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Nació en París en el año 1848, debido a que su padre, el marqués Raffaele Pareto,
un aristócrata italiano de ideas liberales, había tenido que abandonar Italia en 1835
por motivos políticos, y había rehecho allí su vida y contraído matrimonio con una
francesa. Al cabo de algunos años, la familia volvió a Italia y el futuro economista,
como antes había hecho su padre, estudió ingeniería, logrando su título en el
Politécnico de Turín en 1870. Trabajó al principio en esa profesión, llegando a ser
director de la Compañía de Ferrocarriles de Roma y, más adelante, de una empresa
de productos siderúrgicos de Florencia. Pero pronto sería el campo de las ciencias
sociales el que más atraería su atención y su tiempo. Y su vida dio un giro radical
cuando en 1892 le fue ofrecida la cátedra de economía de la universidad de
Lausana, que hasta entonces había ocupado León Walras. Desde allí Walras había
sido uno de los protagonistas principales de lo que en economía se conoce con el
nombre de “revolución marginalista”, que supuso un cambio fundamental en la
forma de entender la economía y que tuvo, además, como efecto dar un gran
impulso a la formalización matemática de esta ciencia.
La élite del poder se cierra frente a la nueva élite que surge de la masa, pero acaba
siendo sustituida. Es un ciclo. Puede suceder a través de una revolución o por
sustitución gradual. Una buena élite es aquella donde hay un buen equilibrio entre
zorros y leones. Cuando hay muchos zorros en la élite, los leones se rebelan, y
viceversa. Cuando una élite es decadente, se debe exterminar; la élite debe ser de
calidad y circulante.
En sus escritos criticó y ridiculizó las ideas de progreso, democracia, igualdad y
socialismo, poniendo en primer plano el componente de fuerza y de engaño que
existe en la historia de la humanidad. Esta visión le convirtió en un predecesor
ideológico del fascismo. Efectivamente, Mussolini intentó apropiarse del prestigio
intelectual de Pareto, el cual nunca criticó al fascismo italiano e incluso aceptó que
le nombraran senador vitalicio poco antes de morir.