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Jordi Salvat Coromines

Jordi Salvat Coromines va néixer a


Mèxic Districte Federal, de pares
catalans. Els seus pares eren Francesc
Salvat Pons i Antònia Coromines
Muntaner. Ambdós estaven afiliats a
Acció Catalana i va anar en les
activitats del partit on es van conèixer.

Francesc va treballar en l'empresa


Uralita i estava sindicalitzat. A l'inici de la guerra l'empresa va ser col·lectivitzada pels
treballadors. Francesc es va enrolar a l'exèrcit incorporant-se al cos jurídic. Després de
la derrota va creuar la frontera i com tenia contactes amb les empreses clients de Uralita
a França no va tenir problemes per a trobar treball.

La seva mare Antònia va sortir a França amb la seva germana i es van trobar tots en
Toulouse i finalment es van embarcar cap a Mèxic en el Mexique.

Jordi va estudiar a l'Academia Hispano Mexicana, i va decidir residir a Barcelona 1969.

Jordi Salvat Coromines nació en México Distrito Federal, de padres catalanes.

Sus padres eran Francesc Salvat Pons y Antònia Coromines Muntaner. Ambos estaban
afiliados a Acció Catalana y fue en las actividades del partido donde se conocieron.

Francesc trabajó en la empresa Uralita y estaba sindicalizado. Al inicio de la guerra la


empresa fue colectivizada por los trabajadores. Francesc se enroló en el ejército
incorporándose al cuerpo jurídico. Tras la derrota cruzó la frontera y como tenía
contactos con las empresas clientes de Uralita en Francia no tuvo problemas para
encontrar trabajo.

Su madre Antònia salió a Francia con su hermana y se encontraron todos en Toulouse y


finalmente se embarcaron hacia México en el Mexique.

Jordi estudió en la Academia Hispano Mexicana, y decidió residir en Barcelona 1969.

Entrevista
¿Cómo se llaman tus padres, tus hermanos?

Mi padre era Francesc Salvat Pons y mi madre Antonia Coromines Muntaner, ambos
eran del casco antiguo de Barcelona. Tenía una hermana que murió hace unos años,
Carmen Salvat Coromines, ella nació en el 29 o sea que ellos se debieron casar en el 28
o algo así. Mi hermana me llevaba 10 años y por eso creo que fui un poco accidente
familiar. Yo nací en México, mis padres llegaron a México a mediados del 39 y yo nací
en diciembre, o sea que yo entré de contrabando digamos.

Da la sensación de que fui el producto de un encuentro muy feliz, porque mi padre


cruzó la frontera por un lado con el ejército y mi madre con un grupo de refugiadas, o
sea que si hubiera sido por mis padres yo creo que no hubieran venido por mí en esa
época y en estas circunstancias, pero bueno mira, no salió mal.

¿Tus padres te explicaban cosas de la guerra? Digamos, era una cuestión cotidiana
saber lo que pasaba.

Cotidiano no, pero vaya era normal, no


era hacer de ello ni una cosa
sensacionalista ni ocultarlo. En general
de la guerra, poco, mi padre se presentó
para la guerra porque él quería colaborar,
entonces estuvo conduciendo camiones
allí por el Tibidabo, pero eran camiones
muy grandes y como él era muy pequeño
dijeron que no servía para el cargo. Más
adelante se volvió a presentar como
voluntario y entonces entró en el cuerpo
jurídico y ahí sí, fue tirando hacia arriba.
carnet UNAM

Mi padre atravesó la frontera como militar del cuerpo jurídico del ejército. Tengo unas
memorias escritas por él, no están publicadas pero son muy agradables, muy divertidas
pese a las circunstancias, son sobre la guerra, de poco antes de que se enrolara hasta la
llegada a México.

¿Tu padre estuvo en un campo de concentración?

No, mi padre tuvo suerte de trabajar en la empresa Uralita, fue muy fiel a la empresa,
estaba sindicalizado, era una especie de sindicato de empleados más que obrero y esto
casi le salvó la vida, porque cuando se estaban incautando empresas, él en la asamblea
participó a favor de mantener el status que tenía la empresa.

Cuando empezó la guerra lo dejó todo, se enroló en el ejército y entonces cruzó la


frontera, pasó a Francia, me parece que a Toulouse y siguió en contacto con los
propietarios de Uralita. Ellos le dijeron que siempre lo habían considerado un empleado
modelo, que había trabajado mucho por la empresa y que por lo tanto mientras él
siguiera en Francia, seguiría cobrando. Entonces digamos, tuvo la suerte de no estar en
campos con refugiados y tal, sino que pudo pagarse un hotel.

Me puedes contar la historia de tus papás brevemente durante la guerra.

Ambos eran miembros de Acción Catalana, los dos militaban más o menos activamente,
mi padre a lo mejor más activamente que mi madre, por la época mi madre era una ama
de casa y mi padre trabajaba.

