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SALVACION
Décima Parte: Lo que Cristo llevo a cabo en sus sufrimientos y muerte
He 9:11-14, 28
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Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más
amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,
12
y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró
una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
13
Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra
rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14¿cuánto más la
sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha
a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
28
así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y
aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan
Nuestro estudio de hoy es tomado del doctor John Stott, para continuar con el
tema de la Sustitución:
Estos son ejemplos en los que el que llevaba vicariamente el pecado lo hacía
de manera involuntaria. En cada caso, personas inocentes tuvieron que sufrir
las consecuencias de la culpabilidad de otros. Por otra parte, se empleaba el
mismo lenguaje cuando se describía un acto realmente vicario de llevar los
pecados. Entonces entraba la noción de la sustitución deliberada, y se decía
que Dios mismo proporcionaba el sustituto. Por ejemplo, cuando le pidió a
Ezequiel que se acostara, y en un dramático simbolismo declaró: "llevarás tú la
maldad de la casa de Israel" en (Ezequiel 4:4-5).
Algunos comentaristas cometen el error de interponer una cuña entre los dos
machos cabríos, el que era sacrificado y el que llevaba los pecados,
desconociendo el hecho de que ambos animales conjuntamente se describen
como una sola 'expiación', en singular como dice (Lv 16:5 “Y de la congregación
de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para
holocausto” 'el sacrificio por el pecado').
Tal vez T. J. Crawford tenía razón cuando sugirió que cada uno de los machos
cabríos representaba un aspecto distinto del mismo sacrificio, "uno exhibiendo
el medio, el otro el resultado de la expiación". En este caso la proclamación
Jesús' (Hechos 8.30-35). En resumen, ocho de los doce versículos del capítulo
(1,4,5,6,7,8,9 Y u) se refieren todos en forma muy específica a Jesús.
También puede haber otras alusiones en su descripción del hombre más fuerte
que reparte el botín,24 su deliberado silencio ante sus jueces,25 su intercesión
a favor de los transgresores26 y el hecho de dar su vida por otrosY Si se acep-
tan estos últimos, entonces todos los versículo s del capítulo, excepto el
versículo 2 ("No tenía belleza ni esplendor, su aspecto no tenía nada
atrayente", vp), se aplican a Jesús en el Nuevo Testamento, algunos varias
veces. Es más, hay buenas razones para sostener que toda su carrera pública
-desde su bautismo y siguiendo con su ministerio, pasión y muerte, hasta su
resurrección y ascensión~ se entiende como cumplimiento de la profecía en
IsaÍas 53·
Oscar Cullmann ha argumentado que en su bautismo deliberadamente Jesús
se hizo uno con aquellos cuyos pecados debían ser llevados, que su decisión
de 'cumplir toda justicia' (Mateo 3.]5) equivalía a la afirmación en Isaías 53.U,
donde se expresa la determinación de ser el "siervo justo" de Dios, el que
mediante su muerte expiatoria "justificará ... a muchos". También dice Cullmann
que la voz del Padre desde el cielo, declarándose 'satisfecho' con su Hijo,
también lo identificaba como el Siervo (Isaías 42.1).28 De igual manera,
Vincent Taylor señaló que ya en el primer sermón apostólico en Hechos 2 "la
concepción dominante es la del Siervo, humillado en la muerte y exaltado ..
:'.29 Más recientemente, el profesor Martin Hengel, de Tubinga, ha llegado a la
misma conclusión, y sostiene que este uso de Isaías 53 con toda seguridad
comienza en la mente de Jesús mismo.30
Hasta aquÍ mi propósito ha sido mostrar en qué medida Isaías 53 tiene carácter
fundacional para la comprensión neotestamentaria de la persona de Jesús. He
dejado para el final las dos declaraciones más importantes de Jesús, que se
refieren al hecho de que su muerte tiene relación directa con el concepto de
llevar los pecados.
El primero es el dicho sobre la redención: "Porque el Hijo del hombre no vino
para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos"
(Marcos 10-45). AqUÍ Jesús une dos profecías divergentes, referidas al 'Hijo del
hombre' y al 'Siervo'. El Hijo del hombre había de venir 'con las nubes del cielo'
y todos los pueblos le
'servirían' (Daniel 7.13-14).
El Siervo, en cambio, no habría de ser servido sino que serviría, y
completaría su servicio padeciendo, especialmente al entregar su vida en
rescate por muchos. Sólo sirviendo sería servido, sólo padeciendo
entraría en su gloria.