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http://www.focusing.org/micro.html
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pierde totalmente la capacidad de alcanzar a la pequeña desvalida que está fuera de su
alcance; ella llora con dolor y rabia hacia el ginecólogo (mientras en la realidad se
había comportado 'razonablemente'). Ahora, ella descubre que le obligaron a aceptar la
situación de dejar a la bebé en la guardería de la maternidad. Cuando dos semanas
después le permitieron llevarse a la bebé a casa, 'ya no era suya'. Aunque estas eran
experiencias dolorosas, ella se siente muy aliviada cuando las habla abiertamente.
Durante tres años su cuerpo había llevado esto sin encontrar una expresión apropiada
para ello. Ella misma había “olvidado” los eventos, pero su cuerpo permanecía
llevándolos en la forma de una depresión. Ahora que este conocimiento corporal se ha
abierto, los sentimientos de la mujer se liberaron. Su energía vuelve y, por primera
vez, siente amor por su hija.
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clientes ofrecen resistencia porque ellos experimentan este proceso interno como
amenazante. Esta actitud presupone tolerancia hacia la incertidumbre, una habilidad
de dejar el control y ser vulnerable, ya que ni el terapeuta ni el cliente pueden
anticiparse a lo que surgirá desde lo implícito. No saber exactamente qué está
surgiendo es muy alarmante para las personas que han estado acostumbradas a
mantener sus emociones bajo estricto control. Es obvio que una persona sólo se
atreverá a adoptar tal actitud si está disponible un considerable monto de seguridad
interpersonal. La actitud de Focusing surge espontáneamente en algunas personas en
un entorno seguro. En otras, esta manera de prestar atención interiormente, no
emerge espontáneamente, pero es algo que ellas pueden descubrir, no obstante, en el
contacto con el terapeuta. (Para el desarrollo de la actitud de Focusing, vea: Leijssen
1997).
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1984, pág. 182). Es importante para un terapeuta aprender cuándo y cómo los
microprocesos específicos pueden ser usados en varios momentos en la terapia. Esto
requiere un proceso de diagnóstico en que el terapeuta reconoce las señales que
anuncian la emergencia de un microproceso que necesita ser asistido. Mi descripción
de los microprocesos está inspirada por los Manuales de Gendlin (1981, 1996) y el
Manual de Guía de A. Weiser Cornell (1993). También las escrituras de M. Armstrong
(1993), K. McGuire (1993) y D. Müller (1995) fueron útiles para desarrollar una visión
diferenciada de varios microprocesos.
Distancia adecuada significa: hacer contacto con la experiencia sin coincidir con
ella. En una primera fase no trabajamos con el contenido de un problema sino que
relacionándonos con él: el cliente aprende a crear un espacio entre sí mismo y el
problema para relacionarse con él como un Yo observador, en lugar de coincidir con él.
A menudo, las dificultades del cliente tienen que ver con una forma inadecuada de
relato, una distancia inadecuada entre sí mismo y la experiencia. O la distancia es
demasiado grande y el cliente permanece demasiado lejos de la experiencia, 'sintiendo
nada', o bien, la distancia es demasiado pequeña y el cliente está demasiado cerca e
inundado por los problemas, así que ningún 'Yo' permanece para relatar lo que se
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siente. “Podemos describir un continuo del proceso del cliente desde un Proceso
Cerrado (abrumador) hasta un Proceso con Distancia (fuera de contacto), pasando por
el Proceso Medio, la distancia ideal en Focusing, entremedio. (Weiser Cornell 1996b,
p.6). El terapeuta intervendrá diferenciadamente de acuerdo a si el cliente está
demasiado lejos o demasiado cerca en relación a sus problemas.
El cliente está en este proceso cuando no sabe sobre qué hablar, sintiendo pero
muy poco, o siempre dudando de los sentimientos, necesitando un tiempo largo para
contactar una emoción, perdiendo ese contacto fácilmente, concentrándose en
procesos intelectuales y hablando desde allí; explicando un montón de cosas al
terapeuta, racionalizando el problema, predominantemente citando la autoridad
externa, comprometiéndose en discusiones muertas. En tales casos, el terapeuta
debería ayudar activamente a que el cliente descubra nuevas formas de relacionarse
consigo mismo. Una pregunta tal como: "¿Cómo se siente eso?", la mayoría de las
veces no es suficiente para tales clientes porque ellos no saben cómo sentir en sus
cuerpos para encontrar sentido. Ellos buscan significando 'fuera de si mismos”: en
otras autoridades, en teorías o en los libros. Introducir un acercamiento dirigido al
cuerpo es a menudo un paso necesario para poner a tales clientes en contacto con una
nueva fuente de conocimiento: su propia autoridad interna.