¿Dónde estaban cuando la guerra?

Mi madre cuando la guerra estaba en Barcelona, se ve que tenían unos amigos en Sant
Boi y el último tiempo lo vivieron
ahí para evitar los bombardeos
porque vivían aquí en paseo San
Juan y era una zona muy
bombardeada porque había fábricas.
Entonces en esa época se fueron a
vivir a Sant Boi y de ahí sale mi
madre, salió por Francia con mi
hermana y se encontraron en
Toulouse con mi padre.

¿Tu mamá tampoco estuvo en


campo de concentración?

No porque cuando se encontraron ya


podían vivir del dinero que recibían,
estaban en un hotel. Y yo supongo
que de la euforia del encuentro es
que yo nací porque con lo
responsables que eran mis padres no
puedo creer que ellos en ese
momento decidieran tener un hijo en
esa situación, en este sentido soy una
carambola.
Jordi con Heidi Burgués

¿La familia de tu padre y la familia de tu madre también era gente que estaba por
la República?

Sí también era gente que estaba por la República pero que no estaban activos. Mi padre
tenía un hermano mayor que en la Primera Guerra Mundial se alistó en el ejército inglés
y murió en un barco que había desaparecido, se dio por muerto.

¿Sabes cómo se fueron a México?

Mi padre era ético exagerado porque podía haber alargado su estancia en Francia, él iba
cobrando de la empresa Uralita, pero dijo que en cuanto pudiera se marcharía y así fue.
Se apuntaba a todas las listas y al final se apuntó en el Mexique y en él se fueron, mis
padres y mi hermana.

Al llegar a México tuvo la suerte de que sabían que iba en ese barco y lo contrató un
equivalente a Uralita en México que era Techo Eterno Eureka, entonces
afortunadamente pudimos sobrevivir bastante bien el exilio porque él tuvo trabajo sólo
llegar.
¿Tu padre en México seguía teniendo contactos políticos o sindicales?

Hacía algo de subversión digamos, porque cuando salían en México noticias de cosas
que pasaban en Cataluña o bien en
Barcelona, y que obviamente pues aquí
no se publicaban, entonces con sobres
comerciales de distintas empresas que
tenía y con un listín de teléfonos de
Barcelona, que había conseguido no sé
de dónde y sin conocer a nadie, les iba
mandando a gente de aquí información
para que supieran lo que estaba pasando.

¿Cómo viviste el exilio de tus padres?

Tanto mi padre como mi madre tenían


una gran añoranza de Cataluña, lo más
triste y una de las cosas que más castigo
puede ser es tenerte que ir de tu país
porque quieres a tu país.

O sea todos.

No, digamos hay gente que se fue por


motivos ideológicos, por ser anarquista,
que dijeron “nos van a matar, pues nos
vamos”, pero su ideología es el
anarquismo, lo mismo los comunistas,
“yo soy comunista y pues me voy
porque si no me matan”.
Academia Hispano Mexicana

Esto también es un castigo, pero el vivirlo como mi padre, es que, a ver, ¿mi padre por
qué se tuvo que ir? Porque era un catalanista de hueso colorado y mi madre también.
Entonces, por el hecho de querer mucho a tu país tienes que salir de tu país, eso es un
doble castigo. Así lo he interpretado yo y así es como yo lo viví en casa.

Decíamos al año que viene pues volvemos a Cataluña, y eso constantemente, nunca se
le ocurrió a nadie de la familia comprar una casa, ni un piso. “¡Hombre, si nos vamos al
año que viene! ¡¿Qué se va a comprar?!”.

¿Tu padre estaba relacionado con otras personas, en cuestión política, de política
catalana?

Mi padre siempre, no paró. Bueno en Acción Catalana no sé qué cargo ocupaba, alguna
influencia debía tener porque en la época del final de la República, cuando trabajaba en
Uralita, otra cosa que él hacia, es que cuando sabían que iba un piquete de la FAI a
buscar a no sé quien para llevarlo a la Arrabasada y matarlo, él se enteraba, no sé cómo
e iba con un grupo de Mossos de Escuadra, se adelantaba y les decían que ese tipo
estaba detenido, que era un delincuente y tal, y de esta manera los rescataba ¿no? ¿Qué
cargo ocupaba para poder hacer eso? No lo sé.

Ya en el barco formó parte de un Comité, se creó un Comité en el Mexique y él


participó. En México, la comunidad catalana recibía a los exiliados, digamos cosa que
no sucedió con los vascos que tuvieron que crear el Centro Vasco, entonces había el
Centro Vasco y el Círculo Vasco, pero en México el Orfeó Català se creó con catalanes
que ya existían desde principios de siglo y cuando llegaron los refugiados, los
absorbieron dentro. Entonces mi padre automáticamente fue secretario del Orfeó Català,
toda la vida. El Orfeó Català funcionaba como una federación, había una junta central
que era por elección, obviamente y después había una serie de secciones.

