placer en vicio,
nuestras emociones nos perjudican a nosotros y a los demás.

La mayoría de los desórdenes mentales suelen ser desórdenes


emocionales, y la salud mental es producto de la higiene emocional.
Obviamente, entonces, las emociones pueden tener consecuencias útiles o
patológicas.

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