GILBERTO FREYRE
CASA-GRANDE
Y SENZALA
Kae =PROLOGO
“nuestra maxima tarea deberia ser el
combate contra todas las formas de pensa-
amiento reaccionario”.
ANTONIO CANDIDO
GULBERTO FREYRE tiene una caracteristica con la que simpatizo mucho.
Como yo, él se gusta terriblemente a si mismo. Sabotea “los elogios como si
fueran bombones”.
Siendo éste su modo natural de ser, se orquestdé en totno suyo un culto
que preside feliz ¢ insaciable, A pesar de que es mds elogiado que nadie,
es él quien més se clogia, comenzando sus libros con detalladas apreclacio-
nes sobre sus grandezas y noticias circunstanciadas de cada asombro que va
provocando por el mundo.
Y¥ no necesitaba ser asi. Al fin de cuentas, no es sdlo Gilberto el que se
admira. Todos Io admiramos. Algunos de nosotros superlativamente. El ma-
yor estilista brasilefio nos dice con su estilo lo que ya de por si bastarfa para
forzar nuestra admiracién. Mestre Anisio, el pensador mds agudo de este
pais, nos pide que le anticipemos a Gilberto la grandeza que el futuro ha de
reconocerle, porque todos nos convertimos en mas brasilefios con su obra,
Fernando de Azevedo, hablando en nombre de !a sociclogia, casi repite a Ani-
sio al decirnos que todos le debemos un poco de lo que somos y mucho de
le que sabenros. Pero no es solamente eso. Es muche més, ditla Gilberto, y
ejemplificaria: Barthes no se consuela de que Francia no tenga su intérprete
gilbertiano para sus primeros siglos de formacién. Un tal Briggs, pasmado de
asombro, nos dice que Casa-Grande y Senzala no sélo es una revelacién pata
los brasilefios acerca de lo que ellos son, sino todo un triunfo universal. Una
docta comisién no sé de qué Hega a afirmar que Gilberto ya guia a la hu-
manidad entera en la brisqueda de un sentido y de un objetivo.
Abro el prdlogo con estas palabras porque, aunque muy a disgusto, tengo
que entrar en la comparsa de los alabadores. Gilberto Freyre ha escrito, sin
dada, la obra mds importante de la cultura brasilefia. Efectivamenie, CG y $
es el més gtande de los libros brasilefios y el mds brasilefio de los libros que
hemos escrito. ¢Por qué? Siempre me intrigd y atin me intriga que Gilberto
Freyre, siendo tan reaccionatio en el plano politico —-en su tiltima declara-
ixcidén llega a decir que la censura de prensa es, en general, beneficiosa y que
en los Estados Unidos Ia censura es més tigurosa que en cualquier otro pais
del mundo—, haya podido escribir ese libro generoso, tolerante, fuerte y
bello.
Creo que podriamos prescindir de cualquiera de nuestros ensayos y no-
velas, aun cuando fuese lo mejor que hayamos escrito. Peto no pasatiamos
sin CG y S sin ser diferentes. En cierta medida GF fundé Brasil en ef
plano cultural tal como Cervantes lo hizo con Espafia, Camoens con Portugal,
Tolstoi con Rusia, Sartre con Francia. Es cierto que hubo, en nuestro caso
coma en los deméas, algunos gestos antes —el Aleijadinho, entre unos po-
cos—, otros después —Brasilia, de Oscar—, pero, sin lugar a dudas, entre
ellos est4 el de Gilberto. ¢Por qué?
Casa-Grande y Senzala es una hazafia de la cultura brasiletia. Después de
todo esto debemos, quizds, repetir que asi fue vista, por otra parte, desde
los dias de su aparicién. Jorge Amado nos habla de eso muy expresivamente.
Para él la legada de CG » S fue una explosion de deslumbramiento. Desde
algunos afios antes, observa, venian surgiendo las primeras novelas regio-
nales que buseaban laboriosamente restablecer la verdad acerca de la vida
social brasilefia, falsificada por la literatura tradicionalista. Pero un libro
de estudios de Brasil, que fuera legible, bien escrito como Case-Grande y
Senzala, era una cosa nunca vista. Para Jorge Amado, sin embargo, lo mds
sorprendente era ver surgir en ese medio provinciano que tecitaba a Bilac
y detestaba a Portinari, a un hombre de estudios universitarios en el extran-
jero que frecuentaba los candomblés, gustaba de la buena comida bahiana
y conocia la cachaza fina. Un hombre avido de vivir y de refr, que sentia
placer en admirar y gusto en alabar. El nos ensefiaba, dice Jorge Amado
que sélo viviendo se puede aprender la ciencia de los libros.
Astrogildo Pereira, el principal critico marxista de letras y de ideas, se-
fiala que Casa-Grande y Senzala ocurrié en 1933 como algo explosivo, insé-
lito, realmente nuevo, rompiendo afios y afios de rutina y repeticiones. Sus
principales novedades serfan: fa de un libra de ciencias escrito en un len-
guaje literaria de acento inusitado, en un lenguaje atrevidamente nuevo pero
muy nuestro; un libro que daba categoria literaria a muchas palabras vulga-
ves; y, sobre todo, un libra que tenia como protagonista central no a los hé-
roes oficiales sino ala masa anénima,
Es verdad que no todos fueron elogios en aquellos dias de deslumbra-
tmiento y maravilla. ¥ no podia serlo porque el vigor mismo y sobre todo el
estilo acre de CG » S§ provocd en mucha gente verdaderas crisis de exaspera-
cién. Principalmente por las expresiones consideradas desde siempre como
aroseras, obscenas, irreverentes y muchas otras cosas tenidas como negativas.
Es comprensible que fuera as{ para un piblico lector acostumbrado a la po-
bre lengua que se escribfa entonces en Brasil, y habituado a alabar y a tomar
en serio a Hiteratos académicos tan bobos como vetustos. Estas incompatibi-
lidades ofendian y rasgufaban sensibilidades académicas e hirieron a mu-
chas almas bien formadas. No podia ser de otro modo si en un pasaje GF
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