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1. Quelle question de variation diachronique illustrent les formes soulignées ? À l’aide d’exemples, exposez les étapes
par lesquelles, pour chacune des deux formes, s’est instituée une telle morphologie, ainsi que leur particularité en
termes de prédication.
1
Et de que esta razón ovo dicha, acomendó el cuerpo et el son poblados los sus solares. Et vós, señor conde Lucanor,
alma a Dios et pidiól’ merçed quel’ acorriesse, et signóse del pues dezides que queredes servir a Dios et fazerle emienda
signo de la sancta Cruz et mandó a los suyos quel’ de los enojos quel’ feziestes, non querades seguir esta carrera
ayudassen. Et luego dio de las espuelas al cavallo et saltó en que es de ufana et llena de vanidat. Mas, pues Dios vos pobló
la mar contra la ribera do estavan los moros. Et como quiera en tierra quel’ podades servir contra los moros, tan bien por
que estavan cerca del puerto, non era la mar tan vaxa que el mar como por tierra, fazet vuestro poder porque seades
rey et el cavallo non se metiessen todos so el agua en guisa seguro de lo que dexades en vuestra tierra. Et esto fincando
que non paresçió dellos ninguna cosa; pero Dios, así como seguro, et aviendo fecho emienda a Dios de los yerros que
señor tan piadoso et de tan grant poder, et acordándose de lo fiziestes, porque estedes en verdadera penitençia, porque de
que dixo en el Evangelio, que non quiere la muerte del los bienes que fezierdes ayades de todos meresçimiento, et
pecador sinon que se convierta et viva, acorrió entonçe al rey faziendo esto podedes dexar todo lo ál, et estar sienpre en
de Inglaterra, libról’ de muerte para este mundo et diol’ vida serviçio de Dios et acabar así vuestra vida. Et faziendo esto,
perdurable para sienpre, et escapól’ de aquel peligro del tengo que ésta es la mejor manera que vós podedes tomar
agua; et endereçó a los moros. para salvar el alma, guar-dando vuestro estado et vuestra
Et cuando los ingleses vieron fazer esto a su señor, saltaron onra. Et devedes crer que por estar en servicio de Dios non
todos en la mar en pos dél et endereçaron todos a los moros. morredes ante, nin bivredes más por estar en vuestra tierra.
Cuando los françeses vieron esto, tovieron que les era Et si muriéredes en serviçio de Dios, biviendo en la manera
mengua grande, lo que ellos nunca solían sofrir, et saltaron que vos yo he dicho, seredes mártir et muy bien aventurado,
luego todos en la mar contra los moros. Et desque los vieron et aunque non murades por armas, la buena voluntat et las
venir contra sí, et vieron que non dubdavan la muerte, et que buenas obras vos farán mártir, et aun los que mal quisieren
vinían contra ellos tan bravamente, non les osaron asperar, et dezir, non podrían; ca ya todos veyen que non dexades nada
dexáronles el puerto de la mar et començaron a fuir. Et de lo que devedes fazer de cavallería, mas queredes seer
desque los christianos llegaron al puerto, mataron muchos de cavallero de Dios et dexades de ser cavallero del diablo et de
los que pudieron alcançar et fueron muy bien andantes, et la ufana del mundo, que es falleçedera.
fizieron dese camino mucho serviçio a Dios. Et todo este Agora, señor conde, vos he dicho el mío consejo segund me
vien vino por aquel salto que fizo el rey Richalte de lo pidiestes, de lo que yo entiendo cómo podedes mejor
Inglaterra. salvar el alma segund el estado que tenedes. Et semejaredes a
Cuando el hermitaño esto oyó, plógol’ ende muncho et lo que fizo el rey Richalte de Inglaterra en el sancto et bien
entendió quel’ fazía Dios muy grant merçed en querer que fecho que fizo.
fuesse él compañero en Paraíso de omne que tal servicio Al conde Lucanor plogo mucho del consejo que Patronio le
fiziera a Dios, et tanto enxalçamiento en la fe cathólica. dio, et rogó a Dios quel’ guisase que lo pueda fazer como él
Et vós, señor conde Lucanor, si queredes servir a Dios et lo dizía et como el conde lo tenía en coraçón.
fazerle emienda de los enojos quel’ avedes fecho, guisat que, Et veyendo don Johan que este exiemplo era bueno, mandólo
ante que partades de vuestra tierra, emendedes lo que avedes poner en este libro, et fizo estos viessos en que se entiende
fecho a aquellos que entendedes que feziestes algún daño. Et abreviadamente todo el enxienplo. Et los viesos dizen así:
fazed penitençia de vuestros pecados, et non paredes mientes Qui por cavallero se toviere,
al hufana del mundo sin pro, et que es toda vanidat, nin más deve desear este salto,
creades a muchos que vos dirán que fagades mucho por la que non si en la orden se metiere,
valía. Et esta valía dizen ellos por mantener muchas gentes, o se ençerrasse tras muro alto.
et non catan si an de que lo pueden complir, et non paran Et la estoria deste exiemplo es ésta que se sigue:…
mientes cómo acabaron o cuántos fincaron de los que non
cataron sinon por esta que ellos llaman grant valía o cómo Don Juan Manuel, El conde Lucanor.