Ejemplo: Oscar, 48 años, tiende a hablar sobre los eventos de la última semana
de una manera muy racional. A menudo consulta libros, buscando una explicación de lo
que le pasa. Empieza la sesión Nº 22 con una larga charla sobre un amigo y relata con
mucho detalle que 'piensa' que debería sentirse furioso.
T: Usted piensa que debería sentirse furioso... pero no siente ningún contacto con
eso... Ahora, podría apartar por un momento todo lo que ha pensado… empezaremos
con su cuerpo y veremos lo que viene desde allí... Dirigiré su atención hacia su
cuerpo... Tómese su tiempo para cerrar sus ojos y tomar unas cuantas respiraciones
profundas... (El terapeuta permite al cliente sentir su cuerpo totalmente, de los pies
hacia arriba, y le pregunta cada vez: "¿De qué se está dando cuenta en esa parte de
su cuerpo?", permitiéndole simplemente ser el observador de lo que emerge)... Sólo
note lo que está sintiendo... (Cuando el cuerpo entero ha sido cubierto, el terapeuta le
pide al cliente llevar su atención al centro de su cuerpo)... ¿Qué es lo que siente más
después de haber atendido completamente su cuerpo?
Una valiosa manera de ayudar al cliente a lograr una relación interna, puede ser
dirigir su atención primero dentro de su cuerpo. Gendlin (1996, pág. 71) describe
varias 'instrucciones preliminares” para aprender a darse cuenta del cuerpo desde
adentro. Normalmente, esto es suficiente para invitar a la persona a hacer eso al
principio de la sesión, usando unas cuantas instrucciones simples, como: "Tómate un
tiempo para sentir cómo estás dentro de tu cuerpo... ", "Sigue tu respiración por un
momento, simplemente respirando, adentro y afuera, sin querer cambiar nada en
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ella... ", “¿Qué te viene cuando tu atención examina tu cuerpo?" El terapeuta también
puede pedirle al cliente, al principio de la sesión, cerrar sus ojos por un momento y ver
cómo se sienten las diferentes áreas de su cuerpo. La respiración y las sensaciones en
la garganta, pecho, estómago y abdomen reciben plena atención. El terapeuta debería
escoger permitir al cliente empezar con alguna forma de relajación, uno debería ver
que ella no se vuelva demasiado profunda; de hecho, el Focusing demanda una
atención plena y una profunda receptividad. Al trabajar con un grupo, a veces empiezo
con música y movimiento, algo que lleva a los participantes inmediatamente a un
mayor nivel de conciencia corporal.
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estos son indicadores de que se necesita la ayuda del terapeuta para crear más
distancia. En efecto, es necesario algo de distancia entre uno mismo y el problema
para hacer que una relación interna sea posible.
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C: Tengo que hablar urgentemente con la señora del aseo (C. da una larga explicación
del problema con la señora de la limpieza, mientras el terapeuta le ayuda a clarificar
qué exactamente necesita ser aclarado acerca de la señora de la limpieza)... Quiero
decirle claramente que ella tiene que apegarse a lo que yo le pido…
T: Haz otra nota sobre tu conversación con la señora de la limpieza... y ponla abajo
también. (C. deposita la nota en el suelo, al otro lado; seguido de un profundo
suspiro)... ¿Hay allí algo más? (Vienen varios problemas cotidianos, a todos los cuales
se les da, de forma similar, un lugar en el cuarto).
C: Ahora siento la carga de mi soledad pesadamente sobre mí... extraño los abrazos...
T: Dile a tu cuerpo que oíste que extrañas los abrazos... e intenta respirar de una
manera amistosa cerca del lugar donde se siente la falta... Dale una suave y amistosa
respiración a eso... (silencio).
C: …Se siente bien... yo raramente reconozco eso y tiendo a mostrarme dura... Esto se
siente mejor... (silencio).
T: ¿Algo más?
C: ¡Me estoy asustando porque repentinamente me vi cara a cara con mi papá! Él está
viejo y necesitado. Se supone que me haga cargo de él, pero no puedo después de
todo lo que él me ha hecho (hubo incesto con el padre)... Ni siquiera siento que quiera
visitarlo... Ahora que estoy de vacaciones, no tengo una excusa para postergarlo... es
como una montaña a la que le temo... No es accidente que salga con esto después de
todo lo demás... Yo siempre evito esto manteniéndome muy ocupada.
T: No tienes que empezar a 'subir' esa montaña en seguida... Ahora no tenemos el
tiempo para lidiar con eso... Si deseas, podríamos dedicarle más tiempo al problema
con tu papá en la próxima sesión... Ahora mira y ve si puedes volver atrás un poco y
deja que esta montaña esté en frente de ti durante algún tiempo, sin tener que
empezar tus vacaciones con esta ‘pendiente tan pesada’...