Nosotros vivíamos con mi familia del Orfeó a la casa, cantábamos en el Orfeó, mi


madre fue
ayudante del
director, después
tocaba el piano,
en fin, ya te
puedes imaginar,
era el ensayo el
martes, otro el
miércoles, la
junta del jueves.
Entonces cuando
yo tuve la edad,
también formé
parte de la Junta,
fui secretario de
la dirección,
desde los 17 años
hasta los 30.
Los padres y la hermana de Jordi

¿A qué edad llegaste a España?

Yo aquí llegue en el 70, con 30 años.

¿Te viniste con tus padres o solo?

Por partes, bueno aquí hay una desgracia muy triste, mi madre vino varias veces, en el
61 vine yo con ella fue la primera vez que vine, luego en el 65 volví a venir con ella. A
mi madre había quien le decía “tú lo que quieres es ir a morir a Barcelona”, y ella decía
“a mí me da lo mismo morir donde sea, que me entierren aquí o allí ya estoy muerta, lo
que yo quiero es ir a vivir a Barcelona. No quiero venir de viejita y estar sentadita
mirando por la ventana”. Y así fue, en el año 68 decidieron venir y en una de las cenas
de despedida que les hicieron -que fue increíble la cantidad de gente que fue porque
habían participado en todo-, le dio una embolia y se quedo parapléjica y entonces vino
para estar sentada tras la ventana, la pobre. Ellos vinieron en el 69 porque hubo todo un
tiempo de meditación y yo vine en el 70. Ya fui el último de la familia.
¿A qué escuela fuiste?

Desde tercero de primaria hasta que entré a la Universidad fui en el Academia Hispano
Mexicana, que tenía un gran director de secundaria, que para mí fue un ejemplo de lo
que debe ser un profesor. Y después entré a la Facultad de Ingeniería a estudiar
Ingeniería Civil.

La abuela de Ángel y la madre de Jordi, Antonia

¿La escuela seguía siendo un ambiente de refugiados?

Yo nunca me sentí -a lo mejor visto a la distancia sí-, pero yo nunca me sentí en un


gueto, siempre me sentí mexicano pero claro, todas las noches iba al Orfeó Català.

También tenía amigos mexicanos, en aquella época todavía se podía jugar en la calle,
nunca hubo discriminación y si alguna vez la hubo, fue una discriminación en positivo.

¿Cómo veías tú a los mexicanos y cómo ellos te veían a ti?

Digamos que yo siempre me sentí igual a ellos, nunca me sentí diferente, ni me sentí en
un gueto. Solamente me pasó una vez que trataron mal a mi madre, en un autobús,
entonces íbamos sentados y se suben unas señoras mexicanas, mexicanas y se sientan al
lado de mi madre y mi madre se apartó un poco para que cupieran mejor y la mujer yo
creo que sintió como si ella tuviera asco o algo y entonces con mucho despecho le dijo
“refugiada”. Esa es la única vez, en 30 años, que he sentido algo en contra de mi
familia, pero nunca me sentí mal por ser hijo de refugiados nunca y nunca lo oculté.

¿Tú en tus años universitarios tenías alguna participación de tipo político?

No, no, en la universidad estuve en la


sociedad de alumnos y en la Academia
también estuve un par de años en la
sociedad de alumnos.

¿Por qué decidiste volver a


Barcelona o a Cataluña?

Me ganaba bien la vida, ganaba un


buen dinero y me podía permitir por
ejemplo cambiar de coche cada dos
años, estaba soltero o podía venir a
Barcelona cuando quisiera, pero ya
tenía yo tal lavado de cerebro, desde el
nacimiento, de que aquello era
provisional, que siempre supe que al
final iba a acabar aquí.
Escudo Orfeó Catalá

¿Cómo vivieron tus padres el hecho de haber vuelto siendo exiliados y el haber
vuelto antes de la muerte de Franco?

Había mucha gente que tenía por principio no volver hasta que no muriera Franco, mi
padre no, mi padre siempre dijo mientras yo pueda tener una seguridad de vida, vendré.
Él, lo que tenía miedo era de venir y que lo encarcelaran o lo mataran, por eso estaba
afuera y por eso tardó en venir. Pero a la que más o menos obtuvo unas garantías, buscó
su historial y de alguna manera como no tenía ningún delito, el único delito era el ser
catalanista, pues al final ya eso en esa época no estaba tan penado ¿no? Su intención era
venir porque quería vivir en Cataluña simplemente, sin más condicionantes que vivir,
¿no? Que no lo mataran, ni lo metieran en la cárcel, entonces cuando tuvo un grado de
garantía de que no le pasaría nada fue que decidió venir.