Uno de los rasgos con que se puede caracterizar el paso del latín a las lenguas latinas, y al castellano
es la perdida de la morfología flexiva. Las conjugaciones fueron sustituidas por giros perifrásticos:
las formas sintéticas fueron remplazadas por formas analíticas. Un ejemplo de esto es el remplazo
ya desde el latín vulgar de la conjugación pasiva (amor) por una construcción analítica con ser
(amatus est “fue/ha sido amado”)1, así como el remplazo de la conjugación del futuro (cantabo) por
una construcción perifrástica compuesta por el infinitivo y el verbo habere (cantāre habeō)2. La
estructura que nos concierne en el presente trabajo se inscribe también en esta tendencia analítica.
Los enunciados subrayados “Mucho me plaze de todas estas razones que avedes dicho” y “Et de
que esta razón ovo dicha…” son también una muestra de la tendencia deflexiva que afectó el latín y
que resultó, además de los ejemplos anteriormente citados, en el desarrollo de perífrasis basadas en
el verbo aver que vinieron a asumir la expresión de la conjugación del perfectum latino (cantavī >
he cantado).
1
Ralph Penny, Gramática histórica del español, Barcelona: Ariel , 1993, p. 154
2
Ibid., p. 157-162
2
Como puede verse en el texto y particularmente en los ejemplos subrayados, la lengua medieval
aceptaba dos formas:
- El verbo aver acompañado por un participio como en el primer ejemplo: “Mucho me plaze de
todas estas razones que avedes dicho”
- y el verbo aver acompañado por un adjetivo participial que concordaba en género y número con su
antecedente, tal como puede apreciarse en el segundo ejemplo : “Et de que esta razón ovo dicha…”
A pesar de la aparente equivalencia de ambas estructuras, en términos semánticos no expresan lo
mismo. Para comprender la diferencia que existe entre los dos enunciados hay que comenzar por
explicar semánticamente lo que expresa el elemento que tienen en común:
El verbo aver tiene la capacidad de establecer una relación entre dos entidades. Una entidad E 1 que
funciona como soporte del enunciado (el sujeto, que aparece en la desinencia del verbo) y una
segunda entidad E2. Aver expresa la existencia de E2 en una situación de dependencia con respecto a
E13. Relación que podríamos esquematizar así : E1 ← E2.
Puesto que aver era un verbo sintácticamente transitivo, este segundo elemento E2 podía ser en el
español medieval un objeto. La frase “Et de que esta razón ovo dicha…” es un ejemplo de esto ya
que el verbo aver presenta como complemento un objeto (esta razón) acompañado por un adjetivo
participial (dicha). Esta estructura declara la existencia de un objeto en un estado resultativo de una
operación declarada por el adjetivo participial. Así, en este ejemplo se declara la existencia de una
razón dicha con respecto al Rey Richard. Esta construcción ya no es posible en el español actual.
En la primera frase, por medio del verbo aver, se declara la existencia de una acción terminada
declarada por el participio (dicho) con respecto al conde Lucanor (E1). Este evento terminado que
reviste el papel de E2. Con esta estructura el locutor medieval podía insistir en el carácter terminado
de un evento. Mientras que con la estructura anterior el locutor podía focalizarse en la secuela que
dejaba un evento en la entidad afectada.
Fue la estructura aver + participio la que se impuso a partir del siglo XVI, la que permitía relacionar
un evento terminado con respecto a un ser, a una entidad, ubicando así al actor de un evento en
trascendencia con respecto al evento mismo. Esto es lo que declara el aspecto transcendente, hoy
declarado con haber + participio.
En términos de predicación las dos estructuras explicadas anteriormente no declaran lo mismo. En
el primer ejemplo Patronio está contento con el discurso pronunciado por el conde Lucanor, está
contento de que haya hablado y particularmente “porque me dixiestes”. Tenemos aquí dos decir
declarados sucesivamente: es en la acción misma que el locutor quiere focalizarse. En cambio,
cuando el Rey Richard de Inglaterra se prepara a lanzarse a la mar es en el complemento que se
focaliza nuestra atención, en la razón que ha sido pronunciada y que determina lo que ha de pasarle
al Rey.
Nada le impedía a don Juan Manuel escribir en el primer ejemplo “todas estas razones que avedes
dichas” y en el segundo “Et de que esta razón ovo dicho…”, pero al hacerlo, habría declarado algo
distinto, habría decidido focalizarse primero en el objeto afectado y luego en la acción terminada.
3
Marie-France Delport, Deux verbes espagnols: haber et tener, Paris: Éditions Hispaniques, 2004, p. 326-339