C: Es bueno pensar que lo he tocado brevemente, pero siento de hecho que tengo que
darme un tiempo para respirar, primero... Noto que me relaja dar un paso atrás y dejar
esta montaña donde está, por el momento...
T: Nuestro tiempo casi termina... Depositaste estas varias notas aquí... Mira y ve lo
que quieres hacer con ellas, ¿qué sientes que sería bueno hacer con ellas?
C: Me las llevaré a casa y las pondré en mi pizarra de notas en el orden en el cual
quiero realizarlas. (C. cuidadosamente recoge las notas, una después de otra,
expresando claramente lo que ella quiere hacer con ellas y las guarda en su cartera).
T: Por qué no te tomas ahora, brevemente, un tiempo para sentir cómo estás y si eso
necesita algo más. (silencio)
C: ¡Siento que perdí 20 kilos! Tengo este sentimiento maravilloso de tener también
espacio para disfrutar de mi misma... Primero iré y me sentaré en una terraza y
tomaré un trago para celebrar mis vacaciones...
La manera más usual de crear distancia cuando la manera de relatar del cliente
es ‘con demasiada cercanía’, es pedirle a éste que asigne al problema un lugar fuera de
sí mismo. A veces, la simple solicitud de dejar que 'eso' se aleje un poco puede ser
suficiente. En la mayoría de los casos, sin embargo, el terapeuta puede tener que
asistir el proceso mientras éste se concreta, dando, por ejemplo, instrucciones tales
como: "Podrías darle a ese problema un lugar en alguna parte de esta habitación...
Mira y ve donde te gustaría ponerlo".
Puede ser de mucha ayuda llevar a cabo este ‘sacar de uno mismo’ de una
manera concreta, por ejemplo, haciendo que el cliente anote en un pedazo de papel el
nombre del problema o dibujándolo y luego depositando el papel en alguna parte del
cuarto. Incluso, con clientes sofisticados, esto puede tener un efecto muy liberador y a
menudo puede ser más eficaz que simplemente indicar al nivel de la fantasía dónde
algo debería ir. De esta manera, varios de los problemas del cliente pueden ser
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asignados a un lugar en el cuarto de terapia. Este proceso de crear distancia puede
asistirse muy bien, incluso, al nivel de la fantasía, usando distintas metáforas. Cuando
un cliente siente una carga excesiva, especialmente en los hombros y en la espalda,
uno puede trabajar con la siguiente imagen: "Imagínate a ti mismo llevando una
mochila pesada llena de problemas y echando una mirada a lo que contiene; e imagina
que sacas los problemas fuera de ella, de a uno a la vez, y los depositas aquí... Nota
como te sientes cada vez que descargas un problema específico y lo pones afuera”.
Otra metáfora, para cuando cliente siente el centro de su cuerpo lleno de asuntos o
siente que algo le toma completamente: "Intenta imaginar que tienes un espacio
dentro de ti, una clase de habitación que está llena, en la cual no te puedes mover...
permítenos hacer algún espacio allí... Echa una mirada para ver que cosa allí ocupa
demasiado espacio… imagina que lo pones fuera de ese cuarto por un momento y le
das un lugar en otra parte, donde aún lo puedas ver pero dónde no se sienta agobiante
nunca más... ¿Cómo se siente dentro ti cuando este espacio se despeja?" Si el
problema es muy amenazante o perturbador, puede no ser suficiente ponerlo a cierta
distancia, sino que uno tiene que poner un cerco entre él y el cliente. Así, el cliente que
está agobiado por la ansiedad cuando intenta hablar sobre su padre agresivo, puede
imaginar no sólo que su padre es puesto lejos en la esquina más remota del cuarto de
terapia, sino que también que “una jaula” ha sido construida alrededor de él, como a
veces se hace en la corte con los criminales peligrosos. O bien, el cliente puede dibujar
algo que él encuentra muy amenazante y pegar el dibujo por fuera de la ventana del
cuarto de terapia. Sin embargo, cuando el cliente está agobiado por algo con cualidad
'infantil', o por algo que es muy preciado, entonces otras metáforas tendrán que ser
utilizadas para crear la distancia apropiada. Podría ser difícil ser compasivo hacia el
cliente que está sumido en las heridas que ha recibido en su niñez, al simplemente
poner éstas en alguna parte del cuarto de terapia. De hecho, el lugar asignado debería
estar 'afuera', mientras también se debe ser cuidadoso con esa parte del cliente. Así,
uno puede preguntar: "¿Puedes tomar ese niño herido en tus rodillas?”, introduciendo
así la distancia mientras se respeta todavía la sensibilidad del problema.