¿Qué idea tenías de Cataluña cuando estabas en México? Digamos, ¿la Cataluña
mexicana tenía que ver con la Cataluña que encontraste cuando llegaste?

Sí, sí, una cosa que yo siempre he dicho es que yo nací en una burbuja de Cataluña en
México, entonces claro, yo soy mexicano, me siento orgulloso de ser mexicano y soy
catalán porque nací dentro de una burbuja que era Cataluña.

Cuando vine aquí, la Cataluña que conocía era la Cataluña de mis padres, de antes de la
guerra, pero había toda una serie de costumbres y de maneras de ser pues que sí las
reconocí, actualizadas pero las reconocí, no me sentí extraño.
¿Cómo fue tu integración cuando tú viniste?

Yo venía muy mentalizado, tan mentalizado que te digo que cuando yo vine aquí y
empecé a trabajar ganaba el 20% de lo que ganaba en México, pero nunca me he
arrepentido de haber venido.

Los dos primeros años tengo que admitir que fueron difíciles, me costó integrarme si
bien conocí gente, llegué en junio y en diciembre empecé a trabajar, con lo cual me
empecé a relacionar con gente. Fue lento, pero nunca me sentí rechazado y nunca oculté
ser mexicano.

Con el tiempo he ido evolucionando en el trabajo y ahora soy el director de logística de


una empresa del sector del automóvil, con lo cual es una locura auténtica, pero bueno
me gusta mi trabajo, es durísimo pero me gusta.

Me imagino que llegar en los años 70 fue diferente que haber llegado un poco
antes, por ejemplo en los sesentas.

Sí porque el franquismo se ha ido suavizando con los años, o sea hablar de los 50s o de
los 60s se ve que era muy bestia ¿no? En los 70s seguía siendo una dictadura pero ya no
era tan salvaje aparentemente. En los 70s pues sí que tenías que ir con mucha
precaución, por ejemplo un compañero de trabajo me dijo un día que teníamos una
reunión de vecinos de la
calle, a escondidas,
sabiendo que seguramente
estaba la policía social
metida y con cuidado de
que nadie diga la palabra
libertad, porque te puedes
meter en un lío. Habló de
los años 70s, de una reunión
simplemente de vecinos, no
una reunión política y había
que ir con precauciones
porque la dictadura seguía.

Fábrica Uralita

¿Qué es lo que más valoras de tu vida en Cataluña?

En general te diré que soy muy feliz y muy afortunado en la vida que he llevado desde
que llegué hasta ahora. Mi familia obviamente es muy importante para mí porque mis
padres y mi hermana murieron y por la separación de edad no conocí a mis abuelos, ni a
muchos de mis tíos. Mi familia ha sido muy corta y yo creo que eso le pasó a mucha
gente en México, el hacer que los amigos sean la familia.

Profesionalmente, yo obviamente he podido estar aquí donde estoy porque venía muy
bien preparado. Si bien la carrera de Ingeniero Civil en México estaba muy depreciada,
aprendí mucho, también mi formación inicial en la Academia fue muy buena y entonces
el que aquí profesionalmente haya podido hacer lo que he hecho es en gran parte por la
formación que he recibido en México.

Al margen de esto, digamos para colaborar con la sociedad, trabajé en un intento, que
no prosperó desgraciadamente, pero duró sólo algunos años, fue un intento de crear un
sindicato catalán, como tienen los vascos, por ejemplo. Nosotros pretendíamos hacerlo e
iniciamos una cosa que se llamaba “Sindicato de Cataluña” empezamos con técnicos y
administrativos y después creceríamos, sonábamos mucho e íbamos muy bien pero
llego un momento en el que hubo una discrepancia. Por parte de alguien importante del
grupo del presidente, querían que fuéramos un poco una correa de transmisión de su
partido, y eso no estábamos dispuestos a hacerlo, queríamos ser un sindicato catalán, un
sindicato simplemente, pero no vendido a ningún partido y eso hizo que se nos retiraran
las ayudas y se acabó.

También en esa época fui miembro del comité de empresa de donde trabajaba, y me fue
bien, salí siendo respetado por la empresa y por los trabajadores, en esa época era muy
difícil representar a técnicos y administrativos porque los trabajadores los consideraban
parte de la empresa.

Instalaciones de la fábrica

Tú crees que por el hecho de haber venido antes, como es tu caso, ha sido más fácil
el haber encontrado trabajo y el integrarte a diferencia de la gente que ha venido
después.

Yo creo que sí, en aquella época era más fácil encontrar trabajo que ahora, es más en
aquella época intenté encontrar un trabajo nuevo y casi lo conseguí, afortunadamente
no, pero era relativamente fácil cambiar de trabajo, ahora es difícil, si viene uno ahora a
integrarse le cuesta, le cuesta bastante.

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