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Col 1:15-21
15
El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
16
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay
en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean
potestades; todo fue creado por medio de él y para él.
17
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;
18
y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de
entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;
19
por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
Col 2:9-10
8
Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las
tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo
9
Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,
10
y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad
1) Jn 1:1-18
2) Col 1:15-23; 2:9-10
3) Fil 2:6-11
4) Heb 1:1-4
La razón es que:
1) en Él fueron creadas todas las cosas,
2) por medio de Él todo fue creado y
3) todo fue creado para Él.
«En él fueron creadas todas las cosas.» La expresión «en él» (en auto)
está en el caso locativo, lo que sugiere que Cristo es el Arquitecto
divino que pensó o diseñó la creación. El verbo «fueron creadas»
(ektísche) es un aoristo indicativo en la voz pasiva. Ello sugiere un
acto histórico en el que el sujeto recibe la acción. El sujeto es «todas
las cosas» (ta pánta). Todas las cosas son el resultado del acto
soberano del Creador, Cristo Jesús. Obsérvese que Pablo diferencia
claramente entre el Creador y la creación. También debe notarse que
el universo no es eterno ni surgió de manera fortuita, sino que fue
sabiamente diseñado por el Dios Soberano.
La idea es: «Él mismo es cabeza.» Como «cabeza del cuerpo» (kefalé
tou sómatos), Cristo es quien da dirección y sentido a la comunidad
cristiana. La iglesia local que no reconoce a Cristo como su cabeza
pierde todo sentido de orientación y estabilidad. El cuerpo es una
unidad en diversidad. Así es la Iglesia, el cuerpo de Cristo. Pero la
cabeza tiene que controlar al cuerpo. De igual modo, Cristo tiene que
tener control sobre la Iglesia. Él es el que «anda en medio de los siete
candeleros de oro» (Ap. 2:1).
RESUMEN y CONCLUSIÓN
2:8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las
tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo
Prerrogativas de Cristo:
1) Su cuerpo humano glorificado (<<corporalmente») es habitado
permanentemente por todos los atributos y poderes divinos (2:9).
2) Él es cabeza absoluta de «todo principado y potestad» (2: 10).
RESUMEN y CONCLUSIÓN
En Col 1.16, Como los falsos maestros creían que el mundo físico era
malo, deducían que Dios no pudo haberlo creado. Razonaban que si
Cristo fuera Dios, entonces solo debería estar a cargo del mundo
espiritual. Pero Pablo explica que tanto el mundo espiritual como el
físico fueron creados por Él y están bajo su autoridad. Esto incluye no
solo los gobiernos, sino también el mundo espiritual en el cual
estaban tan concentrados los herejes. No tiene a nadie como igual o
rival. Él es Señor de todos.
En Col 1.17 expresa que Dios no solo es el creador del mundo, sino
su sustentador. Todas las cosas en Él subsisten, son protegidas y
prevenidas de la desintegración y el caos. Debido a que Cristo es el
sustentador de la vida, ninguno de nosotros se puede independizar de
Él. Somos todos sus siervos, los que debemos confiar en Él para
protección, cuidado y sustento.
Col 1.18 declara que Cristo es «el primogénito entre los muertos».
Jesús resucitó de la muerte y su resurrección prueba el señorío de
Cristo sobre todo el mundo material. Todo aquel que confía en Cristo
también vencerá a la muerte y resucitará para vivir eternamente con
Él (1Corintios 15.20; 1 Tesalonicenses 4.14). Por la muerte de Cristo
en la cruz, Él ha sido exaltado y elevado a la condición que le
correspondía (véase Filipenses 2.5–11).
Col 1.20 nos enseña que la muerte de Cristo abre un camino para
que todos puedan venir a Dios. Puso a un lado al pecado que nos
impedía disfrutar de una relación correcta con nuestro Creador. Esto
no significa que todos han sido salvos, sino que el camino ha sido
abierto para todo aquel que confíe en Cristo para ser salvo. Podemos
tener paz con Dios y reconciliarnos al aceptar a Cristo, que murió en
nuestro lugar. ¿Hay entre su Creador y usted alguna distancia?
Reconcíliese con Dios. Venga a Él a través de Jesucristo.
Col 1:21-22 21Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y
enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado 22en
su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin
mancha e irreprensibles delante de él;
Col 1.21,22 Aclara que nadie es lo suficientemente bueno para
salvarse a sí mismo. Si queremos vivir por la eternidad con Cristo,
debemos depender totalmente de la gracia de Dios. Esto es cierto,
seamos homicidas o sinceros ciudadanos laboriosos. Todos hemos
pecado una y otra vez, y cualquier pecado es suficiente para que nos
motive a venir a Jesucristo para nuestra salvación y vida eterna.
Aparte de Cristo, no hay forma de que nuestros pecados sean
perdonados o quitados.
CMH
Col 1:15-23
Cristo en su naturaleza humana es la revelación visible del Dios
invisible y quien le ha visto a Él ha visto al Padre. Adoremos estos
misterios con fe humilde y contemplemos la gloria de Jehová en Cristo
Jesús.