Otra manera de hacer distancia es hacer que el cliente, en un hecho real o con
la imaginación, 'de un paso atrás'. Por ejemplo: "Deje todo donde está por el momento
y de un paso atrás para conseguir un poco de distancia". O, cuando un cliente habla
predominantemente sobre estar ‘inundado’, la siguiente metáfora puede ayudar:
“¿Puedes imaginarte saliendo del agua por un momento y que te sientas en la playa
mirando las olas en lugar de ahogarte en ellas?" Para ilustrar esto, aquí hay un breve
fragmento de una sesión de terapia en que la sugerencia de 'poner el problema a un
poco de distancia' no funciona, pero dónde 'hacer que el cliente de un paso atrás” sí lo
hace.
C: ¡Hay una presión terrible aquí (indicando su pecho); No la puedo tolerar más... es
como una gran contrafuerza que me impide vivir... apenas puedo seguir respirando!
T: ¿Podría intentar empujar esta contrafuerza a un poco a distancia?
C: No sabría como hacer eso.
T: ¿Podría darme una idea de cómo estás experimentando esto? ¿Aparte de impedirte
vivir, cómo estás llevando eso o qué clase de sentimiento te provoca eso?
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C: Es un bloque de hormigón enorme, pesado, que está sobre mí; ¡no consigo respirar
bajo él!
T: OK. ¡Ahora entiendo que no puedes apartar algo como eso! Bien, dejaremos ese
pesado bloque donde está e intentarás imaginar que das un paso atrás de él... trata de
imaginar apartándote desde debajo de ese bloque.
C. (asiente con la cabeza mientras el terapeuta sugiere; tales pequeñas señales
corporales son una indicación que vamos por buen camino).
C: ¡Sí, eso se siente bien (suspiro profundo)... puedo respirar de nuevo (silencio)...!
De repente también vi que el bloque de hormigón es mi madre ¡que siempre me ha
impedido vivir!
La misma forma de crear espacio también puede ser más indicada que
simplemente 'apartar', en caso de algo que es valioso o tierno para el cliente. El cliente
intenta encontrar un buen lugar en el cuerpo para el problema mientras deja de
coincidir con él. Por ejemplo, la cliente que siente un enorme vacío en su abdomen
después de la muerte de su bebé, poco después del nacimiento, es consultada por el
terapeuta: “¿Podría respirar hacia ese dolido lugar de una manera amistosa...? ¿Podría
hacer un espacio con su respiración donde este vacío tiene su lugar...?" A veces este
‘espacio' creado con la respiración incluso puede imaginarse concretamente por medio
de una metáfora como: una ‘cuna' en la que eso puede ‘depositarse’.
Cualquiera sea la manera que uno escoja para generar distancia, en ninguna de
ellas se trata de simplemente 'poner el problema aparte', 'olvidarse de él' o 'reprimirlo'.
Es más bien una búsqueda amistosa de un buen lugar para él, con la guía de los
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sentimientos e imágenes del cliente. Es un esfuerzo para establecer una mejor
relación, con la cual el cliente consigue espacio para atender los problemas en lugar de
coincidir con ellos, y por el cual la energía y el poder curativo del Yo-observador se
liberan para enfrentar los problemas y conseguir una contención de la situación. Al
sustraerse a si mismo del problema, el cliente consigue una mejor vista de la
naturaleza exacta del problema (vemos mejor cuando no estamos demasiado cerca
de…) y se torna capaz de cuidar bien de él cuando se necesita. Así, ya no estar
identificado con 'el niño herido' crea la oportunidad para que 'la parte adulta' de uno
mismo pueda cuidar a la 'parte infantil'. "Aquello relacionado con el niño interno se
verá similarmente. La diferencia es que no hay ninguna necesidad de personificar la
sensación sentida como un niño. Si eso se siente como un niño para el cliente, es
bienvenido, pero si no, aún puede tratársele con gentileza, aceptación y escucha".
(Weiser Cornell 1996a, p.100). "De hecho, el progreso real parece involucrar mantener
una parte de uno mismo separada de la intensidad, y apoyar a esa parte mientras se
explora la emoción abrumadora" (Iberg 1996, p.24). Sólo cuando se logra un estado
de 'tener-contacto-sin-coincidir' se hace posible trabajar en el contenido del problema.
