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5 de febrero del 2009.

Señor Felipe Pérez Roque


Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba.

Señor Ministro:

El Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas examina hoy el Informe


nacional de la República de Cuba, presentado por el gobierno cubano el pasado 31 de octubre,
documento en el que se declara defensor de la “verdad y la justicia”. Entiendo que al faltar a ésa
prédica las autoridades cubanas se distancian de una notificación justa que pudiera emanar del
órgano.

El gobierno cubano, miembro del actual Consejo, no acata la mayoría de los puntos de la
Resolución 60/251 aprobada por la Asamblea General. La desobediencia de las decisiones 2, 3, 4,
5, 9 y 12 de dicha resolución demuestra la falta de voluntad de las autoridades cubanas para
proteger y promover todos los derechos humanos y libertades fundamentales reafirmados por la
Asamblea.

Según la introducción del citado informe, el gobierno cubano insiste en desacreditar las denuncias
formuladas a la extinta Comisión de Derechos Humanos por ciudadanos cubanos que fueron y son
víctimas de violaciones de derechos humanos en éste país, demandas que cataloga injuriosamente
como “viejas prácticas de manipulación política y confrontación”. La introducción señala, además,
que el informe “es el resultado de un proceso amplio y participativo de consultas”, aún cuando
hace tan solo una semana es que el citado texto, en formato de tabloide, está a disposición del
pueblo.

El 28 de julio del 2008 once personas entregaron en la cancillería cubana una carta dirigida a
usted, pidiendo que sean atendidas las solicitudes que les favorecen -los permisos de salida
definitiva del país-, hechas por la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana al
Departamento de Inmigración del Ministerio del Interior, ya que están autorizadas a entrar en
territorio estadounidense acogidos por el Programa de Refugiados de ése país. Usted no ha hecho
acuse siquiera.

El gobierno cubano está violando nuestros derechos contemplados en los Artículos 13 y 14 de la


Declaración Universal de Derechos Humanos y en el Artículo 12 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, así como los acuerdos migratorios firmados con los Estados Unidos
en 1994. Nosotros, las víctimas, no somos manipuladores.

El gobierno cubano, al negar a personas la salida del país de manera ordenada y segura, alienta la
inmigración ilegal. Por ello, sin pretensiones de confrontación, me pronuncio nuevamente contra
ésta arbitraria política de estado. Sea, también, una llamada de atención al Consejo para que
anticipe la revisión de su labor y su funcionamiento.

La Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana me informó el pasado14 de enero que
238 personas autorizadas a emigrar a los Estados Unidos habían reportado hasta el cierre del año
fiscal 2008 que el gobierno cubano les niega los permisos de salida. Nuestros casos demuestran
una vez más las contradicciones que afectan el juicio del gobierno cubano. Nosotros somos
ciudadanos cubanos, vivimos en Cuba y hemos decidido, libremente, salir del país de manera
legal, conforme a los derechos que les asisten a la persona humana.
Por todo lo anteriormente expuesto, y a tenor de lo que establece el Artículo 63 de la Constitución
de la República de Cuba reformada en el año 2002, exijo que a partir de hoy, en el marco de la
examinación del informe de La Habana que realiza el Consejo de Derechos Humanos, nuestras
diligencias sean consideradas por el gobierno y finalmente seamos liberados.

Atentamente,

Juan Mario Rodríguez Guillén.


N. I. 62062401048.
Calle 10 No. 10 e/ 1ra y 5ta, reparto Alcázar, Arroyo Naranjo, Ciudad Habana, Cuba.

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