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siguiendo la propia respiración. Entonces el cliente se pregunta interiormente: "¿Cómo
estoy ahora mismo?, ¿qué estoy trayendo conmigo en este momento?, ¿qué viene a mi
mente?". Cada percepción, tema o sentimiento que aparece es reconocido. Es
brevemente tocado y se le da un lugar, sin que su contenido sea tratado aún. Esto
puede ser hecho, por ejemplo, nombrándolo en voz alta, o escribiendo algún aspecto
de él, como uno lo haría con una lista de compras, sin hacer la compra real todavía. El
cliente puede así poner en palabras aquellos asuntos que le preocupan y el terapeuta
los refleja brevemente. Aquí también, un efecto más fuerte puede tenerse escribiendo
cada tema y dando un lugar real al papel en el cuarto de terapia. Uno puede seguir con
esto hasta sentirse seguro que todas las preocupaciones han sido reconocidas y
temporalmente puestas aparte. Después que a todos los problemas se le ha dado un
lugar adecuado de esta manera, los clientes pueden experienciar un gran sentimiento
de paz, descanso, energía de vida y de estar centrado... el cual puede acercarse a una
experiencia espiritual/religiosa/trascendental. "Trascendente significa moverse más allá
del propio marco de referencia en una dirección de mayor amplitud. La dimensión
trascendente se encuentra en todos los seres humanos, involucra moverse más allá de
la propia egocentricidad no sana, de la dualidad y la exclusión, hacia una
egocentricidad más saludable, una mayor inclusividad, unidad y capacidad de amar"
(Hinterkopf 1996, p.10). Y por lo tanto, hacia la satisfacción obtenida por haber,
sencillamente, practicado este paso separadamente, incluso si ningún problema es
atendido después.
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En el ejemplo de Oscar, el cliente que estaba, inicialmente, 'demasiado lejos' de
su experiencia; después de llevar su atención hacia todas las partes de su cuerpo, se
pone en contacto con un sentimiento de tensión en la región de su estómago. Nosotros
mostraremos aquí cómo el terapeuta le ayuda a entrar en contacto con la sensación
sentida de esa tensión.
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enfatizar ciertos elementos. Una sensación sentida se completa permitiendo que tenga
lugar la conexión entre las sensaciones corporales, las emociones, las situaciones
externas y los símbolos. Este proceso de despliegue termina en un sentimiento de
alivio, una experiencia corporalmente sentida de algo que se ha liberado, con la cual un
nuevo surgimiento de energía es sentido. El cambio terapéutico real siempre lleva
consigo las características de este proceso.
Cuando la sensación corporal está ausente, el cliente puede ser ayudado, por
ejemplo, dándole una sugerencia como: “¿Podrías tratar de sentir cómo todo esto se
siente en tu cuerpo?" o: "¿Cómo reacciona tu cuerpo a eso?" o, "¿Hay ahí una
sensación acerca de…?"
Un cliente que tiene las sensaciones corporales pero nada más, puede ser
consultado: "¿Qué cualidades emocionales están presentes en esta sensación?” “¿Se
siente como algo amenazante, apretando, agradable, o qué tono emocional tiene?”
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desplegarse más allá. El criterio de exactitud siempre queda en las reacciones
corporales del cliente. El poder del símbolo no sólo yace en el hecho que, a través de
él, la sensación sentida implícita es externalizada. Los símbolos son también 'asideros’:
ellos contienen el sentimiento holístico que puede entonces evocarse de nuevo por
medio de esa expresión. A menudo los clientes recuerdan la imagen que acompañó un
cambio importante en su experiencia y la usan después para contactar ese sentimiento
de nuevo.
1. Preguntas Generales, tales como: "¿Qué hay en todo esto que me hace sentir de
esta forma?", “Si ‘eso’ pudiera hablar, ¿qué diría?”, "¿Hay algo más en ese sentimiento
que demande atención?”, “¿Quiere eso decir más?”, “¿Qué me impide sentir eso más
plenamente?”.
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centro de ese problema? ", “¿Qué es lo más valioso para mi allí?”.
Las siguientes cuatro ilustraciones, en las cuales cada cliente empieza desde un
componente diferente, harán más claro cómo la sensación sentida completa puede ser
desplegada en psicoterapia verbal.
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C: (silencio, suspiro) Que simplemente vaya a la fiesta y disfrute la compañía sin
preguntarme si hay un hombre disponible alrededor...
T: Mira a tu interior y ve si está de acuerdo: simplemente ir a la fiesta sin esperar
encontrar al hombre de tu vida...
C: (risas) Ahora incluso parece que podría ser divertido... conozco a unas cuantas
personas que estarán allí y eso puedo hacer simplemente... (se sienta visiblemente
más relajada).
T: Tómese un tiempo para apartar todo lo que usted ha pensado acerca del asunto,
para que pueda hablar con un sentimiento renovado acerca de cómo es esto para
usted, ¿qué siente en su cuerpo cuando se acuerda de la situación con está mujer en
su viaje?
C: (silencio) es una especie de tibieza (riéndose).
T: Se pone tibio dentro de usted…
C: Sí, y también... hay un tipo de ternura confortante, pero... muy tranquila, muy
suave...
T: Algo calido, confortable, tierno, tranquilo...
C: Sí...incluso conmovedor (silencio)... es una clase de suavidad, como si estuviera
sentada en un césped... sobre una duna de arena...
T: Es conmovedor encontrarse a usted misma relajada, hay algo de suavidad en eso…
C: Sí, y me conmueve que esté permitido aquí… (suspiro)... Fue como eso también con
esta mujer en mi viaje... Nosotras teníamos raíces comunes, lo cual no es lo que
normalmente encuentro en mi entorno. (silencio).
T: Quizás haya más acerca de eso que quiera salir... ¿Podría preguntar a su
sentimiento si le gustaría decir más o cómo quiere que sigamos? (silencio).
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C: Si yo me atreviera, le haría saber a esta mujer cuan bien me sentí con ella... pero
no estoy segura si eso sería muy adecuado...
T: Podrías primero dejar algún espacio para esa idea... ¿Cómo se siente cuando se
imagina a usted misma diciéndole a ella que se sintió bien?.. (silencio).
C: Excitante... de hecho, maravilloso... se siente maravilloso decirle eso a ella.
T: Parece como una idea excitante y maravillosa...
C: Mientras más me detengo en el pensamiento... mejor se siente... ¡Oh!... ¿No me
encuentra entupida, verdad?
T: ¿Está pensando eso?
C: No realmente... ¡Es más bien que no me he sentido tan joven en años!...
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cliente en la imagen de lo que está rondando en su cabeza, al principio, o profundizar
en las sensaciones interiores corporalmente sentidas. En este ejemplo, el terapeuta da
la prioridad a 'arraigar' al cliente en su propio cuerpo y promover allí el desarrollo de
un buen lugar.
Las palabras que vienen desde 'la profunda voz interna' se identifican
fácilmente. No sólo por el hecho que ellas vienen desde el centro del cuerpo, sino que
también llegan mucho más despacio, unas cuantas a la vez, suenan sorpresivas,
nuevas y a veces irracionales, y la mayoría causan un sentimiento de alivio y de nueva
energía. La diferencia con 'las voces que vienen desde afuera' está extensamente
elaborada en la siguiente fase de Focusing.
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de reaccionar; b) disidentificarse de ellos; c) visualizarlas o darles una forma concreta
o ponerles una 'cara'; d) explorar qué función tenían o todavía tienen; e) asignar un
nuevo lugar para ellas; f) retornar a esa parte de la persona que estaba o está bajo el
dominio del caracter interfiriente.
b) Desidentificarse o distanciarse.
Un cliente que está confrontado con la voz de un caracter interfiriente tiene que
ser ayudado por medio de un mensaje o instrucción que debe permitirle diferenciarse
de la voz ‘que le habla' o ver estos pensamientos y sentimientos negativos como 'una
parte' de a sí mismo con los cuales no coincide totalmente. Reflejos simples hechos por
el terapeuta pueden cambiar el énfasis e invitar al cliente no coincidir por más tiempo
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con la reacción interfiriente. El cliente que dice: "Yo odio ser tan débil", puede oír al
terapeuta reflejar: “Hay una parte de ti que no tolera la idea que sientas debilidad...
Podrías dar una mirada y ver qué hay allí que quiere tu atención".
Se invita al cliente a describir que 've delante de sí' cuando la voz o los
pensamientos han sido puestos a cierta distancia; si allí hay una cara, figura, persona
o forma que encaje con eso. Se le puede pedir al cliente dibujarlo o moldearlo en
arcilla o levantarse y representar el caracter, usando su propio cuerpo. O, en un grupo
de terapia, un miembro del grupo puede instruir a otro para tomar el ‘rol' o para
mantener el caracter seguramente apartado. Usualmente los clientes están
notablemente preparados para dar una descripción concreta de 'la figura' qué surge.
Tales figuras pueden ser los padres de la vida real. A menudo ellas son figuras que
simbolizan lo severo, lo duro y lo demandante, pero también lo sólido, lo protector, lo
seguro, tales como profesores de escuela, la policía, soldados, tías... A veces el cliente
ve un animal o una forma más abstracta como un loro, una serpiente, un perro
guardián, un bloque de granito, una pared alta o una cascada.
Los caracteres interfirientes son partes poderosas de una persona que, o bien
fueron tomados de un padre o de una figura de autoridad importante (partes
introyectadas), o bien, fueron creados para protección o supervivencia en
circunstancias difíciles o dolorosas (partes de auto-protección). Muchas veces los
caracteres interfirientes son partes no sanadas del cliente que han estado sin amor y
aceptación. Ellos a menudo sirvieron la importante función de ayudar y proteger 'al
niño vulnerable' o impedían que sentimientos insufribles emergieran, pero han
continuado haciendo lo mismo aún cuando ya no se requiere. Ellos no diferencian
nada, tampoco ven las cosas en perspectiva, sino que actúan en una forma de 'todo o
nada'. Con la ayuda del terapeuta, el cliente descubre cómo el caracter interfiriente
llegó a su ser y cómo éste ha 'cumplido su función'. Al explorar el caracter interfiriente,
primero se le permite a éste saber que uno 'ha oído' lo que tiene que decir. Esto a
menudo le permite al cliente tomar una actitud más relajada hacia 'la parte
perturbante'. Se busca las 'buenas intenciones’ de esta voz o de estos pensamientos.
Éstas proporcionarán conocimiento adicional sobre cómo asir el próximo paso.
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proteger al niño vulnerable, el terapeuta tendrá que ejercer más cautela. Podría ser
poco respetuoso poner aparte algo que ha sido un aliado del cliente. En tales casos, el
reconocimiento de cómo el caracter interfiriente ha ayudado al cliente, es necesario
primero, lo cual tiene el sentido de expresar gratitud hacia él. Subsecuentemente, el
cliente tendrá que decidir hasta qué punto ese caracter aún es necesitado; aprender a
diferenciar entre las circunstancias donde la protección o ayuda del caracter todavía se
requiere y aquellas en las cuales esa misma manera de reaccionar puede volverse
problemática. Este proceso consiste principalmente en un cambio de poder, el cliente
tiene la palabra final por sobre el caracter, en lugar de permanecer 'bajo su dominio'.
El cliente decide nuevamente en que circunstancias la reacción de un caracter
específico es apropiada.
f) Volviendo a esa parte de la persona que estaba o está bajo el dominio del
caracter interfiriente.
Aquí la transición se hace hacia la parte del cliente que estaba dominada por el
caracter interfiriente y a cómo se siente estar bajo el dominio de tan severa,
demandante y crítica parte. Aquí la cuestión también es consultar lo que la parte
dominada realmente necesita. A menudo, surge mucho enojo o tristeza y el
descubrimiento que se hace es que a uno le gustaría, en cambio, una parte
comprensiva, cariñosa, y contenedora. Puede ayudar a algunos clientes encontrar una
metáfora para este 'sustituto', como: una madre confortante y cálida, un padre
apoyador, un elefante amistoso que prepara el camino, alas protectoras alrededor de
uno, etc.
Brigit, 28 años, fue sexualmente abusada por su padre entre los 6 y 16 años.
En una sesión de terapia consigue contactarse con 'un profundo sentimiento de daño
interior'. Mientras habla acerca de eso, una voz amenazante y burlona surge desde
ella, diciendo: “¡No exageres! ¿Estás segura que es verdad todo lo que estás diciendo
aquí?” (Paso a). Ella conoce muy bien esta voz porque esa es la reacción con la que
usualmente anula sus sentimientos. El terapeuta le pide poner la voz en frente de ella
por un momento (Paso b) y ver si puede ponerle una cara (Paso c). Casi
inmediatamente, la cliente ve el retrato de su madre, quien reaccionó así, cada vez
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que la joven muchacha intentó informarla sobre lo que su padre hizo. El terapeuta
ahora le pide a la cliente que ponga la imagen de su madre diciendo tales cosas,
aparte (Paso e) y provee un mensaje alternativo: "Te sientes profundamente herida
por dentro; trata de darle a eso más espacio; escuchemos a eso un poco más..." (Paso
f). El cliente tiene éxito, subsecuentemente, expresando su enojo y su dolor.
T: Sientes que coincides totalmente con esa parte razonable... Como si la parte
irrazonable estuviera totalmente apartada bajo ésta. ¿Es así cómo se siente?
C: Sí, así es.
T: ¿Cómo se siente ese pequeño niño irrazonable estando ahí? (Paso f)
C: De hecho, está muy enojado pero no se le permite mostrarlo. (el cliente empieza a
llorar).
T: Prosigue y permite al pequeño niño expresar su enojo.
C: Maldición, en casa nunca nadie mostraba enojo; sólo la tristeza estaba permitida...
(llora de nuevo)... me siento tan solo.
T: ¿Cuándo sientes algo como enojo, te sientes aislado en casa?
C: Nadie en la familia mostró enojo alguna vez… Mi madre lloró mucho, sobre todo
después de la muerte de papá (el cliente tenía 8 en ese momento)... y yo estaba
siendo como el muchacho inteligente, razonable... Sobre todo después que mi padre se
fue, me comporté muy razonablemente... todos encontraron grandioso que yo, como el
mayor, pudiera también apoyar a mi madre. (Paso d)
T: ¿Pero, este muchacho también se enojaba con su padre y con su madre? (Paso f).
C: Yo sabía que no se suponía que me sintiera así, porque mi padre no podría ayudar
estando muerto, pero sin embargo, sí, yo estaba muy enfadado porque él nos dejó a
nuestra propia suerte; y enfadado con mi madre porque ella lloró demasiado; ella
permaneció totalmente estancada en eso y siguió repitiendo cuan buen hombre él
había sido... (suspiro profundo, silencio)... ¡yo me conformé con ser el más razonable e
inteligente! ¡Esto ya ha durado suficiente! (Paso e) ¡Maldición, después de todo yo sólo
era un niño y quería un padre común, no un ideal muerto!
Gabriel, 42 años, habla entusiastamente acerca de un nuevo plan que está a punto de
realizar. De repente, su humor cambia y dice: "Bien, podría no resultar de todos
modos". (Paso a)
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T: Ahh... te protege contra las desilusiones... ¿Podrías hacerle saber que oíste
exactamente que intenta protegerte de que resultes herido o desilusionado?
C: (se relaja, silencio) Sí... pero también me impide ser entusiasta; arrastra todo.
T: Termina teniendo mucho poder.
C: Apenas tengo la fuerza para silenciarlo.
T: ¿Cómo te sentirías recreándolo en arcilla o en un dibujo? (Paso c)
C: Podría dibujarlo porque lo veo claramente delante de mí.
(El terapeuta le da una hoja de papel grande y lápices de colores y el cliente empieza a
dibujar el loro. Le da un obvio placer dibujarlo).
C: Ya con dibujarlo empiezo a sentirlo grotesco, no tan poderoso como yo había
esperado... también lo voy a rodear con una jaula... Y en el margen escribiré - como
en una historieta cómica - toda la basura que está diciendo. Lo encuentro cómico al
verlo así, como una figura de historieta... (Paso e)
T: ¿Ahora se siente como si tuvieras más poder sobre él?
C: Sí, ahora lo encuentro ridículo.
T: ¿Quieres guardarlo o deseas hacer alguna otra cosa con él?
C: En la jaula está bien. Puedo ponerlo aparte cuando exagera... no quiero quedar
totalmente librado de él todavía, porque a veces lo encuentro cómico. Tiene un sentido
del humor que me hace popular con los colegas.
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Al concluir una sesión de terapia, la actitud de Focusing de cuidar de aquello
que está presente, puede ser enfatizada una vez más. Por ejemplo, el terapeuta podría
sugerir: “¿Podría hacerle saber al sentimiento que acabaremos pronto y ver si necesita
algo más antes que terminemos?" Cuando el proceso no está completamente
terminado todavía y el tiempo de la sesión se está acabando, la experiencia final de la
sesión puede ser especialmente destacada, o bien, una expresión que parecía ser muy
significante durante la sesión puede llevarse a primer plano. Por ejemplo: “La
expresión: 'enfrentándolo con poder' parecía emocionarte particularmente... Si deseas,
podrías tomarla e intentar averiguar cómo sigue estando allí, o, podríamos volver a eso
la próxima vez". A menudo, una imagen usada durante la sesión parece sobresalir y
puede trabajarse con ella durante varias sesiones.
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con su cuerpo, con su resonancia corporal, su sensación sentida acerca de la total
persona del cliente, y sobre la incesante experiencia y autoexpresión de éste. Esto es
porque todas las ‘técnicas’ terapéuticas surgen de esta resonancia implícita. La
sensación sentida del terapeuta es la fuente de las técnicas del Focusing (con tal que el
terapeuta esté percibiendo exactamente la expresión verbal y no-verbal del cliente).
Estas 'técnicas’ no son sólo métodos de escucha y guía, sino también respuestas
auténticas hacia la persona del cliente” (Wiltschko 1995, p.2 y p.6). "La terapia
orientada al Focusing no es terapia que incluye breves pasos de instrucciones de
Focusing. Más bien, significa permitir que lo que surja desde las profundidades de una
persona defina la actividad del terapeuta, la relación, y el proceso en el cliente"
(Gendlin 1996, pág. 304). En un proceso de Focusing, el terapeuta modela y
repetidamente anima al cliente para escucharse con una atención amistosa, y cuidar
de lo que surge desde su sensación sentida. De esta manera, el cliente gradualmente
aprende a tomar la tarea del terapeuta y adquirir las actitudes por las cuales puede
volverse su propio terapeuta.
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26
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whole can become visible. The Folio: A Journal for Focusing and Experiential
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(*) Luis Robles Campos (2006).
Psicólogo - Universidad de Tarapacá. Arica – Chile.
Focusing Trainer - Acreditado por Focusing Institute, New York.
luisrobles1977@gmail.com
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